LOGOS
Huracanes,
corrupción, linchamientos...
TRANSFORMAR LO MALO
EN BUENO
Hagamos del mexicano un ser humano de
altas miras y amplios horizontes que, por su capacidad y trabajo organizado, transforme
lo malo en bueno.
Si nos azota el huracán más destructor
de lo que va del siglo XXI, con ráfagas de viento y devastadores torrentes de
agua, tendríamos que estar preparados para aprovechar esa enorme energía, y
almacenar ese valioso líquido.
De esa manera a los desastres les
sacaríamos provechos, determinando que los bienes obtenidos, por nuestra
capacidad para reconvertir, se repartieran en beneficio de todos.
Si hemos generado al crimen organizado,
que tanto daño causa, la inteligencia del mexicano debería trocar esos
esfuerzos ilícitos, portadores de un mal, en asociaciones ágiles de empresarios
y obreros productivos que aceleraran el constante desarrollo nacional.
Hemos sido un pueblo con adversidades; y
si éstas se han dado y se siguen presentando, tenemos que prepararnos para transfigurarlas
en logros.
Más cuando muchas de esas desgracias han
sido programadas, rápida y furiosamente, por la ambición de extranjeros
poderosos, a quienes debemos neutralizar, y vencer, devolviéndoles la maldad de
sus propias fuerzas.
José Vasconcelos (1882-1959) en La raza
cósmica, Samuel Ramos (1897-1959) con El perfil del hombre y la cultura en
México, y Octavio paz (1914-1998) desde su Laberinto de la soledad, con sus
respectivos estilos, nos hacen observar al mexicano.
Y muchos talentos extranjeros nos han
analizado, desde lejos y sin conocernos directamente, ofreciéndonos cómo se ve
externamente nuestro rasgo nacional.
Carlos Marx (1818-1883) y Federico
Engels (1820-1895) nos vieron, en su interés revolucionario y comunista, como
una apetitosa y fácil presa de los EU, y de Inglaterra y Francia.
Esos agitadores con formación científica
señalaban:
"En los yanquis encontramos
sentimientos de independencia y de valor individuales desarrollados a un grado
mayor que en los mismos anglosajones"; "los mexicanos han sido
formados con vicios del español: flojera, grandilocuencia, fanfarronería,
quijotismo, y faltos de solidez"; y, con objetividad y sin ningún
sentimentalismo, observaban que "México está bajo el reinado de la
anarquía desde los últimos cuarenta años".
Para Marx y Engels Inglaterra, Francia y
España, fraguaron desunir a los Estados Unidos de América, alentando una guerra
civil entre el norte industrial de libertad, y el sur esclavista y agrícola; y,
ambos veían como la mejor alternativa para México el que fuera asimilado por
los EU del norte, ya que obtendría desarrollo educativo y económico, auxiliando
además a éste a triunfar sobre el sur reaccionario. Marx publicó lo anterior como
corresponsal del New York Tribune.
Educación y economía siguen siendo
claves para reconvertir huracanes, corrupción, miseria, y anexas, en algo bueno
para México.
¡Ojalá, para ese fin, se contara con el
gobierno!