lunes, 30 de enero de 2017

LOGOS
El pueblo y la nación estadunidense
MERECEN UN BUEN PRESIDENTE
        Nunca me imaginé que un generoso pueblo y una gran Nación, como los Estados Unidos de América, llegaran a tener como Presidente a una persona como Donald Trump, tan rebosante de características negativas.
        En EU lo han señalado como gente grosera, humilladora, cínica, soberbia, audaz amasador de fortuna a como dé lugar, misógino, racista, obsequioso con los poderosos y majadero con los humildes. Alguien así, no merece llevar las riendas de la política de un Estado que es líder de países.
        Los adjetivos calificadores empleados para describir la conducta del Presidente Trump parecen tener sustento real por sus actitudes personales en el corto ejercicio de su enorme poder. No son producto de opiniones subjetivas, sino resultado de la fama pública mundial que se encuentra a la vista de todos como hecho notorio; y algo más, la que exige, per se, de inmediato, un diagnóstico y un tratamiento psiquiátrico o psíquico promovido ante tribunales competentes en EU, o en tribunales internacionales, por el latente peligro de un mandatario de conductas erráticas de tal magnitud.
        No puede un enfermo, engallado y enloquecido, ejercer tamaña responsabilidad, menos tan cargado de odios en contra del mundo.
        Según sus términos perversos, con voz maléfica y mirada torva, a la fuerza nos quiere hacer felices a los mexicanos: construyendo un muro entre los dos territorios, e imponiéndonos, como delicado favor de su parte, la obligación de pagarlo totalmente.
        Y si no aceptamos, él, sin más, hace justicia por su propia mano, faltándole al respeto a México y a su Presidente y, con ello, avergüenza y hiere al pueblo estadunidense y a la Humanidad, cosa que no podemos tolerar y, mínimo, debemos recordarle que, como trate a los demás, será irremisiblemente tratado.
        Ante tamañas ofensas, todos los mexicanos estamos unidos; empero, nuestra unidad será activa en el exterior y en el interior, y orientada eficazmente para neutralizar las ilegalidades agresivas del Presidente Trump, como dirigidas para la pronta y eficiente solución de nuestras dificultades económicas, educativas y políticas.
        A grandes problemas, grandes remedios, pero con responsabilidad y firme garantía. Frente a quien le anda buscando tetas a las serpientes, como dicen en el rancho, con diplomática actitud y aguda inteligencia lo convenceremos con la razón, en su propio territorio, ante organismos internacionales, y con el auxilio de miles de millones de seres humanos honestos y buenos que luchan por un mejor planeta Tierra.
        Porque el problema no es México, ni Cuba ni China ni la OTAN, ni la ONU ni Canadá ni la Comunidad Europea, ni siquiera EU ni sus partidos políticos ni Centro América ni Sud América ni África ni menos Oceanía, el problema es Donald Trump, agravado por la locura de ejercer un ciclópeo poder, y la inquietud de ir al abismo para ver qué pasa.
        Mínimo, hará que EU pierda el liderazgo.

lunes, 23 de enero de 2017

LOGOS
El mundo en reacomodo
MEXICANIZAR MÁS A MÉXICO
        México es una nación de profundas raíces, fuertes y positivas, con activo mestizaje y personalidad propia. País joven e independiente que cumplirá el 27 de septiembre de 2017, venturosamente, 196 años.
        En su territorio, a la llegada de los españoles encabezados por Hernán Cortés, existían 136 reinos originales con desarrollos culturales distintos a los europeos, y diferentes entre sí, pero mestizándose.
        Con esa cimiente aborigen advino, desde el 1519 y aún antes en menor medida, una mezcla con europeos. africanos, asiáticos, sin terminarse aún, en su dialéctico avance.
        Así, el mexicano actual contiene todos los ADN de este tiempo globalizador en que vivimos.
        Y la suma de ese todo nos da más que un perfil; nos condiciona una personalidad cultural y física pertinente. No nos aprisiona en laberintos; nos pasea educativamente por ellos. Jamás nos infectó con soledad, ya que nos ha abierto siempre espacios enriquecedores dentro de la convivencia humana.
        La distinción de lo mexicano nos hace ser solidarios y humanos con lo extranjero. Sin chauvinismos provincianos, pero con amor y respeto por México, aceptamos y admiramos lo internacional y, más que eso, tenemos mucho respeto, por todos los pueblos de la Tierra, salido de un corazón muy mexicano.
        Frente a lo anterior, hay gobiernos de naciones hegemónicas y poderosas que, en su ejercicio despótico, han tratado, y en los años recientes con cierta eficacia, de penetrarnos y absorbernos.
        Esa tarea imperial, lamentablemente, ha contado con la complicidad de la clase en el poder que, torpe y descastada, cuida más sus ganancias económicas que los valores cívicos de patria, sin percatarse de que éstos generan más riqueza que las migajas que su traición a la patria les produce.
        Bien razona José Elías Romero Apis, en su edificante libro El jefe de la banda, al desarrollar la idea del brasileño Josué de Castro: "Si al mandatario le gustan el pozole y el mole, las verdolagas y los chiles, la arrachera y el huachinango, podemos estar seguros de que le preocupara la producción de nuestros productos y la explotación de nuestros recursos. Pero asustémonos si más les gusta la salsa bernesa que el guacamole... el Wellington que las carnitas". Y me permito agregar, no sólo como un indicio para la economía, sino como alejamiento y desprecio a nuestra cultura.
        Pero en fin, la invasión no militarizada de EU a México, económica, religiosa, educativa, jurídica, fílmica, política, cultural, y de toda índole, nos empezó a desmexicanizar.
        Mientras nosotros nos abrimos, los estadunidenses con el Presidente Trump empiezan a cerrarse, con muro material y mental.
        Con ese cambio de actitud del gobierno de EU, nuestro país está en libertad, sin cerrarse, de sostener su decidida, inteligente y sólida apertura, pero sin disfrazarnos de gringos en imitación grotesca y extra lógica, sino con un sano y digno desarrollo para mexicanizar más a México.

lunes, 16 de enero de 2017

LOGOS
Gallina de los huevos de oro
NI SECA NI MUERTA; RUMBO A EU
        Las metáforas, si se formularon con acierto pertinente, pueden contestarse con metáforas.
        El Presidente Enrique Peña Nieto, poco afortunado en lectura literaria, dio la sorpresa hace días con una figura de lenguaje, intentando explicar y justificar la reciente y peligrosa alza del precio en gasolina.
        En esa alegoría citó al animalito de la añosa fábula atribuida al heleno Esopo, (siglos 7 y 6 a. de n. e.) al aseverar: "La gallina de los huevos de oro se nos fue secando, se nos fue acabando; Cantarell producía 2 millones 200 mil barriles diarios, y hoy sólo produce 200 mil."
        Así, esa ficción presidencial está dirigida sólo a Cantarell, una parte de la capacidad petrolera de México, pues nuestro potencial se calculó en noviembre del 2015 en más de 98 mil millones de barriles de petróleo, según "Mexico Energy Data..."
        Por eso dudo que se haya secado la gallina de los huevos de oro, y menos creo que se haya muerto; acaso, sí, esa gallina con su rica producción está en proceso de entregarse a empresas transnacionales protegidas por EU, so pretexto de nuestra falta de técnica y capital, y para homologarnos a una falsa apertura globalizadora que el Presidente Donald Trump comenzó a destruir ya.
        El "hoyo de la dona" es un complejo valiosísimo que, estando principalmente en nuestro mar patrimonial, EU está succionando ilícitamente para su provecho. Todo esto, a detalle, debe conocerlo el pueblo de México para que con toda responsabilidad, dentro de nuestra Carta Magna, y de las normas internacionales, obremos en consecuencia.
        Ese imponente recurso energético, científica y humanísticamente bien utilizado, debe servir para el sano y sustentable desarrollo de los mexicanos, y no para empollar multimillonarios, extranjeros o nacionales.
        Tenemos la posibilidad de rediseñar nuestro futuro, reorientando la política de transporte para que no haya tantos automóviles que contaminan el aire que respiramos y hacen espesa la circulación en calles y carreteras.
        El peor uso para nuestro petróleo es cambiarlo por autos, pues es como volver a trocar oro por espejitos, cuando de ese hidrocarburo nuestros químicos pueden obtener más de tres mil derivados, entre alimentos, medicinas, vestidos, zapatos y materiales para edificaciones.
        También hay mexicanos con capacidad para fabricar vehículos, para servicio público y privado, que se muevan con una energía no contaminante.
        El patrimonio nacional no puede ni debe gastarse en la simulación educativa ni en el inútil servicio público.
        Es necesario que con el producto interno bruto de México se remunere satisfactoriamente a los trabajadores, quienes son los verdaderos generadores de esa riqueza.
        Recuperemos a la gallina de los huevos de oro, constituida por el trabajo calificado y productivo de los mexicanos, por los formidables recursos que nuestro territorio tiene, y llevemos a los cargos gubernativos a los mejores compatriotas.

lunes, 9 de enero de 2017

LOGOS
Unidos y dignos
ANTE EL TERRORISMO DE TRUMP
        El gobierno de los Estados Unidos de América fue el gran impulsor del Tratado de Libre Comercio entre las tres naciones que integran la América del Norte: Canadá, EU, y México.
        Su propósito era establecer una poderosa cuenca económica para enfrentar a la comunidad europea y a otras fuerzas comerciales del Asia.
        Nuestro país, en ese tratado, era y es una parte débil. Con esta característica nos hizo socios y aceptamos, la imposición de las reglas del poderoso, con una actitud jurídica y un lenguaje diplomático.
        Ahora con Donald Trump, primero como candidato y después como presidente electo, los mexicanos hemos sufrido agresiones verbales injuriosas e infamantes que sólo revelan un odio patológico, y el deseo de sembrar terror entre vecinos, socios y amigos.
        Y ya ha logrado de hecho, a unos días de tomar el poder, que inversiones de empresas transnacionales salgan de nuestro país; además de haber solicitado a su Congreso recursos para la prosecución constructiva del muro que separará, conforme a un viejo y descabellado proyecto, a México con los EU, bajo la amenaza terrorista de que los mexicanos lo pagaremos, aunque sea con la guerra.
        Ante una situación de esa magnitud, los mexicanos estaremos unidos, sin perder la dignidad ni el decoro, menos el sentido de patria, y actuando con inteligencia.
        El ataque partió de Trump hacia nosotros; sin él, creo que no hubiera existido la inocentada del Presidente Enrique Peña Nieto de entrometerse en la política electoral estadunidense, invitando a hacer campaña a nuestro país a los candidatos fuertes de los dos grandes partidos gringos.
        Sin ese equívoco intervencionista achacado al secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray Caso, el Presidente Peña Nieto no hubiera errado quitándole ese cargo, al imaginar que ganaría Hillary Clinton.
        Así que al ganar el señor Trump, lo primero que se le ocurrió al Presidente Peña es obsequiosamente reparar el desliz con otro traspié: regresando al gabinete a Luis Videgaray, pero como secretario de Relaciones Exteriores; secretaría respecto a la que el designado confiesa que no sabe nada, pero que aprenderá.
        Si el presidente desacierta tanto, y de manera tan grotesca, los mexicanos no podemos darnos el lujo de desatinar. Así que no tenemos más que a este gobierno, y con él tenemos que trabajar, salvo circunstancias nuevas y extremas que nadie debe desear.
        Jugar con fuego, al anarquismo loco y al desgobierno, es tan torpe como suicida. México es una gran nación, por eso nos provocan quienes se duelen de ello, y por eso el mexicano aguanta tanto.
        Cuando el gobierno estadunidense promovía el Tratado de Libre Comercio solicitó del gobierno mexicano que no fuera proteccionista; dentro de unos días el gobierno de Trump ejercerá el proteccionismo a como dé lugar, con México y el resto del mundo.
        El pueblo de los EU seguirá siendo nuestro amigo, como los demás pueblos del orbe.

domingo, 1 de enero de 2017

LOGOS
Remedios aterradores
PARA PROBLEMAS ESPELUZNANTES
        El secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, entre las explicaciones que ha dado sobre el alza al precio de la gasolina afirmó: "190 millones de litros de combustible diariamente se consumen en México".
        Si ese recurso energético se distribuyera equitativamente a los 120 millones de mexicanos nos alcanzaría a poco más de litro y medio; pero no puede ser así en un sistema que distribuye pésimamente los bienes y los servicios.
        Meade ha asegurado que "con la presente alza a la gasolina gana el país, nuestros hijos, nuestros nietos", y si fuera franco a cabalidad hubiese agregado: y yo también, pues él, por su cargo público recibe 11 mil 460 pesos "para gasolina mensualmente", según la propia información oficial; y, seguramente, a partir de ahora se elevará este monto en su ingreso, pues la prerrogativa está indexada al aumento en el precio.
        Además, gran parte de los recursos que se obtengan por esa subida irá a parar a las cuentas de la secretaría a su cargo, y nadie puede asegurarnos, en este recién nacido año 2017, que esos ingresos al erario vayan a ser pertinente y honestamente aplicados "para los más pobres de México", ya que, conforme a la vigente apreciación popular, de los múltiples adjetivos que califican a los encumbrados funcionarios públicos está el término de: mentirosos.
        Meade, ante la filosa insistencia de la periodista Carmen Aristegui, reconoció que los precios de la gasolina en nuestro país han venido siendo "artificiales", es decir, adulterados, o sea, producto de mentirosos; y esto me hizo recordar el bien estructurado libro de Sara Sefchovich, publicado hace ocho años bajo el título de País de mentiras, referido a México, y en el cual concluye que, aquí, "la única verdad es la mentira".
        Por ende, ¿quién nos puede asegurar que los precios, bajos o elevados, no van a seguir siendo falsos?, si todo es artificial, hasta los mismos secretarios del gabinete y la mayor parte del recurso humano de nuestro mundo político.
        De alguna forma, las declaraciones del secretario Meade respecto al alza del precio de la gasolina responden a las opiniones que ha externando Andrés Manuel López Obrador. Éste dice que la reforma energética está estrechamente relacionada con ese encarecimiento; aquél contesta que no, ya que sin esa reforma el precio de todas maneras subiría.
        Es obvio que el alza actual tiene varias causas, entre ellas la reforma energética.
        Andrés Manuel denuncia que a dos empresas extranjeras y a una mexicana se les entregará el lucrativo negocio de comprar gasolina en el extranjero para venderla en nuestro país; José Antonio señala que no es cierto, pues no ha habido ni siquiera licitaciones, y que todos podemos participar. ¿Podemos participar todos?
        ¿Y por qué han de ser empresas privadas, y además extranjeras?
        Nuestros problemas son espeluznantes, cuidemos que los remedios no sean aterradores. Hagamos limpieza a fondo.