miércoles, 12 de diciembre de 2012

Muertes Perturbadoras JOHN LENNON Y JUAN LEMUS

   32 años se han cumplido desde el asesinato, a tiros, del ex Beatle John Lennon. En todo el mundo honraron su recuerdo. Mark Chapman, el homicida confeso, era su ferviente admirador, y gran parte de su vida se la pasó imitando a su víctima: el peinado, los lentes, la ropa, la voz, y todos los demás etcéteras.
   Cuando John Lennon y Yoko Ono estaban por entrar en su casa, el asesino, falso Lennon, a cincuenta centímetros de distancia pensó que se miraba frente a un espejo y se preguntó a sí mismo: "¿Mr. Lennon?", y después de escuchar el "sí" ajeno, y su "sí" propio, descargó los cinco tiros de su pistola.
   El homicida dijo, según su primera declaración: "cometí un suicidio", argumentando que él era John Lennon.
   Las locuras de ese tiempo llegaron hasta ese extremo; sin embargo, desde entonces, ya no existe aquella nariz afilada en donde cabalgaron esos diminutos y redondos lentes. No existe ya ese cerebro acompasado por el ritmo, y ya no descienden hasta aquellas manos largas las notas musicales atractivas escritas en pentagramas extravagantes.
   Lennon murió hace 32 años, y con él murió su talento creativo, ambicioso, comerciante, amasador de fortuna, y pacifista ortodoxo. Mi generación quedó marcada por ese compás británico, melódico, penetrante y arrobador.
   A su muerte, en diciembre del año 1980, publique un artículo para el periódico EXCÉLSIOR en donde escribí sobre dos muertes que se suscitaron el mismo día: la de John Lennon y la de Juan Lemus.
   El primero, Lennon, sigue siendo conocido por todo el mundo, y prosigue recibiendo homenajes merecidos. El segundo, Juan Lemus, desconocido el día de su muerte, más desconocido resulta ahora, a finales del 2012.
   Lemus se precipitó desde un octavo piso en construcción. Sus compañeros albañiles dijeron que estaba desesperado, y que dentro de su retardo mental deseaba suicidarse.
   La edad de Juan era de trece años. A esa edad debía estar en la escuela cursando los primeros años de su enseñanza media; pero no, su padre, jornalero en el campo, con una familia numerosa y un ingreso de miseria, tuvo que colocar a su hijo mayor en la gran Ciudad de México, como aprendiz de albañil.
   Desde que Juan nació en aquel hogar humilde padeció de problemas nerviosos. Sus dificultades se agravaron en un medio tan ajeno como hostil, y después de trabajar durante algunos meses jornadas de más de diez horas, al margen de la legislación laboral, explotado por contratistas millonarios e infames, decidió quitarse la vida.
   Claro que ningún medio de información se ocupó de la muerte de Juan Lemus, ya que estaban demasiado ocupados dando cuenta del asesinato de John Lennon, tan mercantilmente manipulados y manipuladores como ahora.
   El ingeniero residente de la obra reportó aquella muerte como un "accidente". Los albañiles en sus pláticas lo calificaron de suicidio. Yo sigo creyendo que fue un asesinato: lo asesino nuestro sistema socioeconómico.