La cultura
occidental con su calendario gregoriano de 1582, promovido por el Papa Gregorio
XIII a través de la Bula Inter Gravissimas, impuso a este año viejo que termina
el número 2012, y al nuevo que advendrá le ha tocado en consecuencia el dígito
2013.
Del año en agonía
entresaco el tema a tratar en este artículo: la dolorosa tragedia acaecida en
Newtown, Connecticut, Estados Unidos de América, en donde un joven de 20 años,
Adam Lanza, asesina a su madre Nancy, para después ir a la escuela primaria
Sandy Hook y ahí matar con armas de alto poder a 26 personas, para luego
suicidarse.
Ese hecho no es
aislado. Serialmente esos dramas vienen presentándose con mayor calvario y
frecuencia en las poblaciones estadunidenses, a grado de que el Presidente
Obama con voz quebrada y asomo de lágrimas articuló: "Ya no podemos
tolerar esto. Estas tragedias deben terminar y, para terminarlas, debemos
cambiar... Causas complejas tiene la violencia en los Estados Unidos, pero no
podemos aceptarla como rutinaria... Voy a usar los poderes de mi cargo para
ayudar a prevenir más tragedias como ésta... Examinemos nuestra cultura, que
glorifica las armas y la violencia".
Realmente esa
cultura gringa tiene más de mercantil que de jurídica. La Segunda Enmienda
Constitucional en EU, siendo un derecho humano indiscutible en teoría, es en la
práctica una alcahueta eficaz para los protegidos mercaderes de la guerra, la
violencia, y la muerte. Cientos de miles de millones de dólares les genera al
año esa industria bélica.
Y el sueño americano
es que esas ganancias exorbitantes no tengan efectos negativos en su contra,
aunque ensangrienten a cualquier otro país.
Impávidos, esos
yanquis pueden matar a millones de alemanes, japoneses, chinos, coreanos,
vietnamitas, afganos, iraquíes, panameños, cubanos, chilenos, o mexicanos, a
bayonetazos o con bomba atómica, pero les duele mucho ver a un soldado gringo
muerto en guerra. Su egoísmo es brutal, su egocentrismo enfermizo.
Tienen los
estadunidenses, claro, sus cualidades como sociedad y como individuos; empero,
deben saber que, como en la física cuántica explicada por Niels Bohr:
"Cuando dos o más partículas han constituido un mismo fenómeno global, al
haber interactuado, ambas están mutuamente entrelazadas, por más que se
separen". Einstein le llamaba a eso "fantasmagórica acción a
distancia".
Así, todo lo que sea
compraventa de armas para el mercado interno con supuesto derecho humano de
defensa, o para el mercado internacional a efecto de provocar o sostener una
guerra allende sus fronteras, forma un mismo fenómeno global, interactuando
entrelazadamente, sin poder separarse jamás.
Pronto, de seguir
belicosos en el exterior, haciéndose más ricos con las armas que venden a otras
naciones, provocarán enfermedades psíquicas en su población, las que derivarán
en violencia y muerte.