El
Sol de Morelia lo destaca en su sección internacional, a ocho columnas y a todo
color: "La lucha antinarco en México ha dejado 150 mil muertos".
Quien
tal afirmó no es ningún don nadie. La clara revelación la formuló León Panetta,
secretario de la defensa de los Estados Unidos de América, desde Ottawa,
Canadá, lugar en donde celebraron la
Primer Reunión Trilateral de los Ministros de Defensa de Norteamérica.
Ahí,
aseguró Panetta que ésas son "cifras proporcionadas por funcionarios de
México", lo que fue confirmado por el ministro de defensa del Canadá,
Peter Mackay, y lo que puso en entredicho lo oficialmente informado por el
gobierno de nuestro país, hace algunos meses, respecto a que tales muertos son
poco más de 47 mil.
Éticamente lo mismo da un muerto que 150 mil,
ya que se trata de la pérdida de una vida humana. Jurídicamente no es lo mismo
47 mil que 150 mil asesinados. Políticamente alguien está mintiendo, y debería
responder por eso.
Lo
curioso es que los dos secretarios mexicanos comparecientes a tal reunión, el
de la Defensa Nacional y el de Marina, nada dijeron mientras estuvieron en el
extranjero, sino que regresando a México, ambos aclararon que se trata de una
guarismo que "corresponde a todo el continente americano al año, y no sólo
a los muertos generados en el caso de México".
Sin
embargo, el no haber hecho las aclaraciones oportunamente provoca un indicio de
cierta aceptación, y haberla hecho, pasado el tiempo conveniente, genera
desconfianza.
Así,
tanto el general Guillermo Galván, como el almirante Francisco Saynez, al no
esclarecer lo declarado por su homólogo en tiempo y forma, se impusieron una responsabilidad
mayor: el explicar el porqué de su tardanza, y el motivar y fundamentar su
aseveración explicativa.
Por
otra parte, si se reconocen oficialmente cerca de 50 mil crímenes, que
simplemente están archivados, sin averiguación previa, y menos sin juicio y sin
sentencia, también se ha reconocido la existencia de cerca de 100 mil
desaparecidos, lo que coincidentemente sumaría, llegado el caso, 150 mil
muertos que, como los siglos de las pirámides de Egipto contemplaban a Napoleón
Bonaparte, según su real o supuesta frase, ahora contemplan al actual
Presidente de nuestro país, Felipe Calderón Hinojosa.
¡Qué
duro para las familias mexicanas victimadas!, y que vergüenza para todos.
Esa
responsabilidad no puede ser de un solo humano, debe ser compartida, sobre todo
por los gobiernos de los EU y de México. Claro que los tres países suscriptores
del Tratado de Libre Comercio tienen un grave desafío en esta materia, pero el
de mayor culpabilidad es el gobierno de los Estados Unidos, protector de las
grandes empresas, la de las drogas y la de las armas.
Lo
más raro es que en la fotografía publicada, con esa dramática información,
todos ríen.