lunes, 27 de febrero de 2023

LOGOS

Flores para la SCJN

PEJELAGARTO EN SU INVIERNO

        Los conceptos de Beatriz Pagés y de José Ramón Cossío, pronunciados directamente ante una multitud que cubrió el zócalo de la Ciudad de México, y algunas de sus calles aledañas, fueron precisos y contundentes.

        Empero, también fueron escuchados por decenas de millones de mexicanos (en territorio nacional y en el extranjero) a través de su resonancia en medios de comunicación masiva.

        Beatriz, claramente pidió con respeto a la Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación que “deseche el plan B por inconstitucional”, y calificando además de inmoral a dicha norma, por su propósito perverso, nos sugiere, a todos, que mandemos a ese precepto que viola nuestra carta magna, “al basurero de la historia”, así con “h” minúscula, al equivaler a las historietas.

        Cossío, por su parte, reconociendo la grave responsabilidad de los ministros de la Suprema Corte, les solicitó: “Consideren las irregularidades (respecto al plan B) del proceso legislativo, por su serio potencial invalidatorio”.

        De la infinidad de mensajes, en la marcha, uno escrito en cartulina y portado por una familia señalaba: “Andrés Manuel, a través del INE llegaste, a través del INE tendrás que largarte”.

        Esa marcha ciudadana, como la anterior, ejerció derechos humanos de igualdad, expresión, para reunirse, libertad, asociación, y justicia, de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y de progresividad.

        Todos los asistentes cumplieron con sus deberes constitucionales. Llegaron en paz, propositivos, respetuosos y en orden, y de la misma forma se retiraron, satisfechos sus concretos fines.

        Ante contingentes así, en todo el territorio nacional, el presidente López tiembla y padece miedo, por eso provoca alocado, con rencor y odio.

        Machacón, como es, ha sobredicho infinidad de ocasiones el actual presidente mexicano: “Soy peje, pero no lagarto”.

A ese sentencioso ejecutivo federal hay que aplicarle este acertado proverbio: “De lo que presumes careces”; e imputarle el precepto penal (para que se vaya acostumbrando) de que “la confesión sólo vale en aquello que perjudica a quien confiesa, y carece de validez en lo que lo beneficia”.

Así que el presidente López, salvo prueba en contrario, es indiciariamente todo un lagarto: escurridizo, artero, ladino y pícaro.

Frente a ese infame comportamiento presidencial, Beatriz Pagés nos previno oportunamente: “Que no nos distraigan: ¡Todos al Zócalo!”

Y todos cumplimos con gusto y en plena libertad nuestro deber. Sí, a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente. No, a las normas inconstitucionales que el tirano López quiere aplicar a favor de su antidemocrático autoritarismo.

Truquero, vividor de la manipulación, el presidente trató de distraer con sus argucias engañosas: “Los que vayan a la marcha del 26 de febrero al zócalo y a la suprema corte, van a favor de García Luna, van en contra de los pobres, van a favor de la corrupción, van en contra de la salud pública”, y otra serie de sandeces distractoras.

Si hay alguien que está a favor de García Luna es el presidente López, por eso no lo juzgó en México, sino lo dejó ir a los EU; pero el tiro le salió por la culata, y quedó embarrado, como seguro prospecto a ser enjuiciado en alguna corte americana.

El presidente López es quien ha generado mayor cantidad de pobres en México, y a los pobres los ha hecho más pobres. Esto se prueba con las estadísticas del INEGI.

Conforme a organismos de la ONU, entre 180 países, México ocupó en 2018 el lugar 116, ahora, en 2022 ocupa el sitio 124.

En salud pública, cada año de su mandato nos ha prometido que seremos mejores que Dinamarca, pero Amlo ni por su corazón ni por sus afectaciones cerebrales va al IMSS ni al ISSSTE ni a la Secretaría de Salud; y, a pesar de sus privilegios médicos, su incapacidad e ineptitud se agravan.

El pejelagarto está en su invierno.

Y los ramilletes de flores son para la Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación, a efecto de que ejerza legal y debidamente la soberanía nacional que se le ha otorgado, respecto a sus atribuciones constitucionales, para todo caso que resuelva.

¡Ha llegado la hora!

Con serenidad y responsabilidad prudente, empecemos a instaurar la república de los ciudadanos.


 

martes, 21 de febrero de 2023

LOGOS

Amlo, ¡sobre ruedas!

LAS RUEDAS ESTÁN CUADRADAS

        Todos a la marcha del próximo 26 de febrero.

        Entre su cólera y su sordidez, exhibió de nueva cuenta su ineptitud el presidente Andrés Manuel López Obrador.

        Sin ninguna razón lanzó su ataque en contra del abogado César de Castro, defensor del enjuiciado Genaro García Luna.

        Sin más le espetó: “Este abogado es falsario, calumniador, chueco. Resultó más derecho Zambada… Estoy viendo si es posible demandar al defensor de García Luna, porque no se trata de Andrés Manuel, soy el presidente de México, y no acepto que se ponga en duda mi honestidad. No se puede gobernar un país sin autoridad moral, ni puedo ser rehén de gobiernos extranjeros, o de abogados o personajes del extranjero.”

        Y agregó, además, “no tengo dinero para pagar un abogado… puede que encuentre a alguien que me cobre un porcentaje al terminar el juicio; y el porcentaje que yo gane, voy a entregarlo a familiares de víctimas de la guerra que desató Calderón”.

        Todas estas parrafadas no resisten un análisis lógico jurídico, ni desde la perspectiva del derecho mexicano ni a partir del derecho estadunidense.

        Veamos las partes torales, comunes a ambos derechos.

        ¿A quién demandar?

El coraje del presidente es contra César de Castro, a quien llamó “abogado falsario, calumniador y chueco”; empero, éste nunca hizo ninguna imputación en contra del presidente López.

Quien formuló la delación fue el narcotraficante Jesús Reinaldo el rey Zambada, y la hizo respecto a Andrés Manuel López Obrador, antes de que éste fuera presidente.

Zambada aseguró en su proceso de julio del 2013, en EU, que le había entregado a Gabriel Regino (quien fuera subsecretario de seguridad pública, y gente de todas la confianza de Amlo) 7 millones de dólares en 2005, para una campaña de Andrés Manuel, al parecer en contra del presidente Vicente Fox.

Y en 2019, en el proceso contra Joaquín el Chapo Guzmán, Zambada volvió a repetir que entregó 7 millones de dólares para López Obrador a través de su cercano colaborador.

Así que el abogado de García Luna, con copia documental de lo dicho por Zambada en 2013 (confesando en proceso propio) y en 2019 (como testigo protegido en proceso a Joaquín Guzmán), preguntó si era o no era cierto lo de esa entrega de los 7 millones de dólares a trasmano a Andrés Manuel López Obrador.

Contestando Zambada, otra vez como testigo protegido hace algunos días en el juicio contra García Luna, sí, dimos esos 7 millones de dólares a Gabriel Regino, pero no para el presidente López Obrador; y subrayó: “No, para él, no”.

Pero contra su palabra de ahora (2023), están las documentales públicas en dos procesos anteriores.

Además, hay demasiados indicios constantes y patológicos de una costumbre muy arraigada en Andrés Manuel, cuidar que sus manos no se manchen directamente nunca con dinero, haciendo que otros realicen esos trabajos sucios, en su beneficio.

A cambio de esas porquerías con tintes delictivos, les da cargos públicos y acceso a negocios productivos, cubriéndoles con el sobado discurso de: “es una gente honorable y honrada a carta cabal”.

Marcelo Ebrard fue a quien encargó el presidente López que estudiara sobre la posibilidad de demandar; precipitándose el secretario de Relaciones Exteriores: “no hay que dejarnos, está de por medio el prestigio del gobierno”.

Y eso no es cierto. Lo que está de por medio es el prestigio de Andrés Manuel, quien como presidente miente al decir que “todo está sobre ruedas”.

Cuando las ruedas que su sordidez ha creado, son ruedas cuadradas.

Está cuadrado que el presidente mexicano le urja sobajarse como justiciable en las cortes de EU; que Amlo demande por daño moral, cuando millones de mexicanos lo tachan de inmoral; que el presidente López coma vísperas, repartiendo un porcentaje inexistente de un juicio absurdo que da vergüenza, pero no lucros; y, que lo ilusorio desee repartirlo a las víctimas de Felipe Calderón en su guerra, cuando a quienes debe de pagar López Obrador es a sus propias víctimas, que son millones de familias, mucho más que las de cualquier ex presidente, por inseguridad y por salud, públicas.

Y lo cuadrado, recién confesado por Amlo: “No quiero entregar el poder a un gobierno espurio”.

¿Qué sugiere el presidente mexicano? Te lo digo a ti Perú, para que lo entiendas México.

¿Más cuadradas?, ni el cuadrilátero de sus corcholatas.

Todos a la marcha del próximo 26 de febrero.

Sí a la Constitución. No al plan B.



martes, 14 de febrero de 2023

LOGOS

Tirano mentiroso

GALLINAS NEOLIBERALES

        El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró: “hay cosas que no se pueden ocultar… el caso de Genaro García Luna es un hecho muy vergonzoso que no debe repetirse, se le está juzgando en una corte de Brooklyn por corrupción”.

        Observo que el presidente mexicano oculta cosas de ese juicio.

Es cierto que la corte juzgadora está en Brooklyn, pero el juicio a García Luna se ventila en todos los Estados Unidos de América.

        Es más, no sólo se juzga a un mexicano, culpable o no.

        ¡Se juzga a todo México!

        Esa actitud estadunidense de juzgar al todo por algunas de sus partes, no es nueva, ni buena; pero en ese juicio implican a ex presidentes de México, incluso al actual presidente López, por su reconocida y confesada actitud, al parecer amistosa, con uno de esos cárteles.

        Trump afirmó, cuando estaba en la Casa Blanca: “Los cárteles de la droga mexicanos son grupos terroristas. Ellos están asesinando a más de 100 mil estadunidenses al año. Ya le dije al presidente López Obrador que podríamos ir a limpiar con nuestro ejército a todo México.”   Hace unos días, dos gobernadores estadunidenses y 26 fiscales de ese país pidieron al presidente Biden que se califique como terroristas extranjeros a los cárteles mexicanos.

        Frente a lo anterior, no permitamos esa atrocidad, aunque se envuelva en las mentiras del obradorato. Es peligroso para los mexicanos.

        Tan atroz como el inolvidable grito de Amlo: “Al diablo las instituciones”, cuando sólo las ha debilitado, para ser dueño de ellas.

        Como azarosa es la mentira de López sobre las fuerzas armadas: “Lo mejor sería desaparecerlas”.

        Esa mentira ambigua se tornó en una verdad turbia.

        No las suprimió, legalmente, como secretarías del ejecutivo federal, ni las regresó a sus cuarteles; sólo las inundó de dinero y las anegó de atribuciones ilegales como sus exclusivas e inmediatas herramientas eficaces, para que, al final, se desechen, cargándoles todas las culpas.

        Por lo pronto, actúan ya tres nuevos poderes federales: poder del tirano, poder del ejército, y el poder de la marina.

        Salvaje, también, la mentira provocadora del tirano López: “La señora presidenta de la corte, para hablar en plata, está ahí, por mí… porque antes el presidente de la república ponía y quitaba a su antojo al presidente de la Corte”.

        Así, confiesa Amlo, implícita y públicamente, que él puso como presidente de la corte al ministro Arturo Zaldívar. Ambos nos dan pena ajena.

A Zaldívar le quiso prolongar su presidencia en la corte, y no pudo. Se empeñó en colocar a Yasmín Esquivel como la nueva presidenta de la SCJN, pero le resultó plagiaria de su tesis profesional, y con duda razonable a ser o no licenciada en derecho.

Tajante en la mentira, el presidente López afirmó en el diciembre anterior: “Les aseguro que no habrá cuesta de enero”. Y hace días que el Banco de México informó: “Vivimos la peor cuesta de enero, en más de 20 años”.

Padecemos las mentiras fanfarronas y chistosas del presidente López: “El INE es un mantenido bueno pa’ nada”, cuando el mantenido bueno para nada, según el 85% de la ciudadanía, es el presidente López.

Sólo falta que le pregunten al presidente, ¿por qué el huevo que en 2018 costaba 20 pesos el kilo, ahora cuesta 53 pesos? Y López con su lógica responderá: porque las gallinas son neoliberales y conservadoras.

Las mentiras de Amlo se han deshilachado, y están caducas.

Y el mundo debe saber que millones y millones de mexicanos no son mentirosos, ni son terroristas. 

 


lunes, 6 de febrero de 2023

 LOGOS

Justicia y/o derecho

ALBOROTO DE LA IGNORANCIA

        Un ciego y un tuerto se han puesto a dirimir sobre la justicia y el derecho; el invidente ejerce un poder autoritario en México, mientras que el lisiado de un ojo (como líder senatorial) se niega a aceptar del todo los dogmas del presidente.

                López, el presidente mexicano, impone como verdad absoluta: “Quiero expresarlo correctamente, el senador Monreal afirma que está a favor del derecho más que de la justicia, y yo sostengo lo opuesto, para mí la justicia es superior al derecho.”

        Y el autócrata López es el único que decide qué es la justicia, y qué no es justicia; ¡vamos!, la justicia es la que diga el pueblo, y el presidente es el único que sabe qué dice el pueblo, por lo que la justicia y el propio pueblo son de su exclusiva propiedad.

        Sé que eso es ridículo, pero el presidente es grotesco, y esgrime esa chuscada como una verdad absoluta.

        Basándose, para ello, en tres dogmas presidenciales: “Yo no miento” (primer embuste), “yo no robo” (segundo embuste), y, “yo no traiciono” (tercer embuste), pues está a la vista de todos sus mentiras, sus robos y sus traiciones.

        Por su parte el senador Monreal aduce, en relación con la postura del presidente: “La diferencia entre lo legal y lo justo es tan antigua como la Grecia Clásica. Sostengo que no debe existir diferencia entre uno y otro: si algo es legal, debe también ser justo, y viceversa, lo justo debe igualmente ser legal”.

        La que ahora llamamos “Grecia”, en su desarrollo de diez siglos, no se llamó así. Del siglo XII al siglo II antes de nuestra Era fueron decenas de ciudades estado, en donde destacaron Atenas y Esparta. Su democracia era esclavista, y su “demos” o “pueblo” se constituía por los hombres libres (no mujeres), nobles y ricos; sólo ellos decidían.

        En el siglo V, el siglo de Pericles, se conocieron varios libros de Platón, entre ellos, un diálogo titulado ‘Critón’, en donde este hombre libre, noble y rico, junto con muchos otros de su clase (entre ellos Simias y Cebes), estaban decididos a comprar la libertad y la vida de Sócrates, pues las leyes con que lo sentenciaron a muerte “iban contra la Justicia”.

        Sócrates no aceptó, argumentando: “cuando me beneficié con las leyes, las acaté como justas”, y “ahora que al parecer me afectan, debo admitir que siguen siendo elaboradas con justicia”.

        La visión entre el ‘demos’ helénico era diferente a la perspectiva socrática.

        Más apegado a nuestro tiempo, el germano Ludwig Feuerbach (1804-1872), discípulo predilecto de Hegel, pero opuesto a su maestro, afirmó que: “El derecho es la voluntad de los poderosos jerarcas de la iglesia erigida en ley”.

        Sus seguidores alemanes, Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) tomaron la frase de su maestro, y la mejoraron: “El derecho es la voluntad de la clase dominante erigida en ley”.

        Como consecuencia, para Feuerbach los ateos deber tomar el poder; para Marx y Engels la clase proletaria necesita tomar el poder. Para los tres, el derecho en que vivieron carecía de justicia.

        Y es que la ‘justicia’ es un valor genérico, sólo un referente formal, una orientación axiológica de los seres humanos que, al bajarla a la vida cotidiana, a nuestro día a día, no encontrará jamás un contenido absoluto, ya que todo es relativo, dialéctico y cuántico.

        En este tema, filosófico y científico, nadie puede presumir que tenga ‘la verdad’, quien diga que tiene ‘la verdad’, o es un ignorante, o es un mentiroso.

        Por mi parte, yo seguiré buscando a esa verdad relativa, mientras viva, con la responsabilidad de mi descubrimiento e invención, y sugiero a cada ser humano que haga lo mismo; y que trabaje honestamente con esa verdad, relativa a nuestros tiempos, espacios, circunstancias materiales y ambientes humanos.

        El conocimiento sobre la justicia y el derecho no se logra con ignorancia ni con alboroto, ni siendo ciego ni siendo tuerto para saber sobre esos dos conceptos de valor en nuestras vidas.

        El derecho es parte normativa de las ciencias que, con hipótesis y consecuencias jurídicas, conduce a la conducta humana. Esto es lo real, y esto es lo único aplicable.

Lo real de la justicia es su orientación valorativa para iniciar, discutir, aprobar, sancionar, promulgar y publicar, el derecho vigente y, claro, aplicarlo.

Esas decisiones las sigue tomando la clase dominante; empero, más vale que lo haga bien (con un sentido social y de justicia), porque en ello le va la vida.