lunes, 25 de julio de 2022

LOGOS

Ley de la selva

TREN LLAMADO SEGURIDAD NACIONAL

        Parte de la selva maya, y todo lo que esa superficie conlleva, ha sido afectada (y sigue siendo agredida) por una obra pública federal caprichosa, que golpea al medio ambiente, de carácter económica y turística que, al menos en uno de sus tramos es objeto de una suspensión en un juicio de amparo indirecto.

        Un grupo de científicos ambientalistas, mexicanos de buena intención, son los quejosos en ese juicio de garantías.

        La buena fe del presidente Andrés Manuel López Obrador no se percibe, al decidir personalísimamente, sin investigaciones y estudios pertinentes, el inicio y prosecución de esa obra pública apurada de costoso monto: el tren maya.

        Hasta aquí mi inicial percepción.

Pero por información nacional, al alcance de todos, observó que esos ambientalistas solicitaron derecho de audiencia al presidente para explicarle sus puntos de vista conforme a su investigación y capacidad.

Y sin haber una fundada razón se les negó su derecho garantido a ser escuchados, incluso, después de haberlos citado.

Por lo que respecta al presidente, en lugar de otorgarles ese derecho garantido por nuestra carta magna, en varias de esas llamadas mañaneras los injurió: “mentirosos y falsos ambientalistas”, “enviados de nuestros adversarios”, “conservadores disfrazados”, y otras majaderías de similar calaña.

Simplemente, de palabra, negó que esa obra y ese tren perjudiquen a la selva, cuando las filmaciones que se han realizado en el lugar muestran las rasuradas y el bárbaro destroncado de la vegetación exuberante, la destrucción de obras prehispánicas, y el criminal relleno de cenotes con material de cascajo.

Ante el daño a la selva, vino la suspensión del acto reclamado; y, frente a dicha medida judicial, el salvajismo del presidente violó la suspensión de amparo declarando al tren maya, “obra de seguridad nacional”, sin tener motivo ni fundamento, legales y debidos, que sustenten ese acto de autoridad.

La fracción VII del artículo 129 de la Ley de Amparo regula la suspensión: “Se considera, entre otros casos, que se siguen perjuicios al interés social, o se contravienen disposiciones de orden público, cuando, de concederse la suspensión… Se permita el incumplimiento de las órdenes militares que tengan como finalidad la defensa de la integridad territorial, la independencia de la República, la soberanía y la seguridad nacional y el auxilio a la población civil, siempre que el cumplimiento y ejecución de aquéllas órdenes estén dirigidas a quienes pertenecen al régimen castrense”.

Mientras que el artículo 129 de la Constitución Federal dispone: “En tiempo de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.”

En tanto que la Ley de Seguridad Nacional señala en sus artículos 3, 5, 6, 12, 29, 37, 43, 50, 56, 61, y demás relativos: lo que se entiende por seguridad nacional, la integración de un consejo de seguridad nacional, los procedimientos que deben de seguirse, el control jurisdiccional sobre ese consejo, la supervisión legislativa sobre ese consejo.

Y todo lo anterior no se ha satisfecho, ni será legal colgarle a la obra pública del tren maya el san Benito de “seguridad nacional”.

En México no debe imperar la ley de la selva. Frenemos al salvaje. La ley está por encima del presidente.



 

lunes, 18 de julio de 2022

LOGOS

Benito Juárez

LOS IMITADORES SON GROTESCOS

        El hecho histórico es que el presidente Benito Juárez murió cerca de las 5 de la mañana del día 18 de julio de 1872, teniendo una larga y dolorosa agonía.

        Y hasta el último momento estuvo consciente, pues no se daba por vencido, responsabilizándose del poder hasta el último segundo.

        Ecuánime como era él, recibía informes y deba instrucciones a sus colaboradores respecto a los graves problemas que se vivían.

        Constantemente recibía en su pecho desnudo, por parte del médico que lo atendía, paños metidos en agua hirviendo que lo quemaban, pero lo sostenían en vida.

        Al exterior de su habitación en Palacio Nacional se desmentía la gravedad de su mal, diagnosticado como “angina de pecho”.

        A la media noche, antes de fallecer, recibió a un ministro, y después a un general. No quiso atenderlos postrado, sino con la formalidad de su vestimenta ordinaria.

        Después regresó a su duro tratamiento.

Al doctor le había pedido, horas antes, que con franqueza le dijera cuál era su condición. La sincera opinión del profesionista no se hizo esperar.

Así que el presidente decidió ya no recibir a nadie más, para dedicarse por entero al asunto personal de mayor importancia: morir.

Y al morir, desaparecieron todos sus enemigos.

Al escuchar las descargas de los cañones rindiendo honores al gran muerto, todos le alabaron sin rencilla alguna.

Eso forma parte de la condición humana.

Pero pronto se dio la lucha por el poder. De inmediato ocupó la presidencia el Abogado Sebastián Lerdo de Tejada, estando en la presidencia hasta el 1876. Se lanzó a la reelección, chocando con el General Porfirio Díaz. La Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación anuló el triunfo de Lerdo de Tejada, calificándolo de “un golpe de estado”, y tomando el poder por algunos días el presidente de la Corte José María Iglesias, por mandato de ley, interinamente.

Porfirio Díaz ganó el poder en 1876, ejerciéndolo, directa o indirectamente, por más de 34 años, a pesar de que su campaña tenía como lema: “Sufragio Efectivo. No Reelección”.

Juárez fue un presidente que siempre respeto el derecho. Escogió colaboradores más preparados que él y los dejó que con plena libertad ejercieran sus atribuciones. Fue inquebrantable en su proyecto de unir a los mexicanos, siendo respetuoso con sus adversarios. Encabezó la generación creadora del moderno Estado Mexicano: el Estado Civil y Laico; antes México era estado eclesiástico. Su humanismo estuvo siempre por encima de su condición indígena, el derecho se aplicaba igual para todos. Su inteligencia y perseverancia motivaron la caída de dos emperadores: Maximiliano y Napoleón III. Pastor de palabras exactas, breves y veraces; no fue mentiroso. Excelente estudiante, destacado abogado, presidente ejemplar. Recibió muchas injurias; jamás respondió a ellas ni injurió a nadie.

Ningún humano es perfecto; pero “el príncipe de la palabra”, Jesús Urueta (1867-1920), mexicano de Chihuahua, quien nunca leía discursos, sino siempre improvisaba, al pronunciar su disertación en recuerdo de Juárez en la CDMX el 18 de julio de 1901 afirmó: “Esta fecha no es una fecha de duelo colectivo, sino de universal regocijo… no es el día de la muerte, es, señores, el día de la resurrección… El versículo de la Sulamita es eternamente cierto, el amor triunfa sobre la muerte. Benito Juárez no está bajo su lápida mortuoria convertido en ceniza, está dentro de nuestras almas convertido en idea, en sentimiento, en aspiración… Juárez en su ataúd, descansaba. Se le creía muerto. Ahí acudieron sus discípulos de patriotismo y de infortunio, y en vez de sentir la dolorosa agonía de la esperanza, sintieron brotar en sus almas una esperanza nueva… Entonces, fue cuando Guillermo Prieto, infundiendo en la frase toda la fuerza vital de su infinito anhelo gritó: De pie señor, de pie, a ese grito poderoso como un conjuro se hizo el milagro, el muerto sacudió el sudario y se puso de pie en la conciencia nacional.”

La retórica literaria también es realidad.

Juárez, como todo humano, es único e irrepetible. Sus imitadores siempre resultarán grotescos.



lunes, 11 de julio de 2022

LOGOS 

Día del Abogado

SU SERVIDUMBRE ES SU GRANDEZA

        En nuestro país, el Día del Abogado se instituyó por decreto presidencial el 12 de julio del 1960.

        Así lo dispuso el presidente Adolfo López Mateos, y encargó de su organización al Abogado Federico Bracamontes, por aquel entonces director del Diario de México.

        En Jalisco, en el paraninfo de la Universidad de Guadalajara, este año 2022, a las 12:30 horas del 12 de julio, se llevará a cabo la sexagésima segunda ceremonia nacional, dedicada a quienes con servidumbre generan la grandeza de esta noble profesión.

        Cuatro abogados michoacanos serán reconocidos en ese acto: la juez Martha Nereyda Murillo Orozco, en la delicada área de la judicatura, profesionista capaz, trabajadora y honorable; la maestra Karla Barragán Díaz, en la importante área académica, destacando su calificada labor profesional, atingente y puntual, en la Facultad de Derecho de la UMSNH; el Abogado Fabián Pérez Maldonado, en el área de la postulancia, siendo sobresaliente en el pleno ejercicio de su profesionalismo y talento; Teodoro Barajas Rodríguez, quien con maestría e inteligencia ha sido relevante en la administración de la cultura, en diferentes niveles gubernativos.

        Entre tantas malas noticias que parecen ahogar a nuestra nación y a nuestra entidad federativa, ésta es una estimulante información que nos reconforta.

        El bien merecido reconocimiento a los cuatro compañeros michoacanos, nacionalmente, debe ir acompañado de nuestros parabienes, pues ellos representan apropiadamente al actual foro de abogados de nuestra entidad federativa.

        Hubo tiempos, de los cuales nos platica el decano del Colegio de Abogados de Madrid, Ángel Ossorio (1873-1946), en su libro El alma de la toga, que había críticas injustas, cuando un Abogado recibía justos honores profesionales; a ellos les recomendaba: “debajo de la toga hay que llevar coraza”.

        Por fortuna, esas épocas y malas costumbres han quedado superadas, la luz del entendimiento y la generosidad profesional rigen, hoy por hoy, el pensar, expresar y hacer, de los Abogados de este siglo XXI, centuria que transcurre tan azarosa, pero tan llena de esperanza.

        Recordemos que no hay crepúsculos, a los que el tiempo haya dejado sin auroras.

“Cosmos” es un hermoso concepto. Su origen griego significa orden. Sin orden habría caos y, en estas perturbaciones extremas, no hay lugar al humanismo ni a la libertad ni a la democracia, ni a la igualdad ni menos a la justicia.

        Los seres humanos de frente a todo el cosmos (en nuestra finitud significada o insignificante) somos producto de ese orden, y formamos parte de él.

        Los primeros homínidos, nuestros más remotos antepasados, acecharon el ordenado desarrollo de la vida vegetal, el concierto en el comportamiento de los animales, y la armoniosa caminata de los astros en el cielo.

        Por instinto, primero, y después con primitivismo reflexivo, el homo sapiens imitó, con variadas ventajas sucesivas ese orden natural.

        Esa es la profunda raíz de lo que más tarde (desde el siglo X antes de nuestra era) los griegos llamaron “nomos”; o sea, las normas o las leyes que dirigen la conducta de mujeres y hombres.

        Con el paso de la experiencia, el Abogado actual debe de tomar de sus raíces su desarrollo futuro. Sin servidumbre humanista no habrá grandeza humana posible.

 

LOGOS

Luis Echeverría Álvarez

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?

        John Donne (1572-1631), primero católico y después anglicano, uno de los grandes oradores londinenses, en uno de sus profundos sermones poco antes de morir dijo: “Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo; todo hombre es parte del continente, parte del todo. Si una porción de tierra fuera desgajada por el mar, Europa entera se vería menguada, como ocurriría con un promontorio, con la casa de tu amigo o la tuya: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad; así, nunca pidas a alguien que pregunte, por quién doblen las campanas; están doblando por ti.”

        Luis Echeverría Álvarez fue presidente de los Estados Unidos Mexicanos de 1970 a 1976, y hace días murió teniendo la edad de 100 años y casi 6 meses.

        Ni duda cabe que fue un presidente poderoso, de sueños populistas, el más trabajador de los presidentes del siglo XX y lo que va del siglo XXI, un dínamo de actividad inusitada, mañana, tarde y noche, en todo el territorio nacional y fuera de él.

        Nadie puede acusarlo de flojera; y el que es prolijo en el hacer, suele equivocarse en abundancia. Nunca estuvo quieto ni cansado, y era agresivo en la lucha contra los extremos, aunque éstos formaran parte de su personalidad, lo que le ocasionaba contradicciones profundas y ocultas.

        Era un emprendedor nervioso, pero con una quieta vista de observador. Atento escucha, con una mirada perdida. Del extremo silencio al que por burocráticos años estuvo confinado, pasó al verbalismo extremo esgrimido en el ejercicio de su poder. Transcurría de la serenidad profunda a la explosiva carcajada de su rostro.

        Echeverría, como presidente, quedó seducido por un grupo de jóvenes de palabra fácil y sugestiva, pero de inexperiencia atroz y aventurera.

        Llegó a hablar en demasía del contraste existente entre los ricos y los pobres; y dentro de los pliegues de su alma sacó un escondido y extravagante deliro: reformar a los ricos a través de prédicas belicosas.

        Los ricos en respuesta le impusieron la humillación de severos castigos, que supo soportarlos con gran dignidad, pero llevó al pueblo al sufrimiento, pasando de ser populista, a ser antipopular.

        Tuvo una terca inclinación por hacer siempre lo desusual. Si antes el presidente iba en automóvil de lujo, Echeverría iba a pie. Si antes el presidente leía, en su mandato siempre improvisaba. Si antes el presidente cuidaba su vestir, el se presentaba en guayabera hasta en ceremonias tradicionalmente formales. Si antes en las comidas oficiales se daban vinos, él daba aguas frescas de sabor. Si antes la sucesión presidencial se hacía en forma discreta, el dispuso que se abriera el telón para que todo el pueblo viera.

        Fue Echeverría un predicador encolerizado, lanzó mensajes de fondo asertivo, pero en su mayoría ineficaces por la ausencia de aplicabilidad práctica, o por la desacertada ineficacia de su instrumentación.

        Todos los presidentes de México han tenido sus luces y sus sombras, y son producto de la realidad nacional, la que hace más efecto en ellos, que ellos en ella.

        Poco antes de dejar el poder Echeverría, afirmó: “Hay siempre en la naturaleza humana, un sentimiento de soledad”.

        Su lema fue: “¡Arriba y adelante!”; y hoy sabemos que eso de “arriba” no fue tan alto, y que eso de “adelante” no fue tan lejos.

        El actual presidente de México, afín caricatura del presidente Echeverría, a la muerte de éste, y siendo el pasado domingo día de la oración por la paz, debió preguntarse: “Por quién doblan las campanas”, y quizá responder: “están doblando por mí”.

 


lunes, 4 de julio de 2022

LOGOS

Dos Bocas

Y MÁS DE UN CENTENAR DE MENTIRAS

        Recientemente, en la Inauguración de la Refinería “Olmeca” en el Puerto de Dos Bocas, hicieron uso de la palabra el gobernador de Tabasco, el director de PEMEX, el director de CFE, la secretaria de Energía, y el presidente de México.

        Desde luego que se dijeron algunas verdades, enteras o a medias, pero todos los oradores participantes se pronunciaron más a favor de las mentiras.

        Obvio que la figura presidencial fue la destacada en todo.

        Se programó, dicha refinería, para que costara (inicialmente en el año 2018) 8 mil millones de dólares.

        Ahora, en la supuesta inauguración (julio del 2022) se ha gastado 18 mil millones de dólares.

        Y aún no refinará petróleo, para obtener dísel, gasolinas, gas y combustóleo. No existiendo fecha fija para esa producción.

        Sin embargo, asegura el presidente que esto nos hará autosuficientes, y serán del “pueblo” todas las refinerías.

        Aunque ahí mismo, en esa ceremonia en donde se inauguró lo poco inaugurable, se firmaron convenios con varias compañías extranjeras, en donde PEMEX y CFE tienen exclusivamente el 10% o el 15% de las acciones.

        Eso no es autosuficiencia, ya que dependeremos por mucho tiempo de esas compañías internacionales.

        Parece que dejamos a las empresas españolas (sin contaminación) para caer en manos de las estadunidenses (con contaminación). Del sartén saltamos hacia las brasas.

        Nuestros productos de refinación (con la participación extranjera) cuando los tengamos, serán sólo dirigidos al consumo interno; bienes ya transformados en nuestras 8 refinerías, incluyendo la de Dos Bocas y la que se compró hace poco en EU, y que aún no se paga totalmente, nos dará sólo el porcentaje de nuestras acciones

        Y nuestra soñada autosuficiencia será un buen propósito, pero no una realidad.

        La verdad es que en Dos Bocas se tienen trabajando a 25 mil 500 seres humanos; pero, cuando se termine, ya sea en el año 2024, 2026, o en el 2030, la refinería ocupara nada más 1 mil 500 trabajadores.

        Así que desde ahora hay que proyectar en dónde se van a ocupar los 24 mil obreros restantes.

        Pero la retórica del presidente autócrata se recalentó y dijo: “Nuestra autosuficiencia mexicana debemos llevarla a todo. Debemos ser autosuficientes en alimentos, no sólo del campo, sino industrializarlos. Todo tenemos que producirlo.”

        Se oye bien como intención ingenua, que nos conduciría a aislarnos totalmente del mundo. No habría comercio internacional, sólo nacional. No existiría la libre concurrencia y, al final, buscando ser fuertes, lograríamos ser más débiles.

        Y al hervir el cerebro del máximo líder, éste aseguró: “En 2024 se harán ciertos, totalmente, los derechos a la salud y a la educación plena en todo el país.”

        Más con esa acalenturada oratoria afirmó: “en lo que resta de mi gobierno habremos plantado 1 un mil 80 millones de árboles”, cuando nuestro territorio sólo tiene 2 millones de kilómetros cuadrados, y 130 millones de habitantes.

        Decir mentiras no aporta nada bueno. “Los programas sociales atrevidos” no deben ser del pico para fuera. La acción verdadera, y discreta, es la mejor política.