lunes, 30 de marzo de 2020

LOGOS
Tiranos, dictadores, autócratas…
¿HACEDORES DE LA JUSTICIA?
                El coronavirus ha provocado una polvareda mundial, aterradora y espesa, que ha servido (entre otras cosas) para cubrir totalmente las estupideces de los gobernantes.
                Un ejemplo: el “accidente” del helicóptero donde perdieron la vida la gobernadora de Puebla Martha Erika Alonso y su esposo el senador Rafael Moreno Valle; caso no resuelto a fondo desde hace un año tres meses.
                Tras el biombo del coronavirus dan información tardía e incompleta. El secretario Javier Jiménez Espriú, que gusta de juegos de palabras, explicó ese hecho como “alabeo repentino hacia la izquierda… por dos tornillos sueltos”.
                O sea, el helicóptero se desplomó por eso; ya no fue “dios” el responsable justiciero, como lo denunció el actual gobernador Barbosa.
                Y… ¿no habrá responsabilidad en la tardanza explicativa, y en la maña de revelarlo cuando covid19 cubre todo?
                La gente pregunta, ¿quién quitó esos tornillos?, ¿quién ordenó que se quitaran? En ese helicóptero iban seres humanos.
                Otro ejemplo. La foto del presidente venezolano Nicolás Maduro, circulando por el mundo bajo texto y usanza del medio oeste americano del siglo XIX: “SE BUSCA, vivo o muerto, recompensa de 15 millones de dólares”.
                Y carteles con foto de sus cercanos colaboradores, en donde por cada cabeza pagan “10 millones de dólares”.
                Quien firma tan gansteriles avisos es la administración de justicia de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América.
                Los amos, con sus cazadores de recompensas, devastan la justicia y el derecho; instituciones y valores, éstos, que quedan a merced del poderoso, usando balas, bombas, daga, veneno, o quitando dos tornillos de un helicóptero.
                Al no cumplir las normas jurídicas, por falta de escrúpulos y ética, un presidente y su gobierno se tornan en una pandilla de asesinos.
                Permitir eso, ahora, nos conducirá, acaso, a la imbecilidad de que el presidente ruso Vladimir Putin oferte millones de dólares por la cabeza del presidente chino Xi Jinpink; o que éste haga similar ofrecimiento por la güera testa del presidente Donald Trump; o la presidente Ángela Merkel de Alemania entregue muchos euros por la vida del primer ministro británico Boris Johnson; o el presidente brasileño aporte tentadora cantidad en dólares a quien entregue vivo o muerto al presidente mexicano AMLO; y éste a otro, como una moda alocada y magnicida.
                ¿Está el mundo tan desatornillado como el helicóptero poblano?, ¿la paranoia y la esquizofrenia invadieron el cerebro de algunos jefes de estado?, ¿dónde quedó la sensatez?
                No permitamos las estulticias de jefes de estado, aunque las cubran con la pandemia de moda.
                Ojalá la reclusión voluntaria, por la pandemia, nos sirva para reflexionar, valorar, reacomodar y/o reconstruir, eso que llamamos derecho y justicia, instituciones que jamás pueden quedar en manos de un individuo, llámese López Obrador, Donald Trump, Nicolás Maduro, o Valdimir Putin.
                Del caso debe conocer la ONU. ¿Le está permitido al presidente de un país poner precio a la cabeza del presidente de otra nación?
       Exigimos que las reglas (nacionales o internacionales) del juego de la vida se acaten; y sólo cuando ya no respondan a la realidad ni den satisfacción a las necesidades actuales, o ya no satisfagan a una mayoría libre y debidamente informada, puedan cambiarse conforme los procedimientos y organismos que previamente se hayan establecido en esas mismas reglas de vida.
       Si alguien las incumple, debe responder ante los tribunales competentes, y éstos deben juzgar cada caso.
       Ni tiranos ni dictadores ni autócratas pueden ser hacedores de justicia. Que no le falten al respeto a la población integrada por seres humanos, al escudarse en una masa que eufemísticamente llaman “pueblo”, a la que intentan usar como títere.

lunes, 23 de marzo de 2020


LOGOS
Sobre pandemia y dinero
NO MIENTA, PRESIDENTE
                La pandemia del coronavirus le pegó muy duro a Italia y al Vaticano, sus fallecidos pasan de 4 mil 800, y tienen infectados y afectados a más de 6 mil 500, superando a China, la pionera en ese asunto.
                México en cambio ha sufrido, hasta el momento con ese covid19, la pérdida de 2 vidas, y 203 pacientes; pero, contra esa calamidad (minimizada oficialmente) la población civil empezó a tomar medidas preventivas aconsejadas desde Asia, Europa y por organismos internacionales de salud.
                Después, hubo gobiernos estatales que se adelantaron al gobierno federal promoviendo acciones provisoras ya iniciadas por los particulares.
                Y hoy todavía (al escribir estas líneas) el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue desatendiendo personalmente los tardíos lineamientos tomados por el sector salud del país, portando sus dos estampitas del sagrado corazón de Jesús, su billete de dos dólares y su trébol de cuatro hojas.
                Otro presidente López… Portillo, solía afirmar: “yo no soy supersticioso, pues serlo da mala suerte”.
                Mientras que Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente López Obrador, afirmó desde su cuenta de twitter: “Ojo con la información falsa. Falsos emisarios que no se identifiquen. No hagas caso a mensajes que no provienen de la fuente oficial.”
                Y si una de esas fuentes oficiales, el presidente AMLO, emisario identificado, nos asegura que contra ese virus basta con decir, portando sus tres amuletos: “Detente enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”; ese decir presidencial, ¿podemos calificarlo de información falsa?
                “No exageren sobre la pandemia, en México no la tenemos, y con esa exageración están afectando a la economía”, ratificó AMLO desde Oaxaca, en inicio de primavera y en homenaje a Benito Juárez.
                Así que en la visión del presidente AMLO, nuestro país está sin pandemia, y no la sufriremos, ya que es un mito de los “conservadores”.
                ¿Será que López Obrador asegura que los chinos, italianos, españoles, estadunidenses, con problema de coronavirus, son víctimas de los conservadores mexicanos?
                Si los jefes de estado de esas naciones analizaran esa declaración de AMLO, pensarían, acaso, que está haciendo guasa, o que ya su cerebro no le trabaja bien.
                Pero lo más seguro, es que en México tenemos muchos infectados y afectados de ese virus, pero no tenemos ni siquiera la capacidad de detectarlos, por carecer de tecnología e infraestructura para ello.
                Producimos tantos cadáveres, que 10, 100, o 1000 más, por ese covid19, da lo mismo, y pasan como otro más entre la bola de muertos por inseguridad y feminicidio.
                Y si hay tanto dinero en las arcas nacionales como afirma AMLO, porque no hace llegar los insumos básicos y medicinas al IMSS, ISSSTE, a la Secretaría de Salud.
                Soy un asegurado, e invitó al presidente para que él solo, de incógnito, visite la consulta externa, y la clínica que me toca, para que vea cómo laboran ahí cotidianamente.
                Mentir es malo, mentirse a sí mismo es peor, pero que nos mienta el presidente sobre la economía y la salud en este momento… no tiene nombre.

domingo, 15 de marzo de 2020

 
LOGOS
Tema de nuestro tiempo
 CORONAVIRUS Y EL PRESIDENTE
         En las calles, en los hogares, en los medios masivos de comunicación, en las escuelas, es decir, por doquier, todo mundo habla del coronavirus.
         Sólo al presidente Andrés Manuel López Obrador se le ocurre ordenar a sus colaboradores que “eviten pronunciarse” sobre ese virus que supera con mucho la supuesta popularidad de AMLO.
         No hay duda que ese patógeno ser, recién nacido en Wuham, ciudad de 11 millones de habitantes en la zona central de la República Popular China, se ha convertido en el tema de nuestro tiempo.
         Allá, en la confluencia de los ríos Yangtsé y Han, al parecer ya domesticaron a ese virus coronado, pagando una cuota alta de vidas humanas, y gastando millones de dólares.
         Acá, en este México, ya recibimos a ese agente acelular, infeccioso y microscópico, que sólo puede desarrollarse dentro de células de animales, vegetales, o bacterias.
         Y es tal la capacidad de ese virus para pegarse en células humanas, como tal ha sido la incapacidad de AMLO para reconocer su peligrosidad, y para buscar e implementar soluciones a sus efectos destructores.
         Eso, porque el presidente López Obrador concentró el poder en su persona, porque él es el único sabe todo y sabe de todo; y así, de inmediato calificó al coronavirus como invención de los neoliberales y conservadores. Y como el tío Lolo, se engaña solo.
         Y sus colaboradores, como fieles lacayos, le obedecen y le aplauden.
         Todos los mexicanos están hablando del coronavirus, relacionándolo con la insensatez de AMLO, observando que el presidente sólo sirve para hacer espectáculo teatral y verboso en sus falaces escenarios: los costosos mítines de acarreados, y la mañanera de Andrés Manuel.
         Cada tiempo, cada lugar y cada grupo humano, tiene su tema. A los 17 años leí, impulsado por mis maestros José Gaos (1900-1969), Eduardo Nicol (1907-1990), y José Ma. Gallegos Rocafull (1895-1963), las obras de José Ortega y Gasset (1883-1955) en esos valiosos y manuales volúmenes amarillos editados por la Revista de Occidente en su colección “El Arquero”.
        “El tema de nuestro Tiempo”, según Ortega y Gasset, era la entendible pero absurda lucha de la ciencia y la filosofía, donde la filosofía se observaba aplastada, humillada por el imperialismo de la física, sin darse cuenta que donde la física se detiene, porque ya no puede más, el hombre sigue, y vuelve a usar a la filosofía.
         Hoy el tema de nuestro tiempo es el coronavirus, que ha puesto de cabeza a los seres humanos, quienes parecen haber olvidado las miles y miles de epidemias y pandemias que, a través de su existencia, han sufrido, en todos los continentes.
         El libro de Decamerón del italiano Giovanni Boccaccio (1313-1375) nos narra 100 cuentos platicados por 10 jóvenes (7 mujeres y 3 hombres) en una villa campestre, al huir de la ciudad de Florencia, azotada por la peste bubónica, la que costó vidas y pérdidas económicas en la Europa del siglo XIV, pero entre otras cosas positivas dejó está obra maestra de literatura.
         Después de cada desastre, la vida humana ha seguido; pero todos tenemos el deber de cuidar y cuidarnos de esos males, pandémicos y gubernativos, y convertir en palabras escritas u orales la realidad que nos rodea en este marzo del año 2020.
        Confusión, temor, incertidumbre, vulnerabilidad, y muchos deseos de tener un magnífico sistema mexicano que, con el esfuerzo talentoso de todos, nos desarrolle y proteja.
        Pues de él carecemos.

domingo, 8 de marzo de 2020


LOGOS
En la pequeñez de la 4T
NO CABE EL MACHISMO PRESIDENCIAL
                Dos jornadas nacionales a cargo de mujeres en México, en dos días seguidos (8 y 9 de marzo del 2020), no son suficientes para transformar la desigualdad entre la mujer y el hombre en la vida cotidiana de nuestro país.
                La naturaleza y la cultura, en materia de géneros, están constituidas por multitud de líneas intricadas, que no permiten tan fácilmente discernir los enlaces entre todas ellas, ni resulta sencillo asegurar qué hechos han provocado que ocurran otros.
                Ya el ateniense Aristófanes (444-385) presentó jocosamente lo laberíntico de una sonada asamblea de mujeres que (para lograr la paz en la guerra entre ateniense y laconios) juran: “No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante. Permaneceré intocada en mi casa. Y haré que me desee”, ya que fue la forma de probar la necesidad vital que los hombres tienen de ellas, en su comedia Lysistrata, para triunfar en su propósito.
                Hoy y aquí (2020 y México), las mujeres buscan la paz, pero no como concepto abstracto, sino para que, en nuestro mundo cotidiano, no haya más mujeres violadas y/o asesinadas y/o violentadas y, en coherente consecuencia, tampoco hombres víctimas de esos delitos.
                La paz no únicamente como ausencia de guerra, sino con salario de igualdad en el trabajo productivo para mujeres y hombres, y no limosnas gubernativas con fines electorales que degradan a México y corrompen a personas.
                La igualdad plena entre la mujer y el hombre, equilibradas y armónicas partes de una unidad total: el ser humano.
                Que nunca, jamás, el hombre piense, expresé y/o haga de la mujer un objeto, menos un objeto sexual; pero, sobre todo, que la mujer no se piense, se exprese y/o actúe, como objeto de esa naturaleza.
                En otros fenómenos sociales se explica y hasta se puede justificar la lucha entre las partes, empero, en los géneros no.
                Ejemplo. Conservadores contra AMLO, o AMLO contra neoliberales, uno puede acabar a los otros, o los otros a uno, o destruirse entre sí, y nada esencial se pierde.
                Pero una lucha encarnizada y boba entre mujeres y hombres, gane quien gane, todos los humanos perderían, pues se autodestruiría la especie.
                Algo agregaré, los jefes de gobierno en Atenas y Lacedemonia se opusieron a esa huelga (entre sexual y doméstica) de las mujeres de ambas ciudades estado, poniéndose la máscara de demócratas y humanistas, bajo la concepción abstracta que estas dos palabras tenían en el siglo V antes de nuestra era.
                Y el presidente AMLO cuando se le preguntó si simpatizaba con el “feminismo”, recientemente, recurrió al humanismo y a la democracia, de manera abstracta y promiscua.
                Incluso añadió: “El machismo no cabe en la 4T”; lo que puede entenderse que la 4T es tan pequeña, que el machismo presidencial no cabe en ella, y se desborda.
                Pero, en fin, el rotundo triunfo de aquellas mujeres atenienses y laconias, en esa raíz de la cultura occidental, se debió, entre otros motivos, a su firme y tesonera decisión de ejecutar actos y fines precisos y concretos.
                Hoy, yo simpatizó con, y auxiliaré a, (en la medida de mis posibilidades) mi esposa, mis hijas y mis nietas, para que, junto a las buenas causas de todas las mexicanas, logren que en su vida concreta y cotidiana mejore al máximo su igualdad, su libertad, y la auténtica y productiva paz en beneficio de todos los mexicanos.

lunes, 2 de marzo de 2020


LOGOS
Del foxvirus al amlovirus
MÉXICO EN SERIO Y EN BROMA
                Si la gran capacidad que tenemos los mexicanos de hacer chistes (de las cosas delicadas) la tuviésemos para resolver los gravísimos problemas que padecemos, otro gallo nos cantara.
                Así, seguimos sufriendo la torrencial violencia, la inseguridad galopante y la cínica impunidad. Asesinatos, secuestros, narcotráfico y robos, combatidos por abrazos y besos presidenciales. Y nos reímos de ello.
                Resistimos la pobreza extrema paleada con limosna oficial, la economía con decrecimiento, y una peligrosa distribución que hace más ricos a los millonarios y más miserables a los pobres. Y ante esto hacemos guasas.
                El género femenino está irritado, y el presidente de la república lo descalifica con adjetivos impertinentes. Y la expectativa nacional de “el nueve nadie se mueve”, se observa en serio, pero también en broma.
                Nuestros energéticos se orientan a la crisis y, mientras, el derecho humano a la salud va en pique, sin medicinas de calidad, con reducida capacidad de consulta externa, con limitaciones en las cirugías, y con el temor de que el coronavirus pueda azotarnos como un sunami entre un invierno caliente y una primavera fría.
                Y el presidente AMLO minimiza ese riesgo del coronavirus, poniéndose de ejemplo: “A mí me operaron a corazón abierto, y aquí estoy”, sirviendo a la patria, sano y feliz.
                López Obrador y su familia tienen y gozan, con el dinero de la población, de los mejores médicos militares de nuestro país; servicio que no tienen millones de familias mexicanas.
                De cara a esos incordios, los mexicanos responden con sarcasmos de gracia filosa. La jocosidad parece ser lo nuestro.
                Recordemos algunas de esas sátiras.
                “He aquí el calificado equipo de investigadores que el presidente AMLO envió para el estudio del caso del crucero turístico de Cozumel”, y en la foto aparecen 15 doctores Simi.
                Dada la monstruosa inseguridad del Estado, la nota informativa indica: “El coronavirus no entrará a Michoacán, pues tiene miedo de hacerlo”.
                “México no teme al coronavirus, después de padecer al foxvirus, al felipevirus, al peñavirus, y al amlovirus”.
                “Tiene razón AMLO, el coronavirus es conservador y neoliberal, puesto que vino a destruir el único plan que tenía el gobierno federal para terminar con el crimen organizado: los besos y los abrazos”.
                Ya en serio.
                La faz de China para enfrentar al coronavirus mandó un significado mensaje al planeta. Cada 8 días construían un nuevo y enorme hospital, con equipo de tecnología avanzada y médicos calificados y con disciplina, específicos para ese mal.
                En México, ¿Estaremos preparando bien una sólida estructura de salud que frene los brotes que empiezan a aparecer en el país de ese llamado covid-19?
                ¿Con esos brotes, no aparecerán brotes mercantilistas?, ya que, a coronavirus revuelto ganancia de pescadores.
                Obsérvese que ya no hay en el mercado simples cubre bocas y gel contra bacterias, lo que anuncia subida de precios; y acaso estos artículos sean sólo aspirinitas para esos destructores y novedosos virus.
                Insisto, si el talento que poseemos los mexicanos para forjar chistes (de asuntos importantes) lo empleásemos para solucionar las espinosísimas dificultades que sufrimos, otro presidente nos gobernara.