lunes, 26 de febrero de 2024

LOGOS

De mañanera a confesionario

¿QUÉ LE HIZO EL VIENTO A JUÁREZ?

        El cinismo del presidente se ha exacerbado; y en sus conferencias mañaneras ha hecho desahogo confesional que lo incrimina.

        Confesó: “Ha crecido mucho la delincuencia. Se dejó crecer desde hace años, y echaron raíces los cárteles. Ahora entraron y tomaron Chilpancingo; y ordené (para no provocarlos, porque eran muchos) el retiro de nuestras fuerzas armadas. ¡Es mejor no confrontarlos!”

        Esos mandatos de huida, dispuestos por el jefe nato de las fuerzas armadas de México, son para entregar las plazas a la delincuencia organizada, como parte de la política de seguridad pública decretada: “Abrazos y no balazos”.

        Esas compacientes entregas de plaza, y el real aumento de todos los delitos en nuestro país, por más que lo oculten o lo distorsionen oficialmente, conducen a la gente a pensar en un gobierno narco.

        Y esa fama delincuencial (que él mismo se generó) ha enfurecido al presidente confeso, quién teme más a la justicia de los EU que a la justicia mexicana.

        Confesó también: “Cuando estaba como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el ministro Arturo Zaldívar, yo hablaba telefónicamente con él, y le decía de los casos. Él, daba instrucciones a los jueces o a los magistrados; incluso, cuando las averiguaciones previas de los ministerios públicos estaban defectuosas, se corregían.”

        De esa forma, el presidente descalzonó a quien fuera ministro presidente (Arturo Zaldívar) Lelo de Larrea, quién por más que ahora explique lo inexplicable, sobre esas constantes llamaditas telefónicas, ha perdido totalmente el respeto que se le tenía a ese lelo, pues hoy, por hoy, oficia de matraquero en la campaña electorera, cara e inservible, de la corcholata mayor del presidente.

        Esa confesión presidencial también implica delitos en contra de la administración de la justicia.

        Además, el presidente lanzó la confesión respecto a la jefa de la corresponsalía del periódico The New York Times, Natalie Kitroeff, de quien hizo públicos sus datos personales, con toda malévola intención, en un país en donde la vida de los periodistas peligra constantemente.

        Así dijo el aspirante a dictador: “No los puede uno tocar ni con el pétalo de una rosa. Son hampa del periodismo. Deberían ofrecerme disculpas. El pueblo de México merece respeto”.

        Y otra vez el presidente se victimiza. Goza haciendo el papel de víctima. Considera que él es el pueblo de México. El NYT denuncia a las personas supuestamente receptora de dólares del narco, no al pueblo de México. No es contra nuestro país, es respecto a un mal presidente que no ha sido digno.

En su enojo, el presidente aseguró: “Mi autoridad está por encima de la ley”, lo que a todas luces no puede ni debe ser.

Sin embargo, al confesar tamaña burrada y atrocidad, actualiza ilícitos con esos actos que, según él, y por ser emanados de él, son de jerarquía superior a toda norma jurídica.

        Confesó, por igual: Ordené a la Secretaría de Marina y a la Secretaría de la Defensa Nacional fueran a Panamá a buscar y a localizar los restos de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, general de la revolución mexicana que desapareció en el siglo XIX en aquel país.

        En el México actual tenemos cerca de 120 mil desaparecidos que aumentan en número día con día, y, en nuestro territorio, existen grupos de buscadoras que piden ayuda para su heroica labor, sin ser recibidas ni escuchadas por el presidente.

        Bajo esa realidad, resulta absurdo e inexplicable la costosa búsqueda gubernativa de don Catarino.

        Total, la estupidez llegó a cierto cerebro que ha convertido su mañanera en un confesionario, donde el desahogo presidencial revela diversos ilícitos, trágicos unos, cómicos otros.

        Y el presidente sin escrúpulo alguno, pudiendo ser enjuiciado en EU y/o en México por supuestos delitos, sólo desatina al afirmar: “Me hacen lo que el viento a Juárez”.

        Pero hay quienes afirman que, en secreto, ya ordenó el presidente invertir varios millones de pesos para pagar a los investigadores designados sus hijos, a efecto de que le informen con toda exactitud, “qué le hizo el viento a Juárez”; todo esto por si las dudas, o por aquello del no te entumas.

 


lunes, 19 de febrero de 2024

LOGOS

Decisión mexicana

UNA MUJER PRESIDENTE

        De manera formal, hasta el momento, se han perfilado tres candidatos a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos: Dos mujeres y un hombre.

        Respecto al candidato varón, casi nadie recuerda ni recordará su nombre. La gente lo ha juzgado como un esquirol promovido por nuestro actual presidente para dividir a la oposición, y para que realice trabajos sucios a favor de Claudia, la corcholata oficial.

        Existe, por ende, la altísima probabilidad de que sea una dama la próxima presidente de la república, por primera ocasión en la historia de nuestro país.

        ¡Vaya responsabilidad para todos!; empero, se observa en un 99.99% que la ciudadanía ya lo decidió, sin emitir votos, pues el 2 de junio, no ha llegado.

Y así, la sociedad acepta con beneplácito esa intención del sufragio. ¡Que sea una mujer!, la presidente.

Preciso, que sea una mujer; ella como una ciudadana en ejercicio de su propia inteligencia, con márgenes de honorabilidad aceptables, sin dogmas partidistas, que se deba al gran océano de ciudadanos libres que por fortuna se han venido manifestando por doquier, y que sea capaz, trabajadora y sincera.

Entendiendo que no existen seres perfectos, debemos votar por el perfil más cercano a esas características.

Su equipo debe ser conformado sin cuotas de género ni de compromisos con pandillas, sino por mujeres y hombres de bien, con actitud profesional, capaces, honrados y con espíritu de servicio para todos.

Partiendo de la realidad, las dos opciones son Xóchitl y Claudia, que puede haber mejores prospectos qué ellas en todo México, estoy seguro de que sí.

Más en este momento, sólo contamos con dos candidatas.

Ahora bien, la candidata Claudia, por su propio decir, es dependiente 100% de un hombre llamado Andrés Manuel, quien lo mismo funge como presidente qué como único jefe de la campaña de su seleccionada.

Claudia únicamente repite lo que su amo le ordena; y, éste, le ha impuesto a todo su equipo, heredándole todo su plan sexenal, y maniatándola a un proceso de continuidad vergonzosa, en picada y en fracaso.

Desconfiemos de los candidatos que más gastan nuestro propio dinero, en su campaña electoral.

Todo el dinero que circula en nuestra nación es reflejo de los bienes y servicios que producimos con nuestro trabajo; y Claudia, a la vista de todos, ha venido gastando miles de millones de pesos y, para colmo, volverá a robar del erario para reponer “sus gastos”.

Claudia tiene en su pasado errores graves, incluyendo pérdidas de vidas. Visita al Papa Francisco, le pide bendecir una rosa de plata que será depositada ante el altar de la Guadalupana; y, antes, públicamente confiesa: “No soy católica ni religiosa”.

Xóchitl dice no depender de nadie, y ojalá así sea. Su campaña va en ascenso. Se inició como ciudadana, sin tener propiamente partido, aunque una alianza de partidos la postula.

Se enfrenta, Xóchitl, a una elección de estado, y debe tener la habilidad de neutralizarla.

Ante la mirada de la población, y frente al derroche milmillonario de su contrincante, se le ve de poco gasto, aunque curiosamente su contraparte informa a las autoridades electorales modestos gastos, muy por debajo de lo que comunica como erogaciones Xóchitl.

Quien mal hace, bien no espere.

        El futuro de la política mexicana es el de un gobierno de las mujeres, siempre y cuando se base y sirva a ese elemento dinámico, novedoso y en movimiento: la sociedad organizada, responsablemente libre, que está llenando las grandes plazas de todo el país.

 


martes, 13 de febrero de 2024

LOGOS

Ficticios demócratas

POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS

        El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha sentenciado en su discurso: “Los hijos del imperialismo, los hijos del colonialismo no tienen derecho a votar, le han vendido el alma al diablo”.

        Algo similar juzgó Nicolás Maduro, presidente de Venezuela: “El pueblo en el poder ganará las próximas elecciones, por las buenas o por las malas.”

        Parecida actitud tiene el actual presidente mexicano López, quien sigue, al estilo de los delincuentes electorales, dirigiendo y pagando con dinero del erario, la costosísima campaña presidencial de Claudia Sheinbaum.

        Expresamente dijo López: “Les vamos a volver a ganar, en este 2024, a esos tranzas, a esa mafia que estaba en el poder”. (Y la mafia que ahora está en el poder, encabezada por usted, presidente, más tranza que la anterior, ¿qué hacemos con ella?)

¡Bueno!, así, recién decretó el presidente de nuestro país, quien también liderea todo el operativo electoral de su corcholata preferida, violando, todos los días, la Carta Magna de 1917, la que protestó “guardar y hacer guardar, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.

¿Quiere pruebas de sus transgresiones a nuestra Constitución?, presidente. Están en sus propios actos de autoridad, y en sus confesiones en las mañaneras.

El presidente López vulneró el artículo 41 constitucional, al no cumplir los tiempos y las formas de los procedimientos electorales para esta campaña presidencial que padecemos y pagamos.

Nuestra Constitución dispone: “Durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales… hasta la conclusión de la respectiva jornada comicial, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes federales, como de las entidades federativas, así como de los municipios… y de cualquier ente público”, exceptuando “información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en casos de emergencia.”

Por esas órdenes constitucionales, las 20 iniciativas recién firmadas por el presidente, mañoso, no podrán ser difundidas en la propaganda de los medios de comunicación gubernativa de todo nivel y de toda índole; ya sean federales, estatales, de la CDMX, municipales, o de cualquier ente público.

En el fondo de su alma enfermiza, Andrés Manuel es una mala persona.

Todo lo que piensa, dice y hace es para causar daño a alguien. Es un hombre poseído por odios borrascosos y profundos.

Sus variado ilícitos lo inducen a situaciones pendulares y contradictorias; recuerden de qué manera se refería a Carlos Slim, como “parte de la mafia en el poder, haciendo trabajos sucios y amasando fortunas a costa de los pobres”.

Empero, ahora, Slim sigue haciendo lo mismo; mientras que el presidente López ha cambiado por su malsano interés: “Carlos Slim es nuestro orgullo. Es austero, institucional y honorable. Todo un ejemplo para seguir”.

Slim ha duplicado su fortuna durante el gobierno de Amlo.

El día que se conozcan los mecanismos y acuerdos del presidente López, a través de los cuales se han hecho multimillonarios sus hijitos, familiares, colaboradores, amigos y socios, la gente va a quedar horrorizada.

        Mas aún cuando se sepa, a detalle, los billonarios gastos salidos de nuestros impuestos, para sostener a un México que están desmoronando.

Sabremos, también, que la deuda pública la recibió el presidente López en 14 billones de pesos, en números cerrados, y que la entregará con 17 billones a pagar, de altísimos intereses.

López es un falso demócrata que, como Daniel Ortega y Nicolás Maduro, proyecta no respetar el voto de la ciudadanía mexicana, y pretende ganar con sus marionetas, por las buenas o por las malas.

Los votos libres, por decenas de millones, arrasarán y destrozarán al tirano López, y a sus sueños dictatoriales.

 


lunes, 5 de febrero de 2024

LOGOS

Conciencia putrefacta

RUMBO A LA DEA

        El actual presidente de México es todo un personaje. Se ha convertido en un prototipo de mágico surrealismo macuspano.

        Su pensar, su decir y su hacer desafían a la lógica y a la realidad; obvio, lo estoy calificando en forma literaria.

        Lo describiré, también, con riguroso realismo.

Nuestro presidente es un redomado mentiroso que, bajo una superficial apariencia de líder popular y honrado, ha sabido vivir, como millonario, en una estructura subyacente tan corrupta como eficaz.

        Aseguró Amlo: “Siempre he hecho de mi vida pública una línea recta. Tengo tres principios, que me guían: No mentir, no robar, no traicionar al pueblo. Y así voy a continuar, por el resto de mi vida hasta que muera.”

        Y hasta el momento de escribir estas líneas, el presidente López no ha muerto; deseándole, por mi parte, que sobreviva a su mandato presidencial, para el efecto de que responda jurisdiccionalmente a sus incumplimientos.

        A la observación de todos, la vida pública de López ha sido una línea quebrada, chueca, retorcida, a veces hecha a saltos, y con direcciones turbias.

El presidente, en su ejercicio, lleva dichas más de 125 mil mentiras, según la contabilidad de Luis Estrada.

        Las corruptelas del presidente (o sus robos) siempre han sido a trasmano; él, nunca mancha sus dedos con ese dinero sucio, y López tiene sus bolsillos vacíos de dinero mal habido.

Las manos de otros, sacrificadas y lacayunas, realizan esas corrupciones; y los productos de estos ilícitos los poseen esos mandaderos, en espera de lo que su amo ordene.

Por ello, las manos y las bolsas del presidente están vacías; empero, su conciencia se encuentra asquerosamente sucia.

Las traiciones al pueblo son un denominador común en su ejercicio presidencial. Él mismo confesó: “Decir que se ayuda a los pobres es parte de una estrategia política; así los indigentes respaldan a la cuarta transformación”.

En noviembre del 2020, declaró el presidente López: “Decidí, para no anegar a la gente rica de Villahermosa, Tabasco, inundar a los más pobres, a la gente indígena”.

De las 100 promesas que hizo el presidente López, sólo le faltan cumplir tres: No mentir, no robar, y no traicionar al pueblo; y en menos de ocho meses deja la presidencia

Para colmo y vergüenza de todos los mexicanos, ahora resulta que desde los Estados Unidos de América, Tim Golden, quien fuera escritor de The New York Times, ganador dos veces del Premio Pulitzer, incriminó a nuestro actual presidente como receptor de dinero de narco en el 2006, a través del famosísimo chofer de Amlo, conocido como Nico, quien de pobre se ha convertido en millonario, en compañía de su familia, según datos publicados recientemente.

Ésa, es otra operación a trasmano, estilo del obradorato.

La escritora Anabel Hernández también enfoca sus baterías al caso, afirmando que López Obrador “conocía el origen ilícito de esos millones de dólares que le envió el grupo narcotraficante” más cercano a sus abrazos, a su corazón y a sus intereses.

Y el acabose, el presidente López recién afirmó: “Anabel Hernández es una mujer que ha hecho trabajos de investigación de primer orden, profesional en el periodismo, valiente, excepcional“.

A esa conciencia putrefactamente sucia, el engrudo se le está haciendo bolas.

Nadie, más que él, construyó su futuro hacia la DEA.