miércoles, 27 de marzo de 2013

Santo, o No JUEVES DE LA PASIÓN

        Nadie, de los 25 millones de indígenas que vivían a principios de 1519 en lo que hoy es el territorio de México, pidió que vinieran los europeos, de aquel entonces, a este continente llamado América. Ningún nativo de aquella época solicitó le enseñaran la lengua española, y que le destruyeran su lenguaje.
        Ningún purépecha, ni azteca ni maya ni otomí ni mazahua, imploró que le enseñarán y le impusieran la religión católica. Al contrario, se opuso a ello.
        En cambio, le derribaron sus templos, sus dioses y sus creencias religiosas, y le mataron a sus sacerdotes. La cruel verdad es que entre militares y religiosos españoles del siglo XVI devastaron a todas las naciones y culturas ahora denominadas precortesianas.
        Hernán Cortés, procedente de Cuba, con sus hombres armados, llegó a este continente, a la garganta de lo que hoy se denomina Golfo de México, “en el viernes santo del año del Señor”, y desembarcó en el sitio que llamó la “Villa Rica de la Vera Cruz”, y desde ahí comenzó la conquista de los seres humanos y de las tierras, llegando como enviado de la dueña de todo: La Corona Española.
        Para 494 años va la cristianización católica de lo que fue la Nueva España y de lo que hoy es México; y este proceso ha implicado, entre otras cosas, el conocimiento y la aceptación de lo que expresan textualmente las decenas de libros que constituyen la Biblia, además de todo lo que esto implica.
        ¿Qué aconteció en el llamado Jueves Santo?, según los cuatro Evangelios, o biografías oficiales de Cristo. Ni mateo ni Marcos ni Lucas ni Juan lo precisan. Describen, sí, la pasión de Cristo, pero sin aclarar lo ocurrido en ese jueves, y sin referencias concretas a las caídas de Jesús; menos, aún, dando noticia de por qué ahora, durante este jueves, se visitan siete templos.
        Existen varios hermeneutas al respecto, desde gente seria hasta personas superficiales en sus interpretaciones. Serafín de Ausejo relaciona esas siete visitas a menciones en los cuatro Evangelios: 1.- La visita de Jesucristo al Huerto de los Olivos; 2.- La presencia de Jesús, atado, en la casa de Anán; 3.- La presencia de Cristo en la casa de Caifás; 4.- La presencia de Jesucristo ante Poncio Pilatos; 5.- La presencia de Jesús ante Herodes; 6.- La segunda presencia de Cristo ante Pilatos; y, 7.- La final estancia de Jesucristo en el Gólgota.
        Hay quienes aseguran que fueron 7 las caídas de Cristo durante su recorrido; otros afirman que fueron 3; ninguno de los cuatro Evangelios indican cuántas; empero, independientemente de eso, este día es otro Jueves Santo más.
        Acaso a ese personaje llamado Cristo, es decir, al Hijo del Hombre, le interesaría más que cada uno de nosotros analizara su propia pasión, de la cuna a la tumba, para observar cuántas caídas hemos tenido, y cómo levantarnos de ellas, como individuos, y como sociedad.

lunes, 25 de marzo de 2013

Que se Desborde la Fe PRIMERO LA FE EN EL HOMBRE

        La fe en el Hombre incluye la confianza hacia las mejores cosas que él ha hecho.
        La Biblia está constituida por decenas de libros que, en un principio, sobrevivieron separados, siendo escritos en diferentes épocas e idiomas, por lo general anónimos, colectivos y, originalmente, fueron sólo textos fundamentales de la religión judía.
        Esa Biblia judía juntó en un solo libro los vaticinios de algunos de sus profetas, dentro de los que se encuentra el último de ellos: Malaquías, quien se supone vivió entre el año 500 y 420 antes de nuestra Era.
        No debemos desconocer que Malaquías en hebrero significa "mi heraldo", o sea, mi mensajero, poniéndole tal nombre el Dios de los Judíos, es decir, el Dios de Jesucristo, puesto que Cristo nunca fue cristiano, ya que vivió y murió, y resucitó, dentro de la religión judía.
        Pues bien, el profeta Malaquías querellándose en contra de los matrimonios mixtos, entre judíos y extranjeros, y en contra de los divorcios, como faltas culturales de los sacerdotes y del pueblo, anuncia la llegada de "el ángel de la alianza", el advenimiento de "el Mesías, y su venida será preparada por un mensajero o precursor".
        Y ahí hace "Conminación a los sacerdotes: "1.- Y ahora a vosotros ¡oh sacerdotes!, se dirige esta intimación: 2.- Si no escucháis ni proponéis decididamente en vuestro corazón el dar gloria a mi nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre vosotros la miseria, y maldeciré vuestras bendiciones, y ya eché sobre ellas la maldición; puesto que vosotros no hacéis caso de mí. 3.- Mirad que yo arrojaré la espaldilla y os tiraré al rostro estiércol, el estiércol de vuestras solemnidades, y seréis arrojados como él".
        Analizando después como está "El sacerdocio degradado", y augurando "El día del Señor... semejante a un horno encendido, y todos los soberbios, y todos los impíos serán como rastrojos; y aquel día que debe venir los abrasará, dice el Señor de los ejércitos, sin dejar de ellos raíz ni renuevo alguno".
        Y en su breve texto, Malaquías, diciendo que "es la palabra del Señor de Israel", genera dos oráculos que profetizan dos venidas de Cristo, en lo que algunos otros profetas judíos también coinciden.
        En realidad, los cuatro Evangelios, tanto el de Mateo, como el de Marcos, Lucas y Juan, no hacen más que confirmar la realización o cumplimiento de esas profecías, al constituirse como biografías de ese Cristo, hijo de Dios, e hijo del Hombre, que se sacrificó por salvar al mundo.
        Estos días de guardar, no son para guardar los secretos divinos, sino para darlos a conocer a todo el pueblo. Nadie debe ignorar lo que escribieron nuestros antepasados, y meditar sobre ello.
        Y valorar lo que es la fe, la que debe desbordarse, pero primero en el género humano, es decir, en el Hombre.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Estado Laico; Petróleo Nuestro QUE NADIE DESCONFÍE DE LA PRIMAVERA

        Lo mejor siempre llega con la primavera; acaso por ser la primera verdad, o por ser una estación que hace brotar, de la naturaleza, sus óptimas y renovadas substancias, y sus supremos colores.
         Con la primavera llegó Benito Juárez, la personalización de un grupo de mexicanos que supo con talento y audacia establecer el inicio de un estado mexicano civil y laico que, logrando su desarrollo, aún sufre estertores de un clericalismo disparatado.
        Hoy, con la primavera 2013, reafirmamos a México como un Estado laico, con educación laica, y no por dogma, sino porque es, ahora, el único camino para el desarrollo de todo mexicano.
        Cuando el fenómeno educativo se pliega a cualquier dogma religioso, la educación se atrofia, la investigación científica se detiene, la tecnología no existe, y la ética como hazaña de la libertad queda encarcelada. Históricamente esto le pasó a la Europa del sur al imponer ese dogma en contra del renacimiento.
        En cambio, la Europa del norte desarrollo el renacimiento, y con él a la investigación, la ciencia y la tecnología; por eso, entre otras razones, el sistema científico europeo del norte domina al sur.
        El fenómeno religioso, parte connatural del Hombre, debe ser tratado y estudiado con todo respeto por la ciencia y la filosofía, con la dignidad que imponen las nuevas primaveras.
        Una generación de mexicanos personalizada por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río expropió, en el cercano advenimiento de la primavera de 1938, a las compañías extranjeras que explotaban al petróleo y a los trabajadores mexicanos.
         El mensaje del Presidente Cárdenas anunciando aquel acto expropiatorio sigue siendo vigente. Al referirse a aquellas compañías extranjeras y explotadoras dijo: "Han tenido dinero, armas y municiones para la rebelión; dinero para la prensa antipatriótica que las defiende; dinero para enriquecer a sus incondicionales defensores; mas para el progreso del país, para encontrar el equilibrio mediante una justa compensación al trabajo... no hay dinero ni posibilidades económicas ni voluntad para extraerlo del volumen mismo de sus ganancias."
        Hoy, con la primavera 2013, reafirmamos a nuestra Nación como la única propietaria de nuestros hidrocarburos, como estanco o monopolio estatal justificado. ¡Que a nadie se nos olvide!
        Cierto, Petróleos Mexicanos debe modernizarse, para ser una empresa libre de corrupción, tanto gubernativa como sindical.
        Cierto, PEMEX debe transformarse, pero jamás caer en manos de la iniciativa privada, menos si ésta es deshonesta. Modernizar no es privatizar a la corrupción, ya que ésta, venga de donde venga, debe ser extirpada.
        Modernizar a PEMEX es poner a gente capaz y patriota a dinamizar eficaz y honestamente a dicha descentralizada, tomando en cuenta, para bien de México, el desarrollo de nuevas fuentes energéticas.
        No desconfiemos de la primavera; esa primera verdad que está adviniendo. Hagamos que con ella brote lo mejor de nosotros.

lunes, 18 de marzo de 2013

El petróleo es de la Nación QUE A NADIE SE NOS OLVIDE

        El petróleo fue conocido por los países precortesianos asentados en el centro y el sur de lo que hoy es nuestra Nación.
        El jesuita Francisco Xavier Clavijero (1731-1778) en su Historia antigua de México nos deja la anotación: "... asfalto o betún de Judea que los primeros pobladores llamaban chapopotli (aztequismo que viene de las voces tzauctli: pegamento, y popochtli: perfume, olor) y que lo usaban para ciertas incensaciones y las mujeres lo mascaban para limpiar sus dientes."
        El primer pozo perforado en México fue en 1869, por la Compañía Explotadora del Golfo de México, siguiendo las exploraciones hechas un año antes por el doctor estadunidense de origen irlandés Adolfo Preston Autrey, (1848-1905) en la Hacienda Furbero. Su profundidad fue de 37 metros, pero sin resultados satisfactorios.
        La primer Ley del Petróleo se publicó el 24 de diciembre del 1901. El primer pozo productivo fue el de Ebano, San Luis Potosí, del que brotó petróleo el 14 de mayo de 1901, de una profundidad de 166 metros. La primer refinería en México estuvo en el Puerto de Veracruz a partir del 1886, en donde se sometía a proceso los crudos importados.
        Desde esa industrialización petrolera, de tiempos porfiristas, la riqueza producida salía de territorio nacional para hacer millonarias a familias extranjeras, dejando aquí, cada día de manera más brutal, sólo migajas, destrucción, y hambre.
        El constituyente del 1916-1917 al aprobar y dar vigencia al artículo 27 de nuestra Carta Magna ordenó: "Corresponde a la Nación el dominio directo de... el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos... Ese dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible..."
        Empero, a esa norma fundamental las compañías extranjeras que tenían concesiones anteriores, a su vigencia, la interpretaban como retroactiva en su perjuicio, visto lo ordenado por el artículo 14 de esa misma constitución. Hermenéutica tan absurda como el afirmar que la abolición de la esclavitud no debía afectar a los esclavistas anteriores.
        Pero llegó una coyuntura histórica, en la antesala de la Segunda Guerra Mundial y por un grave problema de carácter laboral en donde las compañías europeas agudizaron su soberbia, y la generación de mexicanos encabezada por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río expropió con ejercicio soberano los derechos y los bienes de todas las compañías extranjeras en el México del 1938.
        Simplemente recordemos una extraordinaria parte del discurso pronunciado por el Presidente Cárdenas el 18 de marzo de ese año: "Han tenido dinero, armas y municiones para la rebelión; dinero para la prensa antipatriótica que las defiende; dinero para enriquecer a sus incondicionales defensores. Mas para el progreso del país, para encontrar el equilibrio mediante una justa compensación al trabajo... no hay dinero ni posibilidades económicas ni voluntad para extraerlo del volumen mismo de sus ganancias."
        El petróleo es de la Nación. Que a nadie se nos olvide.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Francisco ¡CHE!, DIOS SE TARDÓ

       Sus padres son italianos que emigraron a la Argentina: Mario, empleado ferroviario; Regina, ama de casa. Su hijo se llama Jorge Mario Bergoglia y, ahora como Papa, ha sido su voluntad nombrarse Francisco.
        Nadie apostaba un centavo por ese cardenal Bergoglia. Nunca fue señalado como prospecto para ser el sucesor de Benedicto XVI. Fue un débil competidor de Ratzinger en el cónclave próximo anterior.
        Ayer fue designado Papa, siendo un jesuita a quien gusta la docencia, un argentino nacido en Buenos Aires al quien le encanta el fut bol y el tango, y un saludable hombre de 76 años que se convierte en el primer pontífice latinoamericano, a pesar de que le falta un pulmón.
        Es, conforme a los registros de esa iglesia, el Papa número 266, y las primeras palabras que pronunció después de su designación fueron éstas: "Vengo de lejos, pues bien, aquí estoy. Gracias por su recepción, también a la Iglesia Católica y a los obispos".
        Esos conceptos los pronunció el nuevo Sumo Pontífice desde un balcón, ante miles de personas que esperaban en la plaza de San Pedro de El Vaticano.
        El "Vengo de lejos" puede referirse a una considerable distancia geográfica: de Argentina a Roma; empero, posiblemente mencione una lejanía de grupo político, o  de concepción ideológica dentro del catolicismo.
        Siempre a la autoridad mayor de los jesuitas, al general de la compañía, se le denomina "el Papa Negro". Pedro Arrupe ya sin el ejercicio de ese cargo, en retiro voluntario, expresó antes de morir el 5 de febrero del 1991 un deseo para la compañía: "Por el presente Amén y por el futuro Aleluya".
        Ese futuro ha llegado. El jesuita Bergoglio arribó y dijo: "pues bien, aquí estoy", denotando una actitud muy firme, símbolo de la compañía.
        Agregando al final: "Gracias por su recepción, también a la Iglesia Católica y a los obispos". No dio las gracias por su "designación" o su "voto", sino por su "recepción" simplemente. Obvio que no es lo mismo recibir que designar. Y el agregado tangencial es tan significativo como todo lo anterior: "también a la Iglesia Católica y a los obispos", cuando fueron éstos los votantes.
        Bergoglio ha publicado obras como Meditaciones para religiosos, Reflexiones sobre la vida apostólica, y Reflexiones de esperanza, habiendo recibido el cargo cardenalicio por disposición y de manos del Papa Juan Pablo II.
        Tiene fama de sencillo, y de presentarse como gente modesta. Ha vivido siempre de manera discreta, habiendo sido criticado por no haber hecho nada en contra de las dictaduras militares en Argentina.
        Cristina Fernández de Kirchner, Presidente de Argentina, con quien ha tenido fricciones, a nombre de su pueblo y su gobierno manifestó: "queremos saludarle y expresarle nuestras felicitaciones... Nuestro deseo es que tenga una fructífera tarea pastoral".
        Y Maradona, quien alguna vez pudo usar de la mano de Dios señaló: "Che, se tardó Dios en voltear para acá".

lunes, 11 de marzo de 2013

En sus marcas, listos... UN CÓNCLAVE IMPREDECIBLE

        Hoy se inicia el cónclave para decidir quién será el nuevo Papa.
        115 cardenales serán los electores, quienes reunidos en la Capilla Sixtina iniciarán a partir de este martes 12 de marzo del 2013 el proceso que los conducirá a elegir al sucesor de Benedicto XVI.
        No será Dios quién elija a su representante sobre la Tierra. Serán exclusivamente poco más de cien príncipes de esa iglesia los votantes, y sólo uno de ellos será coronado.
        El Vaticano supone que cuenta con un mil doscientos millones de creyentes. Nadie más puede asegurar a ciencia cierta cuántos fieles de esa religión hay en el planeta.
        Suponiendo que fuera esa la cantidad de católicos, nunca tan pocos han decidido lo que les puede interesar a tantos. Claramente la llamada democracia no opera en El Vaticano.
        Una microscópica aristocracia, en ejercicio vertical, impondrá al pontífice en un oscuro juego de intereses.
        Lo impredecible de ese fenómeno humano es saber cuánto tiempo les llevará ponerse de acuerdo a dos tercios de los ahí reunidos, a puertas cerradas y en tradicional secrecía.
        Podrían ser minutos, horas, días, semanas, o meses, los consumidos por esa congregación para seleccionar al nuevo Papa; y después humo blanco.
        Nadie puede anticipar el nombre del elegido, aunque el margen de probabilidades para unos sea mayor que para otros.
        Se observa, con cierta certidumbre, que la influencia de Joseph Ratzinger y sus allegados se hará sentir.
        Consensuar, con tantos intereses encontrados y tantas contradicciones agudizadas, no les será fácil.
        Obvio que buscarán un pontífice con fuerza y carisma, puesto que deben suplir las deficiencias del idus Benedicto. Ratzinger confesó al mundo su falta de fuerza; y, todo el mundo lo había ya juzgado como antipático.
        Debe, además, tener talento, o conformar un equipo inteligente, o ambas cosas a la vez, para resolver los problemas graves por los que atraviesan: corrupción económica, desmoronamiento moral, pederastia, revisión de los conceptos de celibato y castidad, pérdida de fe, revalorar el papel de la mujer en el catolicismo, y reconsiderar su visión sobre la bioética.
        También a la curia romana le pegó fuerte el llamado vatileaks, pues desnudó la conducta indecorosa de muchos de sus miembros.
        El cardenal Theodore Edgar McCarrik, arzobispo emérito de Washington, cuando le preguntaron si "se designará a un Papa con un pasado impecable", con buen humor contestó: "Todos hemos cometido errores".
        Pero en eso del ingenio conceptual el cardenal nigeriano John Olorunfemi Onaiyekan no se quedó atrás, ante el cuestionamiento de quién iba a decidir respondió: "Dios ya ha decidido quién debe ser el nuevo Papa. Ahora nos toca a nosotros descubrirlo".
        Ante lo dicho, los favoritos son dos: el Cardenal Ángelo Scola, italiano, arzobispo de Milán, y el Cardenal Pedro Odilio Scherer, arzobispo de Säo Paulo. No son impecables. Dios ya se fijó en ellos. Pero puede ser que pierda Dios.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Oportunidad del Cambio QUE NADIE SE RAJE

        Impecable es la frase: "En México no hay intereses intocables. El único interés que protegeré es el interés nacional"; esto fue expresado por el Presidente Enrique Peña Nieto en la XXI Asamblea Nacional del PRI.
        Esto es válido para todo, o no es válido para nada. El rigor expresivo de esa frase debe quedar firme tanto para una aprehensión reciente de una lideresa sindical como para la política energética, para la reforma educativa o para la seguridad pública. Cuando un poderoso, mujer u hombre, cae en desgracia, inesperadamente, la población se sorprende, registrando ahora la sentencia de que en nuestro país no hay intereses intocables. Así que esperamos la congruencia lógica de las palabras, para que se den los siguientes pasos.
        El hecho simple de la aprehensión, y ahora con auto de vinculación a proceso, motiva cierta confianza después del asombro; empero, ¿qué vendrá después?
        La incógnita no se refiere al proceso penal en sí, ya que los pasos del derecho adjetivo están marcadas por la legislación penal, reguladora de las normas constitucionales al respecto. Habrá el periodo de pruebas, con toda la secuela del debido proceso, la sentencia de la primera instancia, la segunda, los recursos ordinarios, las incidencias, los amparos, la revisión en esta materia, y los demás etcéteras hasta la ejecutoria.
        El acto de autoridad referido tiene una carga política indiscutible, y a la vista de todos, por lo que no sólo es judicial.
        Otra vez: ¿cuál es el siguiente paso? Si este acto de autoridad no tiene planeación, programación ni proyecto, aún es tiempo de reflexionar, pues nunca es demasiado tarde cuando se trata de proteger el interés nacional.
        El proceso penal para una lideresa, supuestamente por disponer en forma ilícita, en su provecho o en beneficio de terceros, de las cuotas de sus agremiados, debe servir para reordenar la vida sindical de México, ya que la mayor parte de los trabajadores sindicalizados del país tiene que sufrir tanto la expoliación del patrón como la de su propio líder. Y este mal que nos corroe está a la vista de todos.
        El encarcelamiento de esa lideresa, por supuestamente actualizar las hipótesis jurídicas del crimen organizado, debe ser útil para superar el flagelo de ese grave delito que afecta actualmente a la vida del país.
        Un proceso penal de esa envergadura no puede ser un hecho aislado, sin consecuencia posterior consecuente con su magnitud.
        Una pésima organización social crea a ese tipo de líderes. El paso urgente es establecer un nuevo y superior sistema que termine de una vez por todas con esos productos nocivos.
        Estamos ante esa breva de cambio, a efecto de mejorar nuestras condiciones sindicales y educativas, para lo cual la sociedad y los obreros, y sobre todo los trabajadores de la educación, debemos sumarnos a la intención presidencial. Que nadie desprecie esa oportunidad de desarrollo. Le cae al que se raje.
        El Presidente de la República no debe fallar en ese propósito. El pueblo de México menos.

lunes, 4 de marzo de 2013

Se nos Debe REPÚBLICA DE ACREEDORES

        El licenciado en psicología Roberto Alan, lector asiduo de El Sol de Morelia, me explicó hace algunos días que tras cada problema existente de ordinario hay una pésima programación cerebral.
        Recordemos que toda computadora se encuentra construida a imagen y semejanza del sistema nervioso central del ser humano; al igual que la jeringa con su aguja reproduce los órganos del mosquito para extraernos sangre e inyectarnos su excreción salival, o a similitud de los helicópteros que están hechos imitando el vuelo de las libélulas o de los colibríes.
        Si nuestra computadora no se encuentra bien programada o se le introduce basura, generara equívocos, sin perder su velocidad; por ende, producirá tontejadas en diezmillonésimas de segundo.
        De ahí lo importante que el cerebro de los seres humanos, con lógica, conocimientos sólidos, cultura, y educación, procese adecuadamente la veraz información que reciba, siempre con un sentido humanista.
        Sin embargo, no hemos formado bien a millones de cerebros humanos, ya por la masividad,  o por la falta de una excelente cultura y una buena educación. Por ello, casi todos los mexicanos estamos seguros que se nos debe, y obramos a consecuencia de esa errónea percepción unilateral.
        El psicólogo Alán señalaba que no conoce líder sindical que viviendo bien a costa de las cuotas de sus agremiados, de los productos de sus chantajes ante los patrones o ante el gobierno, de la venta de plazas, y de algunos otros ingresos de oscuros orígenes, no esté programado cerebralmente para asegurar, bajo protesta de que dice verdad, que todos le debemos.
        Sus representados le deben, su contraparte patronal les debe, las autoridades gubernativas le deben, todo el país les debe por "sus acciones de sacrificio a favor de la patria".
        Pero lo mismo acontece con los que han acumulado capital propio en demasía. Alejados de la humildad, ensoberbecidos en su riqueza, están seguros que el pueblo les debe, pues son ellos los que están generando empleos y, por ende, riqueza. No falta, incluso, quien se considere merecedor de una estatua, o al menos de que se le debe una placa de bronce, con su nombre en letras grandes dando a conocer sus "méritos".
        No pocas autoridades, federales, estatales o municipales, del ejecutivo, legislativo o judicial, están seguras de que el pueblo les debe, la patria les debe, y esperan el pago, o lo cobran por propia mano.
        Y lo mismo acontece con los campesinos, los obreros, los intelectuales, los profesores, los migrantes, los jóvenes, las mujeres, los hombres, todos sentimos que alguien nos debe.
        Hemos hecho de nuestro país, una república de acreedores. A todos se nos debe; y, al final, bajo esta atmósfera general y generada, no hemos creado la conciencia de deudores, a efecto de pagar nuestras deudas. Acreedores contumaces y exigentes, sí hemos producido. Deudores puntuales y buenos pagadores, no hemos generado.
        Es tiempo de reflexionar. Primero pagar lo que debemos, para después cobrar.