miércoles, 7 de agosto de 2013

Todos debemos saberlo NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL

        En un artículo periodístico de fecha 9 de mayo del 2004, Angélica Abelleyra escribe sobre la pintora Beatriz Ezban: "La pintura la tomó por sorpresa. De niña se visualizaba escritora y más tarde quizá filósofa pero nunca pintora".
        Pues ahora Beatriz es pintora, y la sorpresa, grata por cierto, la hemos tenido los espectadores, observando sus 11 óleos y tres dibujos hechos con esmalte sobre mylar, todos bajo el título Campo unificado: la frontera, los que han recorrido diversas ciudades estadunidenses, y los que hoy todavía se encuentran en el Museos de la Cancillería, en el centro histórico de la Ciudad de México.
        Beatriz nació en el Distrito Federal en el año de 1955, y desde muy joven se preguntaba a sí misma, al nivel de sus posibilidades, sobre el sentido de la vida.
        Se ponía a valorar el porqué y el cómo suceden las cosas, y el para  qué, ella, y todos los demás seres humanos, estaban en este mundo.
        Las clases de lógica, ética, y de psicología la tenían fascinada. Y esto explica sus maduros razonamientos sobre las fronteras, la migración, y la naturaleza humana.
        Es muy vivificante oírla, y leer lo que ella expresa con su pintura, y su palabra: "Ningún ser humano es ilegal. Todos estamos legalmente aquí en la vida. Entonces, es tremendo que se diga que alguien es ilegal. Lo ilegal es la pobreza, porque para que te den una visa necesitas demostrar que tienes dinero, propiedades. De lo contrario es casi imposible que te la den".
        El mundo, es cierto, es la casa de todos. Sólo la brutalidad del hombre lo ha aparcelado, ha puesto fronteras, y sobre las líneas fronterizas está construyendo muros inexpugnables, y no para construir una sana sociedad de naciones que armonicen entre todas con su pluralidad, sino para crear ghettos enfermizos con divisiones inamistosas.
        Así, ningún ser humano es ilegal por el simple hecho de que es humano y está en el planeta. Algunos de los actos de los humanos pueden ser ilegales, pero no el acto de migrar, ya que forma parte de la naturaleza de su ser.
        Beatriz Ezban considera, y expresa, que el hecho mismo de "llamar ilegales a las personas es un pretexto para establecer una especie de explotación".
        Todo lo anterior hay que decirlo, escribirlo, enseñarlo. Nunca lo callemos ni lo ocultemos. Ningún migrante es delincuente, es un ser humano en el ejercicio de su derecho.
        Obvio que para la migración debe haber un orden, y este orden se logra con normas jurídicas que debemos respetar, pero estos preceptos son administrativos y no penales.
        Por migrar, puede haber faltas, pero nunca delitos; incluso, hay países poderosos que promueven soterradamente la migración debido a que requieren la mano de obra, pero a la vez la persiguen penalmente para abaratar el precio del trabajo. Esto es inmoral.
        ¡Cuidemos a nuestros mejores recursos humanos!