miércoles, 28 de agosto de 2013

Cultura INSERTA HASTA LA MÉDULA

        Las treinta y dos entidades federativas del país se reunieron en la ciudad de Querétaro los días 22, 23, y 24 de agosto próximos anteriores, para tratar asuntos de cultura.
        Dicho encuentro fue convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes que preside Rafael Tovar y de Teresa, obteniéndose de ese esfuerzo colectivo resultados esperanzadores.
        El evento devino en un foro de ideas, confrontadas con todo respeto, y de alto nivel. La diversidad, la pluralidad, que tiene México en sus habitantes en cada una de sus regiones quedó ahí externada, pero fortaleciendo su unidad federal.
        No hubo cuentas alegres ni se dio lugar a un inútil muro de lamentos. Los informes tan presuntuosos como falsos no tuvieron cabida. Se escuchó con respeto, se discutió con acierto, y se propuso con precisión.
        Lo bueno que ha habido se reconoció, y habrá empeño en mejorarlo. Se explicaron los equívocos para jamás repetirlos. Se ejerció un análisis crítico, en busca de las mejores opciones para resolver con eficiencia.
        Nadie puede hacer el elogio de un éxito cultural generalizado en toda la Nación ni en el Estado de Michoacán, cuando a la vista tenemos una realidad que denuncia nuestra incapacidad para infundir la cultura del respeto a la vida, impulsar la cultura de la paz con desarrollo, inducir la cultura de respeto a la integridad física.
        ¿Cómo podremos provocar la cultura de la legalidad, la cultura del empleo pleno, la cultura de la productividad cuantiosa y de calidad?
        ¿Qué hacer para que en los 120 millones de mexicanos se finque una sólida cultura de justa distribución de la riqueza?
        ¿A qué o a quién le tememos?, para andarle regateando esfuerzos y recursos a la noble y productiva tarea cultural.
        Tenemos mucho aprecio y respeto por todas las fuerzas armadas de nuestra República, pero la paz de México no es exclusivo asunto de ellas. Los programas y proyectos emergentes de carácter cultural deben apoyarse y promoverse al igual que los de ellos.
        La cultura no puede ni debe ser un simple remedio para la ociosidad ni un pasatiempo mundano; como tampoco puede ser un rosario de eventos o festivales sin ton ni son.
        La cultura está inserta en todo lo humano, desde la médula de nuestros huesos hasta nuestra piel; es una tarea continua de nuestro sistema nervioso para cultivar todos y cada uno de nuestros pensamientos, expresiones, y conductas, hasta llevarlos a niveles estéticos que provoquen alta calidad de vida, tanto en la sociedad como en el individuo.
        Para todo ello debemos estar unidos, a efecto de que las entidades federativas hagamos un frente común en cada una de nuestra tareas: que en todo México se sientan las actividades culturales para cumplir con una auténtica descentralización; apoyar y fortalecer a nuestros migrantes; que la gente no sólo sea espectadora de actividades artísticas, sino sujeto activo en ellas; que la cultura sea para todo y para todos; que se utilicen y desarrollen culturalmente los modernos medios cibernéticos de comunicación.

lunes, 26 de agosto de 2013

Hora de la verdad EL LABERINTO DE LO INESCRUPULOSO

        Cuando se pierde el sentido de la legalidad, queda a veces, al menos, una actitud escrupulosa, una pisca de conciencia ética; sin embargo, en estos tiempos parece que también la moral está ausente.
        Tiempos ha habido en donde la ilegalidad y la inmoralidad se han cubierto con una fachadas.
        Otras épocas vivimos hoy. De ellas somos espectadores, víctimas y cómplices. Una avanzada degradación social va arrastrando lo que encuentra a su paso.
        Ejemplos sobran. Señalaré uno.
        Cada día se desgasta más el poder público en México, y es por no saber ejercer legal y eficazmente la coercitividad. Teme el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ser juzgado como represor. La sombra del 1968, con estudiantes, se proyecta en las acciones de los maestros en este 2013.
        En Tlatelolco hubo represión, pero el gobierno pudo y, en el caso, se observó que el poder desgasta.
        Ahora la tolerancia gubernativa está al máximo, y la gente ve que el gobierno no puede y, por ende, razona que el poder desgasta, pero que el no poder desgasta más.
        Ha llegado el poder público a una encrucijada sin salida. Malo, si hace, peor si deja de hacer; y en ambos opciones las consecuencias son desastrosas.
        Llegó el tiempo de reflexionar públicamente, y en voz alta, qué diferencia existe entre la represión y la coercitividad, para poner en claro dentro de la conciencia popular estos dos conceptos, y actuar en consecuencia.
        Toda norma jurídica tiene dos partes: las hipótesis de derecho; y, las consecuencias legales.
        La literalidad del artículo 9o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ordena: "No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito".
        Significa que quien se asocia o se reúne violentamente no tiene derecho ni a asociarse ni a reunirse, y el poder público puede y debe aplicar la coercitividad en contra de quienes tal hagan.
        Igual cuando el objeto de asociarse o reunirse no sea lícito, la fuerza física a cargo del gobierno puede emplearse en contra de los infractores.
        Podemos reunirnos o asociarnos para hacer peticiones, o para protestar, lo que no podemos hacer es "proferir injurias contra" autoridades, ni hacer "uso de la violencia o amenazas para intimidar" a las autoridades ni para "obligarlas a resolver en el sentido que se desee".
        Si los asociados o reunidos profieren injurias en contra de las autoridades, o hacen uso de la violencia o formulan amenazas para intimidarlas, más si pretenden obligarlas a resolver en el sentido que desean, el poder público debe y puede hacer uso de la fuerza pública para aplicar las consecuencias de derecho. Y con ello no se desgasta, sino se legitima y fortalece.
        Es la hora de la verdad, el gobierno debe salir de ese laberinto de lo inescrupuloso. Aplicar la ley debidamente no es represión; no aplicarla es una ilicitud.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Métodos sucios EN TODAS LAS FORMAS DE GOBIERNO

        El gobierno de Argentina empleó los mismos métodos de que se valió Hugo Chávez, en Venezuela, para nacionalizar la compañía petrolera Repsol. La Presidente Cristina Fernández de Kirchner siguió el modelo.
        ¿En qué consiste ese arquetipo?
        Es bien sencillo. A la empresa que se quiera nacionalizar, sea agrícola, industrial, energética, el poder público tiene que someterla a un hostigamiento sistemático, de tipo fiscal, laboral, político, económico, bancario, que le impida operar con normalidad y la vaya empobreciendo y arruinando.
        Y, luego, cuando la tenga ya con la soga al cuello, quedarse con ellas a precio de saldo. Los activos de la empresa víctima del expolio se compran a la mitad de su valor, o a menos.    Esa extorsión oficial nacionalizadora se disfraza de una recuperación patriótica, y así se va construyendo la idea de que se lucha en contra del capitalismo, construyendo el nuevo socialismo del siglo XXI.
        Pero ese deshonesto procedimiento no sólo lo emplean los gobiernos simpatizantes del socialismo, y enemigos del capitalismo voraz, sino que también lo usan los gobiernos que luchan en contra de la real o supuesta demagogia del estatismo, que aspiran a la modernidad, entendiendo por esto el asemejarnos cada día más a la vida consumista de los Estados Unidos de América.
        Ese tipo de gobierno se entrega totalmente a los gringos, permitiéndoles que nos compren barato y nos vendan caro. Marchanteando baratas nuestras naranjas, para después comprarles  a los extranjeros el jugo de naranja a precios exorbitantes.
        Para vender las empresas estatales, como ferrocarriles, teléfonos, luz, petróleo, correos, aviación comercial, lo primero fue someterlas a un acorralamiento metódico, de tipo impositivo, obrero, político, económico, crediticio, que les impida operar con normalidad y las vaya empobreciendo, hasta tenerlas al borde la quiebra.
        Y, luego, cuando las llevan a la ruina, ahogadas totalmente, venderlas a los cuates, a los parientes, a los socios, quedándose con ellas a precio de regalo. Este desvalijamiento oficial privatizador se disfraza de una modernidad que hará ricos a todos, pero a todos los que han adquirido bajo este tipo de robo.
        Así que es el mismo sistema. Es idéntica forma de organización. Ambos tipos de gobiernos son deshonesto, pillos, pues desde el poder provocan realidades a su antojo, sin importarles para nada el bien, el desarrollo de la sociedad y sus integrantes.
        Al falsificar los hechos económicos y los políticos provocan empobrecimiento generalizado, caída brutal de los niveles de vida, alta inflación, corrupción vertiginosa, y violencia criminal.
        Esa política insensata de actuar a capricho, al margen de los hechos, pero sobre todo sin tomar en consideración a los seres humanos, es brutal, y a la larga genera violencia.
        En un sistema así, no importa que sea de izquierda o de derecha, nunca habrá transparencia ni honradez, y se va corroyendo la conducta ética. La gente deja de creer.
        Ahogados en ismos pletóricos de maldades, todos los pueblos de planeta deben obtener un auténtico humanismo.

lunes, 19 de agosto de 2013

Reforma energética TRAMPAS DE LA HISTORIA

       A algún consejero del Presidente Enrique Peña Nieto se le hizo fácil proponer que, para que la reforma energética promovida por el titular del Poder Ejecutivo Federal tuviera mayores márgenes de aceptación, deberían invocar, palabra por palabra, lo utilizado por Lázaro Cárdenas del Río para modificar el artículo 27 de nuestra Carta Magna.
        Las reacciones sobre ese equívoco presidencial no se hicieron esperar. Claro que lo externado por el expropiador del petróleo, en nuestro país, en diversos tiempos, corresponde a las necesidades y circunstancias  de aquellos momentos y lugares.
        Es lógico, también, que la expresión, el pensamiento, y la acción de Don Lázaro son patrimonio de la Humanidad; empero, lo que no es válido es falsearlo, aunque se utilice palabra por palabra, sacándolas de contexto
        El 12 de febrero del 1939, en sus Apuntes, el Presidente Cárdenas del Río anotaba: "Si algunos sectores han creído que las inversiones extranjeras hacen bien al país, están en un error. Habría beneficio para México cuando las utilidades se invirtieran o quedaran aquí mismo, pero no sucediendo así, la realidad es que las industrias extractivas, que en su mayoría están en manos de extranjeros, vienen agotando al país, sin que el pueblo mejore su vida."
        Añadiendo: "Y si México ha de permitir que el capital extranjero venga al país, que sea con la obligación de invertir aquí mismo las utilidades que obtenga en sus explotaciones. Debe permitírsele, sí, la salida del capital invertido, más los intereses que correspondan, pero no las utilidades que son riqueza que se roba injustamente al país."
        En estos conceptos de denota con mucha claridad lo que pensaba el Presidente Cárdenas.
        Si hay algunos razonamientos que nos conduzcan a observar que lo escrito por Presidente general en 1939 ya no tiene validez, expresémoslos con franqueza, y precisión, pero no desnaturalicemos el pensamiento de nadie.
        Lo que debe de quedar muy firme en la Constitución Federal son los preceptos que regulen la inversión privada, nacional o extranjera, en materia de energéticos, y no dejar estas reglas plasmadas sólo en normas de carácter segundario.
        En nuestra Carta Magna debe quedar establecido que el inversionista extranjero, en energéticos, en caso de algún interés insatisfecho de su parte, jamás debe hacer valer e invocar el derecho y la protección de su país, pues si lo hiciera, por ese único hecho perdería totalmente su inversión.
        Ni la globalización ni el imperio capitalista pueden estar por encima de nuestra Constitución, conforme al Principio de Supremacía Constitucional dispuesto por el artículo 133 de esa norma jurídica fundamental.
        Si se quiere reformar y/o adicionar los artículos 27 y 28 constitucionales, es para fortalecerlos, no para debilitarlos. Si nuestra Constitución está frágil, endebles estaremos todos los mexicanos.
        El actuar del Presidente Lázaro Cárdenas no debe formar parte de ninguna hagiografía familiar, ni es santo de ninguna pandilla. Quien escribió lo transcrito no fue ningún rebelde insumiso, sino un Presidente de México con gran sentido común, patriota, y valiente.

jueves, 15 de agosto de 2013

¡Hagámoslo verdad! MÉXICO: ÚNICO DUEÑO DE SU RIQUEZA ENERGÉTICA

       A partir de la iniciativa para la reforma energética, presentada hace unos días por el Presidente Enrique Peña Nieto, se ha venido acrecentando la confusión que el pueblo de México tiene respecto a ese importante asunto.
        La intención de ese proyecto de reforma a los artículos 27 y 28 de nuestra Carta Magna, ante el Congreso Constituyente Permanente, es la de que "El petróleo y los demás hidrocarburos continuarán como patrimonio exclusivo de la Nación. Los mexicanos seguiremos siendo los únicos dueños de la renta petrolera. Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad no se venden ni se privatizan; sólo se modernizarán".
        Y... ¿en qué consiste esa modernización, respecto al texto constitucional?
        Quisiera comparar en este trabajo, completa y textualmente, los preceptos de la iniciativa presidencial con las normas constitucionales vigentes; empero, los límites del espacio periodístico no lo permiten.
        Por ende, sintetizaré. Ahora lo moderno es, constitucionalmente y según criterio del Presidente Peña Nieto, permitir los contratos entre el Estado y los particulares en tratándose del petróleo y de los hidrocarburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, igual que en la industria eléctrica. Remitiendo a que las leyes reglamentarias rijan todo lo correspondiente a estos contratos.
        En cambio, lo vigente, que ya no es moderno conforme a la iniciativa presidencial, ordena que: "Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la Ley Reglamentaria respectiva. Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines."
        Además, lo vigente, pero no moderno según ese criterio del ejecutivo federal, dispone: "No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión. La comunicación vía satélite y los ferrocarriles son áreas prioritarias para el desarrollo nacional en los términos del artículo 25 de esta Constitución; el Estado al ejercer en ellas su rectoría, protegerá la seguridad y la soberanía de la Nación..."
        Conociendo los textos, el vigente y el propuesto, cada mexicano debe reflexionar responsablemente, para formular su propio juicio al respecto. Las confrontas entre los mexicanos deben ser inteligentes, y no a base de fuerza, sino con la razón.
        En cualquier espacio: el aula, la calle, la fábrica, el surco, el hogar, la oficina, y los medios masivos de comunicación, usemos el raciocinio y no la diatriba; e, impongamos el criterio de la mayoría, haciendo verdad el que México es el único dueño de su riqueza energética.

lunes, 12 de agosto de 2013

Economía: crecimiento pobre OTRO PELO EN LA SOPA

        El Banco de México pronosticó a finales del año 2012 que, para este 2013, la economía mexicana crecería por arriba del 4%. Agustín Carstens, su gobernador, indicó para esa ocasión que no era una postura optimista, sino realista.
        Ahora, durante el mes en que todos hacen su agosto, resulta que el propio gobernador de ese banco central reconoce que aquel pronóstico no fue real, y que ese crecimiento económico será "entre el 2% y 3%".
        Nadie nos garantiza, con base a lo visto y sufrido, que sea verdad lo que hace algunos días dijo, rectificando su inicial augurio, el banquero Carstens.
        Algo más, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de nuestro país, ante ese anuncio de baja en el crecimiento económico, ha replicado que al final de este año estaremos creciendo el 3.1%.
        Todas esas contradicciones, en las cifras oficiales, hacen menos creíbles ante la población los pronósticos emanados del poder público, agregando un pelo a nuestra escasa sopa.
        Observamos los mexicanos una progresiva desaceleración en la actividad económica, tanto en el sector agropecuario como en el industrial, pues en ellos se percibe un comportamiento horizontal que tiende a la baja.
        Y por lo que corresponde al ejercicio presupuestario federal, fuente básica de los ejercicios presupuestarios estatales y municipales, apenas se está moviendo en una distribución tardía y lenta.
        Por ende el comercio ha sido afectado, y el turismo interno sufre una atonía. Claro que en todo esto tienen influencia los problemas económicos de los Estados Unidos de América y de Europa, pero ello no nos exime de responsabilidad a los mexicanos, sobre todo a quienes tienen a su cargo la organización y conducción del fenómeno económico nacional.
        México requiere de un millón de empleos al año para sostener su estatus laboral actual, y el Banco de México predice, en el mejor de los casos para este 2013, la creación de entre 450 mil a 550 mil empleos nuevos, de esos que registrá el Instituto Mexicano del Seguro Social.
        Difícil creerle al gobernador del Banco de México que la inflación anual se ubicará para este año en 3.5%, pues aunque sabemos que sólo miden la inflación en base a la llamada canasta básica, incluso con este truco hiriente dicha inflación anda muy por encima de esa porcentaje.
        El mundo económicamente no marcha bien, por eso es menester aprovechar los problemas internacionales para sanear nuestra estructura económica, a efecto de fortalecerla, y saber obtener beneficio de las crisis extranjeras, tomando de ellas todo lo que nos sea útil.
        En materia monetaria deberíamos tener una política ágil y asertiva que nos permita siempre ganar; empero, para lograr el mejoramiento de nuestra economía, obvio es decirlo, debemos ser un país independiente, con plena soberanía, con un gobierno y autoridades patriotas, que sirvan al pueblo, y no se sirvan de él ni sirvan a gobiernos extranjeros.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Todos debemos saberlo NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL

        En un artículo periodístico de fecha 9 de mayo del 2004, Angélica Abelleyra escribe sobre la pintora Beatriz Ezban: "La pintura la tomó por sorpresa. De niña se visualizaba escritora y más tarde quizá filósofa pero nunca pintora".
        Pues ahora Beatriz es pintora, y la sorpresa, grata por cierto, la hemos tenido los espectadores, observando sus 11 óleos y tres dibujos hechos con esmalte sobre mylar, todos bajo el título Campo unificado: la frontera, los que han recorrido diversas ciudades estadunidenses, y los que hoy todavía se encuentran en el Museos de la Cancillería, en el centro histórico de la Ciudad de México.
        Beatriz nació en el Distrito Federal en el año de 1955, y desde muy joven se preguntaba a sí misma, al nivel de sus posibilidades, sobre el sentido de la vida.
        Se ponía a valorar el porqué y el cómo suceden las cosas, y el para  qué, ella, y todos los demás seres humanos, estaban en este mundo.
        Las clases de lógica, ética, y de psicología la tenían fascinada. Y esto explica sus maduros razonamientos sobre las fronteras, la migración, y la naturaleza humana.
        Es muy vivificante oírla, y leer lo que ella expresa con su pintura, y su palabra: "Ningún ser humano es ilegal. Todos estamos legalmente aquí en la vida. Entonces, es tremendo que se diga que alguien es ilegal. Lo ilegal es la pobreza, porque para que te den una visa necesitas demostrar que tienes dinero, propiedades. De lo contrario es casi imposible que te la den".
        El mundo, es cierto, es la casa de todos. Sólo la brutalidad del hombre lo ha aparcelado, ha puesto fronteras, y sobre las líneas fronterizas está construyendo muros inexpugnables, y no para construir una sana sociedad de naciones que armonicen entre todas con su pluralidad, sino para crear ghettos enfermizos con divisiones inamistosas.
        Así, ningún ser humano es ilegal por el simple hecho de que es humano y está en el planeta. Algunos de los actos de los humanos pueden ser ilegales, pero no el acto de migrar, ya que forma parte de la naturaleza de su ser.
        Beatriz Ezban considera, y expresa, que el hecho mismo de "llamar ilegales a las personas es un pretexto para establecer una especie de explotación".
        Todo lo anterior hay que decirlo, escribirlo, enseñarlo. Nunca lo callemos ni lo ocultemos. Ningún migrante es delincuente, es un ser humano en el ejercicio de su derecho.
        Obvio que para la migración debe haber un orden, y este orden se logra con normas jurídicas que debemos respetar, pero estos preceptos son administrativos y no penales.
        Por migrar, puede haber faltas, pero nunca delitos; incluso, hay países poderosos que promueven soterradamente la migración debido a que requieren la mano de obra, pero a la vez la persiguen penalmente para abaratar el precio del trabajo. Esto es inmoral.
        ¡Cuidemos a nuestros mejores recursos humanos!

lunes, 5 de agosto de 2013

La mejor de las reformas CONDUCIRNOS CON LA VERDAD

        A inicios del siglo XXI, pero con raíces en sexenios inmediatos anteriores, se empezó a sentir la inquietud por hacerle reformas a nuestro sistema, tanto electorales como al Estado, educativas, políticas, energéticas, económicas, hacendarias, laborales, a las comunicaciones y al transporte, a la información, a la banca, a la constitución, al derechos penal, a la organización mercantil, y a un sin número de sectores que si los citamos produciríamos una larga e innecesaria lista para el menester de este artículo.
        En los pasos reformistas, de este tiempo, las iniciativas han tenido origen en el extranjero, motivadas por los tratados de libre comercio y la globalización, al igual que en necesidades internas.
        Los problemas para vencer los óxidos de la inercia nos condujeron a la adopción del gatopardismo, término acuñado en la política y la literatura italiana, explicado novelísticamente por Giuseppe Tomasi Lampedusa (1896-1957) y sintetizado por el propio personaje Tancredi Falconeri a su tío Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie".
        Nuestras falsedades huehuenches, sumadas a todas las actitudes mentirosas de los mestizajes que llevamos dentro, dan una reactivación a ese gatopardismo.
        Pero ahora que el Presidente Enrique Peña Nieto ha hecho suyas las posturas reformistas, los mexicanos hemos sentido cierta oxigenación.
        Sin embargo, no basta con la simple postura reformadora, ya que esas iniciativas pueden derivar en composturas, es cierto, pero también en graves descomposturas. Dependiendo de si dichas iniciativas tienen fuente real, histórica y formal, si sus razonamientos tienen solidez y pertinencia, si resuelve o no problemas concretos y sentidos por la población, entre otras cosas.
        Hoy está, en la plática de todos, la reforma energética, pues inició su procedimiento hace días, con retórica y documentos de partidos políticos en torno al tema, con las iniciativas sobre reforma energética de los responsables de ese proceso legislativo, pero todo esto ha creado mayor confusión en los mexicanos.
        Acusan los radicales de la izquierda que con las iniciativas presentadas por los integrados del Pacto por México, cada uno por separado, se quiere privatizar a PEMEX, entregándolo a los extranjeros, y especialmente al imperialismo gringo.
        De ser cierto eso, la mayoría de los mexicanos estamos con esa izquierda.
        Denuncian los fundamentalistas de la derecha que con las iniciativas de PRI y del PRD se condena a nuestro país a la miseria, a vender petróleo barato, y a comprar derivados caros. Teniendo a PEMEX como botín fiscal, objeto de corrupción sindical, y para el enriquecimiento de altos funcionarios públicos.
        Mientras, el Presidente Peña Nieto afirma que PEMEX no se privatiza, que el petróleo seguirá siendo de la Nación, y que esta industria requiere, para modernizarse, de la inversión privada.
        La mayoría de los mexicanos no le cree a nadie. Mejor sería, en lugar de plantear la reforma energética, aprobar una reforma para que todos en México nos conduzcamos con la verdad, empezando por los poderosos.