lunes, 26 de octubre de 2015

LOGOS
Huracanes, corrupción, linchamientos...
TRANSFORMAR LO MALO EN BUENO
        Hagamos del mexicano un ser humano de altas miras y amplios horizontes que, por su capacidad y trabajo organizado, transforme lo malo en bueno.
        Si nos azota el huracán más destructor de lo que va del siglo XXI, con ráfagas de viento y devastadores torrentes de agua, tendríamos que estar preparados para aprovechar esa enorme energía, y almacenar ese valioso líquido.
        De esa manera a los desastres les sacaríamos provechos, determinando que los bienes obtenidos, por nuestra capacidad para reconvertir, se repartieran en beneficio de todos.
        Si hemos generado al crimen organizado, que tanto daño causa, la inteligencia del mexicano debería trocar esos esfuerzos ilícitos, portadores de un mal, en asociaciones ágiles de empresarios y obreros productivos que aceleraran el constante desarrollo nacional.
        Hemos sido un pueblo con adversidades; y si éstas se han dado y se siguen presentando, tenemos que prepararnos para transfigurarlas en logros.
        Más cuando muchas de esas desgracias han sido programadas, rápida y furiosamente, por la ambición de extranjeros poderosos, a quienes debemos neutralizar, y vencer, devolviéndoles la maldad de sus propias fuerzas.
        José Vasconcelos (1882-1959) en La raza cósmica, Samuel Ramos (1897-1959) con El perfil del hombre y la cultura en México, y Octavio paz (1914-1998) desde su Laberinto de la soledad, con sus respectivos estilos, nos hacen observar al mexicano.
        Y muchos talentos extranjeros nos han analizado, desde lejos y sin conocernos directamente, ofreciéndonos cómo se ve externamente nuestro rasgo nacional.
        Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) nos vieron, en su interés revolucionario y comunista, como una apetitosa y fácil presa de los EU, y de Inglaterra y Francia.
        Esos agitadores con formación científica señalaban:
        "En los yanquis encontramos sentimientos de independencia y de valor individuales desarrollados a un grado mayor que en los mismos anglosajones"; "los mexicanos han sido formados con vicios del español: flojera, grandilocuencia, fanfarronería, quijotismo, y faltos de solidez"; y, con objetividad y sin ningún sentimentalismo, observaban que "México está bajo el reinado de la anarquía desde los últimos cuarenta años".
        Para Marx y Engels Inglaterra, Francia y España, fraguaron desunir a los Estados Unidos de América, alentando una guerra civil entre el norte industrial de libertad, y el sur esclavista y agrícola; y, ambos veían como la mejor alternativa para México el que fuera asimilado por los EU del norte, ya que obtendría desarrollo educativo y económico, auxiliando además a éste a triunfar sobre el sur reaccionario. Marx publicó lo anterior como corresponsal del New York Tribune.
        Educación y economía siguen siendo claves para reconvertir huracanes, corrupción, miseria, y anexas, en algo bueno para México.
        ¡Ojalá, para ese fin, se contara con el gobierno!

lunes, 19 de octubre de 2015

LOGOS
Ni sexismo ni cuates ni cuotas
RESPETO A LA SUPREMA CORTE
        Juzgar a seres humanos es una responsabilidad enorme. Los órganos jurisdiccionales tienen como atribución el aplicar las normas jurídicas a casos concretos, con intereses controvertidos, que se les presenten.
        Quien juzga a humanos debe ser humano. El teocentrismo inició su declive desde el inicio del Renacimiento y, casi, ha dejado su lugar al antropocentrismo renacentista.
        Si juzgar humanos es una tremenda facultad, designar a los juzgadores es un delicadísimo deber, más cuando se trata de elegir a cada uno de los 11 miembros de la Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación; así, "Honorable" con mayúscula, como un firme recordatorio para todos los justiciables, pero sobre todo para los propios ministros, magistrados, jueces, y para todos los que en el Poder Judicial Federal laboran, para que obren siempre con honorabilidad.
        Conozco, por dentro, a los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial; y aseguro que no me he encontrado en esos espacios laborales seres perfectos, pero los mejores recursos humanos los he observado en el judicial.
        Al Ejecutivo Federal y a los diputados y senadores del Congreso de la Unión los elige el voto ciudadano. A los ministros de la Corte los propone, por terna, el Presidente de México ante el Senado de la República, y éste los designa, salvo excepciones, según el artículo 96 de nuestra Constitución Federal.  
        Eso hace que equivocadamente haya quienes aseguran que el Poder Judicial Federal no es un auténtico poder, mal afirmando que sólo es un organismo "autónomo".
        La forma de nombrar a un ministro no tiene ningún efecto en el ejercicio de sus atribuciones, ya que, como tal, se separa totalmente de su procedimiento electivo y ejerce como los otros dos poderes la soberanía popular al cumplir sus atribuciones legales, conforme a los artículos 41 y 94 de la Carta Magna.
        Empero, cuando la opinión pública hace saber al Presidente Enrique Peña Nieto, y a los senadores, que descalifica la designación de ministros por sexismo, por cuatismo, y por cuotas, es que no acepta que lo vuelvan a hacer, y que deseamos como ministros a quienes, además de reunir los requisitos constitucionales correspondientes, sean honorables, capaces, trabajadores, con humanismo y amor a México, y jamás lacayos del Presidente en turno, de los partidos políticos, de los poderosos medios masivos de comunicación o de los multimillonarios del país, ni de pandilla alguna.
        Que no se designe a mujeres o a hombres sólo por el hecho de serlo, pues sería faltarles al respecto, ya que esa condición la tienen sin haber efectuado ningún esfuerzo.
        Los nombrados deben ser los mejores, con carácter para ejercer la soberanía frente a los otros poderes, no la autonomía. Con acato a la independencia de cada Juez de Distrito, de cada magistrado unitario o colegiado, de cada ministro, frente a un Consejo de la Judicatura y un Pleno.

domingo, 11 de octubre de 2015

LOGOS
Todo está sujeto a examen
PERDIMOS TODAS LAS CERTEZAS
        Hay tiempos para todo, nos dice el Eclesiastés de manera poética; mientras, la realidad lo evidencia de manera despiadada.
        De tiempos gozó México en donde había confianza y, por ende, certezas.
        En la mitad del siglo XX la mayoría de los mexicanos creía en la Virgen de Guadalupe, en la Lotería Nacional, y en el Presidente de la República.
        Parece de sorna, pero era en serio. Esas tres instituciones citadas, entre algunas otras, toda proporción guardada entre ellas, nos daban seguridad.
        En ese tiempo, en nuestro país, hasta los ateos eran guadalupanos, los desafectos a los juegos de azar compraban su billetito de lotería con sobrada esperanza de pegarle al gordo, y los opositores al gobierno respetaban al "Señor Presidente".
        Hoy todo está a revisión, en examen, sujeto a indagatoria. Cada día que pasa aumenta la incertidumbre y la desconfianza en todo y en todos. La suspicacia desbancó a lo fehaciente.
        Claro que esta etapa de mosqueo y desengaño no se ha dado por generación espontanea, sino que tiene atrás de sí toda una serie de causas. Con toda su etiología nos envuelve, en la medida que nos aprisiona y nos empobrece.
        Hace 65 años, por ejemplo, los profesores de primaria eran vistos, en México, como apóstoles de la enseñanza, respetados y respetable.
        Iban puntuales y preparados a dar clase, vestidos de traje y corbata, lustrosas y antigüitas estas prendas, pero vestidoras. Ganaban un salario inferior al actual, su actitud era de franca entrega a sus alumnos y a su escuela, mientras su organización sindical era púber y endeble.
        La sombra de aquel recuerdo perdura, frente a la imagen arquetipo del profesor actual: luchador social que, en la vida cotidiana, tiene tanta desconfianza en el gobierno como en sus líderes sindicales.
        Pero, lo poco o mucho que queda del fenómeno enseñanza aprendizaje al maestro que asiste a clase se le debe.
        Confunde escuchar lo esgrimido por el actual secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, recientemente y sobre que: "Se realizará el diálogo con la CNTE, siempre y cuando sea un encuentro sustentado en el principio de la implementación de la reforma educativa... Los maestros ya no deben estar sujetos a marchar para cobrar un salario... los docentes ya no deben tener miedo de su sindicato, pues sus derechos laborales están protegidos por los gobiernos estatal y federal... se descontará el salario al maestro faltista".
        A su vez, algunas secciones sindicales del magisterio iniciaron movilizaciones, encaminadas a un futuro paro nacional.
        Preocupa escuchar a los líderes de sindicalismo magisterial, ya que en los monólogos que intercambian con el gobierno, nos hacen recordar una conocida canción de Cri-Cri: "El comal le dijo a la olla..."
        Pero en el fondo de todo eso, y de algunos grandes problemas nacionales, para bien o para mal, estamos sujetando todo a examen, al haber perdido nuestras certezas.

lunes, 5 de octubre de 2015

LOGOS
Peligrosas desigualdades
CREADORAS DEL POPULISMO
        Cosas poco apropiadas suelen pasarle al Presidente Enrique Peña Nieto en foros internacionales, esos escenarios a los que él parece apreciar en demasía.
        Recientemente en la 70 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, al pronunciar su mensaje, se le trabó la lengua al tratar de pronunciar el término "multilateralismo"; sin embargo, los enredos prosódicos son comunes, y en el fondo irrelevantes.
        Lo que es esencial, al menos para la vida de nuestro país y el resto de las naciones integrantes de la ONU, es saber si el tema de nuestro tiempo lo constituyen los "nuevos populismos", sobre los que alertó Peña Nieto como la mundial "amenaza... de izquierdas y derechas, pero riesgosos por igual".
        El propio Presidente de México, en la anatomía de su discurso, denunció como causas de esos nuevos populismos: "las crecientes desigualdades, la crisis económica mundial que no cede, la frustración social", y aún así, calificó de peligrosa amenaza el supuesto efecto, y no las causas por él indicadas.
        Quien le estructuró el mensaje lo hizo cometer una aberración lógica, ya que siempre, la causa de la causa es causa de lo causado, salvo las excepciones que no actualiza la especie.
        Más aún cuando en el discurso subraya que "el Siglo XX ya vivió y padeció las consecuencias de individuos que, carentes de entendimiento, responsabilidad y sentido ético, optaron por dividir a sus poblaciones"; cuando esos individuos son más efecto que causa en toda sociedad enferma de populismo, cuyos integrantes son los que viven y padecen esos males, y no los siglos como lo hace sentir en su metáfora poco pertinente.
        La realidad actual ha rebasado lo que el filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955) nos explicó en El tema de nuestro tiempo en el año 1923; ahora en el 2015 ya no hay "el tema", sino infinidad de temas, y a cual más de importantes, o vitales, que ni siquiera aceptan un eje como denominador común.
        Y para no equivocarnos, en nuestro tiempo, frente a quienes debemos estar más alertas, ya que son más peligrosos, es ante los que, irresponsablemente y carentes de ética, provocan las crecientes desigualdades económicas, educativas y sociales, las crisis económicas mundiales y nacionales que no ceden, y la frustración social que nos ahoga.
        Ésos, son el verdadero peligro, los auténtico sembradores del odio y del rencor entre la especie humana.
        Los ambiciosos de poder, los demagogos, sólo son sus compañeros de viaje, sus hechuras colaterales.
        En este pícaro mundo no debemos de equivocarnos de enemigo, o de sujetos peligrosos que frenan el progreso, afectando el desarrollo de la vida social de México.
        El populismo, por demagógico, va en contra de la población, pero más contundentemente van en contra de ella los provocadores de la brutal desigualdad económica mexicana, y los poderosos beneficiarios de nuestras crisis.
        Ambos son enemigos de México.