domingo, 28 de marzo de 2021

 LOGOS

Un pícaro vacunador

AMLO EN CAMPAÑA ELECTORAL

        Todas las encuestas han caído en descrédito. Son tan falsas como los títulos emitidos en la Plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México.

        Dichas encuestas se han comercializado de manera tan sucia que, como ilegales mercancías, se venden al mejor postor.

        Al gusto y a la medida de quien más paga, estos sondeos se emiten con todo descaro.

        “¿Sabe quién es el presidente Andrés Manuel López Obrador?”

        Esa es la primer pregunta boba de las encuestas oficiales; y, a ella, casi el 100% contesta que sí.

        Por ende, el puntaje de aceptación se eleva.

        Y los que quieren bajarle el puntaje de aceptación de inmediato preguntan: “¿cree usted, como lo afirman varios, que Amlo es mejor que Jesucristo?”

        Cuando la realidad es que una inmensa mayoría de mexicanos sabemos quién es López Obrador, y que sólo gente sin escrúpulos lo compara con Jesucristo.

        También se observa que Andrés Manuel acepta y promueve ese tipo de ridículas comparaciones, apostándole a la ignorancia y dogmatismos de ciertos sectores de nuestra sociedad.

        Pero en la lógica gramatical nos encontramos con que “encuesta”, no es lo mismo que “en cuesta”.

        Las encuestas como sondeos están descalificadas; empero, la realidad, vista por todos, es que la presidencia de Amlo ha colocado a México “en cuestas” respecto a todos los graves problemas que padecemos.

        Vivimos los mexicanos en pendientes accidentadas, bajadas y declives escabrosos, en salud, economía, seguridad pública y en otras materias, en franco peligro de desbarrancarnos.

        La pésima política de Andrés Manuel frente al covid parecería cómica, si no fuera tan dramática la muerte de 500 mil mexicanos, aproximadamente, según la contabilidad de organismos internacionales.

        Porque hasta en el número de fallecidos miente el presidente Amlo.

        En salud pública, López Obrador ha falseado todo, al “me canso ganso”; frase equivalente a la que usaba el cacique potosino Gonzalo N. Santos: “cartucheras al cañón, quepan o no quepan”.

        Aunque el Papa Francisco le captó otro sentido a eso de “me canso ganso”, al pedirle (con fina ironía) a la esposa de Amlo durante su improductiva visita al Vaticano: “Dígale a su esposo que no se canse”.

        Pero a estas alturas de abril del 2021, ante la matazón que ha provocado de medio millón de compatriotas el presidente Andrés Manuel López Obrador (con su política), ya no repite sus mentiras de que “el covid es invento de los conservadores, de mis enemigos”, ni refrenda su “apártate maligno” ni muestra sus “estampitas”, o “el billete de dos dólares”, y su “como anillo al dedo”.

        Ahora, sin remordimiento, renueva su política de salud pública con otro dicho: “Toco madera, para que no haya una tercera ola de covid en México”, cuando la primera oleada no ha terminado aún.

        Las vacunas (sea cual fuere) están elaboradas al vapor, y certificadas (no por tres o cinco años de experiencias) sino por la urgencia y, así, todos los vacunados son conejillos de indias, al no haber otra cosa que genere esperanza.

        A ello hay que agregar la ineptitud del obradorato, de muy poca calidad moral, al convertir la vacunación en actos de campaña electoral para ayudar a los candidatos de Amlo.

        Apenas firmaba el presidente (con la mayoría de los gobernadores) su compromiso de no entrometerse en la próxima campaña electoral, y ya estaba electoralmente peleando con el INE, con toda su tozuda torpeza.

        Amlo es un gesticulador. Afirma sin ninguna vergüenza: “Las elecciones próximas deben ser limpias y libres. Debe haber contrapesos para el poder. El poder no debe ser de uno solo hombre”.

        Cuando él ha manchado, ya, esas elecciones al sujetarlas a su exclusivo capricho. Ha acabado con sus contrapesos; y el poder es de su exclusiva propiedad.

        Amlo no ha dejado de hacer campaña electoral, y en esta sucia tarea es un pícaro eficaz.



lunes, 22 de marzo de 2021

 LOGOS

Tropiezos presidenciales

SEMANA DE LA PASIÓN

        El presidente Joe Biden, de 78 años, es un buen hombre, y lamento que haya sufrido varios tropiezos en la escalerilla del avión presidencial Air Force One.

        Su médico, de inmediato certificó que el presidente estaba saludable al 100 por ciento.

        Los medios de comunicación masiva dieron cuenta de esas caídas, y las reacciones en el mundo fueron variadas.

        La familia Trump, por ejemplo, a través de uno de sus juniors hizo comentario irónico: “Fíjese en el hecho de que el presidente de EU es tan frágil que cae, golpeado por el viento”.

        Días antes, Biden tuvo otro traspiés al lanzar feroz expresión contra el presidente de la Federación Rusa, de 68 años: “Vladímir Putin es un asesino que pagará el precio por su intromisión en las elecciones de EU”.

        El líder ruso contestó en pocas horas y con breves conceptos: “Le deseo mucha salud al presidente Biden. En la historia de cada nación hay muchos momentos dramáticos y sangrientos, y quien señala a alguien como asesino, se está viendo en el espejo.”

        Putin es ágil de palabra, pero en su acción política ha sufrido caídas frente a sus opositores, y en foros internacionales sus porrazos no han sido menores.

        Los golpazos políticos que se ha dado el presidente de la República Federativa del Brasil, Jair Bolsonaro, no son pocos; él mismo asegura que sufre “una guerra, como nunca presidente brasileño la ha tenido”.

        No acepta haber cometido errores. Explica que todos los problemas actuales del Brasil los crearon sus enemigos; y sus enemigos son los comunistas.

        Las mortandades por covid en Brasil, sólo superadas por EU y por México (si se toma como base la contabilidad internacional sobre nuestro país), las siguen provocando los comunistas.

        A tres ministros de Salud ha despedido el presidente brasileño. El último destituido fue un general de nombre Eduardo Pazuello; y nombró, en su lugar, a su cuarto ministro en esta materia hace unos días, al cardiólogo Marcelo Queiroga, pero dejando a todo el personal militar dentro de ese ministerio.

        Brasil está militarizado; no hay función pública que no la realicen los militares, o que no esté supervisada por ellos.

        La pasión militar del presidente Bolsonaro le hace sufrir sus demás pasiones, incluyendo a la pasión pandémica.

        Esa semana de la pasión está, también, por vivirse en México; país peligrosamente militarizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, al que el Pentágono le señala que entre el 30% y el 35% del territorio nacional está en poder del crimen organizado.

        Amlo vive, a su vez, una pasión presidencial que nos ha conducido a sufrir, según cifras internacionales, cerca de medio millón de muertos por covid.

        En donde, por arranques de pasión presidencial, nos amenaza con seguir reformando la constitución para que opere a su gusto y capricho la 4T; para manejar las suspensiones de amparos, y los amparos, al me canso ganso.

        Sólo falta que, si no le obedecen a López Obrador los jueces, magistrados y ministros; los cambie, para poner en su lugar a militares.

        ¡Faltaba más! Así se vive en México la pasión en el 2021.

        Aquellos recuerdos, entre Jerusalén y Betania de un dios que quiso ser hombre, se volvieron borrosos.

        Hoy hay un hombre que quiere ser dios, y que se empeña en hacernos felices, pero en todo fracasa, menos en lo electoral, pero a su favor.

        Para colmo, México dejó de ser el pueblo feliz número 23 en la lista de la ONU, para ocupar el número 46 en este año 2021.

 


 

lunes, 15 de marzo de 2021

 LOGOS

Magistrados y jueces federales

VOCES CON DIGNIDAD

        No todo está descompuesto en México; millones y millones de mexicanos son personas honradas, trabajadoras y dignas.

        El gobierno, como el pescado, se empieza a pudrir por la cabeza; pero, entre nuestras autoridades, aún hay partes que emiten pulcritud.

        Un alentador ejemplo de ese aseo público es el mensaje formulado, recientemente, por la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación.

        Afirmaron que su “único compromiso es con la constitución y la independencia que garantiza un efectivo estado de derecho”.

        Su breve comunicado genérico, sin señalar a quién va dirigido, fue una decorosa lección jurídica contra la impertinente y grosera autocracia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

        El Juez Segundo de Distrito en Materia Administrativa con sede en la CDMX, Juan Pablo Gómez Fierro, concedió la suspensión provisional a los quejosos contra las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica; esa ley a la que, por dogmática orden de Andrés Manuel, el poder legislativo no le cambió ni una sola coma.

        En esa actitud del ejecutivo (amo) y legislativo (vasallo), se ve la purulencia del gobierno.

        Más, cuando el presidente presionó desde su maña… nera, exigiendo obediencia al poder judicial federal para que se investigue a ese juez que osó otorgar esa suspensión provisional.

        Así, dijo: “Un día después que entró en vigor la ley, conceden el amparo… es el colmo que estén sirviendo a intereses particulares… en forma visible se muestra, en ese juez, un claro servicio al interés de los conservadores”.

        El presidente Amlo (como autoridad señalada como responsable en ese juicio de amparo) tiene el deber y el derecho de defender la constitucionalidad de esa ley, y de probar que con ella no se violan los derechos humanos garantidos a nadie.

        Pero su defensa debe hacerla por los cauces jurídicos. En su informe previo y en su informe justificado puede alegar lo que desee y aportar pruebas de que su acto de autoridad se ajusta, en el caso, a nuestra Carta Magna y a los tratados internacionales.

        Lo que no puede ni debe hacer (aunque ya lo hizo en sus maña…neras) fue provocar nuevos actos de autoridad que vuelven a vulnerar derechos humanos, en la especie, en contra de ese juez de distrito y de los quejosos.

        Esos que Amlo llama “particulares”, como si fueran los malos, conservadores y neoliberales, son a los que nuestra Carta Magna denomina: “… todas las personas gozarán de los derechos humanos”. Son, nada menos, los titulares de esos derechos fundamentales garantizados, sean personas físicas, o personas morales.

        Cuando el presidente Andrés Manuel tiene esos arranques desaforados y abusivos (que es un día sí y otro también) exhibe la inmundicia del gobierno.

        En el momento en que los legisladores federales (como lacayos de Amlo) lucen como su mejor razonamiento: “es un honor estar con Obrador”, despliegan la peor bascosidad de las autoridades.

        En el momento de la conferencia matutina en que, siendo día de la mujer, las colaboradoras del ejecutivo federal dirigidas por un varón entonan, la humillante versificación de “es un honor estar con Obrador”, afloran lo pútrido del gobierno.       .

        Aunque con retraso de días, que bien que el presidente de la SCJN Arturo Zaldívar, ante el execrable amago de López Obrador, reiteró: “los jueces actúan con independencia”.

        Es un aliento satisfactorio percatarse de que no todo el gobierno está podrido. Gran parte del Poder Judicial Federal, con todo y sus imperfecciones en algunos de sus miembros y alguno de sus actos, funciona conforme a derecho.

        Si los órganos jurisdiccionales de amparo tienen que negar u otorgar, en esos juicios, la suspensión definitiva y si amparan o no amparan, que sea en apego al sistema jurídico mexicano, pero nunca por órdenes del tirano ni por temor al dictador, por más terrorismo que quiera provocar con su alocada conducta en su circo televisado en cadena nacional.

        El gobierno mexicano se derrumbará, pútrido, cuando los ministros, magistrados y jueces, en lugar de aplicar el derecho con independencia, gratuidad, prontitud e imparcialidad, entonen: es un honor estar con Obrador.

        Los mexicanos somos libres, no lacayos; ni de este presidente totalitario ni de ningún otro.

 


domingo, 7 de marzo de 2021

LOGOS

No se frenará con muros

LA LUCHA DE LAS MUJERES

        Las mujeres mexicanas tuvieron, para hoy, su día, una respuesta clara y precisa del presidente Andrés Manuel López Obrador.

        Muros de acero aparecieron en la Ciudad de México, ante la marcha por ellas anunciada para este 8 de marzo.    

        ¿Agravios?, han sufrido infinidad por parte de Amlo. El más reciente, la expresión: “Hay toro”, pronunciada con toda soberbia por Félix Salgado Macedonio, al sentir el apoyo personal de Amlo, para sostener su candidatura al gobierno del Estado de Guerrero.

        Esas cercas de metal son una grosera provocación.

        La jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, dijo: “Las vallas de acero son para resguardar el patrimonio nacional”.

        Y pudiera ser un buen propósito, si no hubiese el presidente Andrés Manuel López Obrador convertido a Palacio Nacional en su modesta casita.

        “Esos muros de acero son para garantizar la libertad… son para proteger, no para reprimir”, adujo el coordinador de Comunicación Social de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas.

        Pero su explicación parece burlesca. Cierto que el acero hecho muros ha servido para muchas cosas; pero, curiosamente, no congenia con la libertad.

        Y los cercos de hierro protegen a quienes los montan, y siempre reprimen a aquellas que rechazan, como en el caso.

        Mientras, el presidente López Obrador declaró: “Esas vallas se han puesto no porque tengamos miedo, sino porque hay mucha provocación e infiltrados… más valen muros que soldados”.

        A explicación no pedida, confesión manifiesta.

        Frente a un presidente autoritario, sin los pesos y contrapesos institucionales, surge la lucha de las mujeres mexicanas que puede derivarse a una limitante, eficaz, ante el enorme y peligroso poder de Andrés Manuel.

        No se trata de si López Obrador tiene miedo o no. Lo cierto es que mandó poner las murallas de acero como su respuesta a la lucha de las mujeres mexicanas.

        Y su réplica contra las mujeres sólo tiene dos pobres opciones: soldados o muros

        Cuando cada una de las mujeres de nuestro país debe pensar si ella es una provocadora, o una infiltrada, términos despectivos que se suman a la cadena de injurias gubernativas.

        Este Día de la Mujer en México dejará una huella de su presencia; obvio, esa impronta generará lecturas distintas.

        Desde las que exhuman a Sor Juana sobre las necedades del macho, hasta las que aceptan la presunción de toros, sin darse cuenta del animalesco comportamiento de estas bestias, a las que aún en la fiesta brava suelen cortarles las orejas y los rabos.

        Y bajo presión social, esos toretes de petate suelen bramar en mitin público electorero: vivan las mujeres.

        Lo cierto es que las mujeres en su día (cuando el día de la mujer debe ser todos los años de su existencia) no merecen cercas de acero ni para encapsularlas ni para contenerlas, menos por órdenes de un presidente insensible e insensato.

        Cuando Andrés Manuel roba, por sí o a trasmano, él lo justifica como una aportación para una causa justa.

        Si López Obrador traiciona, él lo explica asegurando que es una táctica para cuidar principios superiores.

        En cuanto Amlo miente, al afirmar que las mujeres pueden acercase siempre a él, les cierra el paso con altas láminas de acero, dando explicaciones baladíes.

        Amlo nos recuerda a Trump, cuando éste explicaba su muro contra México: “como el muro de la paz, y de la libertad”.

        Entendamos, no se frenará, con muros, la lucha de las mujeres mexicanas.



 

lunes, 1 de marzo de 2021

 

LOGOS

Inflación a la vista

AMLO, PÉSIMO ECONOMISTA

        La deuda del gobierno federal, según informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cerró en el año 2018 con cerca de 7 billones 900 mil millones de pesos.

        Esa misma secretaría informa que la deuda del gobierno federal, al cerrar 2020, es de cerca de 12 billones 300 mil millones de pesos.

        Eso significa que durante poco más de dos años de ejercicio presidencial de Andrés Manuel López Obrador, éste nos ha endeudado con 4 billones 400 mil millones de pesos más.

        Esos son los datos de la SHCP; pero, Andrés Manuel, acostumbrado a mentir, ha asegurado que él no ha endeudado a México ni lo endeudará.

        Y siguiendo su reiterada costumbre, seguramente que, al ver estos informes hacendarios, dirá: “yo tengo otros datos”; aunque nunca ha exhibido sus “otros datos”.

        Esa machacona frasecita lo motivará a crear una nueva secretaría: La Secretaría de los Otros Datos, y a apabullar al secretario de Hacienda Arturo Herrera, hasta hacerlo confesar que hubo un lamentable equívoco en la contabilidad.

        La economía mexicana está dañada desde hace varios sexenios, agravándose severamente en estos dos años del presidente Amlo.

        88 años ha, que nuestro fenómeno económico no había padecido una caída tan drástica.

        Y la política económica de López Obrador no tiene vocación ni perfil productivo.

        Ha logrado ingresos en base a vender inmuebles y muebles del patrimonio federal dejados por anteriores administraciones; sus entradas han sido al convenir con ricos, supuestamente morosos, para que paguen antiguos impuestos, o que retornen lo sustraído, a cambio de no llevarlos a la cárcel.

        Su mayor inversión efectuada es regalar dinero público, en diversas modalidades (a niños, jóvenes y ancianos), para producir muchos votos a favor de Andrés Manuel López Obrador y de Morena.

        El dinero de los ahorradores mexicanos (baratísimo) lo usa en inversiones a fondo perdido, patrioteramente, en PEMEX Y CFE.

        La refinería de Dos Bocas tendrá mas costo que ganancia; el tren maya destruirá más de lo que genere; y el aeropuerto Felipe Ángeles, en manos de militares será poco turístico.

        Con esa política se ha debilitado a la economía mexicana desde dentro.

        Pero desde fuera (porque México no es una isla, inasible y solitaria), nuestro país ya sufre los embates del insensible capitalismo internacional.

        Ríos de dólares comienzan a recorrer por todo Latinoamérica, África, Europa, Oceanía y Asia, dinero barato que nos saldrá muy caro a la larga.

        Dólares estadunidenses inflacionarios (no para EU) para los países que los consuman, empobrecidos y necesitados por la pandemia, por la guerra, por el cambio climático, por su incapacidad productiva, por su altísima corrupción.

        Como quien pretende inflar un enorme globo (perforado en varias de sus partes) a base de quemar dinero para producir el calor necesario que lo eleve.

        Conforme a los datos de INEGI, la contracción económica en nuestro país equivale a una pérdida, hasta el momento de cerca de 823 mil millones de pesos, lo que significa un menoscabo, contablemente, de 6 mil 550 pesos por habitante.

        Mientras, el covid-19 sigue en el 2021 revolcando al gobierno mexicano, quien ha sido inepto e ineficaz con su “detente maligno”, su “billete de dos dólares”, su “cómo anillo al dedo”, y su electorera distribución de vacunas.

        Pero más que ese virus, la pésima política de López Obrador ha asesinado a centenares de miles de mexicanos, y ha forjado el quiebre de la economía de México.

        Recordemos, los eficaces politiquillos electoreros siempre han sido economistas pésimos.