LOGOS
No
votaré
EN
EVENTOS INCONSTITUCIONALES
Mi reconocimiento para el Instituto
Nacional Electoral y para el Tribunal Federal en esta materia; pero, sobre
todo, mi felicitación para quienes promovieron, iniciaron y lograron,
organismos mejores para avanzar en la democracia mexicana respecto al fenómeno
político electivo.
La Historia de México registra esos
avances, mereciendo nuestro aplauso e impulso.
Sin embargo, INE y TRIFE, están
sentenciados a muerte por el presidente autócrata Andrés Manuel López Obrador.
Esos dos organismos electorales que no
son perfectos, pero sí perfectibles, sirvieron para que el actual presidente de
nuestro país llegará al cargo que mal ostenta.
¿Será qué Amlo no cree que su elección como
presidente fue limpia?, ¿será qué sabe que no obtuvo los 30 millones de votos,
y qué pudo haber sido un obsequio de su antecesor, previo convenio sucio y en
lo oscurito entre ambos?, ¿será qué quiere borrar un mal recuerdo, y destruir pruebas
de alguna felonía?
Cada uno con su conciencia; pero hay
algo superior que necesitamos resguardar: el desarrollo de los mexicanos en
todos los órdenes.
Urge que nuestra democracia permee en
todos los fenómenos sociales, y no exclusivamente en lo electoral.
Cuidemos de elevar la calidad lectoral y
ampliar su cobertura, bajando sus costos económicos.
Pero, ahora, es tiempo de decidir, al
menos en mi caso personal, si voy o no a votar en el evento del 10 de abril del
2022.
Desde que soy ciudadano, no he faltado a
ninguna proceso electoral.
Por ende, decido no ir a sufragar en ese
evento; mi razón juzga que esa “revocación” es inconstitucional.
Explicaré.
Nuestra carta magna establece exclusivamente
la “revocación” de mandato. No instituye, en ningún artículo, la “ratificación”
de mandato, respecto al presidente de la república. Y la convocatoria y la
boleta emitidas para ese próximo evento señalan dos opciones: o “revocas”, o
“ratificas”, lo que contraviene falazmente a nuestra constitución federal, en
su artículo 35 fracción IX.
El resultado, cualquiera que sea, no
obliga a Amlo para nada, pues conforme al artículo 14 constitucional, a nadie
se aplica retroactivamente una ley en su perjuicio; y al actual presidente se
le eligió por 5 años y 10 meses en julio del 2018, y la reforma constitucional
estableciendo la “revocación” es de diciembre de 2019. Por esto también es
inconstitucional ese evento.
Otra de las reglas constitucionales para
la revocación de mandato, al presidente, es que los únicos que pueden promover
dicho evento son “los ciudadanos y ciudadanas”, y aconteció que el partido del
Andrés Manuel y sus cercanos colaboradores fueron los que la anduvieron
promoviendo, a la vista de todos los mexicanos.
Nuestra constitución ordena que el único
que tiene “a su cargo, en forma directa, la organización, desarrollo y cómputo
de la votación” de este evento revocatorio es el INE; pero observamos todos los
mexicanos que López Obrador, sus colaboradores, sus diputados, sus senadores,
sus gobernadores, sus presidentes municipales, su morena, y hasta alguna
ministro de la corte andan metidos en campaña, como auto degradados matraqueros.
La carta magna ordena: “queda prohibido
el uso de recursos públicos para la recolección de firmas, así como con fines
de promoción y propaganda relacionados con los procesos de revocación de
mandato”; y del erario federal se lleva gastado para este egocéntrico evento,
decenas de miles de millones de pesos, frente a la inseguridad, el hambre,
insalubridad y falta de empleo, de millones de mexicanos.
“Ninguna persona física o moral, sea a
título propio o por cuenta de terceros, podrá contratar propaganda en radio y
televisión dirigida a influir en la opinión de los ciudadanos y ciudadanas”; y Andrés
Manuel López Obrador ha dispuesto el gasto en propaganda, desde la mañanera
hasta la nochera.
Por todo ello, no votaré, jamás, en
eventos inconstitucionales.