lunes, 28 de noviembre de 2022

 

LOGOS

¿Marcharon millones?

¡CONMOVEDORA SOLEDAD!

        Sobre todo en el capítulo VIII y en el apéndice de ‘El laberinto de la soledad’, Octavio Paz (1914-1998), nuestro Premio Nobel de Literatura en 1990, nos hace sentir la soledad de nuestros días y su dialéctica.

        Ahí nos explica lo que ha sido la tutela gubernamental generada por la Revolución de 1917. La protección y el patrocinio del gobierno es para todos, tanto para los trabajadores como para los patrones dueños del capital.

        En la unidad de todos, el presidente tenía como tarea lograr el equilibrio armonioso de las fuerzas productivas.

        Empero, al insertarnos en una globalización obligada por el desarrollo, y de utilidad para encontrarnos con todas las naciones, hubo en nuestro país confusiones y ajustes, que no hemos tratado con la inteligencia debida.

        Y tomando esta base, nos habla Paz del “doble significado de la soledad”; en una de ellas, en “fiestas, reuniones, desfiles, marchas, manifestaciones y demás actos rituales, el hombre piensa despierto, y esto lo lleva a sinuosas pesadillas, que desembocan en la soledad”.

Hasta aquí nuestro poeta Octavio Paz, quien hace muchos años nos obsequió su palabra por muchas horas de dos días, a 9 jóvenes nicolaitas ansiosos de convivir con él y analizar sus textos.

Sábado 27 de noviembre del 2022, fecha en que convocó y organizó una marcha multitudinaria nacional el actual presidente de la república, frente al Palacio Nacional, en donde vive con “rigurosa austeridad”, ya que sólo gastó del erario federal decenas de miles de millones de pesos, sin sentido para el bienestar de México.

En esa grandísima “marcha, fiesta, desfile, reunión, manifestación o simple acto ritual” para el tlatoani en turno, hubo seguramente gente que asistió por sus medios y por su voluntad; empero, ahí se congregó una cantidad mayoritaria que no asistió por sus medios ni por su voluntad.

Y ellos, los acarreados, los obligados, deben de sentir en su conciencia un vacío, por ser utilizados como cosas, como objetos numéricos, al placer del poderoso, y viviendo su soledad dentro y fuera de esas multitudes.

La afrenta que les ha causado ese autócrata no la deben olvidar nunca, porque sería olvidar demasiado.

Todos debemos de saber que los presidentes autoritarios y dictatoriales, de izquierda o de derecha, jamás pueden transformar la economía de un país a favor de las mayorías.

Seguramente observaron y escucharon como el presidente de México socarrón afirmó, confesando, en cadena nacional: “Son tantos los acarreados que ya no hay camiones… vengan todos, ¡ayúdenme!… cada contingente debe de venir por estados y cada uno de sus gobernadores debe encabezarlos… hay que apoyar con todo a los que asistan a la marcha”.

  Con torpeza dieron la orden de que elementos de las fuerzas armadas del gobierno fueran al ese desfile, o fiesta, sin armas y vestidos de civil.

¡Todo eso afecta a México!

Ese silencio de la soledad está plagado de voces, y muy pronto de actos eficaces y organizados por decenas de millones de mexicanos para lograr seguridad pública, desarrollo educativo y económico, productividad pertinente, justa distribución de los producido, paz con justicia y libertad con orden.

 


lunes, 21 de noviembre de 2022

LOGOS

De un presidente enfermo

UN MENTIR INTERMINABLE

        Un ingenioso twittero, llamado ‘danieloso’, sintetizó el perfil egocéntrico y desatinado del actual presidente de México: “AMLO convoca a una marcha, organizada por AMLO, donde acudirá AMLO, hacia el palacio donde vive AMLO, y terminará con un discurso de AMLO, a favor de AMLO.”

        Pareciera que se pretende ridiculizar al presidente, pero no es así, ya que el presidente se ridiculiza a sí mismo.

        Su yoísmo es brutal y sus errores están fuera de serie.

        La genialidad del mexicano se denota de variadas formas. ‘Kemchs’ (caricaturista en el periódico El Universal) pinta en uno de sus estupendos cuadros al presidente listo para la próxima marcha que organiza a su favor.

        El caricaturizado tiene toda la figura de Andrés, y su atuendo está ad hoc para hacer movimientos cabareteros en el clásico tubo.

Sentado en un banquito el presidente, con sus medias amarillas cuadriculadas con hilo negro con zapatos rojos de tacón alto, a su lado, sobre el piso está una caja repleta de billetes obtenidos del billonario presupuesto federal para pagar su marcha, y diciendo: “A mí, nadie me gana en hacer streaptease.”

Por escupir hacia arriba, sus propios escupitajos lo babean.

Recordemos que en su espanto y asombro ante una marcha multitudinaria y ciudadana, el mismo López acusó a todos esos marchistas de hacer streaptease; todo por ejercer sus derechos humanos de reunión, traslado y libertad expresiva.

        Otra pinta que circula en redes expresa un sentir popular respecto a la marcha de la ira presidencial: “El domingo 13 marcharon quienes pagan impuestos. El domingo 27 marchan quienes viven de los impuestos.”

        El Ayuntamiento de Morelia, en 1973, en cada obra pública construida nunca puso placas de inauguración con el nombre de ningún servidor público, como las que suele colocar el actual presidente de México con su nombre destacado. Aquellas placas municipales tenían conceptos culturales; una de ellas, en la Cerrada de San Agustín, dice: “En los muros y en las calles el pueblo hace y escribe la historia de su ciudad.”

        Por otra parte, la ciudadanía mexicana ordenó con sus votos emitidos, en la próxima anterior elección federal del 2021, que el presidente no tuviera en el congreso de la unión los suficientes votos para reformar o adicionar la Carta Magna.

        La voluntad de los mexicanos no se escuchó, y ha sido burlada.

        Respecto a ello, con las marchas organizadas por la sociedad civil (y no por el autócrata) los mexicanos en las calles hacen y escriben su historia de nuestro país, apegados a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

        En las XX facultades y obligaciones que se le otorgan al presidente en el artículo 89 constitucional, en ninguna de ellas tiene derecho ni deber de organizar marchas a su favor, ni menos con el dinero de los mexicanos.

        A su enfermedad de corazón, ojalá controlada, está la severa enfermedad de su mitomanía interminable.

        Sus caprichos nos cuestan mucho a todos; y no tenemos buena seguridad pública, ni pertinente educación ni trabajos ni economía estables.

Lo que sí tenemos, son marchas convocadas por el presidente, organizadas por él, a donde acude él, hacia un fastuoso Palacio Nacional donde él vive, y en las cuales el presidente dice un discurso, a su favor, repetitivo, costosísimo, y con lengua venenosa que divide a los mexicanos.

        Este presidente López ya perdió, hasta la vergüenza.



lunes, 14 de noviembre de 2022

LOGOS

Nuestras revoluciones 1810, 1854 y 1910

PUE QUE NO; PUE QUE SÍ

        Hasta el año 2018, creíamos el común de los mexicanos respecto a nuestra historia (como nación independiente) que se dividía en tres grandes etapas: Revolución de Independencia, Revolución de Reforma y Revolución Social.

        Si personalizamos la consumación de independencia en 1821, el caudillo a la vista es Agustín de Iturbide, enemigo y vencedor militar de los iniciadores de esa causa en 1810.

Sin embargo, Hidalgo y Morelos lucharon, básicamente, entre otras cosas: 1.-Por la independencia de la Nueva España de la Corona Española; 2.- Por la abolición de la esclavitud; 3.- Por la desaparición de las castas; 4.- Por la legislación de normas jurídicas fundamentales para el inicio y desarrollo de un nuevo país; y, 5.- Por la reintegración de sus tierras a las comunidades indígenas.

Esos planes se iniciaron, como nacen los bebés humanos, con todas sus limitantes conocidas, pero tuvieron desarrollo acelerado, dirección congruente y válida, sabedores Hidalgo y Morelos que en cualquier momento perderían la vida.

Iturbide y sus seguidores también fueron coherentes. Desde 1810 hubiesen admitido la independencia de la Nueva España; lo que no aceptaban eran las otras cuatro pretensiones básicas de Hidalgo y Morelos. Las juzgaban descabelladas.

Los detonantes de esa inicial lucha insurgente fue la invasión de Napoleón Bonaparte a España, la humillación impuesta por éste a los conflictuados reyes españoles (Carlos IV, el padre, y Fernando VII el hijo), el imponer a su hermano José Bonaparte (Pepe botella) como rey, sentándole en ese trono, pero elaborando previamente la constitución de Bayona, versión española de la constitución francesa.

Los insurgentes españoles que lucharon contra la invasión francesa se atrincheraron en el puerto de Cádiz, protegidos por marinos y soldados ingleses. No olvidemos, Inglaterra fue enemiga y vencedora de Napoleón.

Esos insurgentes hispanos legislaron para aprobar la constitución de Cádiz, y así competir con la constitución de Bayona. Ambas constituciones abolían la esclavitud, castas, la estructura de las encomiendas, y reconocían retroactivos y específicos derechos humanos, entren ellos, la propiedad.

Esas constituciones avanzadas se conocieron en la Nueva España, y con ellas, Iturbide y su generación vieron amenazados sus privilegios. Y por la misma razón que lucharon contra Hidalgo y Morelos, independizaron a la Nueva España, para no perder sus esclavos, para sostener las castas, para que las viejas leyes siguieran vigentes, y para no perder ni un centímetro de sus enormes encomiendas.

Para consumar la Revolución de Independencia se requirió de la simpatía y auxilio del gobierno de los Estados Unidos de América.

Igual, para llevar a cabo la Revolución de la Reforma y la Revolución Social fue indispensable la activa participación de EU; sin ella, no se hubiesen logrado esas revoluciones, en la forma, tiempo y circunstancias, en que se dieron.

Recién se editó (octubre del 2022) el sugestivo libro ‘Revolución’ de Arturo Pérez Reverte, visión de un impetuoso y distinguido miembro de la Academia de la Lengua Española, quien a través de su joven personaje “gachupín” Martín Garret Ortiz, ingeniero en minas, vive con su intensa perspectiva desde el inició de la Revolución Social en Ciudad Juárez (1911), hasta que hubo aquel “agarrón grande” en Celaya, entre Álvaro Obregón y Pancho Villa (1915), en donde se salvó de ser fusilado, por esas cosillas del destino.

Años después, le informaron en España sobre cómo fueron asesinados sus arquetipos Pancho Villa y Emiliano Zapata por parte del gobierno emanado de esa revolución, y con la bendición de EU.

Diana, o la señora Palmer, reencontró en Madrid a Martín Garret, y le preguntó: “Y valió la pena México, para usted?”, contestando Martín: “Claro que valió la pena”. Respondiéndole Dina: “sólo hay que mirarle los ojos para saber que no”. Martín selló la plática al decirle: “Por suerte, la gente se mira cada vez menos a los ojos”.

Este próximo 20 de noviembre conmemoraremos el CXII aniversario de esa revolución social, y ya no ha habido más revoluciones en México.

Sólo a un presidente mexicano vacilador, cuyos ojos destellan odio, mentiras y corrupción, se le ocurrió y prometió hacer una cuarta transformación pacífica y amorosa, superior a las tres revoluciones citadas.

Para ello, ha dividido a los mexicanos, se dobla ante los gobiernos extranjeros poderosos, ha destruido a nuestras instituciones, ha generado millones de pobres, ha hecho millonarios a sus familiares, amigos y cómplices, protege al crimen organizado, son un fracaso sus tres grandes y ocurrentes obras, y es un caos la economía, la educación y la seguridad pública.

A ese aspirante a dictador, decenas de millones de mexicanos lo detestan.

El domingo próximo anterior, como un simple primer paso, hubo marchas multitudinarias y activas, por todo el país, para que nadie toque al INE, al menos hasta que concluya su mandato el presidente López, ya que éste, a la inversa del rey Midas, todo lo que toca lo convierte en inmundicia.

A lo anterior, él dice de manera burlesca: pue que no; mientras decenas de millones de mexicanos responsables y libres le respondemos: pue que sí.

  


lunes, 7 de noviembre de 2022

LOGOS

INE, nuestra mejor institución

FRENAMOS A DON PERPETUO

        Cuando un presidente mañoso levanta polvaredas es que intenta encubrir algo de especial interés.

        Pero cuando ese presidente genera tolvaneras para ocultar la mismísima institución que pretende destruir, y que fue la que le reconoció su máximo triunfo electoral, entregándole la constancia de presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la marrullería presidencial está al desnudo.

        No le ha gustado al presidente López el pedestal institucional en el cual se encuentra, y se baja de él para derrumbarlo, y elevarse con otro sustento como el que sueña: el maximato, ser don perpetuo, o el tirano permanente.

        Así, afirma nuestro presidente de manera socarrona: “Miren lo que hizo el INE, que tiene muchísimo dinero, porque además los dos, junto con el tribunal, ganan más que el presidente, y por ello no acatan lo que establece la constitución, y se dan la gran vida. Pero guardaron las encuestas que ellos pagaron, y no dieron a conocer los resultados. Y ayer sale el presidente del INE que son de hace dos meses, y todo eso me dio pena ajena”.

        Lo anterior lo transcribo tal cual, con todas sus faltas lógicas, y su tardo y entrecortado lenguaje.

        Analizaré toda esa confusión.

        Amlo, ¿habla del INE, del presidente del INE, o de los dos? Al parecer se refiere a los dos, sin especificar las faltas de la persona moral ni de la persona física.

        ¿Quién de los tres tiene muchísimo dinero?, ¿el INE, su presidente, o el Tribunal? (suponiendo que se trata del electoral). Considero que se refiere a los tres, a las dos personas morales y a una persona física.

        ¿Quiénes ganan más que el presidente? Seguro que se trata de los sueldos de los miembros del INE y de los del Tribunal Federal Electoral; y esto, es una mentira.

        La cantidad neta al mes que gana el presidente del INE es de 163 mil pesos. Mientras la cantidad que mensualmente nos cuesta el presidente López es de mucho más de un millón de pesos; y a su decir, se lo da a su esposa. Así sigue dragoneando de honesto y pobre.

        Todo funcionario, en cuanto a salario, acata la constitución de México, ya que nadie gana más que el presidente, mensualmente; y éste, tiene a su disposición más de siete billones de pesos, manejados a su caprichosa voluntad. ¡Y vaya que es autoritario!

        ¿Quiénes se dan la gran vida? Sé que el presidente habla de los directivos del INE y del Tribunal Federal Electoral; pero ninguno de éstos vive en un palacio, como el Palacio Nacional, ni tiene a tantas personas a su servicio ni goza de un foro de mentidero nacional como el de las chuscas maña-neras, ni trae tantos guardaespaldas militares, vestidos de civil, del supuestamente desaparecido estado mayor presidencial.

        Nadie en México se da la gran vida, como se la da el presidente López.

Además, el INE puede hacer encuestas legales, pagarlas, y no darlas a conocer, si son de uso interno. Y puede salir el presidente del INE a señalar que son sondeos de hace dos meses. Y esto ¿le da “pena ajena” al presidente López?”

Pena ajena nos da a la mayoría de los mexicanos el presidente López, al ver que ordena cosas para su provecho y para el beneficio de los suyos, que ha generado 10 millones de pobres más, llevando al caos a los mexicanos, por inseguridad pública, por inflación imparable, por la caótica educación, por la corrupción presidencial y el océano de sus mentiras que todo lo ahoga.

En esas condiciones, nuestra mejor institución es el INE; y quiere destruirla el presidente López.

Pero decenas de millones de mexicanos no van a permitir que se toque al INE ni al TRIFE.

Yo, un mexicano más, me sumo con firmeza y convicción a todos ellos.