jueves, 20 de diciembre de 2012

Los Mayas Amaron la Vida EL MUNDO SIGUE SU MARCHA

En ninguna parte de sus textos pictográficos, o de los ideográficos, los mayas precortesianos dijeron nada respecto al fin del mundo. Ni siquiera al fin de sus tiempos culturales.
Ni uno solo de los 135 países que ocuparon el territorio de lo que hoy es México, antes de la llega de los españoles, escribió alfabéticamente. Lo que pasó oralmente de generación en generación, nada trata sobre predicciones referidas al actual año 2012.
Todo lo que se diga, o se ha dicho, se escriba o se haya escrito, en torno a que el mundo se acaba el 21 de diciembre del 2012 como profecía maya, es mentira.
Y esa falsedad que ha permeado en la ingenuidad de algunas conciencias, motivada por la mala fe y la ignorancia, está siendo aprovechada por gente que de todo hace instrumentos de explotación.
Si hubo un país que amara la vida, del siglo XV de nuestra era hacia atrás, fue el de los mayas. Hasta aquí este tema. No vale la pena seguir escribiendo al respecto.
Ahora bien, hay tiempos que se prestan para escribir, responsablemente, sobre temas escabrosos, pero ineludibles. En estas épocas en que el territorio patrio se encuentra tan lleno de cadáveres por el miedo y la torpeza de la gente del poder, bien podemos tratar algo sobre el aborto desde una perspectiva jurídica, en su vinculación con varios fenómenos sociales.
La tipología que comúnmente establece al aborto como delito se compone de los siguientes elementos: “Aborto es la muerte del producto de la concepción en cualquier momento de la preñez”. 
Entendido así el aborto, éste puede darse accidentalmente, sin que obre para ello el consentimiento de nadie. En este caso, todos debemos de entender que no hay delito que perseguir ni mucho menos pena que aplicar.
Pero cuando hay el consentimiento de la madre, con o sin el auxilio de terceros, en la Historia del Hombre encontramos que ese asunto del aborto se ha visto de variadas formas, y frente a él se han aprobado normas de derecho distintas. Ha habido épocas y lugares en donde el aborto no se vio como un mal, y gozó de impunidad absoluta. Tiempos y sitios han existido en donde todo aborto se calificó como un gran mal, y para todas las formas en que se daba hubo penalidades exageradas. Después llegaron las atenuaciones de la sanción para todos los casos, para posteriormente presentarse una tendencia vigorosa que propugna la impunidad en ciertos tipos de abortos, pero no en todos.
Ahora, a esta altura del siglo XXI y especialmente en México, se enfrentan dos tendencias, a las que debemos escuchar con respeto, registrar sus razones, unas antiguas y otras nuevas, algunas dogmáticas y otras lógicas, pero después de ello, la población, el Estado Mexicano, y las autoridades que nos representan debemos decidir y obrar con toda sensatez, para resolver los problemas que en la materia vivimos.