Los niños de la Tierra
NACIERON PARA SER FELICES
Mañana,
30 de abril, es Día del Niño. No es necesario decir que es día del niño y de la
niña a la forma errónea y grotesca que puso como mala moda un Presidente de la
República de cuyo nombre no quiero acordarme.
El
término "niño" incluye, en principio, tanto gramatical como
lógicamente a esa noble parte femenina de la infancia humana.
Esa
primavera de nuestra especie, por edad, tiene su día como un recordatorio
anual, pero todos los días del año son del niño, bajo el acertado axioma de
José Martí: "Todos los niños del mundo han nacido para ser felices".
En
Michoacán todos recordamos esa orientación valorativa. Un ambiente de felicidad
debe estar al alcance de todo infante; ésta es la meta, éste es el propósito
irrenunciable que debemos tener cada uno de los michoacanos.
Ese
fin axiológico no es cosa del gobierno; es convicción de cada una de las familias,
de cada una de las personas que integran a este núcleo inicial de agrupación
humana. Un buen gobierno cumple al cuidar que esta atmósfera asegure la
felicidad de los niños, conforme a los tiempos, espacios, y circunstancias, de
cada uno de los peques.
El
gobierno federal y estatal han determinado estimular a los niños de todas las
edades con festivales de carácter cultural formativo. La relevancia de estos
eventos está ligada de manera inseparable a una política que, en esta materia,
intenta coadyuvar a la resolución de los graves problemas que nos aquejan en
Michoacán.
La
Compañía Nacional de Danza estará en Morelia, en el Teatro Morelos, ofreciendo
dos funciones con el tema de Cri-Cri, la primera a las 12 horas, y la segunda a
las 17 horas, siendo la entrada completamente gratuita. Esperemos que nadie se
lo pierda.
Empero,
los ayuntamientos, los DIF municipales, muchas otras dependencias gubernativas,
las institucionales de enseñanza escolarizada, y cada hogar, tendrán un
estímulo para todos y cada uno de los delfines.
¿Cuáles
serían los mejores incentivos para nuestra niñez en este tiempo?
Entre
otros, que sus padres se comprendan y se amen entre sí y, además, que instauren
lo mejor de la vida para sus hijos, generando un constante ambiente de alegría
en su hogar; que en sus escuelas haya clases todos los días fijados por el
calendario, con enseñanza divertida, útil y práctica, con bases sólidas de tipo
científico y con esencias culturales; que el poder público, junto con los
poderosos en la economía, en fuerzas armadas, en religión, en medios masivos de
comunicación, en cultura educativa, generen una eficaz productividad de bienes
y servicios que provoquen desarrollo y empleo pleno en todo México, con una más
justa distribución de la riqueza.
Y
todo lo anterior, con un pequeño agregado: lograr que todos los cerebros
humanos de nuestro país respeten y hagan respetar los valores de la vida, la
libertad, igualdad, propiedad, e integridad.
¡Feliz
Día del Niño!