Pitorreo popular es
de burla
VÍAS ESTRECHAS PARA
TRENES ANCHOS
El caso no es singular. En el fondo
constituye un denominador común frecuente motivado por corrupción, incapacidad,
o importamadrismo.
Ahora se trata de la línea 12 del metro
de la Ciudad de México; el personaje central del escándalo es Marcelo. De
Tláhuac a Mixcoac la línea llamada dorada está severamente afectada, y no puede
utilizarse, afectando a medio millón de usuarios.
Se encuentran implicadas empresas
constructoras poderosas con acciones en bolsas de valores. La idiotez de todos
los involucrados consiste, según lo publicitado, en que compraron trenes anchos
y construyeron vías estrechas y, así, dieron servicio, poniendo en riesgo a los
bienes públicos y en peligro a los humanos. El costo de la inútil obra es de
más de 26 mil millones de pesos.
México está lleno de situaciones
similares, en donde no concuerdan las acciones públicas, o las privadas, según
los propósitos o fines que se persiguen. Daré ejemplos.
Desde diciembre del 2009 nos están
elevando, constantemente, el precio de la gasolina. Las razones para aplicar
estos gasolinazos fueron principalmente dos: que los subsidios del gobierno a
estos energéticos fueran reduciéndose; y, que la contaminación ambiental bajara
sus niveles.
En la realidad, el tren de los aumentos
corre por vías inapropiadas, lo que ha ocasionado lo contrario a las metas
propuestas. Oficialmente se subsidia más a las gasolinas, y nuestro medio
ambiente se contamina con mayor acelere.
El artículo 3o de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos con toda claridad y precisión ordena:
"... VIII. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la
educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a
distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los
Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio
público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan
o no hagan cumplir las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquellos
que las infrinjan..."
El artículo 73 de nuestra Carta Magna,
en sus fracciones XXV y XXX, amplía y repite como una facultad concedida al
Congreso de la Unión el legislar sobre educación, mientras que en su artículo
124 dispone: "Las facultades que no están expresamente concedidas por esta
Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados.";
e, incluso, la reglamentación a las leyes federales compete exclusivamente al
Congreso de la Unión.
En otras palabras, el tren para legislar
en la materia educativa sólo va por la vía del Congreso de la Unión, según el
texto Constitucional que tiene principio de supremacía; sin embargo, violando
lo anterior, se han venido motivando, en vías legislativas estatales, leyes de
educación estatales.
La reforma energética como un tren va
para no privatizar ni a PEMEX ni a CFE, sin embargo, la vía utilizada es para
permitir que los capitales privados hagan su negocio.
El pitorreo popular se burla de tanta
incongruencia.