LOGOS
Ficticios demócratas
POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS
El
presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha sentenciado en su discurso: “Los
hijos del imperialismo, los hijos del colonialismo no tienen derecho a votar,
le han vendido el alma al diablo”.
Algo similar
juzgó Nicolás Maduro, presidente de Venezuela: “El pueblo en el poder ganará
las próximas elecciones, por las buenas o por las malas.”
Parecida
actitud tiene el actual presidente mexicano López, quien sigue, al estilo de
los delincuentes electorales, dirigiendo y pagando con dinero del erario, la
costosísima campaña presidencial de Claudia Sheinbaum.
Expresamente
dijo López: “Les vamos a volver a ganar, en este 2024, a esos tranzas, a esa
mafia que estaba en el poder”. (Y la mafia que ahora está en el poder,
encabezada por usted, presidente, más tranza que la anterior, ¿qué hacemos con
ella?)
¡Bueno!, así, recién decretó el presidente de nuestro
país, quien también liderea todo el operativo electoral de su corcholata
preferida, violando, todos los días, la Carta Magna de 1917, la que protestó “guardar
y hacer guardar, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”.
¿Quiere pruebas de sus transgresiones a nuestra
Constitución?, presidente. Están en sus propios actos de autoridad, y en sus
confesiones en las mañaneras.
El presidente López vulneró el artículo 41
constitucional, al no cumplir los tiempos y las formas de los procedimientos
electorales para esta campaña presidencial que padecemos y pagamos.
Nuestra Constitución dispone: “Durante el tiempo que
comprendan las campañas electorales federales… hasta la conclusión de la
respectiva jornada comicial, deberá suspenderse la difusión en los medios de
comunicación social de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes federales,
como de las entidades federativas, así como de los municipios… y de cualquier
ente público”, exceptuando “información de las autoridades electorales, las
relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la
protección civil en casos de emergencia.”
Por esas órdenes constitucionales, las 20 iniciativas
recién firmadas por el presidente, mañoso, no podrán ser difundidas en la
propaganda de los medios de comunicación gubernativa de todo nivel y de toda
índole; ya sean federales, estatales, de la CDMX, municipales, o de cualquier
ente público.
En el fondo de su alma enfermiza, Andrés Manuel es una
mala persona.
Todo lo que piensa, dice y hace es para causar daño a
alguien. Es un hombre poseído por odios borrascosos y profundos.
Sus variado ilícitos lo inducen a situaciones pendulares
y contradictorias; recuerden de qué manera se refería a Carlos Slim, como “parte
de la mafia en el poder, haciendo trabajos sucios y amasando fortunas a costa
de los pobres”.
Empero, ahora, Slim sigue haciendo lo mismo; mientras que
el presidente López ha cambiado por su malsano interés: “Carlos Slim es nuestro
orgullo. Es austero, institucional y honorable. Todo un ejemplo para seguir”.
Slim ha duplicado su fortuna durante el gobierno de Amlo.
El día que se conozcan los mecanismos y acuerdos del
presidente López, a través de los cuales se han hecho multimillonarios sus
hijitos, familiares, colaboradores, amigos y socios, la gente va a quedar
horrorizada.
Mas aún
cuando se sepa, a detalle, los billonarios gastos salidos de nuestros impuestos,
para sostener a un México que están desmoronando.
Sabremos, también, que la deuda pública la recibió el
presidente López en 14 billones de pesos, en números cerrados, y que la
entregará con 17 billones a pagar, de altísimos intereses.
López es un falso demócrata que, como Daniel Ortega y
Nicolás Maduro, proyecta no respetar el voto de la ciudadanía mexicana, y
pretende ganar con sus marionetas, por las buenas o por las malas.
Los votos libres, por decenas de millones, arrasarán y
destrozarán al tirano López, y a sus sueños dictatoriales.