LOGOS
Estéril política de
frases
¿CUÁNTO GANA EL
PRESIDENTE?
Las expresiones orales, sobre todo las
de temas políticos, necesitan vincularse con la realidad de la gente común, y estar
bien estructuradas para convencer conciencias y provocar acciones.
Eso en principio, como base de una
oratoria eficiente y seductora en el fenómeno político, tan escarnecido en
estos tiempos.
La elocuencia siempre ha sido
cautivadora, como molesta y chocante resulta la torpe locuacidad.
No sé a los demás, pero a mí me da pena
ajena escuchar al presidente de mi país, Enrique Peña Nieto, asegurar en su
discurso: “Quienes están contra la reforma educativa, están contra México”.
Esa frase no corresponde a nuestra
realidad objetiva, ni al sentimiento y a la convicción del pueblo mexicano, ni
auxilia a convencerlo de lo dicho; al contrario, provoca su inmediata
desaprobación.
Debe saber el presidente que la
educación escolar, en cada aula, sigue siendo la misma que desde hace muchos
años, y que el avance obtenido, si lo hay, se debe al esfuerzo de maestros y
alumnos, y no a una reforma educativa, inexistente como tal.
El patrioterismo fascista debe ser
desterrado del mundo de nuestras ideas, del universo de nuestras palabras, y del
infinito de nuestras acciones.
Intranquiliza oír lo que expresa Andrés
Manuel López Obrador, ya que pude ser el próximo Presidente de México: “Quien
no se une a Morena, está con la mafia del poder… ¿o están con el pueblo o están
con la mafia?”
Esa afirmación y esa disyuntiva también
expelen aroma fascista. Yo no tengo contemplado unirme a Morena, y les aseguro
que repruebo a esa mafia en el poder, tan entreguista como corrupta.
Todas las mafias deben ser repudiadas,
al ser pandillas que provocan el mal, pero… ¿a qué “pueblo” se refiere López
Obrador en su alternativa? Seguramente a sus simpatizantes.
Y si así fuese, está usando mal el
término “pueblo”, en forma excluyente e insultante.
Otro caso es el del licenciado en
derecho Gerardo Ruiz Esparza, contumaz secretario de Comunicaciones y
especialista en socavones, quien siendo obstinado comensal del presupuesto
público decide: “No es momento de abandonar el barco”.
¡Qué bizarría!, con
ella no conmovió ni a su jefe, porque son muchos los que piensan que, para ese
barco en hundimiento, el capitán debe de soltar el lastre, es decir, la basura.
Otra de esas manifestaciones de palabra
estuvo a cargo del ex presidente Vicente Fox: “Nadie me va a quitar mi pensión
vitalicia… es de lo que vivo… es pura envidia”, y aceptó que recibe 5 millones
de pesos mensuales.
Si eso reciben
los ex, el presidente en turno debe ganar mucho más, contrario a lo
publicitado.
120 millones de
mexicanos merecemos saber la verdad en todos los órdenes; y lo que no deseamos
es que la retórica política incite al fascismo, esté empantanada en el fango de
la máxima mediocridad, y que el presidente mienta en lo que percibe.
Si no superamos esos defectillos, Trump
nos seguirá humillando.