lunes, 29 de julio de 2019


LOGOS
Parece un manicomio
DONDE GOBIERNAN LOS ENFERMOS
        Estados Unidos de América, país que inició su hegemonismo mundial al término de la Primera Guerra Mundial, fue pionero en llevar como presidente a un ciudadano inusual y alocado: Donald Trump.
        Recientemente dijo Trump: "… Yo podría ganar en una semana la guerra a Afganistán, y desaparecerla de la faz de la Tierra. Pero no quiero matar a 10 millones de personas…"
        Ni siquiera Hitler expresó algo similar; en cambio Trump es muy pertinaz en la constante formulación de señalamientos propios de un desequilibrado que intenta provocar el terror.
        Hace más de una semana tomó posesión como primer ministro del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte Boris Johnson, un conservador que ejercía como alcalde de Londres, y a quien infinidad de personas lo observan como físicamente muy similar a Trump.
        Ambos con rostro y cuerpo parecido, de amplias espaldas, rubicundos, con rostros amplios, de estridentes cabellos amarillos estropajosos e insumisos.
        Los dos polémicos, críticos a medios masivos de comunicación, excéntricos a más no poder, gustan de hacer su show, hablan en público con mentiras e inexactitudes, de soberbia exacerbada, y de un derechismo radical y práctico.
        Sin embargo, esos personajes hoy tan unidos y condescendientes (en tiempos no tan lejanos) se miraron con antipatía manifiesta. El británico declaraba: "… tengo temores genuinos de que Trump es incapaz de ejercer el cargo de presidente". Y Trump aseguraba: "El alcalde Johnson no ha cumplido, y se siente peligrosidad en ciertas áreas de Londres con presencia de musulmanes radicales".
        Hoy, en una sociedad de mutuos elogios se califican de "excelente", "fabuloso" y "genial", entre sí, pero pronto llegará el desencanto.
        Johnson en su enloquecimiento asegura: "Estoy dispuesto a provocar un Brexit duro… el Reino Unido saldrá de la Unión Europea cueste lo que cueste".
        Sólo los chiflados pueden atestar algo así, sin percatarse de que "cueste lo que cueste" es excesivo precio; ya que si el costo es el acabar con el Reino Unido, ¿Valdrá la pena el Brexit?
        Otro ejemplo de locura en altos funcionarios gubernativos es lo sostenido por el ministro de Brasil Damares Alves: "… las niñas pobres son violadas porque no llevan calzones", y propone como definitivo remedio "establecer una fábrica de ropa interior". Su aberrante desvarío es no comprender las causas y los efectos de tan dolientes problemas humanos, y su mentecata incapacidad se le nota.
        Cada día que pasa, el mundo se agrava, semejándose a un manicomio en donde, a nombre de la democracia, se les otorga el poder gubernativo a los enfermos; y este fenómeno que nos conduce al suicidio, como especie, también se padece en el resto del mundo, incluido México.
        Locuaz, el presidente AMLO cree que nos precisa sobre el costo del aeropuerto a construir en Santa Lucía: "… nos costará 70… 80… o cuando mucho 200 mil millones de pesos…"
        ¿Aritmética alocada?

martes, 23 de julio de 2019


LOGOS
Una casita que tengo
EN PALACIO NACIONAL
        El presidente Andrés Manuel López Obrador para dar prueba suficiente de su austeridad republicana, su honradez y su humildad, se negó a ocupar, ya con su investidura de titular del ejecutivo federal, la residencia oficial de Los Pinos.
        Su determinación al respecto la anunció desde la campaña, y se observó ad hoc con su repulsa a lo fastuoso.
        Pero el poder suscita cambios sorprendentes en los seres humanos, y los hace buscar a cualquier costo sus ansiados sueños respecto a sus necesidades vitales, como el dónde habitar.
        El bucólico sentido artístico de Manuel José Othón (1858-1906) dio lugar al hermoso poema La casita: "Que de dónde amigo vengo, de una casita que tengo más abajo del trigal…"
        Y Oscar Chávez con su canto hizo una rebelde y llamativa parodia al verso del potosino: "Que de dónde amigo vengo, de una casita que tengo por allá en El Pedregal…"
        Pero ahora, el presidente AMLO so pretexto histórico de que en Palacio Nacional vivió y murió el Presidente Benito Juárez, y con la excusa histriónica de que ahí el presidente Felipe Calderón hizo un departamentito, decidió con toda modestia (haciendo arreglitos de varios millones de pesos a ese inmueble centenario) ir a vivir oficialmente con su familia a Palacio Nacional.
        Ese acomodo de hacer su casita en tan ostentoso inmueble, supongo que lo tomó solo él. Ignoró si en alguna de sus conferencias incesantes, o en algún mitin, pidió a los respetables asistentes que levantaran la mano quienes estuvieran de acuerdo en que su nidito matrimonial fuera en la sede oficial del poder ejecutivo federal.
        No sé si le pidieron o exigieron los 70 millones de mexicanos que asevera AMLO que lo apoyan ya, en este verano 2019, que ahí asentara su mansión.
        Tampoco tengo datos de cuánto puede costar la renta diaria de ese inmueble gubernativo, con todos los servicios que recibe, y si AMLO pueda sufragar ese costo con los 108 mil pesos mensuales que le pagamos.
        Estoy lejos de la mezquindad y de la envidia, mi manera de pensar, decir y hacer, está demasiado distante del neoliberalismo, pero no me parece ni jurídico ni ético que un bien inmueble público y catalogado como histórico, sea casa habitación de un funcionario, por más alto que sea el cargo.
        En México el presidente de la república es la figura más poderosa; y su conducta incita a la imitación (casi siempre burda y ridícula) de la apodada clase política.
        Y como siempre los comportes óptimos son muy difíciles de remedar, la emulación al poderoso se realiza en sus pésimos actos.
        En esa virtud (no tan virtuosa) los señores gobernadores o los presidentes municipales podrían hacer su casita marital en los palacios de gobierno y en los palacios municipales, respectivamente, con todo y familiares.
        No califico bien ese logro de la cuartísima (o cuatísima) transformación.
        Palacio Nacional, en nuestro tiempo, no tiene vocación de alcoba conyugal ni sede para la familia reinante.

lunes, 15 de julio de 2019


LOGOS
Crimen Organizado, S.A. de C.V.
AMLO HACE DEL ESTADO UNA EMPRESA
        "Tuvimos diferencias con Carlos Urzúa… en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo… imagínense, presentó una versión que no reflejaba el cambio, era como si la hubiera hecho Carstens o… este… Meade… ¡se me fue!, es tan buena persona, como también el otro".
        He transcrito, textualmente, lo externado en foro nacional por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde él mismo, en tic de arrepentimiento, confiesa: "¡se me fue!"
        Si fuese una excepción golondrina, de aquellas que no hacen verano, no valdría la pena analizarla, empero, constantemente al presidente de México se le va la lengua, sin haberla conectado debidamente al cerebro; y, esto, no presagia nada bueno.
        En Buenavista Tomatlán, territorio michoacano de la tierra caliente, AMLO aseveró: "vengo sin guardaespaldas", cuando toda esa población observó a centenares de la guardia nacional por doquier.
        Preciso, todos queremos la seguridad personal del presidente de nuestro país. Qué bueno que tenga una protección suficiente en sitios candentemente inseguros, pero qué malo que presuma con actitudes y palabras falsas, y llegue a la mentira de que "vengo sin guardaespaldas", cuando a su derredor estuvo a la vista de todos la misma labor del desaparecido estado mayor presidencial, realizada por fuerzas armadas con otro nombre, y con ligeras diferencias secundarias, pero con fondo idénticos.
        En ese mismo sitio, AMLO, innecesaria y equívocamente, retó al crimen organizado: "A los jóvenes los tenemos que atender, y vamos a competir en ese terreno con la delincuencia organizada, decirle: a ver, tú te llevas a los jóvenes, vamos a ver quién puede más, porque yo les voy a dar opciones a los jóvenes, porque no quiero que te los lleves, porque yo no quiero que los jóvenes se echen a perder".
        Analizando lo anterior, significa que la lucha entre el gobierno y el crimen organizado ya no es con armas, confrontando fuerzas brutas y matándose mexicanos entre sí; y esto en principio es lo correcto.
        Pero también significa: a ti, crimen organizado, te legalizo y reconozco tu personalidad para que el gobierno mexicano compita en libre concurrencia contigo, a efecto de ver quién gana a los jóvenes del país.
        Bajo esa transformación, llamada de cuarta, nuestro gobierno deja de ser quien representa al Estado, y se convierte neoliberalmente en una empresa más, para competir con la empresa crimen organizado, sociedad anónima de capital variable, y que se decida, en el léxico que gusta a AMLO, de qué cuero salen más correas.
        Además de que, AMLO, yoísta siempre, reduce al estado y al gobierno en un "yo" impúdico y ñoño, al asegurar: "yo les voy a dar opciones a los jóvenes… yo no quiero que te los lleves, yo no quiero que los jóvenes se echen a perder".
        Cuando eso corresponde al Plan Nacional de Desarrollo, y a programas y proyectos que de ahí legalmente se desprendan.
        ¿Hasta cuándo aprenderá?

lunes, 8 de julio de 2019


LOGOS
Presidente palabrero
LA FALLA DE SAN ANDRÉS…
        No hay movimiento ni menos partido de MORENA, lo que sí hay es un líder llamado Andrés Manuel López Obrador; no hay gobierno federal, sólo existe AMLO; no hay un poder ejecutivo de la república, únicamente percibimos a AMLO.
        AMLO para todo, el AMLO nuestro de cada día, multiplicando su imagen a cada hora, y repitiéndose con la constancia de un disco rayado: "me canso ganso", "yo tengo otros datos", "son fifís", "es culpa de la mafia en el poder", "amor y paz", etcétera, etcétera, etcétera.
        Todo eso lo convierte, lamentablemente, en un presidente palabrero.
        Obvio que AMLO tiene cualidades como todo ser humano. Es tenaz, pero egocéntrico: él es quien piensa, él es quien se expresa, él es quien hace, él es el honesto, él es el bueno.
        Tiene márgenes de honradez aceptables, pero es equívoco en su proyecto de acabar la corrupción; y, con ese plan medio apasionado y medio tuerto, puede destruir al país.
        A mí no me cabe duda que AMLO resultó trabajador, pero sus meros moles son los asuntos electorales, y todos los problemas los enfoca a través de la perspectiva de votaciones a mano alzada, o de los futuros y tradicionales votos.
        Tiene el buen ánimo de estar al pendiente de todo, pero su personal preparación es tan superficial como endeble, lo que provoca dudas, sonrisas, y enojos, en quienes observan sus puntadas.
        Parece no ser un ambicioso del dinero, pero ha hecho capital y lo ha repartido entre sus hijos y su esposa; además de que tiene el apetito de controlar a los multimillonarios que nuestro sistema ha producido; aparte de que pretende dominar al poder religioso, al poder intelectual, al poder de los medios masivos de comunicación, al poder político, y a todo lo que tenga poder.
        Incluso, ha expresado su deseo de que en México no haya ejército ni marina ni aviación ni fuerzas armadas, instituciones que no han sido perfectas, pero que, siendo perfectibles, han sido y son fuente de orgullo nacional.
        En lo que sí tiene razón el presidente AMLO es en su propósito de finiquitar al crimen organizado; sin embargo, la solución que aplica es verborreica, al hacer sólo llamadas a los delincuentes: "no hagan sufrir a su mamá, y ya pórtense bien".
        Todos sabemos de la existencia de la falla de San Andrés, la que avisa de cataclismos en las californias. ¡Quiera el destino que nunca se produzcan!
        Como también existen las azarosas fallas del presidente AMLO, a quienes algunos lambiscones le han visto calidad de santo.
        Pero… ¿cómo ayudarlo para que supere esas fallas?, máxime que es el presidente de todos los mexicanos, aunque él no lo crea ni se haya comportado a la altura de tan dignísimo cargo, al dividir y odiar.
        ¿Cómo puede AMLO transformar a México si no se ha transformado a sí mismo?
        Liga la moral a la religión, violando al laicismo.
        La mayoría de nuestros compatriotas son buenos seres humanos, y merecen un presidente que esté conciliado consigo mismo y con sus mandantes.

lunes, 1 de julio de 2019


LOGOS
Real y metafóricamente
AMLO NOS BAILÓ
        Con el triunfo electoral del 1 de julio del 2018 llegó a manos de Andrés Manuel López Obrador el poder presidencial, ya que sin abdicar formalmente, el presidente Peña Nieto le entregó los bártulos del mando.
        El candidato AMLO trabajó mucho durante sexenios para triunfar, recibió vasto y oculto apoyo gubernativo, y se dedicó a prometer en exceso a los mexicanos.
        Respecto a los problemas engorrosos de inseguridad, miseria, ignorancia, corrupción. desempleo, explotación, salud, vivienda, educación, y todos los demás que se denuncian, el candidato AMLO empeño su palabra de que en llegando a la presidencia los solucionaría por ese simple hecho de éxito.
        Fue un burdo engaño, y un incumplimiento cabal; y ahora a 365 días de distancia, la mayoría ciudadana con responsabilidad observa que, el presidente AMLO también nos llevó al baile, real y metafóricamente.
        Hasta las cosas superficiales que parece haber cumplido (no tener avión ni vivir en Los Pinos ni que su esposa dirija el DIF, etc.) son irrelevantes ante los conflictos peligrosos que nos siguen aquejando.
        A un año de esa victoria electoral, en donde la mano negra oficial sumó 30 millones de votos, nuestro país va, en la vía de la comedia, proa a la teatralidad, y en el camino del drama rumbo al caos.
        Un simple ciudadano como yo, pide al presidente de todos los mexicanos, que medite un poco, pero con responsabilidad, de que nunca será demasiado tarde para mejorar el rumbo, y perfeccionar la acción gubernativa, respecto a nuestra delicadísima realidad.
        En cadena nacional ejecuta actos ilícitos el presidente: "instruyo al director de PEMEX para que no se use ese plan de exploración…", cuando la máxima autoridad de PEMEX es un consejo, dada su descentralización por norma jurídica legislativa.         Los anteriores presidentes si se metieron con PEMEX, cuidaron formas, pero AMLO lo hace con cinismo, todo porque a su decir, él sí es honesto, cuando ordenar en PEMEX es más que una deshonestidad, es un conducta violatoria de la ley.
        Militarizar a México con Guardia Nacional y con sabor a AMLO acarreará más problemas que soluciones. Qué podemos esperar de un gobierno desorganizado contra un crimen organizado.
        Política de austeridad contra de todo lo productivo, pero un derroche de decenas de miles de millones de pesos para las tropas de asalto electoral.
        La reforma educativa lopezobradorista ni es reforma ni es educativa.
        Las acciones del gobierno federal actual son tan neoliberales como las de los sexenios próximo anteriores. La libre concurrencia sigue su marcha, y sólo fue sepultada de palabra, ya que goza de cabal salud.
        La reforma laboral ni arranca ni respira, menos el desparramadero de las secretarías del ejecutivo federal a diversas entidades federativas. El desempleo crece, y el salario que aumentó tiene más baja capacidad de compra que el anterior.
        AMLO nos seguirá llevando al baile. ¡Salvo…!