Ningún
purépecha, ni azteca ni maya ni otomí ni mazahua, imploró que le enseñarán y le
impusieran la religión católica. Al contrario, se opuso a ello.
En
cambio, le derribaron sus templos, sus dioses y sus creencias religiosas, y le
mataron a sus sacerdotes. La cruel verdad es que entre militares y religiosos
españoles del siglo XVI devastaron a todas las naciones y culturas ahora
denominadas precortesianas.
Hernán
Cortés, procedente de Cuba, con sus hombres armados, llegó a este continente, a
la garganta de lo que hoy se denomina Golfo de México, “en el viernes santo del
año del Señor”, y desembarcó en el sitio que llamó la “Villa Rica de la Vera
Cruz”, y desde ahí comenzó la conquista de los seres humanos y de las tierras,
llegando como enviado de la dueña de todo: La Corona Española.
Para
494 años va la cristianización católica de lo que fue la Nueva España y de lo
que hoy es México; y este proceso ha implicado, entre otras cosas, el
conocimiento y la aceptación de lo que expresan textualmente las decenas de
libros que constituyen la Biblia, además de todo lo que esto implica.
¿Qué
aconteció en el llamado Jueves Santo?, según los cuatro Evangelios, o
biografías oficiales de Cristo. Ni mateo ni Marcos ni Lucas ni Juan lo
precisan. Describen, sí, la pasión de Cristo, pero sin aclarar lo ocurrido en
ese jueves, y sin referencias concretas a las caídas de Jesús; menos, aún,
dando noticia de por qué ahora, durante este jueves, se visitan siete templos.
Existen
varios hermeneutas al respecto, desde gente seria hasta personas superficiales
en sus interpretaciones. Serafín de Ausejo relaciona esas siete visitas a
menciones en los cuatro Evangelios: 1.- La visita de Jesucristo al Huerto de
los Olivos; 2.- La presencia de Jesús, atado, en la casa de Anán; 3.- La
presencia de Cristo en la casa de Caifás; 4.- La presencia de Jesucristo ante
Poncio Pilatos; 5.- La presencia de Jesús ante Herodes; 6.- La segunda
presencia de Cristo ante Pilatos; y, 7.- La final estancia de Jesucristo en el
Gólgota.
Hay
quienes aseguran que fueron 7 las caídas de Cristo durante su recorrido; otros
afirman que fueron 3; ninguno de los cuatro Evangelios indican cuántas; empero,
independientemente de eso, este día es otro Jueves Santo más.
Acaso
a ese personaje llamado Cristo, es decir, al Hijo del Hombre, le interesaría
más que cada uno de nosotros analizara su propia pasión, de la cuna a la tumba,
para observar cuántas caídas hemos tenido, y cómo levantarnos de ellas, como
individuos, y como sociedad.