lunes, 25 de abril de 2022

LOGOS

Mentalidad de rebaño

INTELIGENCIA Y MESURA

        Lamentablemente, a los añejos problemas de México debemos sumar el estilo confrontador y desatinado de gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador.

        Sus caprichosas decisiones que conducen al error, no son corregidas, sino que las reitera con un odio cada vez más ofuscado.

        La crítica y la oposición a su forma de ejercer el poder no pueden calificarse de traición a la patria, por más que él reiterativamente lo repita, y le quiera agregar una ilegal e indebida penalidad.

        El simple uso político electoral de aplicar ese calificativo, a cientos de legisladores federales, desgasta más a la institución presidencial que a los diputados que se decidieron a votar en contra de esa iniciativa.

        En su derredor, en donde la mentalidad de rebaño prevalece bajo su impulso, ha habido voces inteligentes y sensatas.

        Elena Poniatowska recientemente dijo: “no ser crítico es un error, pues no soy un borrego”.

        Y en su libro de dos tomos, ‘El amante polaco’, describe a un personaje inglés de perfiles ejemplares: Charles Hanbury Williams, “desenvuelto, culto, audaz… genio brillante, peligrosamente brillante… irradia inteligencia, erudición… maestro extraordinario”, y es quien encausa al joven Stanislaw Poniatowski, enseñándole a ser buen político y diplomático; y a no ser perverso, romántico ni mentiroso.

        Otra voz que se ha escuchado es la del senador Ricardo Monreal, quien considera que: “tildar de traidores a la patria a los diputados que votaron en contra de la reforma eléctrica provoca dificultades en la construcción de mayorías calificadas”.

        Montreal está teniendo más sentido práctico de la realidad nacional que el propio presidente, sobre todo cuando señala: “No es afortunado que el linchamiento sea lo que nos distinga”.

        Porque llamar “traidores a la patria” a esa cantidad de diputados federales (por votar en contra de esa iniciativa discutible) es llamar de la misma manera, despectiva, a decenas de millones de mexicanos que no están conformes con ésa y muchas iniciativas del presidente López Obrador.

        Y no es posible linchar a decenas de millones de personas.

        Sin embargo, si algo le pasara a alguno de los diputados bajo amenaza de la presidencia, la responsabilidad de ese daño lo cargaría Andrés Manuel, al convertirse, él mismo, en linchador intelectual, como sujeto activo.

        Pero, vamos a ver el fondo del problema.

        Los mexicanos deseamos tener servicio eléctrico de calidad, y a bajo costo, con energías limpias sustentables, y no contaminadas ni contaminantes.

        Quien pueda y quiera producir electricidad con esas características debe ser bienvenido, siempre y cuando se ajuste a la rectoría del Estado mexicano, ya que están de por medio bienes estratégicos nacionales.

        Pero entendiendo por Estado mexicano no al presidente de la república, sea quien sea, llámese Fox, Calderón, Peña o López.

        Ni siquiera el gobierno es el Estado, ya que el principal elemento del Estado es la población.

        Pero una población organizada, preparada, con la información suficiente, amplia e independiente de dogmas y perjuicios, con mentalidad abierta a la ciencia, al humanismo, y en libertad. Jamás una población rebaño.

        Una población con inteligencia y mesura; una población, así, urge que determine los destinos de México.

 


lunes, 18 de abril de 2022

LOGOS

¿Traidores a la patria?

PALABRAS EN EL CAMPANARIO

        Sin medir consecuencias, todo se le hace fácil al autócrata presidente Andrés Manuel López Obrador, quien al final resulta, mínimo, un irresponsable.

        No sin razón, el primer delito que tipifica nuestro Código Penal Federal es el de “Traición a la Patria”, con quince fracciones cuyas hipótesis jurídicas resultan difíciles actualizar.

        Seguramente el titular del ejecutivo federal nunca ha leído los artículos del 123 al 126 de tal codificación y, por ende, no precisa lo que es en el campo del derecho “la traición a la patria”.

        Él simplemente a todos los que están en contra de sus ocurrencias los tilda de traidores a la patria.

        Recientemente, a ese respecto, se le soltó la lengua: “… todo legislador que no vote a favor del proyecto de la reforma energética es traidor a la patria”.

        ¡Así, sin más!

        Y así, sin más, todos sus alucinados colaboradores repiten lo mismo que su majestad el presidente.

        Cuando votar un proyecto de ley, aunque sean de normas de nivel constitucional, no son “actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación mexicana, con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero”.

        Si tal fuese, el primero en ser traidor a la patria sería el iniciador de tal proyecto.

        Pero, además, la injuria que el presidente lanza a los legisladores opositores a su iniciativa, provoca, como es natural, que los atacados a su vez llamen traidor a la patria al presidente.

        Y, entonces, Andrés Manuel provoca una algarabía de supuestos traidores a la patria, enloquecidos y rebajados al peor de los niveles.

        Esto que genera López Obrador debe darles risa, o preocupación, a los gobiernos extranjeros, al registrar que puede darse una guerra intestina entre traidores a la patria “liberales”, y traidores a la patria “conservadores”; mas cuando esos dos apelativos tienen un fuerte tufo antañón y caduco de hace más de un siglo.

        Pareciera que nuestros fantasmas no han muerto del todo; y ante las debilidades mentales de las autoridades, ellos siguen haciendo de las suyas, dividiendo a la población y ensangrentando sus campos y sus calles.

        Con esas torpes conductas, el mismo presidente ha venido minando su autoridad, sosteniendo su auto engaño de que 30 millones de votos lo apoyaron en 2018 y que, ahora, en 2022 son 15 millones de votos los que lo apuntalan, cuando ambos montos están tan manipulados como ficciosos.

        Los 30 millones de votos fueron un sucio obsequio de un contubernio en la oscurito.

        Los 15 millones de votos son muchos si se comparan con 1 millón, pero son pocos si se les comparan con 97 millones de votos. Los 15 millones de votos los obtuvieron con toda la fuerza del gobierno mexicano, “a huevo” los hicieron ir.

        Y esos obligados, en su fuero interno están humillados y molestos, y en la primera oportunidad explotan.

        Ni siquiera los 21 millones de beneficiados con pensiones, becas y otro tipo de dádivas, fueron a depositar su voto en la “revocación”, convertida inconstitucionalmente en “ratificación”.

        Los batos, deveras devotos a Amlo, no rebasan los tres millones, y claro que esta cantidad es mucha, comparada o relativa a una cantidad menor, pero es una miseria, relativa a alguien que está manejando más de 7 billones de pesos a su antojo.

        ¿Traidores a la patria?, ni en el campanario, ni el presidente ni sus colaboradores lo son, salvo prueba en contrario.

        Tengo, para mí, que todos los mexicanos somos patriotas; ¿o no, señor presidente?

 


lunes, 11 de abril de 2022

LOGOS

Días de guardar

NI VERDAD NI MENTIRA

        “Y es que en el mundo traidor, nada es verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira.”

        Ese breve poema del filósofo y literato español Ramón de Campoamor (1817-1901), pareciendo muy subjetivo, lleva en su fondo una objetividad innegable.

        Mire Usted, estimado lector, el concepto sólo es aplicable al “mundo traidor”; pero, además, el objeto tiene su propia naturaleza, mientras el sujeto que percibe observa bajo la relatividad de su tiempo, espacio, circunstancia y temperamento personalísimo.

        Y esa mezcla de los elementos del conocimiento (objeto conocido y sujeto cognoscente) cuentan demasiado para evaluar viejas narraciones escritas, más imaginadas que ciertas, pero eso sí, hermosas fantasías humanas revueltas con ciertos hechos con registro histórico.

        La llamada Semana Santa de este año 2022 es el objeto de este artículo, y es producto de cargas religiosas que, a su vez, sirve de referente en el otorgamiento de días de descanso para un mundo laboral capitalista.

        Esta Semana Mayor, como también se le denomina, es como cada individuo la ve, la vive y la aprecia, según el color del cristal con que la mire, la goce, la padezca y estime.

        Un católico repleto de dogmas, a la antigua usanza, la observará como la pasión, muerte y resurrección, del hijo de dios, enviado por su padre para enseñar el camino de salvación a los seres humanos.

        Todo lo anterior sintetizado simbólicamente en esa semana, aunque narrado a mayor detalle en las cuatro biografías oficializadas de Jesús con el nombre de Evangelios: el de Mateo, el de Lucas, el de Marcos y el de Juan.

        Evangelios autorizados, en principio, en el Concilio de Nicea del año 325 de nuestra Era.

        Un católico, así, estimará esta fecha como días de guardar.

        ¡Muy sus cristales para tasar esos santos momentos! Y ante esa persona, todos debemos respetarla.

        Escritores como Ernesto Renan, Giovanni Papini, Robert Graves, Diego Fabbri e Ignacio Burgoa, escribieron sobre algún aspecto de la vida de Cristo, con ánimo literario.

        Ellos gozaron al escribir su obra. ¡Muy sus cristales para analizar este asunto!

        Campoamor también fue atraído por esa vida de Jesús, y escribió una obra dramática, en verso y en ocho actos, bajo el título de ‘El hombre-dios’; empero, él mismo confiesa que cuando leyó la Divina Comedia de Dante, se dio cuanta de que éste “era un mal aprendiz, en comparación con los retorcidos inventos de castigos infernales que me metían los clérigos enseñantes en mi tierna y sensible cabecita infantil”.

¡Muy sus cristales para ver y juzgar esto!

        El mexicano común de estos tiempos, en relación con la Semana Santa, ni es místico, ni es dogmático y, acaso, ni religioso; busca, más bien lo placentero.

        El hedonismo a lo mexicano se observa en la mayoría de sus actos. ¡Muy sus cristales para la valoración de sus descansos en estos días de guardar!

        Escrito lo anterior, el Jesucristo resucitado bien podría hacer suyo el poema de Santa Teresa de Jesús (1515-1582), aquella inteligente mujer de Ávila que, formando dentro de la orden de ‘las carmelitas’, consideraba a su imaginación como “la loca de la casa”:

        “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”.

        ¡Muy sus cristales!; empero, muy dignos del hijo de dios, que sobre todo fue y es hijo del Hombre.

        Por cierto, con cerca de 17 millones de votos emitidos en ese inconstitucional evento de “revocación”, con todo y acarreados, ilegalidades, y la fuerza económica y política del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus ciegos seguidores, incluyendo a los gobernadores, preguntémosles: ¿en qué quedaron los 30 millones de votos del 2018 que constantemente presume como propios el autócrata?; éste, se está desmoronando.

        ¿Cómo mirarán a través de sus cristales, el pésimo fruto de su mala siembra?



lunes, 4 de abril de 2022

LOGOS

No votaré

EN EVENTOS INCONSTITUCIONALES

        Mi reconocimiento para el Instituto Nacional Electoral y para el Tribunal Federal en esta materia; pero, sobre todo, mi felicitación para quienes promovieron, iniciaron y lograron, organismos mejores para avanzar en la democracia mexicana respecto al fenómeno político electivo.

        La Historia de México registra esos avances, mereciendo nuestro aplauso e impulso.

        Sin embargo, INE y TRIFE, están sentenciados a muerte por el presidente autócrata Andrés Manuel López Obrador.

        Esos dos organismos electorales que no son perfectos, pero sí perfectibles, sirvieron para que el actual presidente de nuestro país llegará al cargo que mal ostenta.

        ¿Será qué Amlo no cree que su elección como presidente fue limpia?, ¿será qué sabe que no obtuvo los 30 millones de votos, y qué pudo haber sido un obsequio de su antecesor, previo convenio sucio y en lo oscurito entre ambos?, ¿será qué quiere borrar un mal recuerdo, y destruir pruebas de alguna felonía?

        Cada uno con su conciencia; pero hay algo superior que necesitamos resguardar: el desarrollo de los mexicanos en todos los órdenes.

        Urge que nuestra democracia permee en todos los fenómenos sociales, y no exclusivamente en lo electoral.

        Cuidemos de elevar la calidad lectoral y ampliar su cobertura, bajando sus costos económicos.

        Pero, ahora, es tiempo de decidir, al menos en mi caso personal, si voy o no a votar en el evento del 10 de abril del 2022.

        Desde que soy ciudadano, no he faltado a ninguna proceso electoral.

        Por ende, decido no ir a sufragar en ese evento; mi razón juzga que esa “revocación” es inconstitucional.

        Explicaré.

        Nuestra carta magna establece exclusivamente la “revocación” de mandato. No instituye, en ningún artículo, la “ratificación” de mandato, respecto al presidente de la república. Y la convocatoria y la boleta emitidas para ese próximo evento señalan dos opciones: o “revocas”, o “ratificas”, lo que contraviene falazmente a nuestra constitución federal, en su artículo 35 fracción IX.

        El resultado, cualquiera que sea, no obliga a Amlo para nada, pues conforme al artículo 14 constitucional, a nadie se aplica retroactivamente una ley en su perjuicio; y al actual presidente se le eligió por 5 años y 10 meses en julio del 2018, y la reforma constitucional estableciendo la “revocación” es de diciembre de 2019. Por esto también es inconstitucional ese evento.

        Otra de las reglas constitucionales para la revocación de mandato, al presidente, es que los únicos que pueden promover dicho evento son “los ciudadanos y ciudadanas”, y aconteció que el partido del Andrés Manuel y sus cercanos colaboradores fueron los que la anduvieron promoviendo, a la vista de todos los mexicanos.

        Nuestra constitución ordena que el único que tiene “a su cargo, en forma directa, la organización, desarrollo y cómputo de la votación” de este evento revocatorio es el INE; pero observamos todos los mexicanos que López Obrador, sus colaboradores, sus diputados, sus senadores, sus gobernadores, sus presidentes municipales, su morena, y hasta alguna ministro de la corte andan metidos en campaña, como auto degradados matraqueros.

        La carta magna ordena: “queda prohibido el uso de recursos públicos para la recolección de firmas, así como con fines de promoción y propaganda relacionados con los procesos de revocación de mandato”; y del erario federal se lleva gastado para este egocéntrico evento, decenas de miles de millones de pesos, frente a la inseguridad, el hambre, insalubridad y falta de empleo, de millones de mexicanos.

        “Ninguna persona física o moral, sea a título propio o por cuenta de terceros, podrá contratar propaganda en radio y televisión dirigida a influir en la opinión de los ciudadanos y ciudadanas”; y Andrés Manuel López Obrador ha dispuesto el gasto en propaganda, desde la mañanera hasta la nochera.

        Por todo ello, no votaré, jamás, en eventos inconstitucionales.