martes, 26 de diciembre de 2023

LOGOS

Navidad y Año Nuevo

VISTOS DESDE EL COSMOS

        Desde la Luna (satélite de la Tierra que desde hace millones de años se desgajó de ella) nuestro planeta se observa casi redondo, y tan liso como una bola de billar; claro, cuando su exposición al sol es completa.

        Carl Sagan (1934-1993), astrofísico estadunidense, aseveró que la tierra se observa como “un punto azul constituido con polvo de estrellas”.

        Ni duda cabe, nuestro hogar cósmico es un gran todo, que gira como una unidad, y donde, curiosamente visto desde otro astro cósmico, no se nota ni una sola división.

        Stephen Hawking (1942-2018), físico cósmico inglés, dijo que “cuando contemplamos la Tierra desde el espacio se ve como una imagen simple, con un mensaje cautivador: un solo planeta, una sola especie humana”.

        Hace apenas unos días, a través del Observatorio Astronómico Chandra, la NASA registró (y lo publicitó) un conjunto de constelaciones en forma de un cósmico árbol de navidad, un abeto, triangular, con su ábside y su estrella en la punta superior, sus ramas maxifalderas abiertas, en la base, y llenas de esferas. De verde huinumo es su cuerpo, sosteniendo lucecillas de diversos colores.   

Así describo lo que observo de la imagen enviada por la NASA.

Entiendo, en este caso mi imaginación es subjetiva.

        Además, es posible que alguien (en esa Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos de América) haya retocado un poco esa imagen; empero, aunque así haya sucedido, el hecho nos permite formular algunas reflexiones, en torno a la Navidad y al Año Nuevo.

        La navidad, o natividad, es el nacimiento; mejor aún, emplearé el verbo en infinitivo: “nacer”, como acción, eje, de toda esta familia de palabras.

Todo nace, y muere, (con su verbo infinitivo “morir”). Nacer y morir son las dos caras o rostros de la moneda de la existencia.

        El día del nacer, es el día de la navidad. Nace una hormiga, un virus, un árbol, un hombre, una estrella o un puñado de universos.

        En la cultura cristiano occidental se ha fijado el 25 de diciembre de cada año como Día de la Navidad, por el supuesto nacimiento del hijo de dios, llamado Jesús, o Cristo; personaje desplantado de los cuatro evangelios, o las cuatro biografías oficiales de ese Jesús, que constituyen el Nuevo Testamento.

        Lo curioso es que ninguno de los cristos que se registran históricamente como crucificados (por hacerse pasar como hijos de dios-padre) fueron cristianos. Fueron hebreos, y partes de la religión hebrea.

Esa religión tiene su gran libro: La Biblia, el Viejo Testamento, compuesto por decenas de libros. Esos hebreos siguen esperando la llegada del Mesías, o hijo de dios padre.

        La singularidad de esa precisa navidad es sólo una mínima parte de una de tantas culturas humanas, sin mayor trascendencia para el cosmos ni la ciencia astrofísica.

        Algo semejante nos pasa con los años nuevos. El tiempo y el espacio son sólo características de la materia y la energía.

        Y el planeta donde vivimos, conforme nuestras medidas científicas, dura 365 días y seis horas en su movimiento elíptico de traslación en derredor del sol.

        Nuestra cultura occidental tiene el calendario que Julio César ordenó que se hiciera: el calendario juliano. Con esa contabilidad llegaremos al año 2024, después de César. Antes de César ningún cristo tuvo que ver en esta contabilidad temporal de calendario.

        Los astrónomos de Julio César tuvieron ligeros equívocos, lo que ocasionó que en el año 1582 se corrigiera levemente ese calendario por parte de los astrónomos del Papa Gregorio XIII, y desde esa época se llama calendario gregoriano.

        Nuestra navidad y nuestro año nuevo no tienen sentido vistos desde el cosmos. Ni siquiera tienen sentido para todas las culturas que hay en el planeta Tierra. Los hebreos vivirán su año 5784; los chinos estarán en su año 4722; y hasta en sus natividades encontramos diferencias.

Claro que por razones de globalización, el calendario occidental se ha impuesto.

        En su nacimiento, la especie humana estaba constituida por unos animalitos insignificantes.

Hoy, según el historiador israelí Yuval Moah Harari, de 47 años, nuestra especie, “de ser animales nos hemos convertido en dioses, y no damos explicaciones a nadie”, de tantas tonterías que cometemos.

Mi ruego en estas fiestas decembrinas es qué: ¡seamos responsables!

Y, a través de nuestra responsabilidad, conquistemos nuestra dicha.

¡Felicidades!

 


martes, 19 de diciembre de 2023

LOGOS

Esvásticas inconexas

LOS CAMINOS DE LA LIBERTAD

El sistema nervioso de los seres humanos ha construido símbolos, a partir de las necesidades simbolizadas, respectivamente.

Nuestro mundo actual está atestado de símbolos; y cada uno de éstos tiene su historia.

Por ejemplo, las esvásticas hablan en sánscrito (lengua indoaria) desde hace poco más de 3,500 años, y el término significa: “buena fortuna”, “bienestar”, o “muy auspicioso”. El Rigveda, en su texto, (con sus más de mil himnos de alabanza a sus dioses) evoca el término “esvástica”, con sus conceptualizaciones.

Después, esas esvásticas o cruces gamadas las utilizaron los hinduistas, budistas, jainistas, manji, los celtas, entre otras culturas antiguas.

Ulteriormente (para abreviar esta historia), Adolfo Hitler esgrimió que el ejército alemán había ganado la Primera Guerra mundial, pero que su gobierno ordenó la retirada y su rendición, traicionando al pueblo alemán.

Así, Hitler intentó tomar el poder varias veces; y hasta 1933 llegó, vía el voto democrático, y con ideología “nacional socialista”, a liderar a Alemania, perpetuándose en el poder antidemocráticamente, invadiendo casi a toda Europa, provocando la Segunda Guerra Mundial y el holocausto para millones de judíos.

El símbolo de ese abominable dictador fue la “esvástica”, o sea, “el bienestar”, a su manera.

Recordado lo anterior, y observadas ciertas semejanzas entre los pertinaces y aventureros buscadores del poder, que usan el proceso democrático electoral para convertirse en autócratas despiadados que hacen todo lo ilegal e indebido a efecto de sostenerse en el mando dictatorial, en México, recientemente, se dio el siguiente hecho.

El número 3678 de la ameritada Revista Siempre!, cuya directora es la periodista Beatriz Pagés, tuvo como portada el busto de una silueta de perfil que llevaba una franja roja sobre su frente, con cinco círculos blancos simétricos, y dentro de ellos igual número de esvásticas.

Esta destacada caricatura firmada por “Luy” motivó, y unificó, a variados personajes que están en todo su derecho de verter su opinión, su doxa, su punto de vista, pero no tienen atribuciones legales para juzgar una caricatura de esvásticas inconexas con el texto íntegro del editorial de ese ejemplar de la revista; editorial en el que, en ninguno de sus párrafos, se habla de “nazismo” ni de “esvásticas”.

Los respetables, y respetados manifestantes, textualmente juzgaron a bote pronto: “En ella se muestra la silueta de la doctora Claudia Sheinbaum adornada con un listón de suásticas (sic), el símbolo más reconocible del infame régimen nazi.” Observo que a cargo de estos juzgadores está su interpretación de lo simbolizado y, por ende, se han juzgado a sí mismos, conforme a reglas de la lógica dialéctica.

Esos juzgadores oficiosos se colocaron frente a su propio espejo.

Juzgan: “Creemos firmemente que la libertad de expresión y de prensa son el pilar de una democracia, pero el ejercicio de ese derecho también conlleva responsabilidades.” Sí, es verdad, observo yo; y no sólo responsabilidades, sino que esta libertad está sujeta a limitantes que se establecen fundamentalmente en los artículos 6º y 7º de nuestra Carta Magna, y no les permite juzgar, en la especie, a ese destacado grupo de manifestantes. No olvidemos que ‘los caminos de la libertad’ (para los juzgadores manifestantes y la juzgada extrajurídicamente Beatriz) se ejercen en ‘la edad de la razón’. Con estos conceptos implico la trilogía de Jean Paul Sartre, aplicada existencialmente a personajes novelados.

Los manifestantes siguen juzgando: “La señora Beatriz Pagés y su equipo editorial cruzaron una línea inadmisible en los tiempos que vivimos. La portada no sólo es deshonesta y ofensiva contra Claudia Sheinbaum, sino con las verdaderas víctimas del fascismo, con sus familiares y con los millones de personas que han luchado por la memoria y la no repetición.” Y vuelvo a observar, ¿quién autorizó a esos juzgadores para poner una línea inadmisible?, ¿en qué tiempos viven esos juzgadores?, porque en los tiempos actuales viven millones de mexicanos en la inseguridad, pobreza, corrupción, mentiras y traiciones. México vive tiempos de una realidad pavorosa. Además, la portada de la revista es un objeto, una cosa, y las cosas u objetos no son honestos ni deshonestos; esta adjetivación corresponde a una persona, a seres humanos, y sólo con el paso del tiempo sabremos a quién corresponde esa adjetivo. Por lo que ve a las ofensas; éstas son, así lo observo, cuando por el ejercicio del poder se mueren niños en planteles educativos que se derrumban y mueren pasajeros de la línea 2 del metro, teniendo a Sheinbaum como responsable. Pero la juzgada Beatriz Pagés siempre ha respetado y ha honrado la memoria de las víctimas del fascismo y se ha solidarizado con las familias israelíes de aquellas inmolaciones nazis; y justo, lucha Beatriz para que nunca se repitan, ni en México ni en parte alguna, esas hecatombes.

Los juzgadores prosiguen: “Les recordamos a todos los actores políticos y mediáticos que hay una sociedad vigilante que no permitirá el discurso discriminatorio contra ninguna minoría o grupo vulnerado.” Por mi parte, observo y aplaudo que hay una sociedad vigilante para estos nobles fines; sociedad que ha convocado a todos los mexicanos para salir a las calles del país el domingo 26 de febrero del 2024.

En su manifiesto, los juzgadores pasan a la ejecución severa: “Exigimos a Beatriz Pagés que retire la portada de circulación y que ofrezca una disculpa pública a todas las personas y grupos a los que ofendió con su publicación. México siempre ha sido un país de libertades y de puertas abiertas.” Observo que esos manifestantes ni pueden ni deben ser juzgadores, menos pueden ni deben ser ejecutores y exigidores. Los calificados procesalistas Giuseppe Chiovenda, Piero Calamandrei y Francesco Carnelutti, no admitirían ese tipo de juzgadores, les exigirían pruebas de su legitimación activa y de la legitimación pasiva de la juzgada. Por mi parte les preguntaría, ¿creen de verdad que México siempre ha sido un país de libertades y de puertas abiertas?

Otros críticos de esa portada de la revista Siempre! han ido más lejos y se han manifestado con mayores desajustes. Desde los que vierten los términos más vulgares de las excreciones humanas, hasta los que piden cárcel para la periodista Beatriz, y la desaparición de la revista. Yo observo a éstos con interés, sus arranques groseros y excesos de odio, forman dentro de los indicadores que nos obligan a trabajar con más ahínco para elevar nuestra educación y cultura.

Total, el tiempo y el buen juicio nos dirán, en análisis histórico y científico, a quién asistía la razón, en el caso: a la periodista Beatriz Pagés, o a todos los manifestantes y críticos de ella por esa histórica portada de la revista Siempre!

¡Al tiempo!

 


martes, 12 de diciembre de 2023

LOGOS

Obsesivo y charlatán

¿NACIONALISTA O INTERNACIONALISTA?

        Recientemente, desde su púlpito mañanero, el presidente de México externó sin ningún recato, ¿por quién deben votar en las próximas elecciones en los EU?

        Y en base a esa pregunta, lanzó la respuesta: “… necesitamos saber quién va a garantizar la regularización de mexicanos que llevan años en los EU, uno. Dos, quién va a atender el fenómeno migratorio procurando la justicia en los pueblos de la América Latina y el Caribe. Tres, quién no va a seguir con la militarización y construcción del muro, en la frontera. Cuatro, quién va a garantizar el control para que no entren armas de los EU a México. Cinco, quién va a trabajar conjuntamente, con el gobierno de México, para que no haya tráfico de drogas, y se impida que se siga consumiendo fentanilo en EU…”

        Cualquier presidente, en su juicio y con claro sentido común, sabe que todo lo dicho por nuestro presidente es tema substancial de un tratado entre países, y no un llamado electoral a los votantes de los EU en las elecciones estadunidenses.

        Siempre Andrés Manuel es un obsesivo electorero, ajeno a la diplomacia.

        En el derecho internacional opera el principio de la reciprocidad.

        ¿Qué diría y qué haría, el presidente López, si el presidente estadunidense Joe Biden se dirigiera a los votantes mexicanos, para decirles por quién deben votar para que sea la próxima presidente de México?

        1.- Que no sea títere de un autócrata; 2.- Que no haya provocado muertos en edificios escolares ni en las líneas del metro; 3.- Que no esté ligada al crimen organizado a través de su jefe; 4.- Que no mueva por debajo a los migrantes latinoamericanos y del Caribe para que lleguen a territorio de los EU; y, 5.- Que respete el ejercicio soberano del Poder Judicial Federal de México, para fortalecer la democracia de pesos y contra pesos en los poderes de la Unión.

        El presidente de la república ha venido manejando, por más de cinco años, ilegal e indebidamente la política interna, pero como un nacionalista charlatán.

        Y en el ejercicio de la política exterior de nuestro país está peor, su insensatez es de alto voltaje.

        Ficticio nacionalista; simulador internacionalista.

        Ese problema lo notamos en las ‘Aventuras de Robinson Crusoe’, central personaje en la novela escrita por el inglés Daniel Defoe (1660-1731): ¿Quién soy, de dónde soy?, un ser humano simplemente.

        Con el único libro que lo acompañaba, salvado también del naufragio cercano al río Orinoco: La Biblia.

        A partir de la publicación de ese exitoso libro (1719), empezaron rutinariamente los humanos a preguntarse: ‘Si naufragaras en una isla desierta, ¿qué único libro te gustaría llevar?’.

        Acaso otro inglés, Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), ha sido el más acertado cuando se le preguntó qué libro salvaría en un naufragio: “Un buen manual para la construcción de lanchas”.

        México está muy cerca del naufragio, por las ocurrencias improvisadas y siniestras del presidente López.

        Frente a ese peligro, ¿qué libro salvarían Ustedes (estimados lectores), si se protegieran en la isla de la soledad 2024?

        ¡Mejor sería prevenir que lamentar!

En México, día con día, aumentan los fuegos, se entrecruzan las balas, y la sangre corre por doquier.

        Para evitar el caos forjado por nuestro cuatrotero presidente, todos a votar en contra de las marionetas del fanfarrón López en el 2024.

 


lunes, 4 de diciembre de 2023

LOGOS

Ante crisis de raíz profunda

CHAPOTEAN EN TRIVIALIDADES

        Beatriz Pagés, con su certero enfoque periodístico, denunció a Samuel García y a Claudia Sheinbaum como dos marionetas del tirano López, para maniobrar a su antojo la elección presidencial 2024.

        Descubiertos sus chanchullos “fosfo, fosfo”, el teatro se les vino abajo, y han quedado entre escombros.

        ¡Lástima por Nuevo León!, un gran estado norteño al que le ha hecho mal un ejecutivo tan “fosfo”.

Quiso ser al mismo tiempo gobernador y candidato a la presidencia de la república, y como una marioneta que presumía tener dos zapatos, ya perdió uno, y está a punto de perder el otro.

No hay duda, Xóchitl Gálvez tiene una singular intuición, hace unos días aseguró: “La elección a la presidencia sólo será entre dos mujeres”.

La Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través del ministro Javier Laynez, resolvió conforme a derecho la estabilidad gubernativa de ese estado industrial.

Así las cosas, el común denominador de la contienda electiva federal se sintetiza como un chapotear entre frivolidades frente a una población mexicana azotada por conflictos, y problemas de raíces profundas, nocivas y enredadas.

Y no pocas de muestras dificultades son tan internacionales, como nacionales. México, solo, no puede resolverlas. Se han mundializado los organismos del crimen, convirtiéndose en empresas internacionales.

Las eficaces soluciones de seguridad pública, incluso para un rancho mexicano, deben ser parte de una positiva participación internacional.

Ni los aislados “abrazos”, demagógicos y cómplices, ni los balazos de guerra a lo tarugo, son la solución.

Si eso es en seguridad, en economía es otro tanto, y otro tonto.

El tanto, es el fenómeno económico globalizado con ejes internacionales desarrollados en sistema capitalista.

Estados Unidos de América el más poderoso de los epicentros; y, el segundo China, nueva competidora con discreta ambición y proyectos eficientes.

El tonto, el nacional socialista, nuestro presidente López, quien, con disfraz concupiscente y conductas de frivolidad, se autonombra “liberal” sin serlo, para poder inventar y destrozar a sus enemigos, los “conservadores”, utilizando rancios conceptos del siglo XIX.

Pero con el ansia de liderar a los que dragonean de socialistas en Latinoamérica: Bolivia, Nicaragua, Colombia, Venezuela, y anexas.

Entre confundido y aventurero, el presidente mexicano sigue sirviendo al gobierno de los EU, doblándosele por anticipado.

Al interior pretende un maximato, concentrar más poder en sus manos, lograr una nueva constitución para consolidar su autocracia.

Ante ese panorama, la marioneta Claudia Sheinbaum es más de lo mismo, y a esa loro cumplidor de las órdenes de su amo López, sumemos su ineptitud para pensar y hacer, y su torpeza al expresarse en campaña; y, entonces, tenemos a una candidata presidencial que chapotea en trivialidades monótonas.

Sin embargo, más de lo mismo con Claudia significa seguir acabando con las instituciones de México, que tanto han costado a varias generaciones, e instaurar la dictadura.

Claro que antes había una dictablanda del partido PRI, y de éste, salieron los actores políticos actuales.

Ahora López pretende instaurar la dictadura de un solo hombre: él; los demás a callar y a obedecer ciegamente.

Xóchitl Gálvez tiene una tarea complicada como candidata del Frente Opositor. Dentro de esa coalición debe sumar o multiplicar (al final de cuentas) a pesar de los prófugos y los lastimados.

No todos tienen la virtud de la coherencia, y la mayoría de los necesarios reacomodos en la política, son de gente baladí y trepadora.

Por Xóchitl votarán, mayoritariamente, los que reprueban al presidente López, a sus enloquecidas ocurrencias y a sus comparsas.

Pero a Xóchitl le urge, también, no chapotear en frivolidades.

Hay que saber entrar al fondo de los problemas hasta su raíz profunda, su tallo, ramas, hojas, flores y frutos; y a solucionar dialécticamente, con decisiones de alta precisión.

Ganar la confianza de todos, para unirlos, a conciencia cierta y verdad sabida, ¡ya que todos somos responsables!