lunes, 28 de marzo de 2016

LOGOS
Terminó Semana Santa
RETORNO A CONFRONTAS INFECUNDAS
                Esta llamada Semana Santa 2016 fue (como todos los años que han transcurrido desde que Constantino y su generación, en la Roma de Oriente, iniciaron el invento del cristianismo) de Domingo de Ramos a Domingo de Pascua.
                El Domingo de Ramos representa la entrada exitosa del nominado Jesucristo a Jerusalén; mientras que el Domingo de Pascua simboliza la fiesta por la resurrección de ese Jesucristo, a los tres días de haber muerto.
                Los días comprendidos entre estos dos domingos constituyen, tradicionalmente, la Semana Santa.
                Lo santo, o la santidad, es un valor de alta significación en el fenómeno religioso, consistente en tener una conducta, como humano, pura, limpia, virtuosa, perfecta, consonante con preceptos religiosos dictados por el dios o las deidades correspondientes.
                De manera directa y precisa lo santo y la santidad corresponde exclusivamente a seres humanos. Sólo en un mundo fetichista resultan santos o santas los mantos, el agua, las sandalias, las tierras, o las semanas; y siempre de forma indirecta.
                Esas cosas no son santas porque tengan conducta ni sistema nervioso central con libre albedrío, sino porque un ser humano con mucha santidad les deja su huella, contagiándoles ese valor religioso.
                Por ello es que la semana denominada santa no tiene nada de santo ni de santidad, per se, y es como todas las demás semanas, lapsos temporales en los calendarios de los humanos que, conteniendo las conductas de éstos, tienen tanto virtud como pecado, tanto inmoralidad como ética, tanto buenos modales como erróneos comportamientos, actos y omisiones apegados a derecho como ilicitudes o faltas.
                ¡Tal es el Hombre!
                Algunos acostumbran decirle Semana Mayor, pero tampoco tiene nada de mayor, ya que contiene los mismos días, horas, minutos y segundos que las demás semanas.
                Pero lo más importante es saber cómo nos fue de domingo a domingo, desde el de ramos hasta el de pascua.
                De inicio, esa semana fue aprovechada proverbialmente, en su totalidad o en parte, como tiempo vacacional, y esto hace que bajen de intensidad las presiones sociales en nuestra vida cotidiana.
                Y las tensiones dejan de sentirse en áreas políticas, económicas, laborales, o educativas, domiciliándose en espacios turísticos o en vías de comunicación terrestre, área, o marítima.
                Las manifestaciones religiosas, para no perder popularidad y arraigo, suelen celebrarse con liturgia de atracción turística, o de esparcimiento espiritual.
                Muchos descansaron, con un no hacer de plena holganza; otros realizaron lo que por falta de tiempo habían dejado en espera; otros más actuaron en lo que les gusta; y, no pocos, se distrajeron como endemoniados pecadores efectuando diabluras mil.
                La cultura vacacional tiene muchas esquinas e infinidad de ricas perspectivas.
                Ahora, ¡retornamos a lo cotidiano!, a consumirnos en confrontas infecundas, frente a viejos problemas con enredos nuevos.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Días de guardar
JESÚS NUNCA FUE CRISTIANO
        En este marzo que contiene una Semana Santa, o Semana Mayor, o Semana de Guardar, la Biblia se torna un libro recurrente.
        La Biblia está constituida por decenas de libros que, en un principio, sobrevivieron separados, siendo escritos en diferentes épocas e idiomas, por lo general anónimos, colectivos y, originalmente, fueron sólo textos fundamentales de la religión judía.
        Esa Biblia judía juntó en un solo libro los vaticinios de algunos de sus profetas, dentro de los que se encuentra el último de ellos: Malaquías, quien se supone vivió entre el año 500 y 420 antes de nuestra Era.
        No debemos desconocer que Malaquías en hebrero significa "mi heraldo", o sea, mi mensajero, poniéndole tal nombre el Dios de los Judíos, es decir, el Dios de Jesucristo, puesto que Jesús nunca fue cristiano, ya que vivió y murió, y resucitó, dentro de la religión judía.
        Pues bien, el profeta Malaquías querellándose en contra de los matrimonios mixtos, entre judíos y extranjeros, y en contra de los divorcios, como faltas culturales de los sacerdotes y del pueblo, anuncia la llegada de "el ángel de la alianza", el advenimiento de "el Mesías, y su venida será preparada por un mensajero o precursor".
        Y ahí hace "Conminación a los sacerdotes: "1.- Y ahora a vosotros ¡oh sacerdotes!, se dirige esta intimación: 2.- Si no escucháis ni proponéis decididamente en vuestro corazón el dar gloria a mi nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre vosotros la miseria, y maldeciré vuestras bendiciones, y ya eché sobre ellas la maldición; puesto que vosotros no hacéis caso de mí. 3.- Mirad que yo arrojaré la espaldilla y os tiraré al rostro estiércol, el estiércol de vuestras solemnidades, y seréis arrojados como él".
        Analizando después como está "El sacerdocio degradado", y augurando "El día del Señor... semejante a un horno encendido, y todos los soberbios, y todos los impíos serán como rastrojos; y aquel día que debe venir los abrasará, dice el Señor de los ejércitos, sin dejar de ellos raíz ni renuevo alguno".
        Y en su breve texto, Malaquías, diciendo que "es la palabra del Señor de Israel", genera dos oráculos que profetizan dos venidas de Cristo, en lo que algunos otros profetas judíos también coinciden.
        En realidad, los cuatro Evangelios, tanto el de Mateo, como el de Marcos, Lucas, y Juan, no hacen más que confirmar la realización o cumplimiento de esas profecías, al constituirse como biografías de ese Cristo, hijo de Dios, e hijo del Hombre, que se sacrificó por salvar al mundo.
        Estos días de guardar, no son para guardar los secretos divinos, sino para darlos a conocer a todo el pueblo. Nadie debe ignorar lo que escribieron nuestros antepasados, y meditar sobre ello.
        Y valorar si todos los sacerdotes, en el año 2016, han cumplido a través de sus actos, pensamientos, y decires, con lo establecido por su Señor Dios.

lunes, 21 de marzo de 2016

LOGOS
Grandeza de Juárez
ALMA BIEN NACIDA
                Entre la cuna y la tumba de todo ser humano se encuentra la historia de una vida; empero, han existido hombres que entre sus extremos de existencia personal se ubica, además, un pedazo de grandeza de la Historia del Mundo.
                Benito Juárez es de esos casos. Nació con la primavera del 1806, zapoteco de cuna humilde, Presidente de México en tiempos azarosos, y quien con su honradez, talento y grandeza, estuvo a la altura de elevadas circunstancias.
                Tenazmente inamovible en sus principios, llegó a confrontarse con todos: conservadores, moderados, y liberales; recibiendo de ellos todo tipo de ataques; ante eso, su carácter férreo y sus sólidos valores le sirvieron de blindaje.
                Parco en palabras, pero hombre de acción, sus meritorios e inteligentes combates tuvieron efectos en todo el mundo.
                Juárez y su generación fracturaron la espina dorsal al estado eclesiástico que, abusivo y podrido, pervivió en los inicios del México independiente. Cimentaron y echaron a andar al actual estado civil laico; así, el grupo liberal encabezado por Juárez, en la Guerra de Tres Años (diciembre1857 a enero 1861) venció a los conservadores.
                Ya en Palacio Nacional, el Presidente Juárez tuvo, con sus colaboradores, que convencer a los gobiernos británico y español para que no invadieran México, quienes inicialmente aliados con el emperador francés, Napoleón III, pretendían el pago de deudas usureras.
                Francia invadió a nuestro país, e impuso como emperador a Maximiliano de Habsburgo, como parte de un plan que dividía, con guerra civil, a los Estados Unidos de América, apoyando al sur contra el norte, y así frenar el avance de EU sobre toda América, en tanto en Europa se fortalecía el hegemonismo que pretendió su tío Napoleón Bonaparte.
                Napoleón III observó la posibilidad de que el norte ganara al sur en EU, pero visualizó que quedarían tan debilitados que no podrían hacer nada frente al dominio francés en México.
                El Emperador Maximiliano con el ejército francés, y las gavillas conservadoras, persiguieron a Juárez por el norte de México, sin poder nunca atraparlo.
                Al abandonar el Presidente Juárez la Ciudad de México en 1862, por la intervención francesa, inició ese éxodo con su gabinete, más un batallón armado, y a finales de 1866 ya se le habían ido todos, tanto familiares, como colaboradores y soldados.
                Solo, amenazado por decreto imperial que lo sentenció a muerte sin necesidad de juicio, sin ningún miembro del gabinete, con su decisión de no salir de México jamás, como un trágico símbolo de la nación en soledad, y llevando bajo su más estricta responsabilidad la personificación de la patria republicana, vivió estoicamente Juárez.
                No tenía la ayuda gringa, ni jamás la esperó, según sus propias palabras.
                Ese Presidente mexicano venció a dos emperadores, al francés y al austriaco. Y siendo un alma bien nacida, con reconocimiento internacional, salvó a la República.

martes, 8 de marzo de 2016

LOGOS
No temo a Donald Trump
TEMO A QUIENES VOTEN POR ÉL
                Donald Trump, de ascendencia alemana y escocesa, tiene 70 años y 4 mil millones de dólares. Empresario en bienes raíces, ahora trabaja empeñosamente, con hitleriano estilo, para llegar a ser el cuadragésimo quinto Presidente de los Estados Unidos de América.
                Tiene que ganar, antes, la candidatura por el Partido Republicano y, si no la ganara, podría montar una estructura independiente para conquistar su objetivo político.
                Güero y rojizo, con cabello lacio en posición de peluca amarillo cobriza en curvatura frontal a su cráneo macizo, alto y robusto, parece estar siempre en cólera constante.
                Los mexicanos son, al parecer, los epicentros de su discurso rabioso. Sin lógica ninguna, suelta carente de responsabilidad su oratoria insensata.
                En sus tiempos de mercader de inmuebles se publicitaba con frases aceptables de superación personal; poco originales, es cierto, pero de conceptos positivos.
                En su corta vida de político electoral, con ambición al máximo cargo, su lenguaje es golpeador, áspero, grosero, payasón, de escándalo, buscando el poder por la vía del rompimiento.
                Va para nueve meses en campaña abierta, rasposa, pero triunfadora: "Haremos a nuestro país grande de nuevo"; "Frenemos a como dé lugar el avance de China"; "No más ilegales inmigrantes mexicanos, pues son corruptos, delincuentes y violadores"; "Construiré, desde la presidencia, un muro entre las fronteras de EU y México, y haré que los mexicanos lo paguen"; "Lo del calentamiento global es un engaño de nuestros enemigos, para quebrar a la industria estadunidense"; "Restableceré el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo"; "Pido el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes a los EU".
                Esa es una breve muestra de sus decires, los que seguramente reflejan sus pensares, y se traducirán, más temprano que tarde, en sus haceres.
                Porque el problema no es lo grotesco, rudo y grosero, del precandidato más fuerte a la Presidencia de los Estados Unidos. Los perfiles de ese político en vertiginoso ascenso, como su postura teatral, no representan ningún peligro.
                Lo alarmante, a grado de amenaza global, es que la mayoría del pueblo de los EU le esté dando su admiración, confianza, y su promesa de voto.
                Eso significa la malformación de esa sociedad que integra a un país que ejerce como líder mundial, población que se siente representada por el señor Trump, con su riqueza económica y su pobreza moral, envilecidos por el odio a los otros, por mezquindades opuestas al humanismo, y por incomprensión a la realidad del mundo actual.
                Se ven mal las autoridades mexicanas que se han puesto a lanzar críticas maledicentes en contra del candidato Trump. No se trata de ponerse al tú por tú para haber quien externa las palabras más hirientes y majaderas.
                Se debe explicar inteligentemente el problema Trump y compañía, comprendiendo que, a ésos, los detendrá su propio destino.

miércoles, 2 de marzo de 2016

LOGOS
El capital no tiene madre
NI PATRIA NI RELIGIÓN
                El inicio de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto generó esperanzas. Enredados y explosivos problemas recibió de herencia. Tres graves asuntos vinculados entre sí destacaban: el económico, el educativo, y la seguridad pública.
                En su cuarto año de ejercicio el balance no le favorece. Su desgaste va en aumento, y el avance en la solución de esos conflictos es, cuando más, superficial y de apariencias.
                No ahondar en la resolución de conflictos, no llegar a la raíz de cada asunto, no cimentar sólidamente las soluciones, no aplicar la dirección correcta para cada caso, no andar maquillando con publicidad los actos de autoridad, no gobernar con un horizonte de largo alcance en bien del desarrollo de la mayoría de los mexicanos, son errores, todos éstos, que venimos arrastrando desde hace sexenios.
                Pero eso no descarga de responsabilidad al actual jefe de Estado y, además, jefe de gobierno. En dos años y meses el Presidente Peña Nieto bien podría, con impecable veracidad, eficacia, honradez, y con la población, iniciar bases firmes para las soluciones requeridas.
                Ningún presidente de México, llámese como se llame, tiene capacidad, por sí solo, para resolver los problemas del país. Ningún gabinete presidencial, por más excelente que sea, puede realizar ese titánico trabajo, aislado de la fuerza social. El conjunto de los tres poderes federales en compañía de los 32 gobiernos de nuestras entidades federativas, más los 2448 gobiernos municipales, tampoco podrán efectuar esa labor, si no los apoya el pueblo y les tiene confianza.
                La sociedad mexicana tiene la suficiente capacidad para captar a quienes le hablan con honradez y veracidad. Y el día que un presidente de la república, de manera sencilla, clara y breve, nos explique, por ejemplo, los problemas económicos que padecemos, desde su punto de vista; y sea sensible y humilde para escuchar a quienes pueden y quieren aportar sus ideas al respecto, dejaremos atrás al México de las mentiras.
                Debemos empezar a reconocer que tenemos un crecimiento económico decepcionante, tanto por motivos externos como internos, y éstos últimos son, por obvias razones, los que están de inmediato a nuestro alcance para resolverlos.
                La corrupción en México casi toca a todo, a grado de ser, por sí, un cóctel explosivo. A esto sumemos todos los padecimientos económicos: inflación, desempleo, devaluación, baja calidad y escasa productividad de bienes y servicios, pésima distribución de la riqueza, pesimismo, endeudamiento, malos vendedores de recursos y mano de obra, desordenados, pésima política monetaria, sin una sana y sólida estructura económica, siempre presionados, inestables, y bajo riesgos y burbujas a punto de reventar.
                ¡Ah!, eso sí, con un discurso reiterativo desgastado, y desgastante: ¡Todo marcha muy bien!
                Mientras, el trabajo organizado da todo. El capital ni tiene madre ni patria.