domingo, 30 de marzo de 2014

Un mexicano universal
LA SOLEDAD DEL LABERINTO
        Los fantasmas de nuestros bicentenarios y centenarios, a partir del 2010, siguen recorriendo e inquietando las más secretas raíces que nutren y atan a los mexicanos.
        Eso que nos alimenta y liga fue analizado con profunda maestría por Octavio Paz en El laberinto de la soledad (1950); y hoy, en este año 2014 en que recordamos el centenario de su nacimiento, nos es obligado retornar a la relectura de sus obras, con preocupación, aún sabiendo que nos generará encanto.
        En mi caso tengo subrayados sus textos, a los que al margen he dedicado anotaciones personales. Esto me ha facilitado las frecuentes consultas.
        Antecedente de las reflexiones que Paz tuvo sobre lo mexicano fue, sin lugar a duda, (lo escrito por quien sus años de preparatoria los pasara en el Primitivo y Nacional Colegio de San Nicolás de Hidalgo) Samuel Ramos en El perfil del hombre y la cultura en México (1934); empero, Octavio ahonda, amplía y actualiza, ese tema inacabable y controversial tan pertinaz y debatible como todo lo que cambia y que, además, multiplica con frecuencia inaudita las perspectivas para ser estudiado.
        Siempre será un material aleccionador leer lo que fueron en su tiempo, y lo que son para el nuestro: los pachucos y sus extremos; las máscaras mexicanas; el día de todos los santos y el de muertos; la Malinche y sus hijos; la conquista y la colonia; la etapa de la Independencia, la de Reforma y la de la Revolución de 1910; la inteligencia mexicana hasta la primera mitad del siglo XX; y, la dialéctica de la soledad. Sin embargo, el meollo del problema inicial planteado por Ramos y por Paz fue, ¿el porqué del sentimiento de inferioridad que los mexicanos llevamos dentro?
        Y ambos observan, también en principio, que los mexicanos portamos "la instintiva desconfianza acerca de nuestras capacidades... lo que nos conduce a un sentimiento de inferioridad... por lo que tenemos predilección por el análisis... por la crítica de lo creado por otros... debido a la escasez de nuestras propias creaciones".
        Ramos señaló algunas causas a ese sentimiento de minusvalía. Paz acrecienta en todos sentidos esa hermenéutica y, por ejemplo, externa: "Al repudiar a la Malinche -Eva mexicana, según la representa José Clemente Orozco en su mural de la Escuela Nacional Preparatoria- el mexicano rompe sus ligas con el pasado, reniega de su origen y se adentra solo en la vida histórica... de ahí que el sentimiento de orfandad sea el fondo constante de nuestras tentativas políticas y de nuestros conflictos íntimos. México está tan solo como cada uno de sus hijos."
        Sobre ese tema, y algunos otros de interés, tuve el privilegio de platicar con Octavio Paz durante una de sus visitas a la ciudad de Morelia y, en la cena, dijo: "Nos buscamos a nosotros mismos y encontramos a los otros." Y le pregunté: "No será que ya estamos en la soledad del laberinto".

jueves, 27 de marzo de 2014

Salgo en Facebook
LUEGO EXISTO                            
        El cógito cartesiano ha sido reiteradamente usado para asuntos ocurrentes totalmente ajenos a su origen. Amo, luego existo; cobro, luego existo; leo, luego existo; y así de manera sucesiva hasta el hartazgo.
        René Descartes, (1596-1650) quien nació en un 31 de marzo, (como nuestro Premio Nobel de Literatura Octavio Paz, 1914-1998) formuló esta expresión en latín como uno de los fundamentos del racionalismo de la cultura occidental, y un principio de su Discurso del método, con el cual establece una ruptura con la escolástica y los silogismo aristotélicos empleados en toda la Edad Media: "Cogito ergo sum", "Pienso, luego existo".
        Obvio que en la época actual tal frase no resiste un análisis lógico. Hacer depender la existencia, del pensamiento, no corresponde a nuestra realidad, ya que las cosas existen aunque no piensen; y las cosas que piensan, o sea los llamados humanos, existen por otras razones, y no solamente porque una de sus facultades es la de pensar.
        Externo esas reflexiones de inicio, pero podría ahondar en lo limitado de ese cogito; empero, en el tiempo de Descartes fue una frase de avanzada que sirvió para superar, con las luces del renacimiento filosófico, los dogmas de la metafísica eclesiástica.
        Cada siglo tiene sus filósofos, quienes analizan desde su perspectiva los temas universales en su presencia concreta con los problemas de su tiempo.
        En este siglo XXI tenemos filósofos que destacan por sus aportes valiosos y singulares: Savater, Jürgen Habermas, Peter Sloterdijk, Richard David Precht, Byung-Chul Han, entre otros.
        El último de los citados, un coreano del sur avecindado actualmente en Berlín, nació en Seúl en 1959 y acaba de expresar: "Hoy el ser ya no tiene importancia alguna. Lo único que da valor a ser es el aparecer, el exhibirse. Ser, ya no es importante si no eres capaz de exhibir lo que eres o lo que tienes. Ahí está el ejemplo de Facebook para capturar la atención. Para que se te reconozca un valor tienes que exhibirte, colocarte en un escaparate".
        Y lo anterior es cierto; tanto que hay gente que, en lugar de leer su realidad circundante, lee los periódicos, las revistas, ve el televisor, oye su radio, observa su internet, y le cree más a todos los medios masivos de comunicación que a la realidad que tiene en frente, más cuando a esta realidad no la tiene frente de sí.
        El mundo de la apariencia, así, considera haber ganado la batalla, pero no ha ganado la guerra ni la batalla la ha ganado del todo, pues cada vez que se le levantan las naguas se revela su mercantilismo brutal, y sus dueños se exhiben como vividores que distorsionan a la realidad, a cambio de unas cuantas monedas, o por odios e intereses muy personales y mezquinos.
        Esas falsedades son algunas de las razones por las que nuestro mundo parece derrumbarse. Y esas mentiras de explotación mercantil no valen ni un escupitajo.

domingo, 23 de marzo de 2014

Narcisismo del poderoso
LA IRRESPONSABILIDAD DE LOS RICOS
        Conozcamos nuestros males, y apliquemos con eficiencia los remedios apropiados.
        Son tantos nuestros padecimientos que sería ingenuo atacarlos a todos de una sola vez. También es necesario comprender la extensión de nuestras aflicciones, teniendo la seguridad de la pertinente dosis en los arreglos.
        A veces, como todo está conectado con todo, una compostura nos conduce a la fácil restauración de otro desperfecto. Y a la inversa, la generación de un destrozo nos puede producir estragos en cadena.
        La permanente actitud de empresas poderosas del mundo, representadas y protegidas por el gobierno de los EU, tratando a México como su siervo, es uno de nuestros problemas. Ante tal conducta exterior los mexicanos, unidos en torno a la defensa de nuestro país, respondamos con decoro e inteligencia, esperando que nuestro gobierno esté a la altura de sus responsabilidades.
        Por lo general, debido a nuestra mala forma de organización social, los funcionarios públicos a quienes les encargamos el ejercicio de nuestra soberanía se corroen a sí mismos en la búsqueda de riqueza y poder, al pensar que así son exitosos.
        Ese es un problema interno grave, puesto que los conduce a un narcisismo peligroso que termina agotándoles, y conduciéndolos a la nada.
        Con droga, alcohol y sexo irresponsable, terminan perdiendo su propio control, y a su propia familia, ahogados en una soledad que los deprime. Cada uno de nuestros ex Presidentes de la República tendrían un drama que contar, de vivir y si fuesen sinceros.
        Ante esa cuestión es indispensable, por una parte, elegir como candidatos a la Presidencia, y en su momento elegir como Presidente de México, a gente de sentido común, sensata, conciliada consigo mismo y con su medio, que quiera a México, capaz, responsable e inteligente.
        Además, permitiéndole las resoluciones verticales de poder que son indispensables en el ejercicio de sus atribuciones, instalarle un órgano regulador eficaz que le detecte errores y, como peso y contrapeso, los corrija, sin ningún cacareo.
        El poder, en manos de seres humanos de poca experiencia, los lleva a sentirse bonitos, inteligentes, líderes de atracción en todos los órdenes; errores de autoestima que los traslada al egocentrismo y, creyéndose inmortales, los inicia en su propia agonía.
        Ser multimillonario tiene un responsabilidad social innegable. Aceptar una capitalización que rebasa las dimensiones de lo humano impone deberes irrenunciables con la población. Es muy peligroso el ser inmensamente rico cuando está rodeado de hambrientos.
        No son verdaderos empresarios, sino simples riquillos atolondrados, los que han huido del México que han hecho, y viviendo en el extranjero siguen extrayendo, para su beneficio, la plusvalía que generan las inteligencias y las manos que sí producen dentro de nuestro territorio.
        Los pobres de hoy son los que física y sicológicamente han optado por el sometimiento. Los seres humanos libres no se dejan explotar por nadie ni se explotan a sí mismos. La cultura y la educación, en ese orden, nos hacen libres.
Pitorreo popular es de burla
VÍAS ESTRECHAS PARA TRENES ANCHOS
        El caso no es singular. En el fondo constituye un denominador común frecuente motivado por corrupción, incapacidad, o importamadrismo.
        Ahora se trata de la línea 12 del metro de la Ciudad de México; el personaje central del escándalo es Marcelo. De Tláhuac a Mixcoac la línea llamada dorada está severamente afectada, y no puede utilizarse, afectando a medio millón de usuarios.
        Se encuentran implicadas empresas constructoras poderosas con acciones en bolsas de valores. La idiotez de todos los involucrados consiste, según lo publicitado, en que compraron trenes anchos y construyeron vías estrechas y, así, dieron servicio, poniendo en riesgo a los bienes públicos y en peligro a los humanos. El costo de la inútil obra es de más de 26 mil millones de pesos.
        México está lleno de situaciones similares, en donde no concuerdan las acciones públicas, o las privadas, según los propósitos o fines que se persiguen. Daré ejemplos.
        Desde diciembre del 2009 nos están elevando, constantemente, el precio de la gasolina. Las razones para aplicar estos gasolinazos fueron principalmente dos: que los subsidios del gobierno a estos energéticos fueran reduciéndose; y, que la contaminación ambiental bajara sus niveles.
        En la realidad, el tren de los aumentos corre por vías inapropiadas, lo que ha ocasionado lo contrario a las metas propuestas. Oficialmente se subsidia más a las gasolinas, y nuestro medio ambiente se contamina con mayor acelere.
        El artículo 3o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con toda claridad y precisión ordena: "... VIII. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan..."
        El artículo 73 de nuestra Carta Magna, en sus fracciones XXV y XXX, amplía y repite como una facultad concedida al Congreso de la Unión el legislar sobre educación, mientras que en su artículo 124 dispone: "Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados."; e, incluso, la reglamentación a las leyes federales compete exclusivamente al Congreso de la Unión.
        En otras palabras, el tren para legislar en la materia educativa sólo va por la vía del Congreso de la Unión, según el texto Constitucional que tiene principio de supremacía; sin embargo, violando lo anterior, se han venido motivando, en vías legislativas estatales, leyes de educación estatales. 
        La reforma energética como un tren va para no privatizar ni a PEMEX ni a CFE, sin embargo, la vía utilizada es para permitir que los capitales privados hagan su negocio.
        El pitorreo popular se burla de tanta incongruencia.
Concubina de Hernán Cortés
SÍMBOLO DE NUESTRO MESTIZAJE
        Hernán Cortés tuvo confianza en sus dos intérpretes, ya que el capitán español ni hablaba ni entendía ninguna de las lenguas de los países originales que habitaron, antes de la llegada de los españoles, lo que hoy es México.
        En el principio, Cortés le hablaba en español a Gerónimo de Aguilar, y éste comunicaba el mensaje, en maya, a la Malinche, quien a su vez lo trasladaba al náhuatl para los receptores indicados por Hernán.
        Gerónimo de Aguilar y la Malinche fueron auxiliares directos del capitán conquistador, tanto para hacer llegar los mensajes de Cortés, como para que éste recibiera las respuestas: sin embargo, antes de los tres meses la señora Malinche ya había aprendido el español, entendiéndolo y hablándolo e iniciando su aprendizaje de escritura.
        Nadie la menciona, por ser mujer y esclava, en la lista de quienes sentaron las bases iniciales de la filología entre las ruinas de los países originales y la naciente colonia de la Nueva España; superando la Malinche en eficiencia a Gerónimo de Aguilar, y supliéndole definitivamente.
        Además, de Malinche pasó a ser la señora Marina, al usarla el capitán general y justicia mayor para sus necesidades sexuales y su satisfacción sentimental; engendrando a su primogénito en estas relaciones, y a uno de los primeros niños mestizos, el que llevaría por nombre Martín Cortés, en recuerdo de su abuelo paterno.
        Debemos tener en cuenta que los primeros mestizos concebidos entre los conquistadores europeos y las esclavas aborígenes, por lo general, fueron asesinados al nacer por sus propias madres o por sus ascendientes indígenas, por temor, superstición, o coraje.
        De ahí la valoración que debemos tener sobre la actitud de la Malinche o Marina al aceptar a su hijo, aunque le fuera quitado muy pronto por Hernán Cortés, para entregarlo en custodia, y para su preparación, a un pariente español venido en la tropa de conquistadores.
        Una esclava, como la Malinche, no puede ser sujeto activo de traición; a la inversa, ella era sujeto pasivo de la traición que los poderosos náhuatl aplicaban a los seres humanos llamados mujeres, y del hegemonismo sanguinario que los aztecas tenían con todos los pueblos que dominaron en base a la guerra.
        Para todos los indígenas esclavos, y los dominados y explotados por el imperio azteca, los enemigos históricos y odiados eran los aztecas, no los españoles recién llegados. Y estas apreciaciones las entendió rápido y bien Hernán Cortés, usando de ellas para establecer alianzas con los totonacas, primero, y después con los tlaxcaltecas, quienes como aborígenes fueron el grueso de su ejército de conquista.
        José Vasconcelos dijo bien cuando expresó: "La conquista de Méjico la hicieron los indígenas; mientras que la independencia de Méjico la hicieron los españoles".
        Cada mujer mexicana del 2014 puede pensarse en el lugar de la Malinche, y tratar de ver aquella realidad del 1519 al 1524 en las tierras que hoy son México.

jueves, 13 de marzo de 2014

Injustos con la Malinche
UNA GRAN SEÑORA
        Escuché hablar de la Malinche desde mi Escuela Primaria Federal Tipo David G. Berlanga. Acaso desde mi tercer año. La maestra Amparo Cardiel, aún siendo un dechado de dulzura, nos habló, llegado el momento, de la "traición" a la raza indígena por parte de la Malinche, también llamada Doña Marina.
        La maestra con la ingenuidad de esos tiempos, y nosotros los educandos con la inocencia de edades tempranas, nos llenaba de coraje que la Malinche nos hubiera traicionado.
        ¿Cómo era posible que esa mujer se hubiese pasado al bando de los españoles conquistadores, sanguinarios y perversos, asesinos de mexicanos?
        A esa edad eran muy precisos y claros los dos mundos de nuestra corta edad: el mundo de todos los buenos, y el mundo de todos los malos. Entre los buenos estaban mi madre y mi padre, mis hermanos, la maestra, y algunas otras personas. Entre los malos se encontraba la sirvienta que nos platicaba cuentos de muertos y aparecidos, y entre muchos otros, esa vieja llamada Malinche, provocadora que a Cuauhtémoc le quemaran los pies, y boca abajo lo colgaran de un árbol como se veía en una estampa de nuestro libro de Historia Patria.
        Y una de las derivaciones de la palabra Malinche que nos enseñaron a aplicar peyorativamente, a edad temprana, era la de malinchismo. Ser malinchista era cometer la misma proterva conducta de esa bruja que andaba pegada y se había entregado a Hernán Cortés, otro ruin sujeto, matador de inocentes indios.
        Con el paso de los años, y el estudio, he cambiado de opinión sobre esa extraordinaria "mujer" que vivió una extraordinaria vida, en un extraordinario lugar y conforme a un extraordinario tiempo.
        Por mi perspectiva de siglo XXI ya la mencioné como una "mujer", pero en realidad para los aztecas y para los mayas precortesianos no era más que una cosa que se vendía o regalaba para ser utilizada.
        Por ser de origen azteca hablaba el náhuatl, y lo hablaba bien. Sus ancestros la vendieron como esclava a comerciantes mayas. De esta suerte ella aprendió con facilidad el maya. Los dos idiomas y su aguda inteligencia le sirvieron para ser entregada como obsequio, entre otras muchas cosas, al recién desembarcado conquistador Hernán Cortés.
        A su paso por tierras de hegemonía maya, rumbo a la Gran Tenochtitlán, le dieron noticia a Cortés de que había dos españoles que desde hacía años vivían entre los pobladores indígenas. Don Hernán los mandó llamar, pero sólo uno de ellos hizo caso a su llamado: Gerónimo de Aguilar, quien había aprendido a hablar el maya, y quien aceptó acompañar como intérprete a Cortés.
        Desde ese momento, Gerónimo de Aguilar y la Malinche fueron auxiliares directos del capitán conquistador. Cortés se comunicaba con Aguilar en español; éste trasmitía el mensaje a la Malinche en maya; y, ésta lo trasladaba al náhuatl. Y con los mismos pasos, pero a la inversa, venía la respuesta del náhuatl al español.

lunes, 10 de marzo de 2014

Extinguido el patriotismo
LA GLOBALIZACIÓN HACE DE LAS SUYAS
        Vivimos en un mundo y en un país convulsionados. La masividad de los humanos es un efecto de esos trastornos, pero también es una de sus causas. Todo se retroalimenta y, actualmente, esta operación se hace con una velocidad tremenda.
        De ese descomunal fenómeno nuestra generación es victimaria, al mismo tiempo que resulta víctima.
        Aparece la especie humana, por ello, como torpe suicida.
        Pareciera que todo está listo para explotar.
        Ecológicamente hemos contaminado los hielos de los polos y de las elevadas montañas; deforestamos los bosques; envenenamos las aguas de los lagos, arroyos, ríos, mares y océanos; infectamos nuestros suelos de muy variadas y eficaces maneras; y, a nuestra propia atmósfera la estamos intoxicando.
        Los grados de violencia en el mundo los hemos elevado en cantidad y calidad; en los hogares, en las escuelas, en las calles, en las ciudades, en cada país, y entre naciones.
        Tenemos emponzoñadas las almas. Los comerciantes de armas tienen un mercado propicio para amasar grandes fortunas. El uso de la fuerza despiadada trasuda en los más poderosos medios de comunicación masiva; hasta los videos y las películas para niños resuman violencia.
        Latente está la guerra en Iraq, Siria, Ucrania, Palestina, Venezuela, en donde los poderosos del mundo decidan, virtud a sus intereses, a sus miedos, odios o caprichos.
        Pocos países tienen el monopolio de armas nucleares, pero la fuerza destructiva de esos artefactos terminaría con la vida en el planeta Tierra.
        Todo parece a punto de explotar, y sin embargo no detona. Algo que detiene el estallido: el temor a la muerte, a esa eternidad sin esperanza; y el amor a la vida, con su simpleza encantadora.
        A partir de ahí todos podemos hacer cambios: en nuestra persona y en nuestro desarrollo como especie; pasando por las trasformaciones de nuestros países, en nuestra economía, cultura, política, educación, religión, y demás fenómenos sociales.
        Serían esos cambios verdaderas revoluciones; revoluciones sin destrucción ni muerte; en base a la inteligencia humana consciente de su fugacidad, pero firme en su espíritu responsable.
        No podemos quedarnos sólo con la amargura de esperar el advenimiento de esos cambios. Nuestra generación debe vivir la experiencia de una revolución así.
        Apaguemos todas las convulsiones extinguiendo nuestra masividad. Reduzcamos todo al nivel humano. Dominemos nuestras velocidades para no provocar más trastornos.
        Produzcamos en base a nuestra enraizada cultura, y a la tecnología, una reforma educativa eficaz y rápida. Cerebros y manos para producir calidad y abundancia, con una organización que distribuya equitativamente lo producido.
        Mientras los países poderosos no extingan totalmente su patriotismo, no permitamos que acaben con nuestro profundo sentido de patria.
        No admitamos que la globalización haga de las suyas, en perjuicio de todos los recursos de México.
        Toda trasformación origina cambios, y todo cambio lastima intereses. Y estos intereses lastimados luchan contra toda trasformación, salvo cuando observan que la sociedad está unida, dispuesta a arroyar todo lo que se le oponga.

jueves, 6 de marzo de 2014

Sentido del rubor
FRENTE AL ELOGIO EXCESIVO
        Los barberos de todos los tiempo y de todos los lugares sobreviven, tanto los que ejercen su labor honrada y meritoria recortando barbas ajenas, como los que suelen elogiar, por interés malsano y desmedido, al poderoso de su mundo.
        La labor de los primeros se enlista en los trabajos honorables; el quehacer de los segundos genera descréditos, aunque les reditúe a los elogiadores ganancias malhabidas.
        Muchos conocemos la fábula de La zorra y el cuervo; la que por cierto, con ligeros matices diferenciales en título y desarrollo lingüístico, se atribuye tanto a Esopo, (600 a. de n. e.) a Jean de La Fontaine, (1621-1695) y Félix María Samaniego. (1745-1801)
        De contenido simple, tiene mensaje aleccionador. El cuervo estaba en la rama de un árbol dispuesto a comerse un sabroso queso y, abajo, la zorra asusta lo empezó a elogiar. Le dijo que era un hermosísimo cuervo dotado de un cantar maravilloso, pidiéndole que entonara una melodía.
        Al creerse el cuervo de tan excesivos elogios, graznó unas primeras notas que le hicieron soltar el queso, el que fue a dar al hocico de la zorra, diciéndole la engañadora al iluso: "La vanidad te pierde, y el entendimiento te falta".
        Y, además, también perdió el queso, y con ello le faltó el alimento.
        Los humanos sensatos frente a los elogios excesivos, o a la vista falsos, sienten rubor, sofoco, bochorno. Quienes tienen un ego demasiado grande, y desproporcionado a su propia realidad, pierden no sólo el queso, sino el piso, y la visión exacta de las cosas.
        Es común que el poderoso sea objeto de aplausos, enaltecimientos, glorificaciones y panegíricos; empero, si tiene el justo valor de sus dimensiones personales, y un poco de humildad, no cae en la trampa de las porras y de los encomios.
        Sin embargo, puede haber poderosos que organicen y paguen a tropas de alabanceros, con dinero propio o con recursos del erario, y al final de todo el artificial espectáculo creerse, a su favor, todas las mentiras productos de su paga.
        En la otra punta de este fenómeno social se ubica el adulador; a veces profesional, o en ocasiones burdo; de ambición insaciable, o por severa necesidad. En todos los casos reprobable.
        Debemos exceptuar, de la especie de halagadores, a todos aquellos que, sin interés pernicioso, dan estímulo con las palabras a la gente que requiere de aliento y apoyo, incluyendo a los poderosos que con sus acciones hacen bien a los demás.
        Pero siempre, y en todo caso, el exceso resulta negativo. Más cuando se trata de las loas y proclamaciones en medios masivos de comunicación, tan deformados por vender no sólo espacios, sino por comercializar criterios, sin ton ni son, sin medida, y sin vergüenza.
        Cuando no hay lugar a las apologías, éstas se ven groseras, y el defecto se agranda por el tamaño de los medios masivos, y por las dimensiones de la paga.

lunes, 3 de marzo de 2014

Salamanca cambiará de nombre
LOCURA ECONÓMICA PUNTO COM
        El Presidente Enrique Peña Nieto reiteró, desde la ciudad de Salamanca, Guanajuato, que "mi compromiso con los mexicanos es no proponer nuevos impuestos ni aumentar las tasas de los existentes en lo que resta de esta administración".
        Dos objetivos de esa decisión son: "proteger la economía de las familias mexicanas; y, dar certeza a los inversionistas que creen y confían en nuestros país".
        Obvio que se refirió a los impuestos federales, por lo que las contribuciones estatales y municipales podrán seguir su marcha, y se podrá a través de ellas lograr ajustes y compensaciones.
        Como la Ley de Ingresos Federal la discute y la aprueba el Congreso de la Unión, a través de sus dos cámaras que trabajan siempre de manera separada, el Ejecutivo federal a cargo de Peña Nieto no se puede comprometer a que no haya nuevos impuestos ni aumentos en sus tasas, sino sólo "a no proponerlos él".
        Si el Presidente de México no los propone, y el Poder Legislativo federal aprueba nuevos impuestos y aumenta sus tasas bajo la iniciativa de quienes legalmente tienen derecho a hacerlo, el Ejecutivo no faltaría a su palabra, ya que él simplemente se ha auto obligado a no proponerlos.
        También quedó claro que no los propondrá, salvo "un caso de contingencia internacional"; y este caso que no se precisa ya se presiente.
        La economía mundial que antes se fincaba en los bienes y servicios tangibles producidos por el talento y el trabajo socialmente organizado del hombre, ahora se finca en lo bursátil, en lo virtual, en cosas intangibles de elevadísimo precio en el mercado de los poderosos.
        Eso nos conduce globalizadamente al veloz crecimiento de una burbuja tecnológica a punto de estallido, de mayores dimensiones a la que se padeció en el sector de las puntocom en el año 2000, y que produjo peligro a la economía mundial.
        WhatsApp Messenger se auto presenta como "una aplicación de mensajería multiplataforma que te permite enviar y recibir mensajes por SMS". Esto que miles de millones de personas utilizan para mensajearse con amistades, sin comprender plenamente de qué trata, va a ser comprado por Facebook en 19 mil millones de dólares, sabiendo que todo ese WhatsApp funciona debido a 30 ingenieros que han creado esa tecnología "Silicon Valley".
        Eso es la locura en una economía fincada en fantasías tecnológicas que están rompiendo toda proporción humana.
        Cuando el Presidente Peña Nieto habló de no crear ni subir impuestos estaba en la planta armadora de automóviles Mazda, la que anunció una inversión de 770 millones de dólares para 2016, una miseria a comparación del precio de WhatsApp.
        Por esos 770 milloncillos el gobernador Miguel Márquez aceptó la idea de que Salamanca cambie de nombre a Salamazca.
        Con ese mismo cariño al internacionalismo del capital, ese gobernador le cambiaría el nombre a Guanajuato, por el de WhatsApp, si esa empresa se domiciliara en ese estado.