lunes, 26 de agosto de 2019


LOGOS
Charlatanes a la vista
LA FELICIDAD DEL PRESIDENTE
        En todo México se ha recrudecido la inseguridad y la pobreza, y nuestros males educativos se acrecientan a igual ritmo que el entreguismo del país a EU, por parte del gobierno.
        Para distraernos de esa punzante realidad, el presidente Andrés Manuel López Obrador decide divertirnos con una boba pero lapidaria frase: "El pueblo de México está feliz, feliz, feliz".
        Y así desata, con el tema baladí de la felicidad, dudas, controversias, apoyos, enojos, reflexiones, y hasta mentadas de madre.
        En mi caso prefiero a un presidente de la república que trabaje con seriedad, pero respeto a la gente que lo acepta jocoso y charlatán.
        Naturalmente, todos los seres humanos tenemos ciertas dosis y momentos de ironía sandunguera; así que el humor a nadie nos es ajeno.
        Pero todo tiene sus tiempos, lugares y personajes; y el horno no está para bollos.
        AMLO nos ofreció con seriedad que para este 2019 creceríamos económicamente al 4%, y con esperanzada credulidad votó la ciudadanía.
        Ahora, con crecimiento cero, ¿cómo creerle que es hombre de palabra?
        Sin crecimiento económico, hasta los banqueros formulan obsequiosas salidas retóricas sobre nuestro quebranto, para agradar al presidente.
        Hablan de estancamiento y desaceleración, cuando no hay crecimiento del producto interno bruto.
        Y ante ello, el presidente dice: "el ajuste a la baja del PIB no me preocupa mucho. A nosotros nos importa el crecimiento, pero nos importa más el desarrollo."
        Absurda frase, pues sin aumento productivo de recursos económicos ni educativos ni políticos ni sociales, a qué desarrollo se refiere el presidente feliz.
        No tengo ninguna duda de que el presidente López Obrador es feliz, muy feliz, enormemente feliz.
        Motivos de su felicidad es tener un enorme poder político, y un poder económico de cerca de 6 billones de pesos que contiene el erario federal.
        Y como todos los presidentes anteriores, unos más y otros menos, AMLO cree que su felicidad es la felicidad de México.
        El poder es el poder, y todo el que sube, baja; e, incluso los ex presidentes, ya abajo, siguen teniendo razones de felicidad, dígalo si no, Enrique Peña Nieto, quien también es feliz.
        La felicidad es un término abstracto, al que le han dedicado talento muchos pensadores. Las ideas sobre ese tema, por su prolijidad, podría construir una cubierta para todo el planeta.
        Empero, la felicidad concreta es lo importante; y en este aspecto, seguro estoy que cada uno de los 125 millones de mexicanos más de alguna vez hemos vivido ese sentimiento de felicidad, por múltiples motivos.
        Aseguro que mis vivencias personales de felicidad son totalmente ajenas a la charlatanería de quienes afirman que "con AMLO la felicidad en México se elevó al 8.4%", pues muchos de los actos de AMLO observo que han causado desesperanza e infelicidad.
        La felicidad ni es por kilos ni metros ni porcentajes.
        Cada quien su felicidad, como "cada quien su vida", según la atractiva obra teatral de Luis G. Basurto.
        O contra los dictadores, conforme al hermoso poema de Mario Benedetti: "te quiero en mi paraíso; es decir que en mi país, la gente viva feliz, aunque no tenga permiso".
        Sólo los tiranos, por decreto, imponen su felicidad a la población.

lunes, 19 de agosto de 2019


LOGOS
Errático y vengativo
EL PRESIDENTE Y SUS INFORMES
        Lo errático del presidente Andrés Manuel López Obrador no es algo casual ni aislado, es una pertinaz actitud que proviene de su ligereza, soberbia e incapacidad.
        AMLO se pinta solo, al respecto: "… para ser servidor público se requiere 99% de honestidad y sólo 1% de capacidad".
        Pero es deshonesto quien acepta un cargo con el 1% de capacidad para ejercerlo.
        En reciente perorata mañanera AMLO dio la nota: "mi primer informe será a las 11 de la mañana, daré un informe en Palacio Nacional, con ustedes, y en la tarde la secretaria de Gobernación entregará el informe a la Cámara de Diputados".
        En su mundo informal, caprichoso y desordenado, el presidente AMLO no se da cuenta de que ya ha rendido dos informes, uno al cumplir 100 días de su mandato, el segundo en el primer aniversario de su triunfo electoral; el de las 11 de la mañana sería el tercero, porque el cuarto va a ser el que inconstitucionalmente presente "ante la Cámara de Diputados" la secretaria Sánchez Cordero.
        Será inconstitucional porque debe presentarlo el "Presidente de la República", y debe entregarlo "En la apertura de Sesiones Ordinarias del Primer Periodo de cada año de ejercicio del Congreso de la Unión", tal como lo ordena el artículo 69 de la Constitución.
        Y ese deber constitucional se impone personalísimamente al presidente, y es indelegable. Que varios presidentes anteriores hayan violado la Carta Magna no significa que deba seguirse infringiendo.
        No se presenta a la Cámara de Diputados ese informe. Debe entregarse al Congreso de la Unión.
        Otro errático dicho y hecho de AMLO es: "La venganza no es lo mío", frase que con ligeras variantes repite con una perseverancia que exhibe falsedad.
        La venganza no es lo de él (y menos como presidente), porque AMLO deriva esa bajuna función a las manos sucias que le sirven.
        Rosario Robles y Carlos Ahumada no son personajes que proyecten honradez, ni gozan de simpatía popular, pero no por eso debe permitirse que se les violen derechos humanos garantidos por nuestra Carta Magna.
        Mientras se encuentren acusados de delito no grave (y en el caso de Rosario vinculada a proceso) gozan de la presunción de inocencia, y deben seguir su causa penal en libertad; sin que se pueda motivar y fundar su prisión por errores administrativos en credenciales de tipo personal, so pretexto de posibles fugas.
        Si el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, sobrino de la vicepresidente de la Cámara de Diputados Dolores Padierna (y ésta esposa de René Bejarano), con tesis profesional dedicada a su tía Lola, ordenó ese encarcelamiento, se da fuerte presunción de odio familiar en contra de los indiciados, pues la pareja Dolores-René achacó a la pareja Rosario-Ahumada, aquella exhibida brutal de entrega de dinero en donde Bejarano hasta las ligas se llevó.
        Y AMLO quedó ahumado, pues su secretario René cobraba dinero ilícito para el jefe… y ahora cobra venganza.

miércoles, 14 de agosto de 2019


LOGOS
Ciencia del engaño
PODREDUMBRE EN EL PODER
        Hace ya algunos años que, a solicitud del gobernador de Michoacán Lázaro Cárdenas Batel, el presidente Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra al crimen organizado.
        ¡Tal era la desesperación y la torpeza por aquellos tiempos!
        Los más altos funcionarios públicos del país no distinguían entre qué era la guerra, qué era la represión, qué era la coercitividad del derecho; ni siquiera tenían claras las fronteras de la honradez en el ejercicio del poder público.
        ¡Pobre México en esas manos!
        Empero, en este sexenio lopezobradorista la gravedad del país empeora, y el "rayito de esperanza" no está a la altura de sus profusas y reiteradas promesas.
        Michoacán, como gran parte de México, presenta escenarios parecidos a los que por su voluntad vio el Doctor Fausto (personaje de una leyenda nórdica, y tomado por varios escritores, entre ellos por Goethe, 1749-1832) al ordenarle a Mefistófeles que, para conocer la verdad, lo llevara "al abismo de los abismos", en donde observó "todos los crímenes e inmundicias de los humanos… con sus cadáveres descuartizados y sus sanguinolentos coágulos".
        Ante esa terrorífica realidad, el presidente AMLO dijo: "Lamento mucho estos hechos violentos, tremendos… por la forma en que se realizan estos crímenes… pero no vamos a caer en la trampa de declarar la guerra, que es lo que hicieron otros gobiernos. Aquí en Uruapan es donde empezó todo, en donde se le dio el garrotazo al avispero. Nosotros vamos a combatir las causas".
        Nadie le ha pedido a AMLO que vuelva a declarar la guerra. Ni siquiera le exigimos que cumpla con su falsa promesa de que llegando a la presidencia terminaría con el crimen organizado; compromiso incumplido por candidato mentiroso.
        Sí, le demandamos al gobierno mexicano (a sus dependencias competentes) que de inmediato ataque los efectos y las causas de tantos delitos graves que se siguen cometiendo en nuestro país, día a día, e imponga certeras y prontas medidas de prevención.
        Porque ahora el garrotazo presidencial se da a los mexicanos, en lugar de dárselo al avispero criminal; pues es demagogia decir que se van a atacar las causas del delito, sin aplicar la coercitividad o fuerza del derecho a los delincuentes por sus actos ilícitos.
        Antes las procuradurías, y ahora las fiscalías, no hacen nada ante el crimen organizado, sólo le dan el carpetazo y lo archivan para la eternidad.
        Proporcionalmente la 4T de AMLO con su amor y paz ha producido más cadáveres que la guerra de sexenios anteriores.
        La ciencia del engaño usada por el actual presidente (al repetir y repetir lo mismo como disco rayado con mentiras y verdades) dogmatiza con esos mantras redundantes los sentimientos de la masa.
        "Yo no vine en avión, pues ofendería al pueblo de México", y esto lo ha expresado más de 300 veces; pero el avión presidencial, por pésimo manejo, no se ha vendido. Esta torpeza de AMLO también nos ofende a todos los mexicanos.

lunes, 5 de agosto de 2019


LOGOS
¿Sin presidente?
SEMBRADORES DE ODIOS Y MENTIRAS
        Andrés Manuel López Obrador, con toda su pasión esforzada, luchó desde hace varios sexenios para llegar a ser presidente de todos los mexicanos.
        ¡Y vaya actitud incongruente y contradictoria!, ya que al lograr AMLO la presidencia desde hace más de un año y dos meses, decidió con grave irresponsabilidad sólo ser presidente de su facción.
        Como ejecutivo federal ha sido un sembrador de odios, envueltos en una falsa expresión de "amor y paz", y lanza mentiras constantes, cubiertas con un punto y final: "yo tengo otros datos".
        Pública y expresamente abomina a todos los mexicanos que según él son fifís; maldice a todos los que conforme a sus cartabones son neoliberales; detesta a todos aquellos que a su criterio son conservadores; aborrece a todos los que él cataloga de corruptos; condena de antemano a todos los que considera miembros de la mafia y a los que observa como fabricantes de complots; desdeña a millones de habitantes de México que no apoyan a la 4a transformación; reniega en contra de todos los medios de comunicación que no le aplauden ni lo elogian; repele, en fin, a todo aquel que no valore (con loa para AMLO) el maravilloso inicio del nuevo tiempo histórico creado por él.
        Así, Andrés Manuel odia a la mayoría de los habitantes de nuestro país, pues muchas decenas de millones de connacionales son del tipo que él mal califica de execrables.
        Formalmente AMLO sigue siendo el presidente, pero, en la realidad, parece que nos quedamos sin presidente la mayoría de los mexicanos.
        Dado esa situación, supongo que él debe cambiar; salvo que López Obrador en papel de tirano nos haga cambiar con abrazos y balazos para hacernos felices a la fuerza.
        AMLO y sus colaboradores esparcen mentiras como, o más que, sus antecesores.
        Desde Huetamo, Michoacán, AMLO informó sobre el crimen del odio perpetrado por Patrick Crusius, quien siendo admirador del presidente Trump suscribió (antes de matar a más de 20 personas, entre los que hay mexicanos, en Wal-Mart de El Paso, Texas, y herir  a más de 26): "Este ataque es respuesta a la invasión mexicana en Texas. Mi objetivo es matar a tantos mexicanos como sea posible".
        Y cuidando a Trump en su próxima reelección, AMLO derivó su responsabilidad: "en este asunto la postura oficial la dará el canciller Marcelo Ebrard", cuando en México el propio presidente ha arrojado odio por doquier, irresponsablemente.
        Con pocas horas de diferencia hubo ataques de odio contra migrantes en Dayton, Ohio, con 9 muertos y 27 heridos, y en Chicago, con 10 heridos, algunos graves.
        ¿Qué puede depararnos el destino si los propios presidentes generan y fomentan ese odio?
        El presidente Trump asegura que esos tiroteos y muertes son "problemas de salud mental… y que el odio no tiene cabida en EU". Con variantes, el presidente AMLO dirá lo mismo.
        La salud mental se inicia en la cabeza de los gobernantes, y éstos son, ahora, rudos sembradores de odio.