El Banco de México pronosticó a finales
del año 2012 que, para este 2013, la economía mexicana crecería por arriba del
4%. Agustín Carstens, su gobernador, indicó para esa ocasión que no era una
postura optimista, sino realista.
Ahora, durante el mes en que todos hacen
su agosto, resulta que el propio gobernador de ese banco central reconoce que
aquel pronóstico no fue real, y que ese crecimiento económico será "entre
el 2% y 3%".
Nadie nos garantiza, con base a lo visto
y sufrido, que sea verdad lo que hace algunos días dijo, rectificando su
inicial augurio, el banquero Carstens.
Algo más, la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público de nuestro país, ante ese anuncio de baja en el crecimiento
económico, ha replicado que al final de este año estaremos creciendo el 3.1%.
Todas esas contradicciones, en las
cifras oficiales, hacen menos creíbles ante la población los pronósticos
emanados del poder público, agregando un pelo a nuestra escasa sopa.
Observamos los mexicanos una progresiva
desaceleración en la actividad económica, tanto en el sector agropecuario como
en el industrial, pues en ellos se percibe un comportamiento horizontal que
tiende a la baja.
Y por lo que corresponde al ejercicio
presupuestario federal, fuente básica de los ejercicios presupuestarios
estatales y municipales, apenas se está moviendo en una distribución tardía y
lenta.
Por ende el comercio ha sido afectado, y
el turismo interno sufre una atonía. Claro que en todo esto tienen influencia
los problemas económicos de los Estados Unidos de América y de Europa, pero
ello no nos exime de responsabilidad a los mexicanos, sobre todo a quienes
tienen a su cargo la organización y conducción del fenómeno económico nacional.
México requiere de un millón de empleos
al año para sostener su estatus laboral actual, y el Banco de México predice,
en el mejor de los casos para este 2013, la creación de entre 450 mil a 550 mil
empleos nuevos, de esos que registrá el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Difícil creerle al gobernador del Banco
de México que la inflación anual se ubicará para este año en 3.5%, pues aunque
sabemos que sólo miden la inflación en base a la llamada canasta básica,
incluso con este truco hiriente dicha inflación anda muy por encima de esa porcentaje.
El mundo económicamente no marcha bien,
por eso es menester aprovechar los problemas internacionales para sanear nuestra
estructura económica, a efecto de fortalecerla, y saber obtener beneficio de
las crisis extranjeras, tomando de ellas todo lo que nos sea útil.
En materia monetaria deberíamos tener
una política ágil y asertiva que nos permita siempre ganar; empero, para lograr
el mejoramiento de nuestra economía, obvio es decirlo, debemos ser un país
independiente, con plena soberanía, con un gobierno y autoridades patriotas,
que sirvan al pueblo, y no se sirvan de él ni sirvan a gobiernos extranjeros.