lunes, 30 de julio de 2018


LOGOS
Bartlett, Ramón de la Fuente y Los Pinos
NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA
       El triunfo electoral de AMLO y algunas de sus decisiones pertinentes, tomadas por él sin llegar aún al cargo de presidente, me recuerdan esa simpática comedia de nuestro Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza (1580-1639), "No hay mal que por bien no venga".
       Ese autor de la Nueva España (tan vapuleado por sus pares en Madrid) hace decir con agudeza a dos de sus personajes: "No hay suceso que no tenga/prevención en Dios, Beltrán./Por eso dice el refrán:/ No hay mal que por bien no venga."
       Y es que todavía hay millones de mexicanos que consideran el éxito de AMLO como un mal, pero sin esa victoria supuestamente proterva no se designaría como embajador de México en la ONU a una personalidad, bien calificada, como José Ramón de la Fuente, quien seguramente, o al menos así lo deseamos muchos, tendrá un excelente desempeño.
       También la decisión para que Manuel Bartlett ocupe la Dirección General de CFE es atinada, pues nadie duda de su inteligencia y eficacia.
       Otra asertiva disposición es que despache desde el Palacio Nacional el presidente, dejando para mejores usos a Los Pinos.
       Predio que, con sus diversos y caprichosos reacondicionamientos sexenales, ha dejado de ser útil como residencia presidencial, en estos tiempos controvertidos.
       El Castillo de Chapultepec y Los Pinos están para ser, eficazmente vinculados, epicentros de cultura y atractivos turísticos que muestren, desde su origen hasta hoy, los designios que el poder les ha impuesto.
       Por cierto que recién se ha editado el libro de Morelos Canseco González bajo el título De Política Mexicana; y en él nos comparte su plática con José López Portillo sobre el día que el Presidente Luis Echeverría le insinuó que él sería su sucesor.
       Dentro de Los Pinos lo condujo "a un túnel secreto… construido desde la época de Lázaro Cárdenas… de más de un kilómetro… que llega a un lugar donde hay variados transportes y personal… para que el presidente, su familia y algunos colaboradores, puedan abandonar la ciudad o el país… agregándole, te ruego discreción, pero es necesario que tú conozcas esto".
       Así que lo primero fue brindarle secretos para la huida, en lugar de darle información y consejos para el buen ejercicio del poder, y la forma práctica en que, de acuerdo a las circunstancias, se va armando algo invisible siempre: los personales andamiajes de la acción política de alto nivel.
       En esa materia, por desgracia, parece vulnerable e ingenuo Andrés Manuel; obsérvese su misiva al presidente Trump, ahí  exhibe bisoñamente su provinciano cultivo al poderoso al hacer presunción, innecesaria y equívoca, de las engañosas semejanzas entre ambos.
       Pero en fin, de lo real o supuestamente malo (dialécticamente) puede producirse lo supuesta o realmente bueno.
       Por eso he recordado esa frase literaria del siglo de oro, usada con certero encanto por el corcovado de Taxco: "No hay mal que por bien no venga".

viernes, 27 de julio de 2018


Raúl Pineda
MI AMIGO
       Los Pineda han sido una familia numerosa, activa social y políticamente, enraizada en esa tierra caliente en donde el Río Balsas ha prohijado, entre otras poblaciones, a Huetamo, Pungarabato y Zirándaro, las tres michoacanas de origen, pero las dos últimas enlistadas como municipios del Estado de Guerrero por decreto presidencial del 9 de abril del 1907.
       Conflictos limítrofes aparte, Raúl, mi amigo, era Pineda por ambas ramas: materna y paterna; y al cuadrado tenía matemáticamente la suma de las cualidades de esa estirpe.
       Nació Raúl en el año 1942 en aquella región formadora de caracteres agrestes, y temples luchadores, llegando a Morelia en la temprana edad de los 12 años a cursar la secundaria dentro de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, institución que lo educó hasta otorgarle la licenciatura en Derecho, profesión que ejerció, sobre todo, en agrario y penal.
       Sin embargo, su vida juvenil y adulta en elevado porcentaje fue dedicada a la política; en realidad, fue un político de todas las horas, a pesar de que la actual clase política lo haya abandonado.
       Político de pensamiento y acción, con un denominador común en todos sus actos: servir a los demás, aunque fueran sus enemistades.
       Con esa actitud de sembrador de amistad tuvo, en la aventura de su vida, infinidad de amigos, sin faltar los prietitos, como en el arroz, los que al parecer no le causaban desengaños, sino por el contrario, lo convencían de seguir en su franca actitud de auxiliar siempre a todos.
       Sabía trabajar en equipo. El valor de su trabajo y su talento era apreciado por el resto del conjunto. Aprendió a mandar, por haberse enseñado antes a obedecer. Gustó de jugar basquetbol, tenía condición física para ello, pero curiosamente, en esa disciplina, era un individualista empedernido, balón que tomaba en sus manos lo tiraba a la canasta, y en ocasiones lo encestaba.
       Fue agente del ministerio público, delegado federal de la Secretaría de Reforma Agraria, presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, delegado de este partido en varios entidades federativas, secretario particular de gobernador, diputado federal, y en el ejercicio de estos cargos cumplió con esas características personales que le fueron tan propias.
       Formó parte de la Generación de Abogados Benito Juárez, constituida por 20 profesionistas que convivieron en la Facultad de Derecho de la Universidad Nicolaita en la década de los años sesentas del siglo XX; organización inolvidable (para aquel entonces) ahora ya olvidada; reconocida por todos, y envidiada por algunos.
       Generación que entre muchos de sus quehaceres publicó "Ensayos y Reflexiones", con trabajos de sus miembros y, en uno de esos artículos, Raúl Pineda asevera que: "Sin excusas, todos debemos trabajar para producir a favor de México".
       Total, la mañana del día 26 de julio del 2018 Raúl vivió su muerte. Nuestro común amigo Gilberto Alejandro Bribiesca me comunicó el lamentable deceso: "Raúl ha fallecido, intempestivamente en cosa de segundos, así se ahorró las pesadas cargas de la senectud".
       Su ego, lo he dicho, se restringió al básquet; más bien, o acaso, en su generosidad amistosa decidió evitarnos el sufrimiento que se comparte con enfermedades prolongadas.
       Excelente jefe de hogar, con Cristina, su esposa, gozaron y compartieron el cariño y los éxitos de sus hijas: Mónica, Cristina, Isabel y Sandra.
       Simplifico. Raúl fue un hombre bueno.


26 de julio del 2018.

domingo, 22 de julio de 2018


LOGOS
Vil venganza o vil desvergüenza
FIDEICOMISOS: COFRES DE CORRUPCIÓN
       Gayo en su Instituta (siglo II) y Justiniano al recopilar esa Instituta (siglo VI) nos hablan del fidecomiso; tal es la raíz más antigua de ese contrato que advino al sistema jurídico mexicano en 1926, como una de tantas valiosas instituciones creadas en la presidencia de Plutarco Elías Calles.
       El fideicomiso no es ni bueno ni malo; los malos o buenos son los seres humanos que utilizan ese contrato de fe y confianza.
       Lamentablemente, el gobierno mexicano (federal, estatal y municipal) ha abusado desde hace más de 9 lustros de esta institución maravillosa.
       Según resolutivo del INE, Morena constituyó un fideicomiso al que ingresaron (sin saberse por quiénes) más de 85 millones de pesos, retirando en forma simultánea, con cheques de caja, más de 64 millones de pesos cobrados por militantes de Morena, sin saber su destino final.
       Por eso, la autoridad electoral impuso a Morena sanción por 197 millones de pesos.
       Cierto que el fideicomiso mexicano es elástico, con diversidad flexible y versátil, pero tiene reglas en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (artículos 381 al 394), no totalmente cumplidas en el caso.
       Nuestro gobierno está llenó de esos contratos, a los que ha llevado centenas de miles de millones de pesos, recursos públicos fideicomitidos, generando, así, opacidad y arcas proclives a la corrupción, para encubrir las raterías de altos funcionarios públicos, pues el fidecomiso obtiene su propia personalidad.
       Revisar esos fideicomisos gubernativos es una tarea urgente; pero, cómo puede efectuar eficaz y honestamente esa labor quién armó un fideicomiso en donde el fideicomitente, la fiduciaria, y el fideicomisario, no cumplieron con la ley, sino que, según el INE, fue un cadena de transmisión por donde pasaron decenas de millones de pesos, sin saber de dónde venían ni para dónde fueron.
       Ilícitos confesados cuando el mismo Andrés Manuel López Obrador, ¿vocero de Morena?, asegura que no harán público el destino de estos apoyos para “proteger la privacidad y los datos personales de los beneficiarios”, que es sólo “una vil venganza… un golpe político artero de los conservadores facciosos”.
       Además de añadir que recurrirá “al Tribunal Federal Electoral, porque en el Banco Afirme, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y hasta en el INE tienen copia de todos los documentos que conforman el expediente de cada beneficiario… lo que se encuentra en 50 cajas.”
       Obvio que esos decires transcritos no rebaten para nada lo argumentado por el INE, y salen de alguien que mal actúa como ¿presidente electo?, y como ¿jefe de un partido político?
       Con esas conductas, no vaya el próximo gobierno federal a constituir fideicomisos para pagar, en secreto, sobresueldos a los altos funcionarios, pues hay algunos que sus actuales pensiones son varias veces mayores al sueldo que supuestamente ganará AMLO.

lunes, 16 de julio de 2018


LOGOS
Realidad y deseo en AMLO
TODOS COLUDOS O TODOS RABONES
       Es desbordante el deseo de Andrés Manuel López Obrador para ejercer las funciones de presidente. Perseveró largo tiempo para llegar al cargo; pero, ahora triunfante, el ansia le gana para ejercerlo desde ayer.
       No es veloz, ni con sus pasos ni con sus palabras y, aún así, anda desatado en actividad ejecutiva plena.
       Hace días congregó a los recién electos gobernadores, senadores, diputados federales y locales, y a los munícipes de todo el país, a quienes el fenómeno López Obrador llevó al triunfo, refiriéndoles: "No vayan a salir con sus tonterías, porque la gente se los va a reprochar".
       Añadiendo que "el molde del político fanfarrón, corrupto, flojo, quedó destruido por la voluntad del voto suscrito el 1 de julio".
       Obvio, todas ésas, son palabras que reiteran su promesa de campaña y subrayan su deseo; frases pronunciadas para, y ante, una realidad personalizada en los futuros funcionarios oyentes.
       Ese "no vayan a salir…", significa también "no vayan a entrar…", pues es lo que en este momento les toca hacer: entrar, previa protesta, al cargo para el que fueron electos.
       Y les espetó, como si conociera sus mañas: "… sus tonterías", porque ese "sus", adjetivo pluralizado, es apócope de "suyo", que implica propiedad o posesión.
       Lo más curioso de la frase es que impone como consecuencia (en caso de que salgan con sus tonterías) "que la gente se los va a reprochar", como el equivalente del final de la protesta: "que la Nación os lo demande", o como en el corrido de Rosita Alvírez: "la gente lo va a notar".
       Total, es cosa de palabras, que esperamos que se conviertan en hechos, en virtud de una decisión firme y bien organizada, para que ese deseo pueda transformar a la realidad.
       Sin embargo, en eso de las palabras, Andrés Manuel confunde términos al enfocar su proyecto para desmantelar privilegios "en el gobierno y en el congreso", ya que conforme a los títulos segundo y tercero de nuestra Carta Magna el gobierno federal lo constituyen tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
       Así, basta decir "gobierno" para que queden citados esos tres poderes. Y al decir "gobierno y congreso" se cita al todo, y a una de sus partes, quedando el judicial al margen de ese desarme de prerrogativas, violando el principio de la igualdad, y motivando que la gente diga: o todos coludos o todos rabones.
       En eso de las palabras ha hecho bien el brillante y valeroso escritor español Arturo Pérez-Reverte al asegurar que renunciará a la Real Academia Española si se cambia la redacción de la Constitución, de su país, por un lenguaje inclusivo en torno a la llamada igualdad de géneros.
       Cierto que la mujer y el hombre son iguales ante la ley, formando en su desigualdad anatómica y fisiológica lo que es el humano; pero esto no debe llevar a AMLO al absurdo de expresar: "No vayan a salir con sus tonterías, (y tonteríos) porque la gente (y la genta) se los va a reprochar".

lunes, 9 de julio de 2018


LOGOS
Los mismos sustituyen a los mismos
MÁQUINA DE LA MAFIA DEL PODER
       En el gran teatro de la política mexicana, cuando ya existe un candidato triunfador a la presidencia de país, "la cargada" lo abruma, pero también lo embelesa aduladoramente, en busca de participar del pastel sexenal o, al menos, recoger las migajas del poder.
       Esa tradicional "cargada" se constituye (a su estilo y posibilidad) por todo tipo de mexicanos, ricos y pobres, académicos o analfabetas, mujeres y hombres, pero todos ellos son poco afectos a la dignidad.
       A una de esas masas cultivadoras, ante cámaras y reporteros, Andrés Manuel López Obrador les recriminó: "Nada más no me apachurren".
       Eso fue lo que desearon sus enemigos durante más de una década: apachurrarlo, con odio; pero ahora, sus antiguos y sus recientes amigos, lo machacan por amor, y éstos son más peligrosos que aquéllos.
       Curioso es que los mismos que ahora lo alaban y adoran, fueron los mismos que glorificaron a Enrique Peña Nieto, a Vicente Fox, a Felipe Calderón, y a los presidentes anteriores.
       En el fondo, esos mismos que constituyen más de lo mismo, se rebelaron en contra de esa mafia del poder, al sentirse marginados.
       Y en estas recientes elecciones presidenciales tuvieron un éxito arrollador, tanto, que la mafia en el poder, adelantándose a las autoridades electorales y sin cuidar las formas instituidas, le entregan de inmediato a López Obrador la máquina del poder con la que trabaja la llamada mafia.
       Presidencias municipales, legislaturas locales, Congreso de la Unión, presidencia de la República, fuerzas armadas, iniciativa privada, y el resto del engranaje.
       Y la gente que llega con Andrés Manuel, salvo excepciones, fue arrojada a la playa del poder a través de ese tsunami AMLO, y es sabido que este tipo de meteoros cuando concluye su efecto destructor, deja sólo basura y escombros.
       Gran parte de los nuevos diputados, senadores y munícipes, no hicieron ni campaña, gastaron en cosas frívolas y personales el dinero que les dieron, y no saben ni a qué van a los órganos públicos, pero ese tsunami los proyectó al poder.
       ¡Urge que los capaciten!, técnica y ética, deseando de corazón que algo aprendan.
       Pero… ¿qué van a hacer con la máquina del poder que la mafia ha dejado ya en manos de López Obrador?
       Usarla para algunos cambios.
       Ni soldados ni marinos ni policías serán guardaespaldas de AMLO, pero serán civiles ejercitados militarmente.
       Ya no habrá gasolinazos, pero la gasolina seguirá subiendo al ritmo que impongan las reglas del mercado.
       Los ex presidentes ya no recibirán elevada pensión, pero se verá la manera, según su comportamiento ante el nuevo poder, de ofrecerles discretos auxilios.
       Pero en realidad, siempre los mismos, que electoralmente les ganaron a los mismos, seguirán usando la misma máquina de poder que sirvió a la mafia, cuyos miembros se empezarán a diluir entre los nuevos poderosos.
       Y a pesar de todo lo anterior, México seguirá avanzando.

lunes, 2 de julio de 2018


LOGOS
Flanco izquierdo, ¡ya!
ESTABLECER EQUILIBRIO ENTRE LAS PARTES
      En algunas elecciones presidenciales de México ha acontecido que ciertos perdidosos no han reconocido el triunfo del ganador; incluso en 2006 uno de los contendientes vencidos, "aiga sido como aiga sido", se auto erigió con todo y su banda tricolor al pecho como "Presidente moral de México".
      Quien tal hizo, Andrés Manuel López Obrador, ahora en su tercer participación a la presidencia ha resultado ganador indiscutible, y rompiendo las tradiciones y hasta los principios formales de que la autoridad electoral es quien anuncia los resultados y el nombre del triunfador, todos los adversarios se encargaron de anunciar públicamente y a nivel nacional su derrota, dando el nombre del agraciado, al mismo tiempo que le deseaban éxitos.
      El primero en hacerlo fue Meade, el Bronco fue el segundo, y Anaya el tercero, uno detrás de otro pero cada quien en su propio foro, su estilo y con sus seguidores.
      Con esa actitud los tres superados mostraron madurez, y con ello auxiliaron a la estabilidad económica y política del país, y a ella correspondió una conducta sensata del triunfador.
      La campaña electoral fue costosa y mala; pero la votación en sí fue ejemplar, salvo algunas excepciones de robo y quema de boletas electorales y oposición a que se instalaran casillas.
      Pero en cambio hubo más de un 63% de participación, por lo general los integrantes de casillas hicieron bien su labor, y sobre todo la emisión del voto se llevó en sana paz. ¡Felicidades por ello!
      Los dos discursos emitidos por AMLO ya como candidato triunfante reconocido, además, por el INE y el Presidente Enrique Peña Nieto, tranquiliza a México, y al mundo.
      De hecho, su conducta decidida a ejercer el poder, y las multitudes que lo siguen, lo conduce desde ahora a seguir llevando la agenda nacional. Será un presidente de más de seis años, puesto que durante estos cinco meses anteriores a su toma de posesión el primero de diciembre del año que transcurre, Peña Nieto ahora reducido, casi quedará nulificado.
      Uno de los primeros trabajos a desarrollar será el de la reconciliación, la que debe promoverse entre la gente del pueblo, y no sólo entre los altos funcionarios y los poderosos. Sólo de esa forma se logrará una unidad nacional auténtica, y no ficticia.
      Su inicial fuerza popular debe servir desde ahora para bien y no para mal; debe encauzarse y organizarse por las vías legales, para que trascienda más allá de México, pensando en que nuestro país debe recobrar un liderazgo internacional, que lamentablemente se ha perdido.
      El pueblo de México dio con su voto una nueva orden: flanco izquierdo, ¡ya!; y ese viraje a nadie debe preocuparle, mientras sea para bien de todos, o al menos, de la mayoría de los mexicanos.
      Ya la realidad, y la buena voluntad de todos establecerá un mejor equilibrio entre las partes.
      Es más sano el optimismo en la vida humana, sin perder el sentido crítico que produzca avances.