lunes, 25 de septiembre de 2023

LOGOS

Siervo de la Nación

CONTRARIO AL TIRANO “CARCAÑAL”

        “Las cosas de palacio van despacio, porque me lastime el carcañal”; recién lo dijo nuestro actual presidente, dejando una tarea a todos: ¿qué es el carcañal?

        Los refranes son sentencias populares que, en no pocos casos, tienen uso en todos los países del orbe.

        Las cosas de palacio van despacio es una sentencia que se usa mucho en los Estados Unidos de América, igual que en México, debido a que en ambas naciones existe lentitud en las respectivas resoluciones gubernativas, por diversas causas y con distintos ritmos.

        En México, por ejemplo, las cosas van despacio porque el presidente se lastimó el “carcañal”.

        ¿Y qué es el “carcañal”? Es una palabra deformada, acaso, por él y a costa de su poderío tiránico. Lo registrado en cualquier enciclopedia es “carcamal”, o sea, es una persona vieja y achacosa

        Pero en el fondo, esta confesión del presidente es clara, él es México; y nuestro país anda a su ritmo por sentirse “carcañal”.

        Eso es ser un tirano “carcañal”.

        Totalmente lo contrario de lo que sigue siendo el Siervo de la Nación, José María Morelos, quien dijo nacer “en el jardín de la Nueva España” (hoy Morelia) el 30 de septiembre del 1765. Y a quien recordamos en el CCLVIII aniversario de su natalicio.      

        Desde el momento en que Morelos aceptó la disposición de Miguel Hidalgo, demostró su humildad. Aquél deseaba ser capellán de las muchedumbres insurgentes al lado de éste.

        Con obediencia Morelos acató la orden de ir hacia el sur en una aventura incierta.

        Fusilado Hidalgo, y decapitado, Morelos recibió una misiva del Abogado Ignacio López Rayón, quien instituye la Suprema Junta Nacional Gubernativa, en Zitácuaro.

        Morelos aceptó, y designando como su enlace a José Sixtos Verduzco, quien fue nombrado vocal de la Junta, y a través de éste, formula una serie de propuestas afortunadas: “El único soberano es el pueblo, y no el rey. Quítese la mascara a la independencia, eliminemos la mención de rey”.

        Cuando Calleja tomó Zitácuaro, la Junta quedó sin fuerzas, y dispersa. Pero con toda sumisión, Morelos apoya a la Junta enviándoles una buena cantidad de plata, y la reiteración de su respeto.

        Instalada la Junta en Toluca, y después en Tenancingo, López Rayón, con urgencia, pidió auxilio a Morelos. Éste no sólo protegió a la Junta, sino derrotó al ejército realista, y tomó Cuautla, con el ánimo de ocupar la Ciudad de México.

        Morelos consideró que era necesario reformar la Junta Nacional, y se fijó como sede a Chilpancingo, llamándole el Congreso de Anáhuac. Los diputados fueron los mismos líderes insurgentes. Morelos declinó ser diputado. Por unanimidad se le designó “Alteza Serenísima”.

´Morelos no aceptó, y pide que sólo se le registra como “Siervo de la Nación”.

        Decidió Morelos tomar su ciudad natal, sufriendo una derrota militar, y marchando hacía el sur de Michoacán. El Congreso lo destituye del mando militar, y el acata la resolución.

        Sólo una rogativa presentó, que se le permitiera opinar en las discusiones que se llevaran a cabo al aprobar la nueva constitución. La que fue promulgada el 22 de octubre de 1814 en Apatzingán.

        ¡Anda muy alejado el tirano “carcañal”, del Siervo de la Nación!

 


lunes, 18 de septiembre de 2023

LOGOS

¡Viva el amor!

EL GRITO DE UN SOLITARIO

        Existen presidentes de edad avanzada que tienen apetitos simples; sencillamente, lo quieren todo.

        Su avión, su ejercicio presidencial, sus maña-neras, sus caprichos, sus corcholatas, sus ceremonias cívicas, sus obras públicas, sus ocurrencias, sus frases célebres, su presupuesto de egresos, sus incongruencias, sus odios, sus mentiras, sus traiciones, su corrupción, su palacio, su soledad.

        Durante su campaña para llegar a la presidencia de México prometió cosas llamativas, sin sentido práctico: trasladarse en su pequeño carrito por calles y carreteras del país, sin escoltas; hacer viajes largos sólo en aviones comerciales; vivir modestamente, sin el esplendor de la residencia llamada Los Pinos; y muchas otras puntadas demagógicas electoreras.

        Así se embrolló con la venta, la rifa, la subasta, del avión presidencial que estaba nuevo, y no era nada del otro mundo, como él (intencionadamente) lo pregonó en forma repetitiva. Hasta que lo malbarató.

        Ahora viaja con caravanas de enormes camionetas lujosas, rodeado de soldados del viejo Estado Mayor Presidencial disfrazados de paisanos, y en los mejores aviones de las fuerzas armadas arreglados con lujo.

        Corre un dicho: “cae más pronto un hablador que un cojo”.

Al cuarto para las doce, la presidencia proyecta la compra de un avión presidencial, a través de una de sus secretarías más poderosas.

        Pero a estas alturas, o mejor, bajuras, da el presidente un viraje de 180 grados respecto a la deuda pública federal.

        En campaña juró bajar el monto de esa deuda, y prometió que jamás la aumentaría.

        También a las palabras presidenciales se las lleva el viento.

        De esa forma, y recientemente, los mexicanos quedaremos más endeudados, por necesidades (y necedades) del obradorato, con cerca de dos billones de pesos más.

        El Presupuesto de Egresos Federal para el 2024 será un repulsivo instrumento electorero.

        Felipe Calderón dejó la deuda pública federal en 5,352 billones de pesos.

        Enrique Peña dejó la deuda pública federal en 10,829 billones de pesos.

        Andrés Manuel López lleva la deuda pública federal, hasta agosto del 2022,       en 13,387 billones de pesos; y se proyecta que al concluir su mandato estará esa deuda pública federal en cerca de 16 billones de pesos.

        Cada mexicano debe de la deuda pública federal más de 127 mil pesos.

        No hay duda, sobrevive el presidente semiahogado en sus mentiras.

Por “humildad” se apoderó de Palacio Nacional. Con gran ostentación lo cerró exclusivamente para él.

Esa mezquindad la empieza a pagar con una soledad especial y profunda. Millones de mexicanos la observamos en la ceremonia del grito.

Ante la multitud de asistentes, estaba él solo, en el balcón central del Palacio Nacional. La leve presencia de su esposa, con ciertas notas de ánimo y disfrazada de Xóchitl, subrayaba lo despoblado de esa alma presidencial resentida.

Años atrás ese balcón principal estaba lleno, movible y alegre. Tenían lugar los representantes de los tres Poderes de la Unión, los jefes de las fuerzas armadas, la familia presidencial, colaboradores y amigos.

En este reciente Día del Grito de Independencia (2023), las ventanas de su palacio estaban apagadas, y por primera vez, el presidente grito tantos mueras como vivas. Hasta destanteo a la multitud. López gritaba “muera la corrupción”,  y la gente respondía, “viva”.

Más que nunca, el presidente mostró ser un tipo sin “amor”. Ha sembrado su odio carroñoso por doquier, y se descubrió patológico en su grito tardío: “viva el amor”.

Horas después, en el tradicional desfile del 16 de septiembre, mostró su discutible e ideológico amor, por ejércitos invasores.



lunes, 11 de septiembre de 2023

LOGOS

Política cuántica

UN MÉXICO INÉDITO

        Nuestro país ha fascinado a muchos extranjeros. México es una mezcla de gentes embrujadas desde sus más recónditos orígenes hasta el año 2023, que vuela indetenible.

        Lo que es nuestro actual territorio tuvo inmigrantes, al parecer, desde hace 30 mil años, por el norte, el sur y por sus mares, hasta consolidar a cerca de 130 naciones, (subyugadas entre sí) antes de la llegada de los españoles en el año 1519.

        Esa población original se entremezcló a su ritmo, atraída por sus encuentros, en la paz y en la guerra.

Lo mismo aconteció a los europeos llegados de las españas, quienes quedaron maravillados, y amos como conquistadores.

Conquistados los indígenas originales, subsistieron (en su alucinación) sujetos a la esclavitud, soportando la incomprensible entremezcla sexual, entre muchas otras injusticias.

Todos los seres humanos somos mestizos; y, en esta certeza, los mexicanos no somos la excepción.

Empero, nuestros antepasados, productos de esa sexualización violenta y tormentosa, sufrieron lo indecible.

La seducción chusca y avispada (que nos brota por naturaleza) es uno de nuestros perfiles.

Desde la Independencia de la colonia llamada por Hernán Cortés la Nueva España, lograda (en una explicable paradoja) por Agustín de Iturbide, acérrimo enemigo y vencedor de quienes iniciaron esa lucha independentista con fines más amplios de carácter social, hasta el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, la vida de nuestra nación fue predecible, siguiendo con puntualidad la ley de causa-efecto en el mundo de la política.

A partir de ese año (1994), empezó a dejarse ver la política mexicana como un fenómeno social cuántico; es decir, impredecible, al parecer caótico, sin leyes de causa-efecto, a la vista al menos.

Planck, Oppengein, Schódinger y Born; éste dijo “dios juega a los dados”. Einstein le respondió: “dios no juega a los dados”. Y Born le replicó: “deja de decirle a dios lo que tiene qué hacer”.

Todo eso lo expresaron epistolarmente, tanto para el microcosmos, como para el macrocosmos.

Desarrollada la política cuántica en México de la manera más absurda por políticos ineptos, traidores y corruptos, nos dirigimos al desorden, a lo caótico, pero sin dejar nuestras incitaciones embaucadoras y hechizantes.

El actual presidente mexicano viaja a Colombia y a Chile, sin ningún sentido, acaso por cinco días, estando ya en México el 13 de septiembre.

Pero antes de irse entregó, como brujo de barrio, el “bastón de mando” del liderazgo de la 4T a su inventada, señalada y consentida, Claudia Sheinbaum Pardo, báculo que le fue adjudicado exclusivamente al presidente por los indios mixtecos, quienes ahora se sienten agraviados por el desaire a su símbolo sagrado.

Claro que todo es una simulación. Le entregó el bastón, pero no el mando. En este caso, ese objeto es más bien un fuste amenazador.

Sin embargo, no han faltado los mixtecos que aseguran que ese mal uso a su prenda sacra acarreará muertes, males y caos.

Vivimos en un México inédito y cuántico que exige que, nuestras mejores mujeres y hombres, con un plan de gobierno inteligente y práctico, pongan un hasta aquí al tirano y a su 4T, es decir, a su cuarta tranza.




martes, 5 de septiembre de 2023

LOGOS

Híbridos atrevidos

ENLOQUECIÓ EL DESTAPADOR

México tiene un presidente de chiste, quien entre sus jocosidades ha agravado nuestros problemas, y puede conducirnos a una tragedia.

Goza con lo electoral, pero sus limitaciones sólo le permiten llegar a lo electorero.  

Con su poder presidencial (y en insolente violación a nuestra carta magna) eligió a sus posibles sucesores, llamándoles “mis corcholatas”, y las destapó.

Así se convirtió en el primer destapador del país.

Y esa gozosa actividad lo hizo tan feliz que, monopolizando ese trabajito, se dio al ilegal vicio de seguir destapando a las (o a los) aspirantes del resto de los partidos políticos que él considera son sus opositores.

Para este presidente destapador sus caprichos electoreros están por encima de la constitución y de toda ley, lo que empeoró nuestros males.

Sus juegos electoreros descaminan, y desvían, decenas de miles de millones de pesos.

Cubre sus delitos, marcando los movimientos económicos como de alta seguridad nacional. Así engaña y afecta instituciones.

Contra eso se han organizado heterogenias alianzas.

Nuestros tradicionales partidos políticos se unieron para formar bloques.

A morena (instrumento electorero del presidente) le mezcló, bajo el título ‘Juntos Hacemos Historia’, al PT y al Verde, cuando sus estatutos, sus declaraciones de principios y sus programas de acción resultan mixturas osadas, todo con el ánimo de ser vasallos del autócrata, a cambio de las migajas que les quiera proporcionar.

No sabe todavía, el tirano, qué explote entre sus seis corcholatas, y cuáles serán sus efectos.

México y su sano desarrollo no le importa nada.

Pierden, así, su sentido los partidos políticos. No justifican el gasto que nos ocasionan, al no cumplir su función. En crisis está el sistema partidista nacional.

El desastre ocasionado por ese tragicómico presidente, en todo y en toda la nación, ha orillado al PAN, PRI y PRD, a transitar, unidos, con la bandera de Frente Amplio por México. Ahí están como híbridos atrevidos, motivados por decenas de millones de ciudadanos hartos de soportar los turbulentos desaciertos del quien niñea como destapador sucesorio.

Nervioso, el presidente, destapa aspirantes a la presidencia en el partido Movimiento Ciudadano, partido que ha quedado partido.

Un numeroso fragmento del MC está decidido a engrosar las filas de Frente Amplio; y el otro segmento no encuentra candidato.

Incómodo, su supuesto propietario, se empeña en esperar el fin del mes septembrino, para escoger entre el escombro de lo que quede en el reacomodo de entremezclas sorpresivas.

Lo peor, para los mexicanos, es que ese destapador parece estar enloquecido, al quedar enredado en sus atrevidas torpezas.

Chango testarudo y envejecido no aprende maroma nueva.

Vuelve a lanzarse, el presidente destapador, en contra del Poder Judicial Federal, amenazándolo de que va a ir a limpiarlo, cuando no ha podido limpiar ni al Poder Ejecutivo, ni siquiera al Poder Legislativo; y estos dos poderes están mucho, pero mucho más sucios.

¿Un golpe de estado?, no lo permitiríamos los mexicanos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ni las fuerzas armadas de México.

130 millones de mexicanos admiramos y respetamos a nuestras mejores instituciones, y tenemos que fortalecerlas.

¡Pronto la pesadilla, llamada Andrés Manuel, quedará atrás!