LOGOS
Ceguera del
entendimiento
TIEMPO DE ABRIR LOS
OJOS
"Mi aspiración y trabajo tiene como
objetivo elevar la calidad de vida y el bienestar de los mexicanos",
expresó con énfasis, hace días, el Presidente Enrique Peña Nieto.
Lo afirmado por el ejecutivo federal sólo
reitera su propósito en el ejercicio del más significativo cargo público en
nuestro país; y siendo ése su más elevado anhelo, el resultado de sus trabajos
es por completo opuesto a su objetivo. Daré ejemplos.
El que la economía mexicana esté
descontrolada, y cuesta abajo, no eleva para nada la calidad de vida y el
bienestar de los mexicanos.
Tampoco la sangrienta y desbocada
inseguridad que padecemos, en todo el
país, sube la prosperidad de nuestro pueblo.
Nuestros trastornos nacionales, que son
muchos y están a la vista de todos, no pueden proporcionarnos esa calificada
felicidad que como meta se fija la intención presidencial.
Porque resulta que tanto la economía
como la seguridad, la educación como la política, igual que todos los demás
fenómenos sociales de nuestro México, han sido sectores en donde se han
aplicado actos de autoridad del gobierno mexicano con ese sanísimo y bien
intencionado propósito del Presidente Peña; y, en todos ellos, los efectos han
sido diametralmente distintos al objetivo buscado.
¿Por qué?, ¿por qué si el firme deseo
presidencial ha sido generar el bien a los mexicanos, el efecto está
produciendo males al país?
La caída del peso mexicano frente al dólar
estadunidense no puede ser para bien de los mexicanos, más cuando ello de
inmediato provocó aumento en los precio de los alimentos, colegiaturas,
transportes, y en todos los bienes y servicios que estarán más distantes de un
pueblo desempleado o con salarios de hambre.
La inflación, la recesión, la
devaluación, la deflación, todos los males económicos nos están cayendo de a
montón y al mismo tiempo y, con eso encima, el Presidente Peña Nieto nos espeta,
encubiertamente, la responsabilidad de esas dolencias: "... con frecuencia
se olvida que la construcción de México no es una tarea de un solo hombre.
Tampoco se reduce a los esfuerzos de un gobierno sexenal. A México lo
construyen todos sus ciudadanos..." Y esto es cierto, pero a quien se le
había olvidado es al presidente. Recordemos
la publicidad personalísima y personalista que ha hecho el Presidente Peña en
los medios masivos de comunicación, a precios exorbitantes y a costa de los
contribuyentes.
Y como en el mundo de la política lo que
hace la mano hace la tras, gobernadores, presidentes municipales, senadores,
diputados, regidores, a costa del erario, con publicidad millonaria cubren su
franca mediocridad y los resultados adversos a sus expresos propósitos de
elevar la calidad de la vida de los mexicanos.
La avanzada técnica, en el campo de la
medicina, está por poner fin a la ceguera; ojalá, el pueblo de México también ponga
fin a la ceguera del entendimiento. Ya es tiempo de abrir los ojos.