El gobierno de Argentina empleó los
mismos métodos de que se valió Hugo Chávez, en Venezuela, para nacionalizar la
compañía petrolera Repsol. La Presidente Cristina Fernández de Kirchner siguió
el modelo.
¿En qué consiste ese arquetipo?
Es bien sencillo. A la empresa que se
quiera nacionalizar, sea agrícola, industrial, energética, el poder público tiene
que someterla a un hostigamiento sistemático, de tipo fiscal, laboral,
político, económico, bancario, que le impida operar con normalidad y la vaya
empobreciendo y arruinando.
Y, luego, cuando la tenga ya con la soga
al cuello, quedarse con ellas a precio de saldo. Los activos de la empresa
víctima del expolio se compran a la mitad de su valor, o a menos. Esa extorsión oficial nacionalizadora se
disfraza de una recuperación patriótica, y así se va construyendo la idea de
que se lucha en contra del capitalismo, construyendo el nuevo socialismo del
siglo XXI.
Pero ese deshonesto procedimiento no
sólo lo emplean los gobiernos simpatizantes del socialismo, y enemigos del
capitalismo voraz, sino que también lo usan los gobiernos que luchan en contra
de la real o supuesta demagogia del estatismo, que aspiran a la modernidad,
entendiendo por esto el asemejarnos cada día más a la vida consumista de los
Estados Unidos de América.
Ese tipo de gobierno se entrega
totalmente a los gringos, permitiéndoles que nos compren barato y nos vendan
caro. Marchanteando baratas nuestras naranjas, para después comprarles a los extranjeros el jugo de naranja a precios
exorbitantes.
Para vender las empresas estatales, como
ferrocarriles, teléfonos, luz, petróleo, correos, aviación comercial, lo
primero fue someterlas a un acorralamiento metódico, de tipo impositivo, obrero,
político, económico, crediticio, que les impida operar con normalidad y las
vaya empobreciendo, hasta tenerlas al borde la quiebra.
Y, luego, cuando las llevan a la ruina,
ahogadas totalmente, venderlas a los cuates, a los parientes, a los socios, quedándose
con ellas a precio de regalo. Este desvalijamiento oficial privatizador se
disfraza de una modernidad que hará ricos a todos, pero a todos los que han
adquirido bajo este tipo de robo.
Así que es el mismo sistema. Es idéntica
forma de organización. Ambos tipos de gobiernos son deshonesto, pillos, pues
desde el poder provocan realidades a su antojo, sin importarles para nada el
bien, el desarrollo de la sociedad y sus integrantes.
Al falsificar los hechos económicos y
los políticos provocan empobrecimiento generalizado, caída brutal de los
niveles de vida, alta inflación, corrupción vertiginosa, y violencia criminal.
Esa política insensata de actuar a
capricho, al margen de los hechos, pero sobre todo sin tomar en consideración a
los seres humanos, es brutal, y a la larga genera violencia.
En un sistema así, no importa que sea de
izquierda o de derecha, nunca habrá transparencia ni honradez, y se va
corroyendo la conducta ética. La gente deja de creer.
Ahogados en ismos pletóricos de
maldades, todos los pueblos de planeta deben obtener un auténtico humanismo.