LOGOS
2017 va; viene 2018
SUFRIMOS PRECANDIDATOS
INSUSTANCIALES
Las precarias precampañas de los
precandidatos a la presidencia de México aburren e irritan por insustanciales y
costosas.
Sólo para la precampaña, en la elección
presidencial, el INE ha fijado como tope máximo de gasto más de 67 millones de
pesos por cada precandidato.
Y los precandidatos que compiten para
ser candidato de su partido político, o de alianzas de partidos, son únicos,
sin contendientes. Ricardo Anaya va solo con PAN-PRD-MC; Andrés Manuel López va
solo con MORENA-PT-PES; y, José Antonio Meade va solo con PRI-VERDE-PANAL.
Precampañas costosas sin necesidad
alguna. Cada quien a su estilo echa brincos, cantos y agravios, inútiles,
cuando su candidatura está segura.
Y los disfrazados de independientes no pueden
llenar los requisitos de una ley a maña, si no es a través de una bribona
ayudadita de los poderosos, a cambio de su oportuna complicidad, llegado el
caso.
Pero… ¿qué beneficios hemos tenido los
mexicanos con lo dicho o hecho por los hoy precandidatos a la presidencia?
El decano de los precandidatos, AMLO,
tiene muy hecho su plan de gobierno desde hace muchos sexenios, al igual que su
pretendido gabinete, por eso sólo les quita el polvo.
Ni siquiera hay novedades en su
confesada hipertensión, acaso lo que le conduce al exabrupto, al no poder decir
más rápido lo que su cerebro procesa de manera lenta.
Parece ser el más honesto de los
precandidatos, pero con un enorme séquito de seguidores, antañones y nuevos, de
bien ganada fama de sinvergüenzas.
JAMK, sin militancia ni partido político
aparentes, refleja en su presencia y discurso una blanda, imprecisa y
gelatinosa, actitud política frente a una elección que no presagia nada bueno.
Acaso pudiese ser, de las actuales
opciones, "el menos peor" para presidente, pero francamente ha
resultado malo como precandidato.
Con apellido Meade puede haber mucha
gente buena, en siglos anteriores y en éste, pero el precandidato actual debe
nadar en aguas turbulentas y nada favorables, sin vejigas de ningún parentesco
próximo o lejano.
Por lo que respecta a RAC, el de menor
edad y sensatez, piensa y habla con una precipitación peligrosa que resuda
soberbia. Su ambición personal, al parecer, lo ha llevado a todo, y sus
negocios personales y familiares han sido señalados públicamente, quizá con
malsana intención.
La autopromoción de Anaya, equívoca, se
finca en los sucios logros electorales del PAN, y en los reales o supuestos
errores del PRI y de Morena, subrayados en su irritante retórica gritona y
nerviosa.
Mientras, los "independientes"
ni fu ni fa. Lo menos que necesita la presidencia de la república es un
"bronco", ni una "margarita" que ya ejerció parte del poder,
ni una respetable "marichuy", símbolo bueno, pero sin la capacidad
política que exige el ser presidente.
2017 se va y 2018 viene, y la
mediocridad le resulta carísima a un México con gravísimos problemas.
Añado, mis mejores deseos para ti,
estimado lector.