lunes, 31 de julio de 2023

LOGOS

Pagés y López

LA RISITA DEL PRESIDENTE

En el mundo de la política no falta nunca un provocador; es decir, alguien que impulsa la conducta qué de otros desea, a efecto de aprovecharse de lo producido.

Algunos de los provocadores son histriónicos y embusteros y, como en el juego del billar, intentan lograr la carambola de tres bandas.

Para mal de todos, el actual presidente de México es embaucador de esa calaña.

Prueba documental pública de lo anterior es la serie de actos de autoridad de sus casi 1300 mañaneras, tan caras como mañosas.

En la mayoría de ellas provoca a alguien, y en no pocas comete delitos, poniendo en riesgo la seguridad pública, vías de comunicación y correspondencia, contra la autoridad, contra la salud, contra la moral pública y las buenas costumbres, revelación de secretos, ejercicio indebido del servicio público, abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, uso indebido de atribuciones y facultades, concusión, intimidación, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias, cohecho, peculado.

Delitos a los que se suman, los cometidos contra la administración de justicia, contra la economía pública, contra la paz y la seguridad de las personas, contra el honor, el patrimonio, la integridad y la vida.

        Cuando desde su atril mañanero el presidente López se lanzó en contra del respetado periodista Ciro Gómez Leyva, éste sufrió un atentado a su vida.

        En ese lamentable caso, como en todos los demás, el provocador es el actual presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

        ¡Qué falta de responsabilidad presidencial!

        Millones de mexicanos temen que esa irresponsabilidad del presidente llegue a ser la causa de atentados contra la vida de los opositores, atacados por él desde su bélica plataforma oficial.

        Por eso hubo periodistas de renombre que, siendo las voces de la población, le hicieron un llamado al presidente a efecto de que ajustara sus actos a nuestra Carta Magna y a las leyes que legal y válidamente de ella emanen.

        Y de inmediato el provocador presidente llamó provocadores coludidos a Beatriz Pagés, López Dóriga, Aguilar Camín y Riva Palacio; cada uno de ellos le contestó al presidente en su estilo y oportunidad.

        Beatriz Pagés, certera, valiente y directa, le respondió, “Señor presidente: “… usted utiliza autoritariamente cada mañana para difamar, insultar y dividir a los mexicanos… lleva cinco años construyendo un ambiente de violencia política y de odio social. Utiliza impunemente y de manera abusiva el cargo de Presidente de la República no para gobernar… sino para perseguir voces disidentes que puedan poner en riesgo la continuación de un proyecto político dictatorial y destructivo”.

        Prosigue Beatriz, “Usted, como cabeza de gobierno, tiene la obligación constitucional, política y moral de no alentar un ambiente donde pueda llevarse a cabo un magnicidio… el primer interesado en proteger la vida de los aspirantes de la oposición a una candidatura presidencial debería ser usted… Deje de comportarse como un tirador que usa una posición privilegiada para eliminar a quienes comienzan a constituirse en un riesgo para sus ‘corcholatas’… No señor presidente, la conspiración ‘perversa’, ‘fascista’, ‘riesgosísima’ de la que quiere responsabilizarnos, la urde usted desde hace cinco años en contra de la nación”.

Concluyendo Beatriz: “la mentira como método de engaño y control, usted la domina y practica plenamente. La perversidad no está en la prensa crítica, está en las aguas negras de Palacio Nacional. Su política de ‘abrazos y no balazos’ fue pensada… para convertir a México en un paraíso de impunidad al servicio del crimen organizado. Los cárteles son aliados electorales de su partido… Deje de sembrar odio y violencia… cada vez más ciudadanos se unen… para salvar al país de su gobierno, y de un presidente que odia a México y a los mexicanos…”

Al provocador López le salió el tiro por la culata con la firme y severa respuesta de Beatriz Pagés.

La chueca risita nerviosa del presidente López contrastó con la seriedad e inteligencia de Beatriz Pagés

Esa risa de López es maligna, como la que presenta Umberto Eco en su libro ‘El nombre de la rosa’, o la que analiza Aristóteles en el segundo tratado de la ‘Poética’, la risita del mal.



lunes, 24 de julio de 2023

LOGOS    

Desgobernar, un estilo

ANDRÉS, LO MALO DE TODOS

        Daniel Cosío Villegas (1898-1976), un intelectual mexicano de todas las horas nos dejó lecciones inolvidables, ahora ya olvidadas.

        El domingo pasado, sin conmemoraciones oficiales o públicas que se hayan conocido, se cumplió el CXXV aniversario de su nacimiento en la CDMX.

        Cosío tituló a uno de sus múltiples y valiosos libros: ‘El estilo personal de gobernar’. Las características personales del presidente Luis Echeverría Álvarez fueron la base del tema en desarrollo.

        Sostuvo en esa obra: “Los defectos del presidente se vuelven característica del sistema mismo… El autoritarismo hace que esa patología del líder se transforme en la patología del gobierno… Vivimos dentro de un sistema político enfermizo”.

        Y tomando Cosío una frase de su maestro estadunidense Robert Alan Dahl (1915-2014), asevera: “Entre más habla el líder, menos hace”.

        Don Daniel Cosío Villegas encontró en el pensar, decir y hacer, del presidente Echeverría, un estilo personal de gobernar, y lo describió de manera profunda.

        Ahora, ya iniciada la segunda mitad del año 2023 y a poco más de un año de que termine su ejercicio presidencial Andrés Manuel, noto que su estilo personal de gobernar no es personal, y es un desgobierno.

        El presidente López se parece a Echeverría. No en lo físico ni en sus cualidades, sino en sus defectos. Son concentradores de poder. Hablan, hablan y siguen hablando. Sencillos en sus hábitos, y complicados en su interior. Subrayan estar con los pobres y desprotegidos de la Tierra, pero en el fondo pretenden, con su traje popular electoral, entrar a la Historia. Descalifican a la derecha, pero no se atreven a decir que son de izquierda. Tendieron a hacer macro obras públicas, no del todo aceptadas ni concluidas.

        Con el presidente José López Portillo y Pacheco también se parece Andrés. No sólo tienen en común el primer apellido, sino un estilo de operar desde Palacio Nacional, manejándolo todo, con una gran soberbia y un populismo ineficaz.

        El presidente actual tomó para su estilo de gobernar los principios del presidente Miguel de la Madrid Hurtado: Renovación moral y Simplificación administrativa, al menos de palabra. Algo aventajó de la Madrid en planeación. Lo moral y administrativo quedó como un buen propósito. López esgrimió de mentiritas estos valores, ya que su autoritarismo es de ocurrencias, con enredos administrativos e inmoralidad por todos lados.

En el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari se afirmaba, sin ninguna duda: llegó para gobernar a México, mínimo, 30 años.

Ese estilo de gobernar, en el aspecto referido, lo hizo suyo nuestro actual presidente. Con su concentración de poder, López pretende ejercer su autocracia mientras viva.

López quiso utilizar el Tratado Trilateral de Libre Comercio logrado por Salinas, pero lo dobló el presidente de EU Donald Trump, imponiendo, éste, el T-MEC.

        Del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León tomó su idea central: “Bienestar para todos”. López le ha apostado a esta palabra: “Bienestar”. Igual, recordemos que el único expresidente que nunca aceptó recibir la jubilación de 5 millones de pesos mensuales fue Zedillo, y como estilo de gobernar López suprimió para los expresidentes esa jubilación.

        Vicente Fox Quesada levantó la bandera de “demócrata”, como candidato y como presidente. Lo mismo hizo y hace el presidente López; éste, en su estilo de gobernar es igual de guasón, refranero, mentiroso y metedor de pata, hoy sí, y mañana también. Uno fuera del poder se dice pobre, el otro dentro del poder afirma no tener ni un peso en el bolsillo, pero ambos son muy ricos.

        El presidente Andrés tomó como punto de partida la guerra declarada al crimen organizado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, yéndose al otro extremo: “Abrazos y no balazos”. Los extremos se hermanan, y conllevan un gran desastre, siendo el mismo estilo de gobernar al fin de cuentas, sin resultados positivos.

        Muchos analistas perciben un contubernio entre dos presidentes.

        Connivencia que enrola al presidente saliente Enrique Peña Nieto y al presidente electo López. Bien o mal, ambos se han respetado en ese estilo de gobernar, de mutua protección.

        En fin, el estilo de gobernar de López está hecho de retazos de los presidentes ya citados.

        Sin embargo, a estas bajuras, Andrés se ha auto fragmentado, bajo la presión de un miedo que lo desorienta.

        Me recuerda al Hamlet del escritor inglés William Shakespeare (1564-1616): “Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y considerarse rey de un espacio infinito”.

        La realidad del presidente López: la cáscara de nuez.

El sueño de Andrés: un poderío de rey en un espacio infinito.

Eso desquicia a nuestro presidente; y esta locura resalta (y resulta) peligrosa para todos los mexicanos.

 


lunes, 17 de julio de 2023

LOGOS

Agonía presidencial

NO SUPO SER PRESIDENTE

        El actual presidente de México tuvo, durante lo que corre del siglo XXI, una constante ambición para llegar al cargo que ostenta.

        Su codicia por ese cargo lo ocultó en su primer intento; por ello, aseguró en ese tiempo: “A mí que me den por muerto. No contendré”.

        La entrañable apetencia por ser presidente del país lo condujo a decir y hacer tonterías: “Al diablo con sus instituciones”, y a simular una farsa jactanciosa al ponerse la banda presidencial y declararse en un mitin callejero: “Yo soy el presidente legítimo”.

Como nuestra Carta Magna no permite la reelección presidencial, él mismo tuvo que negar la existencia “legítima” de su presidencia falsa, para volver a participar por tercera vez en el proceso electoral rumbo a ese cargo con el que hoy farolea.

Lo raro, es que ni sabía (ni sabe a pesar de sus cerca de cinco años de gobierno) lo que es ser presidente de la república.

Paradójico, pero López al ganar abrumadoramente la presidencia en julio del 2018, tomó ilegalmente las riendas del poder, con anuencia ilegal de su antecesor; iniciando una concentración de poder que, entre sus cuitas e incordios, ha avanzado temible e inconstitucionalmente.

Así, la república la transformó en reprivada.

De los tres poderes intentó hacer uno solo, a su cargo.

Antes, éramos la dictablanda de un partido o de un grupo; hoy somos una dictadura manejada por un intrigante enloquecido.

        Adelantó su propia sucesión, para concentrar más su poder. Ansía que su maximato sea de “corcholatas”.

        Desea manejar todo el erario nacional para poder tener todo el poder sobre los mexicanos.

Regala el dinero que es de todos los habitantes de nuestro país, él personal y directamente, sin intermediarios y no por amor franciscano, sino para que la gente vote por los que el disponga, so pretexto de que únicamente así les pude seguir dando más dinero.

Dinero para el consumo y no para la producción, por lo que llegará un día en que todo ese fraude reviente y genere un tremendo caos económico en México.

El actual presidente, aún no sabe qué es ser presidente.

Él mismo, se calificó desde el inició (para tasar a sus colaboradores) “90% de honradez y 10% de capacidad”.

Siendo a la vez un redomado mentiroso, la corrupción de México la sigue encabezando el presidente López, quién siendo tan inepto, ignora todavía qué es ser presidente.

Esa ignorancia lo lleva constantemente a confesar públicamente sus actos de autoridad. Desde faltas administrativas hasta delitos graves.

        Desembuchó hace días: “Quiere silenciarme el Instituto Nacional Electoral (INE). Me prohíbe hablar sobre los aspirantes al 2024. Por eso voy a aparecer con una cinta en los labios. ¿Y dónde queda la libertad?, ¿y la libertad de expresión?, ¿y la libertad a disentir?, ¿y el derecho a la réplica?, qué, ¿no son principios básicos de la democracia?”

        Y el INE se achicó, transgrediendo a la Constitución: “Bueno, que preferentemente no viole la ley”.

        Mientras el presidente se insufló: “Si no quieren que yo hable de ellos, lo más equitativo es que ellos no hablen de mí. Yo soy el dirigente de un movimiento de transformación, que tiene el propósito de combatir corruptos, hombres y mujeres, clasismo, racismo y discriminación”.

        Tanto atraso necio no pude caber en el presidente de México. Él no puede obrar, desde su significado cargo, como un simple dirigente de un movimiento.

        Nuestro presidente, como cualquier autoridad gubernativa, exclusivamente puede hacer lo que sus atribuciones constitucionales le permitan, no menos, pero no más.

        No aceptemos candidatos ignorantes, por más atractivos que parezcan.

        Todo mexicano necesita preparación política, con responsabilidad e inteligencia.

        Nunca más un presidente con tanta ineptitud y tanta corrupción. Jamás votemos por alguien que no sepa qué es ser presidente.

 


lunes, 10 de julio de 2023

LOGOS

Realismo mágico ramplón

MÉXICO NO SE HACE EN 6 AÑOS

        Los recuerdos no pueden ser del porvenir, desde un punto de vistas lógico, formal o dialéctico.

        Sin embargo, en el realismo mágico de la escritora mexicana Elena Delfina Garro Navarro (1916-1998), en su novela ‘Recuerdos del porvenir’, el título es tan sugerente como atrevido, al desvanecer (en su narrativa de fondo) leves subyacentes hacia el futuro.

        Ese tema, desarrollado, trata de la guerra cristera en el pueblo imaginado de Ixtepec, aldea que resulta ser la narradora en esa obra literaria.

“En cualquier día de mi pasado o de mi futuro siempre hay las mismas luces, los mismos pájaros y la misma ira… Sólo mi memoria sabe lo que encierra… el hombre ama sus pecados… tocaron a la puerta, y detrás de ella preguntaron: ‘¿quién es?’, y respondió aceptando su condición de futuro fantasma: uno que fue”.

Ese realismo mágico fue premiado por la academia, pero más por el lector.

Pero hay otro tipo de realismo mágico, ramplón y grotesco, en este tiempo de corcholatas morenistas que ambicionan la presidencia de México.

Claudia, Ebrard y Adán, son marionetas del presidente.

Los tres aparecen, cada uno con su foto y su mensaje, en las redes sociales, muros, camisetas, gorras y en grandes espectaculares costosísimos, por todo el país.

Decenas de millones de pesos han gastado (frente a una población necesitada) en una publicidad personalísima, no sólo irrelevante, sino insolente.

Toda su inconstitucional publicidad le ha costado a quienes producen la riqueza nacional; y los publicitados, al hacerlo, han motivado el repudio de la ciudadanía.

Esas tres corcholatas, tardíamente, se han percatado de su error; y el trío, en su explicación, ha incurrida, por separado, en el uso de un realismo mágico chabacano y risible.

Adán asegura que él es rico, y que está gastando su propio dinero. Su confesión implica que está lejos de la austeridad pregonada por su paradigmático amo.

Empero, agrega que él no sabe quién ha pagado esa publicidad excesiva, y que, por ello, ya presentó una denuncia, en la que exige que la quite quien la ordenó. Pero no presenta pruebas de su dicho.

Eso es realismo mágico estilo Adán.

Ebrard afirma que la editorial que publicó su libro es quien ha pagado toda esa publicidad.

Pero la editorial lo desmiente, indicando que ella no tiene registro de ninguna erogación al respecto y, así, lo descalzona.

Ese es el realismo mágico estilo Ebrard.

Claudia asevera que pronto se publicará un libro sobre ella, el que promete ser todo un éxito y, por esta segura expectativa, la editorial y el autor, están costeando toda su campaña.

Una campaña electoral que aún no comienza; y esta corcholata predilecta del dedo presidencial ya se nota fatigada, enfermiza, demacrada, y con cansancio cerebral y expresivo.

 El contrato al que se refiere, sobre ese libro futuro, no lo ha podido mostrar.

He aquí, el realismo mágico estilo Claudia.

Esa deformación de la realidad, en la política del obradorato, es una áspera y pendenciera farsa.

Mal para nosotros, los mexicanos, que tengamos un presidente asaz mentiroso que orilla a sus corcholatas a esa indignidad.

Y su vil embuste tiene también un toque fantasioso.

Recordemos, en síntesis, sus promesas de campaña: “En llegando a la presidencia lograré la paz, la cobertura total de salud pública, creceremos económicamente al 8%, los militares a sus cuarteles, la educación pública tendrá cantidad y calidad académica”.

Llegó como presidente, y está por irse. Su realismo mágico no fue un sueño, sino una pesadilla.

Decenas de millones de voces le dicen a Andrés: ¡Nos urge que te vayas!

Ninguno de nuestros graves problemas se resolverá en 6 años, (menos como lo prometió el gran mentiroso); pero sí, se debe y puede comenzar su correcta solución desde el primer día de gobierno, con gente capaz, honorable y con espíritu de servicio social y humanista.

Hasta el momento, hay dos opciones para ello: la primera, Beatriz Paredes Rangel; la segunda, Xóchitl Gálvez.

Mi razonamiento al respecto lo expondré en otro artículo.

 


lunes, 3 de julio de 2023

LOGOS

“Soy la cabeza del proletariado”

LA JAULA DE LAS CORCHOLATAS

        México padece, todavía, a un tirano charlatán que creó a sus tres corcholatas preferidas.

        Ese opresor, en su juego burlesco electorero, admitió a otras tres corcholatas de menor envergadura, quienes mienten al afirmar que pueden ser candidatos a la presidencia de la república por morena, cuando en su fuero interno sólo buscan algún premio de consolación, al servir de simples paleros.

        Las seis corcholatas están enjauladas por el autócrata.

        Esa prepotente botella ejecutiva, así las sigue llamando: “corcholatas”, para sobajarlas.

        Le han servido para embonar su redoma, y sueña que las seguirá utilizando.

        Formalmente, en septiembre de este año, el dedo dictatorial designará a una de las tres predilectas como candidato de morena a la presidencia de México.

        Todo su poderío (incluido el erario federal, estatal y municipal, a cargo de morenistas) lo utilizará para que su corcholata designada triunfe; y una vez sentada en la silla presidencial, ésa proseguirá como su corcholata, o su títere.

        En su fantasía, decide que sus seis corcholatas permanezcan en su jaula, todas con altos cargos públicos en el gobierno federal, para obedecer ciegamente a su amo.

        Sin embargo, puede ser que su ilusión se le convierta en filosa pesadilla.

        Primero, porque casi es seguro que la ciudadanía mexicana logre unir su gran fuerza con la Alianza por México; y, así, derrotar al candidato presidencial del dictador.

        Segundo, porque tiene márgenes amplios la posibilidad de que se le rebele la o el designado, en saliéndose de la jaula.

        Es verdad que, ahorita, sus seis corcholatas lo siguen cultivando al máximo, llegando hasta la degradación.

        Pero también es cierto que, desde que las corcholatas andan en campaña inconstitucional y electorera, la agenda nacional y la publicidad en el país ya no son exclusivas del dueño de la jaula.

        Cuando alguna de esas corcholatas logre que el dedazo presidencial le otorgue la candidatura a la presidencia por morena, puede que ya no retornar a la jaula; y/o, en tomado el poder, puede que el enjaulado sea el actual autócrata todavía insuflado.

        De esa manera, al embriagado, de tanto poder, le puede llegar la cruda política, esa resaca tan calamitosa.

        Mientras, las turbulencias políticas no paran, sino aumentan, provocadas por una inseguridad pública sangrienta, malsana, que ha cubierto de cadáveres todo el territorio patrio.

        Los abrazos del déspota generan muertos; y él se hace la víctima.

        La pobreza, el desempleo y el pésimo reparto de la riqueza nacional, abonan a las agitaciones de orden político. Esto es culpa del ejecutivo actual; pero él se presenta como el dañado.

        Y la educación y la salud pública están en franco rezago, muy lejos de Dinamarca y muy cerca de la Ruana, Michoacán; mientras el autócrata señala como culpables a otros, ya que él ha escogido ser el mártir.

        Ese cabecilla mandón, (a quien le gusta auto festejarse, gastando en eso el dinero de nuestros impuestos) ordenó acarrear gente de todo el país al zócalo de la CDMX, el primero de julio próximo anterior.

        Los serviles acarreadores fueron los gobernadores morenistas; en tanto que las corcholatas estuvieron exhibidas en su jaula.

        Ante no más de 150 mil acarreados (ya que en ese espacio del zócalo no pueden caber más) el jefe de la banda aseguró hacia Europa: “En México no existe un narcoestado”. Y rápido, desde aquel continente se contestó: “Lo que existe es un estado narco”.

        Frente a la nación afirmó el presidente: “Nuestro movimiento está más fuerte que nunca”, transgrediendo la Carta Magna y las leyes electorales; ¿o es presidente de todos los mexicanos, o es presidente exclusivamente de su movimiento?

        Entre mentiras, medias mentiras y medias verdades, el autócrata contó que José Revueltas un día dijo: “En México el proletariado no tiene cabeza”; y de inmediato agregó el dueño de la jaula: “Yo soy la cabeza del proletariado”.

        ¡Ni el proletariado le merece respeto!, a ese soberbio.

        Andrés, pide perdón al pueblo por haberlo engañado, pide perdón al pueblo por haberlo robado, pide perdón al pueblo por haberlo traicionado.