domingo, 22 de julio de 2018


LOGOS
Vil venganza o vil desvergüenza
FIDEICOMISOS: COFRES DE CORRUPCIÓN
       Gayo en su Instituta (siglo II) y Justiniano al recopilar esa Instituta (siglo VI) nos hablan del fidecomiso; tal es la raíz más antigua de ese contrato que advino al sistema jurídico mexicano en 1926, como una de tantas valiosas instituciones creadas en la presidencia de Plutarco Elías Calles.
       El fideicomiso no es ni bueno ni malo; los malos o buenos son los seres humanos que utilizan ese contrato de fe y confianza.
       Lamentablemente, el gobierno mexicano (federal, estatal y municipal) ha abusado desde hace más de 9 lustros de esta institución maravillosa.
       Según resolutivo del INE, Morena constituyó un fideicomiso al que ingresaron (sin saberse por quiénes) más de 85 millones de pesos, retirando en forma simultánea, con cheques de caja, más de 64 millones de pesos cobrados por militantes de Morena, sin saber su destino final.
       Por eso, la autoridad electoral impuso a Morena sanción por 197 millones de pesos.
       Cierto que el fideicomiso mexicano es elástico, con diversidad flexible y versátil, pero tiene reglas en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (artículos 381 al 394), no totalmente cumplidas en el caso.
       Nuestro gobierno está llenó de esos contratos, a los que ha llevado centenas de miles de millones de pesos, recursos públicos fideicomitidos, generando, así, opacidad y arcas proclives a la corrupción, para encubrir las raterías de altos funcionarios públicos, pues el fidecomiso obtiene su propia personalidad.
       Revisar esos fideicomisos gubernativos es una tarea urgente; pero, cómo puede efectuar eficaz y honestamente esa labor quién armó un fideicomiso en donde el fideicomitente, la fiduciaria, y el fideicomisario, no cumplieron con la ley, sino que, según el INE, fue un cadena de transmisión por donde pasaron decenas de millones de pesos, sin saber de dónde venían ni para dónde fueron.
       Ilícitos confesados cuando el mismo Andrés Manuel López Obrador, ¿vocero de Morena?, asegura que no harán público el destino de estos apoyos para “proteger la privacidad y los datos personales de los beneficiarios”, que es sólo “una vil venganza… un golpe político artero de los conservadores facciosos”.
       Además de añadir que recurrirá “al Tribunal Federal Electoral, porque en el Banco Afirme, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y hasta en el INE tienen copia de todos los documentos que conforman el expediente de cada beneficiario… lo que se encuentra en 50 cajas.”
       Obvio que esos decires transcritos no rebaten para nada lo argumentado por el INE, y salen de alguien que mal actúa como ¿presidente electo?, y como ¿jefe de un partido político?
       Con esas conductas, no vaya el próximo gobierno federal a constituir fideicomisos para pagar, en secreto, sobresueldos a los altos funcionarios, pues hay algunos que sus actuales pensiones son varias veces mayores al sueldo que supuestamente ganará AMLO.