LOGOS
No dejarnos pisotear
¡SALUD!, PRESIDENTE
TRUMP
El Presidente Obama llevó al sistema de
salud de EU a un plan en donde, pagando más los ricos, se obtiene una cobertura
mayor para los pobres.
A ese modelo se le llamó Obamacare, y
sin ser perfecto, pero sí necesario, concitó en su contra a millones de
estadunidenses que, en la campaña presidencial reciente, fueron cooptados por
las severas críticas electorales de Trump a esas normas jurídicas de salud
"populistas".
Recordemos que para Obama es un orgullo
ser populista, conforme a la conceptualización que políticamente maneja; y
Donald Trump, candidato y presidente atípico, prometió que cumplirá sus
promesas de campaña, pero, desgraciadamente, formuló con vísceras la mayoría de
esos compromisos.
Puntual a sus desajustados
ofrecimientos, pero con soberbia, el Presidente Trump envió al Congreso su iniciativa
para la nueva política de salud, pensando que la mayoría republicana,
encabezada por el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, iba a
asegurar la votación suficiente para decirle good by al Obamacare, y darle
gloriosa bienvenida a la Ley de Salud de Trump, pero, ¡oh sorpresa!, todo
resultó un desastre.
La idea del Presidente Trump es descargar
a los ricos del impuesto a la salud que, a su parecer, no les regresa nada a
esos contribuyentes, para mejor invertir esos recursos para la guerra, la que
siempre ha dejado a los ricos estadunidenses pingües ganancias.
Empero, sin entender Trump que sólo en
2018 se quedarían sin cobertura de salud 14 millones de estadunidenses, cifra
que crecería azarosamente; y que se trata de restar a ese sector 150 mil
millones de dólares, sin ahorrárselos realmente a los ricos, sino para
derivarlos a la guerra, pero sin decir ni a cuál ni cuándo ni dónde ni en
contra de quién, y sin ninguna garantía de que ese hecho bélico impreciso logre
engrandecer más a los EU. ¡Vaya locura!
Así, el modelo de Trump fue desechado, y
no podrá volverse a presentar, aun reformada la iniciativa, en el lapso de un
año, lo que resulta un rotundo fracaso que, presagia, tanto la conclusión de la
luna de miel política que ese presidente gringo venía gozando, como el inicio
de un acelerado desgaste, por la gran capacidad que tiene Trump de fabricar
enemigos.
Obsérvese que ese golpe a la
administración Trump no afecta exclusivamente al sector salud, sino a la economía
y a la política de EU.
Desgraciadamente el gobierno de México se
ha visto ante la administración de Trump, desde dentro y fuera de nuestro país,
temeroso, errático, y hasta como un ofrecido complaciente.
La
administración del Presidente Enrique Peña Nieto ha provocado con su timidez
obsequiosa, ante Trump, que extranjeros como Colin Powell, secretario de Estado
con el republicano presidente George Bush Jr., nos aconseje: "No se dejen
pisotear por el gobierno de Donald Trump en ninguna negociación… sin
inmigrantes EU no sería rico ni podría seguir liderando al mundo libre".