lunes, 30 de septiembre de 2019


LOGOS
Aeropuerto Santa Lucía
AMLO VIOLA LA SEGURIDAD NACIONAL
        El juicio de amparo mexicano tiene su raíz en las necesidades jurídicas que vivieron nuestros antepasados desde el inicio de nuestra vida independiente como país (27 septiembre 1821), hasta que se estableció el 21 de mayo de 1847 en el Acta de Reformas a la Constitución de 1824.
        Dos ilustres juristas mexicanos, entre otros, fueron sus precursores: el yucateco Manuel Crescencio García Rejón (1799-1849) y el jalisciense Mariano Otero y Mestas (1817-1850).
        Nuestro amparo, de más de 172 años, ha cambiado pertinentemente como la mayoría de las instituciones nacionales valiosas, pero dialécticamente es el mismo.
        Si la vida cambia, tiene que cambiar nuestro sistema jurídico.
        El conjunto de necesidades individuo-sociales motivan, siempre, cambios  normativos jurídicos para instituciones imprescindibles.
        Los juicios de amparo están a cargo del Poder Judicial Federal, a través del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, o de sus dos Salas, o de sus Tribunales Colegiados de Circuito, o de sus Jueces de Distrito (y en excepciones de sus Tribunales Unitarios), quienes, previa demanda de persona que sienta violados, o en vías de que le afecten, sus derechos humanos garantizados por nuestra Carta Magna, nos amparan y protegen con la Justicia de la Unión.
        Nadie puede ni debe violar nuestros derechos humanos: a no ser esclavos, ni discriminados, a educación gratuita y de calidad impartida por el Estado, a proteger nuestra familia y domicilio, a la  igualdad entre mujer y hombre, a sana alimentación, a un medio ambiente benéfico, a vivienda digna y decorosa, protección a la niñez, acceso a la cultura y salud, derecho al trabajo, a manifestar ideas, a la información, libertad de escribir y publicar, derecho a pedir, a asociarse y reunirse, libertad de tránsito, protección a la vida, libertad, justicia pronta e imparcial, entre muchos otros derechos.
        Nuestra Ley de Seguridad Nacional (artículo 4o) tiene como uno de sus principios: "cuidar los derechos fundamentales de toda persona", y en su artículo 5o (en sus XII fracciones) indica cuáles son las amenazas a la seguridad nacional, y aunque en la fracción VI establece los "actos contra la seguridad de la aviación", es en casos de "espionaje, sabotaje, terrorismo, rebelión, traición a la patria, genocidio y contra los Estados Unidos Mexicanos", pero no por solicitar el amparo de la justicia federal por obras públicas de carácter civil que afecten derechos humanos.
        En el caso del aeropuerto militar de Santa Lucía, el órgano jurisdiccional de amparo que conoce de los juicios de garantías, seguramente acumulados, debe distinguir entre otras cosas, con pruebas contundentes, cuál es el aeropuerto militar, y cuál es el nuevo aeropuerto internacional para transporte civil a construir, porque no puede ese aeropuerto civil y militar al mismo tiempo.
        De serlo, es el propio presidente AMLO, con su proyecto impreciso, quien afecta la seguridad nacional.
        Y si modificaran la ley a modo para los casos de los amparos con suspensión definitiva, no la podrían aplicar retroactivamente en perjuicio de persona alguna.
        No cabe duda, quien ejerce el poder con ignorancia, siempre enreda las cosas.

lunes, 23 de septiembre de 2019


LOGOS
Llueva, truene o relampaguee
EL TREN VA, AUNQUE NOS ATROPELLE
        Algo de la esencia de lo mexicano lo describió muy bien Chavela Vargas cuando le preguntaron: "¿De dónde es usted?"; y ella contestó: "Soy de México". "Pero se dice que usted nació en Costa Rica", señaló el preguntón; concluyendo lapidariamente Chavela: "Soy de México, y los mexicanos nacemos en donde nos da nuestra rechingada gana".
        Ese segmento de lo mexicano es un anarquismo popular que traemos atravesado, es una diabólica y a la vez santa voluntad. No es simple deseo, ni ganas sencillas. Es un grito de libertad salido de lo más profundo de un pueblo en constante mestizaje, mezcla dolorosa por su origen ignaro y abusivo.
        Así, y por ello, aspiramos a hacer, casi siempre, nuestra rechingada gana, ya para nacer o para morir, o para votar o para gobernar.
        Me concita este tipo de reflexiones la autocomplaciente, peligrosa y presumida, terquedad del presidente Andrés Manuel López Obrador: "Llueva, truene o relampaguee, el tren maya va, porque va"; frase retadora expresada en una reunión en un hospital rural de Campeche, en donde sobrevino una lluvia torrencial, con un estruendoso relámpago que cimbró el lugar, y en donde segundos después AMLO hizo referencia: "esos son verdaderos fuegos artificiales, fuegos naturales".
        Y ese testarudo presidente, impertinente al improvisar, tuvo en ese momento ideas gratas que expresó con error, como ya es su costumbre.
        Esa estridente descarga eléctrica, y las que le siguieron en ese lapso vivido, no son "verdaderos fuegos artificiales", como AMLO lo aseguró, ni siquiera son "fuegos naturales", ese fenómeno físico es otra cosa.
        Obvio que, a veces, sus metáforas y su fraseología populachera producen irrelevantes equívocos; pero en asuntos de mayor interés para el país, sus improvisaciones generadas por un irascible autoritarismo, muy íntimo, colocan a México en zona de peligro.
        ¿Qué es urgente invertir en el desarrollo del sudeste mexicano?
La respuesta de todos es: Sí.
        ¿Qué una de las opciones es un tren que realice un periplo turístico por varios estados de aquella región? La respuesta de la mayoría es: Puede ser.
        Pero si al presidente se le pide que haga públicos todos los estudios sustentables para esa obra, lo más probable es que sólo encontremos una irresponsable improvisación, fundada en "Va porque va", aunque truene, llueva o relampaguee.
        Y AMLO aplica la misma rústica retórica respecto a la salud, la educación, y el alza al salario, sin estudios que lo sustenten, a ojo de buen cubero, por su sentimentalismo frente a una necesidad real, y porque le da la gana.
        Todos los mexicanos deseamos una educación de calidad y gratuita de CENDI a doctorado. No hay nadie que no quiera tener un servicio de salud excelente, pleno y gratis. Ansiamos un salario superior al de EU, Suecia y Alemania.
        Pero lo anterior se logra con mucho trabajo productivo de todos, aparte de que los gobernantes no roben, con una superior forma de organización para producir cosas de calidad en cantidad, de consumo interno y para exportación, pero con una distribución justa de lo producido.
        Es decir, que nadie obtenga 100 mil millones de dólares, mientras otros sólo ganen diariamente, si bien les va, 102 pesos con 68 ocho centavos.

jueves, 19 de septiembre de 2019


LOGOS
Septiembre patriótico
MUCHEDUMBRE INSURGENTE
        Nunca es demasiado tarde para precisar algunos hechos históricos.
        El llamado "Grito de Dolores", ni fue grito ni lo dio Dolores; y equívocamente se reproduce año tras año, desde hace cerca de siglo y medio, a las 22 ó 23 horas de cada día 15 de septiembre, usando las sombras de la noche con fines de diversas índoles.
        A decir verdad, Don Miguel Hidalgo y Costilla, bien designado Padre de la Patria, no dio ningún grito ni el 15 ni el 16 de septiembre del año 1810, o al menos no fue registrado ningún alarido dado por él, ya que ninguno de los testigos de esos turbulentos días lo registra.
        Coinciden en sus declaraciones Hidalgo, Allende y Aldama, una vez que fueron aprehendidos en 1811, al reconocer que a las 5 de la mañana del 16 de septiembre del 1810, "Hidalgo a la cabeza de un grupo de insurrectos desembocó en el atrio de la iglesia de la población de Dolores".
        Y ahí, convocando a los feligreses a misa, bajo el recurso de que era día domingo, pudo reunir a una "muchedumbre en pocas horas, arengándola con razonamientos", no con gritos, ni menos con un solo grito.
        La gente reunida no sólo era de Dolores, sino de las rancherías circunvecinas, y explicó que "El movimiento que hemos iniciado tiene por objeto el derribar al mal gobierno… quitando el poder a los españoles que han entregado el reino a los franceses… en adelante no pagarán ningún tributo, y todo el que se aliste en las filas llevando consigo armas y  caballo se le pagará un peso diario, y la mitad a quien se presente a pié".
        Mandó que fueran a la cárcel, y dieran libertad a los presos, aceptando que participaran en la lucha insurgente; disponiendo, también, que fueran a la casa de cada uno de los gachupines de la población, y los aprehendieran.
        19 ricos y poderosos españoles fueron llevados ante Hidalgo. José María Liceaga elaboró la lista de ellos, entre otros: "Don Ignacio Díez Cortina, Don Francisco Santelices, Don José Antonio Larrinúa, Don Toribio Casillas, Don Francisco Irigoyen…"
        Esos gachupines personificaban el poder en toda la región, ante ellos la gente bajaba la vista, les cedía la banqueta, los obedecía; eran los Señores, el "Don" prefijaba su nombre y su dignidad.
        Y el que esas eminencias fueran amarradas, humilladas, degradadas, ante esa muchedumbre sorprendida que observó, además, que esos señorones estaban a disposición, ahora, de Don Miguel Hidalgo y Costilla, el cura del pueblo, éste, de inmediato, bajo el asombro de todos, concentró el poder. Y ese poder transformó a Hidalgo.
        Llegó a tener en su mando cerca de 100 mil personas, que nunca constituyeron un ejército, pero sí formaron una gran y heroica muchedumbre. Familias enteras lo siguieron, con niños y ancianos, con el metate, con el perro, con los marranos y las cabras, la cobija.
        Sus ideales fueron, para aquel tiempo, bellos y peligrosos sueños.
        Recordaré cuatro: independencia de la Nueva España en relación a la Corona Española, abolición de la esclavitud, supresión de castas, y reintegración de tierras a los indígenas.
        Todo eso nunca fue ni será producto de muchedumbres. Los seres humanos unidos, conscientes y preparados, son el motor de la Historia.

martes, 10 de septiembre de 2019


LOGOS
AMLO, Yeidckol y Porfirio
REMEDIOS Y VENENOS
        Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, como todo ser humano, tiene defectos y virtudes, y con el paso del tiempo se le notan más las fallas.
        Llegó como un buen remedio, hace más de un año, a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión; pero se fue de ese cargo, hace unos días, en calidad de veneno.
        No hay que olvidar que tiene contraindicaciones todo medicamento, y que de tanto uso se vuelve tóxico.
        Renunció (obligado por sus opositores y sus apoyadores) discurseando su propio epitafio: "Puedes tener el poder y no pasar a la historia, se puede pasar a la historia sin tener el poder".
        En esa historia sin "H" mayúscula, que puede ser sinónimo de historieta, hay muchas otras opciones que se actualizan cuando sin percatarse de que un micrófono está abierto se dice en una frustrada intimidad a los representantes populares: "Chinguen a su madre, ¡qué manera de legislar!", segundo después de haberlos alabado.
        Así, la rabia revela la verdadera calidad del cerebro, mostrando el veneno de una lengua, y la incongruencia del sistema nervioso.
        Mientras el coordinador de los diputados morenistas, Mario Delgado Carrillo, con chusco acierto, se dibujó a sí mismo, y pintó de cuerpo entero al actual diputado Porfirio: "eres el Batman de la democracia".
        Otra distinguida precursora de los cambios (supuestamente transformadores) es Citlali Ibáñez Camacho, alias Yeidckol Polevnsky Gurwitz, a la sazón presidente de MORENA, quien también tiene sus pros y sus contras.
        En razón de sus fortalezas llegó a presidir algo que no es ni movimiento ni partido, sino que es solamente un individuo llamado Andrés Manuel López Obrador, quien por innumerables motivos sumó, en derredor de su terco empeño, la cantidad de votos suficientes para ser presidente de México.
        Ese es un fenómeno político digno de estudio científico, ya que desquebrajó a la plataforma de los partidos políticos tradicionales del país, ya de suyo en desgaste; empero, ese mismo individuo acuerpado con sólo la forma de partido político, al ganar, quedó sin más sustento que él mismo, y con un buen margen de simpatía popular, de naturaleza volátil.
        El individuo AMLO se fue de presidente de todos los mexicanos, y Yeidckol se quedó a presidir una nada, con todo tipo de sombras ambiciosas, deformadas de tanto transitar por partidos políticos de diversos signos, auto cegados en su impresión sobre el individuo AMLO, convertido en su amo.
        El remedio Yeidckol para una situación tan sui generis se ha convertido en ponzoña; mal que, ligado con otros peores, motivó que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador dijera amenazante: "Yo, si el partido que fundé, Morena, se echara a perder, renunciaría a él".
        Y en angustia de viuda, de inmediato, Yeidckol gritó desaforada: "Si AMLO se va de Morena, me iría atrás de él", sin percatarse de los efectos de su propia conducta infectada.
        Aún así, AMLO asegura: "No hay grupo opositor que ponga en jaque al gobierno"; cuando él y su gabinete, que entraron como medicina para aliviar un mal, se han ido convirtiendo en veneno.

lunes, 2 de septiembre de 2019


LOGOS
Tercer Informe; lo mismo
REALIDAD NACIONAL; LA MISMA
        Todo cambia en un universo dialéctico como el nuestro; México está cambiando segundo a segundo, como cada uno de los mexicanos.
        Pero hay de cambios a cambios, y el cambio también cambia; en ocasiones tan lentamente que no se nota, generando un desarrollo en todo y, a veces, quiebra el rumbo y la esencia, para provocar una transformación drástica.
        Además, hay cambios para mal, y cambios para bien, según la perspectiva de los beneficiados, o la vista de conciencias preparadas y honestas.
        Con esos conceptos de fondo, analizaré, en brevísimo resumen, el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional el 1 de septiembre en 2019, dando su tercer informe.
        Informó "al pueblo de México", pero sin pueblo; y faltó a su deber constitucional con el Congreso de la Unión.
        Igual que los presidentes próximo anteriores, dijo su discurso en palacio ante sus exclusivos invitados. El ligero cambio es que el Palacio Nacional ahora es su casa habitación.
        Otra diferencia es que sin cumplir formalmente un año como presidente, AMLO lleva al menos tres informes. De seguir esta moda, terminará su periodo con 18 informes, mínimo.
        Informó: "Estamos transitando hacia una verdadera democracia". ¿Habrá democracias verdaderas y falsas? La democracia, o es democracia, o no lo es, y tiene como todas las cosas, su inicio y su final.
        En casi todos los informes presidenciales del siglo XX y lo vivido del XXI, hemos escuchado: "Respeto a los otros poderes y a las instituciones", "Un progreso sin justicia es inviable", "La honestidad y austeridad deben convertirse en nuestra forma de vida", "La deshonestidad de los gobernantes es lo que más ha dañado a México", "Acabar con la corrupción y la impunidad es la principal obra del gobierno", "Nada de condonar impuestos a las grandes empresas", "En compras del gobierno hemos ahorrado miles de millones de pesos", "Los lujos y dispendios llegaron a su fin", "He reducido considerablemente los pagos por publicidad", "Crecimiento económico, sí, pero con distribución justa de la riqueza".
        Y en todos esos hermosos informes presidenciales hemos oído: "Las remesas de los migrantes aumentaron", "tenemos un superávit… no al aumento de impuestos… el peso mexicano ha resistido… la bolsa de valores está estable… tenemos finanzas públicas sanas… logramos el bienestar del pueblo… sin justicia no hay seguridad ni paz… Es mucho lo alcanzado, pues hemos hecho lo nunca visto en la historia de México".
        Así, ese tercer informe de AMLO es lo mismo que todos los demás informes de sus predecesores.
        Mientras, la realidad nacional persiste en ser la misma, con todas las cosas buenas que tiene y con todas las malas que padecemos.
        Y la gente ve que los conservadores de hoy (queriendo conservar su riqueza o su poder, juntos o desavenidos) no están derrotados ni moralmente, puesto que siguen en el poder con una felicidad tan feliz como ofensiva.