domingo, 27 de septiembre de 2015

LOGOS
Lo único seguro
EL GOBIERNO NOS ENGAÑA
        Perder un hijo en las condiciones que lo han perdido 43 familias relacionadas con la Escuela Normal de Ayotzinapa ha constituido un drama de alcance internacional.
        Todo lo que pase en torno al tema está ligado, por lo pronto, al Presidente Enrique Peña Nieto y a su gobierno.
        Justo o no, a un año de distancia de esos trágicos hechos, todo el foro mundial, y nacional, ve girar las responsabilidades e investigaciones en la persona del titular del poder ejecutivo mexicano.
        Y él, haga lo que haga, ha quedado adosado al expediente, sin ser formalmente sujeto activo de los actos u omisiones que deben investigarse a plenitud.
        Hace algunos días se reunió Peña Nieto con familiares de los desaparecidos; y les señaló, en síntesis, según lo externó más tarde su vocero: "Buscamos lo mismo; saber qué pasó con los 43."
        Esa  expresión conlleva el claro deseo de establecer un puente entre los ofendidos y el Presidente Peña Nieto. "Nos une algo, la búsqueda de lo mismo. Somos aliados, no enemigos. Juntos hagamos las pesquisas."
        Pero todo lo demás desdijo a esa intención sensata. Ellos, los sujetos pasivos del delito solicitan ocho cosas. El Presidente propone seis diferentes.
        Los agraviados salieron con mucho coraje y decepción. Para ellos la única verdad es que el gobierno no sabe más que mentir. Y esto conduce a la confronta a un callejón sin salida.
        Si existe antagonismo en lo qué busca el gobierno y en lo qué buscan los ultrajados, las cosas no marcharán bien.
        Escruta el poder público su inmediata exculpación en el caso; mientras los vejados buscan con rapidez la confesión de
culpabilidad del gobierno. Un diálogo de sordos mal llevado, entre el temor y el odio, lo que no presagia nada bueno.
        Los foros internacionales que tanto han preocupado a la actual clase política están atentísimos al caso.
        Crear una fiscalía especializada resulta, conforme al artículo 13 constitucional, algo fuera de derecho. "Nadie puede ser juzgado por... tribunales especiales"; es decir, si ni los tribunales pueden ser especiales, menos la fiscalía. Todos debemos ser tratados por las autoridades ordinarias, si no, se rompería el principio de la igualdad jurídica.
        Claro que en México se han dado constantemente violaciones a la Carta Magna, pero ese lamentable hecho no modifica ni reforma lo ordenado por el precepto constitucional en cita.
        No dar "carpetazo al expediente, y mantener abierta cualquier línea de indagatoria, tope donde tenga que topar", son palabras posteriores a la actitud oficial de ofrecer ante todos "la verdad histórica, la legal, la oficial", consistente en que fueron incinerados totalmente en el basurero de Cocutla, y lo que negó completamente el dictamen internacional.
        Además, "tope donde tope", "caiga quien caiga", "hasta las últimas consecuencias", son frases tan desgastadas y tan manidas por el abuso que se ha hecho de ellas, que no ofrecen certeza, sino risa.

martes, 22 de septiembre de 2015

LOGOS
México y Egipto
VUELTA A LA PÁGINA
        Ocho turistas mexicanos asesinados en Egipto, y seis compatriotas heridos. El conocimiento de este hecho, por motivos internos y externos, sacudió a México.
        Ante ese deplorable acontecimiento el Presidente Enrique Peña Nieto se observó, en inicio, acertado y presto.
        Ojalá que, siempre, todos los mexicanos que legal o ilegalmente viajen al extranjero sintieran la protección y el apoyo firme y humano de nuestro gobierno.
        Así, con instrucciones precisas y en el avión presidencial, viajó a Egipto la secretaria de Relaciones Exteriores Claudia Ruiz Massieu; y en su mensaje leído se le notó poco segura de sí misma, y más en algunas entrevistas posteriores.
        Esa indecisión es explicable en quien se siente sorprendida por un inesperado suceso de filosas aristas, pero no justificable para un México con una tradición diplomática que aún tiene embajadores de gran calidad y experiencia.
        Nuestra canciller viajó miles de kilómetros para tratar con un gobierno que quedó sin parlamento desde el 2012, sin tribunales independientes, con el presidente Adelfatá al Sisi producto del golpe de estado del 2013, y con Samah Shoukry, canciller de un gabinete que hace días acaba de ser cambiado por tener altos grados de corrupción.
        Ya ha regresado al país nuestra secretaria de Relaciones Exteriores con los seis heridos, agradeciendo a las autoridades egipcias su colaboración, describiendo como productivas sus reuniones, pues ambos gobiernos han externado su pésame, decidiendo "dar vuelta a la página de hechos traumáticos", y acordando esperar las conclusiones de la investigación, antes de tomar decisiones apropiadas.
        Curiosamente, después del golpe de estado, las normas jurídicas de Egipto tipifican como delito toda conducta que "se haga pública... y vaya en contra de la versión oficial vertida en los casos de terrorismo". Decenas de personas están en prisión por ello.
        Y es tal la corrupción en Egipto que el hecho de los mexicanos lo han clasificado como terrorismo, supuestamente análogo a los casos de narcotráfico y crimen organizado que padece nuestro país, en donde también hay efectos colaterales cuyas víctimas siendo inocentes pagan, como justos, lo que no pueden liquidar los pecadores.
        Con cinismo Yasser Shaban, embajador de Egipto en México, afirmó hace días: "No sabemos quién mató e hirió a los turistas mexicanos. Nadie puede probar que fue el ejército".
        Sería lamentable que ese hecho sólo quedará dándole "vuelta a la página", pues igual se haría con otros problemas que el gobierno mexicano tiene que enfrentar, como el de los hijos de mexicanos nacidos en los Estados Unidos de América, a quienes ampara la enmienda 14 de la Constitución de aquel vecino país, y a quienes está negando Texas varios derechos humanos por carecer, sus padres, de pasaporte y visa.
        ¡Cuidado!; si todo se resuelve dándole vuelta a la página, pronto no habrá vuelta ni página ni México.

lunes, 14 de septiembre de 2015

LOGOS
Encierro, destierro, o entierro
MOTIVÓ EL LENGUAJE DE LAS ARMAS
        El pequeño grupo que inició la lucha por la independencia de la Nueva España, en contra de la Corona Española representada en la colonia por el virrey y su séquito, pero humillada allá por el poder de Napoleón Bonaparte, fue a partir del 16 de septiembre del 1810 encabezado por Miguel Hidalgo y Costilla.
        Ese original colectivo insurgente no era proclive a la violencia, pero fue orillado a ella por el despotismo de los poderosos, sordos al sentimiento popular e insensibles a los requerimientos sociales de inicios del siglo XIX.
        Ni Allende que era oficial del ejército realista, y cabeza visible de esa junta conspiradora, hizo elogio del uso de las armas, menos aún quien fuera Rector del Colegio de San Nicolás Obispo.
        Don Miguel Hidalgo, según lo describen las personas de su tiempo, era de pocas palabras en el trato común, de conceptos claros y elocuentes en la discusión; gente de ciencia, optimista, obsequioso, hospitalario, complaciente, activo y gustoso de la agricultura, industria, y artes manuales, asiduo lector, buen traductor, gustador del teatro, excelente amigo, entregado a la buena mesa, al vino excelente, a los debates, estudioso, viajero, analítico, inclinado a la música y al baile, jugador de baraja, dados, gallero, atraído por las carreras de caballos y corridas de toros. Gustaba de las mujeres, y muchas le respondían gustosas, motivo por lo que fue padre, amén de eclesiástico, en lo familiar.
        Perfil, ése, no cercano a la vocación a la violencia política; sin embargo, siempre mostró discreta simpatía por la independencia, como la mayoría de los intelectuales de ese tiempo.
        Precisa y constantemente lo hace notar Hidalgo en los documentos redactados y firmados por él durante su campaña, ya enrolado en esa guerra necesaria.
        En la carta fechada el 21 de septiembre del 1810, dirigida a su amigo el intendente de Guanajuato Juan Antonio Riaño para pedirle la rendición de la plaza, le narra cómo de iniciar con 15 hombres tiene más de 4 mil armados, explicándole que ha avanzado tomando pueblos "sin tener ninguna violencia".
        Y le pide que se les entregue Guanajuato, "mostrando una prudente condescendencia", porque así se cuidarán "la conveniencia personal, los intereses, la paz... en término satisfactorio."
        En diciembre del 1810, desde el cuartel de Guadalajara, expone los motivos de la guerra; y ahí observamos cómo analiza las odiosas circunstancias que los condujeron a tomar las armas para la violencia.
        Indica la manera en que acabaron con la felicidad, los atentados contra quienes lucharon por mejorar pacíficamente la vida de todos, "mirándonos como hombres estúpidos, como manada de animales cuadrúpedos sin derecho alguno".
        En esa realidad, por él vista, para quienes querían desarrollo sólo había encierro, destierro, o entierro, motivo suficiente para dar lugar al lenguaje de las armas.
        Quien cierra las opciones para desarrollos y cambios verdaderos por el camino de la paz es, sin duda, el productor de la violencia.
        Aprendamos de nuestra Historia.

lunes, 7 de septiembre de 2015

LOGOS
Conmocionada la conciencia
FABRICANTES DE DESAPARECIDOS
        Al final de todo la verdad prevalece; sin embargo, urge que siempre la verdad despunte desde el inicio.
        A pocos días de que se cumpla un año de los lamentables hechos de Iguala, en donde 43 estudiantes de la Escuela Rural de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) formado por especialistas extranjeros, solicitado por un organismo de la OEA y de acuerdo el propio gobierno mexicano, hizo público su peritaje: "...los 43 estudiantes no fueron incinerados en el basurero de Cocula...", como fue la verdad legal y oficial establecida, en su momento, por la Procuraduría General de la República.
        Ahora, la misma procuraduría ordena un nuevo peritaje en dicho basurero, acaso ya sin ninguna trascendencia, por estar fuera de tiempo, espacio y modo, pero sobre todo en virtud de que esa verdad oficial, con tan poco crédito, ha quedado abatida por el dictamen que se cita.
        Hoy es más grave la cuestión. La procuradora federal Arely Gómez al enterarse del peritaje reconoció "la magnitud del problema"; y el Presidente Enrique Peña Nieto, a través de su cuenta twitter, agradeció el trabajo de los especialistas, comprometiéndose a "seguir sumando esfuerzos en favor del Estado de Derecho y la protección de Derechos Humanos."
        Y esas manifestaciones gubernativas abstractas y generales tienen que bajarse a nuestra realidad concreta.
        Se puede reconocer, por ser probable, que esos alumnos hayan estado cometiendo faltas administrativas y hasta ilícitos; se puede reconocer, también, por ser posible, que sus padres estuvieron muy despreocupados de sus hijos mientras cometían desmanes; empero, nadie por eso debe ser desaparecido, ni menos de la manera que ellos lo fueron ni menos aún por autoridades del gobierno mexicano, o con su complacencia.
        En ése, como en todo caso similar, los agraviados somos todos los mexicanos, y requerimos que se conozca la verdad, sea cual fuese.
        Queda claro, como lo reconocen esos expertos en sus 560 páginas, que su dictamen "no es un diagnóstico definitivo", pero si establecen con precisión "los hechos que están probados"; y señalan como una problemática frecuente en México "la desaparición de personas".
        Y es que la pobreza, la falta de cultura y educación, la explotación económica como estructura productiva, los malos gobiernos entronizados por mafias políticas, el crimen organizado, entre otros males, han lastrado algunas regiones de México. Y en ese dictamen minucioso se denota todo esto.
        Los hechos probados por los integrantes de ese grupo dictaminador, y sus razonamientos, resultan, confrontados con la verdad legal y oficial de la PGR, de obvia certidumbre.
        Sólo un ejemplo: "La incineración de 43 cuerpos humanos hubiera requerido 30 toneladas de madera, 13 neumáticos y unas 60 horas de combustión... y en el lugar no hay pruebas de que esto haya acontecido..."
        Conmocionada la conciencia nacional, el Presidente Peña Nieto tiene frente a sí la oportunidad de llegar a la verdad, e iniciar la etapa de un México sin fabricantes de desaparecidos ni desaparecidos.