Por ejemplo, recién acaba de
expresar el Presidente Barack Obama que en los Estados Unidos de América se
deberá aumentar los impuestos a los ricos. Y en cambio, en nuestro país, ya
verá Usted, querido lector, que al respecto a nadie en el gobierno mexicano se
le ocurrirá emular esta conducta fiscal.
Es más, en los EU esa idea ha nacido
de los verdaderamente ricos, de aquellos archimillonarios en dólares que son
publicitados en la Revista Forbes, como Bill Gates, dueño mayoritario de
Microsoft, quien, incluso, ha propuesto la donación de parte de su fortuna para
equilibrar los desajustes de la mala distribución de la riqueza.
Sin embargo, aquí, en México, no
hemos escuchado a ningún súper rico manifestar sus inquietudes de generosidad,
o al menos de justicia, o de inteligencia, ya que como en el conocido juego del
turista, si una de las partes gana todo se acaba totalmente el juego, y el
juego de la vida no puede terminar para todo el género humano.
Es necesario, por ende, para seguir
en ese juego de la economía real, que quien haya ganado tanto dinero, para
proseguir como ganador, entregue bienes y riqueza a los necesitados, en la
forma que sea, a efecto de que éstos puedan seguir comprando lo que él se
encarga de producir.
Obvio que no se puede cobrar más
impuestos ni a los pobres ni los miembros de la clase media, ni a aquellos que
no son dueños de medios de producción; y, por otra parte, sí debe cobrarse más
impuesto a todos los que siendo dueños de medios de producción obtengan
ganancias superiores a los 5 millones anuales de pesos.
Claro que el Presidente Obama,
respecto a su referida iniciativa, tiene en contra a los integrantes del
Partido Republicano, los que luchan para que a los inmensamente ricos no se les
cobren impuestos, y en cambio solicitan que a todos los que formen dentro de la
clase media se les haga soportar la mayor carga tributaria.
De que está complicado para el
proyecto de Obama no hay duda, pero al menos lo expresa, lo socializa
publicitándolo, y esto crea conciencia de la necesidad de una mejor
distribución de la riqueza.
Y
es que el "precipicio fiscal" en EU es verdaderamente grave, igual
que la urgente disminución del "déficit gubernativo".
Los
ajustes automáticos, naturales, e ideales, no forman parte de la realidad
actual, porque los problemas de qué hablamos tampoco son automáticos ni
naturales ni ideales, sino que son hechos ex profeso por la ambición humana.
Si
EU hace pagar a los ricos más impuestos, ¿por qué no lo hace México? Eso sí,
utilizando lo recaudado para generar riqueza con una mejor distribución.