LOGOS
Ciencia del engaño
PODREDUMBRE EN EL
PODER
Hace ya algunos años que, a solicitud
del gobernador de Michoacán Lázaro Cárdenas Batel, el presidente Felipe
Calderón Hinojosa declaró la guerra al crimen organizado.
¡Tal era la desesperación y la torpeza
por aquellos tiempos!
Los más altos funcionarios públicos del
país no distinguían entre qué era la guerra, qué era la represión, qué era la
coercitividad del derecho; ni siquiera tenían claras las fronteras de la
honradez en el ejercicio del poder público.
¡Pobre México en esas manos!
Empero, en este sexenio lopezobradorista
la gravedad del país empeora, y el "rayito de esperanza" no está a la
altura de sus profusas y reiteradas promesas.
Michoacán, como gran parte de México,
presenta escenarios parecidos a los que por su voluntad vio el Doctor Fausto
(personaje de una leyenda nórdica, y tomado por varios escritores, entre ellos
por Goethe, 1749-1832) al ordenarle a Mefistófeles que, para conocer la verdad,
lo llevara "al abismo de los abismos", en donde observó "todos
los crímenes e inmundicias de los humanos… con sus cadáveres descuartizados y
sus sanguinolentos coágulos".
Ante esa terrorífica realidad, el presidente
AMLO dijo: "Lamento mucho estos hechos violentos, tremendos… por la forma
en que se realizan estos crímenes… pero no vamos a caer en la trampa de
declarar la guerra, que es lo que hicieron otros gobiernos. Aquí en Uruapan es
donde empezó todo, en donde se le dio el garrotazo al avispero. Nosotros vamos
a combatir las causas".
Nadie le ha pedido a AMLO que vuelva a
declarar la guerra. Ni siquiera le exigimos que cumpla con su falsa promesa de
que llegando a la presidencia terminaría con el crimen organizado; compromiso incumplido
por candidato mentiroso.
Sí, le demandamos al gobierno mexicano
(a sus dependencias competentes) que de inmediato ataque los efectos y las
causas de tantos delitos graves que se siguen cometiendo en nuestro país, día a
día, e imponga certeras y prontas medidas de prevención.
Porque ahora el garrotazo presidencial
se da a los mexicanos, en lugar de dárselo al avispero criminal; pues es
demagogia decir que se van a atacar las causas del delito, sin aplicar la
coercitividad o fuerza del derecho a los delincuentes por sus actos ilícitos.
Antes las procuradurías, y ahora las
fiscalías, no hacen nada ante el crimen organizado, sólo le dan el carpetazo y
lo archivan para la eternidad.
Proporcionalmente la 4T de AMLO con su amor
y paz ha producido más cadáveres que la guerra de sexenios anteriores.
La ciencia del engaño usada por el
actual presidente (al repetir y repetir lo mismo como disco rayado con mentiras
y verdades) dogmatiza con esos mantras redundantes los sentimientos de la masa.
"Yo no vine en avión, pues ofendería
al pueblo de México", y esto lo ha expresado más de 300 veces; pero el
avión presidencial, por pésimo manejo, no se ha vendido. Esta torpeza de AMLO
también nos ofende a todos los mexicanos.