LOGOS
Todo está sujeto a
examen
PERDIMOS TODAS LAS
CERTEZAS
Hay tiempos para todo, nos dice el
Eclesiastés de manera poética; mientras, la realidad lo evidencia de manera
despiadada.
De tiempos gozó México en donde había
confianza y, por ende, certezas.
En la mitad del siglo XX la mayoría de
los mexicanos creía en la Virgen de Guadalupe, en la Lotería Nacional, y en el
Presidente de la República.
Parece de sorna, pero era en serio. Esas
tres instituciones citadas, entre algunas otras, toda proporción guardada entre
ellas, nos daban seguridad.
En ese tiempo, en nuestro país, hasta
los ateos eran guadalupanos, los desafectos a los juegos de azar compraban su
billetito de lotería con sobrada esperanza de pegarle al gordo, y los
opositores al gobierno respetaban al "Señor Presidente".
Hoy todo está a revisión, en examen,
sujeto a indagatoria. Cada día que pasa aumenta la incertidumbre y la
desconfianza en todo y en todos. La suspicacia desbancó a lo fehaciente.
Claro que esta etapa de mosqueo y
desengaño no se ha dado por generación espontanea, sino que tiene atrás de sí
toda una serie de causas. Con toda su etiología nos envuelve, en la medida que
nos aprisiona y nos empobrece.
Hace 65 años, por ejemplo, los profesores
de primaria eran vistos, en México, como apóstoles de la enseñanza, respetados
y respetable.
Iban puntuales y preparados a dar clase,
vestidos de traje y corbata, lustrosas y antigüitas estas prendas, pero
vestidoras. Ganaban un salario inferior al actual, su actitud era de franca
entrega a sus alumnos y a su escuela, mientras su organización sindical era
púber y endeble.
La sombra de aquel recuerdo perdura,
frente a la imagen arquetipo del profesor actual: luchador social que, en la
vida cotidiana, tiene tanta desconfianza en el gobierno como en sus líderes
sindicales.
Pero, lo poco o mucho que queda del
fenómeno enseñanza aprendizaje al maestro que asiste a clase se le debe.
Confunde escuchar lo esgrimido por el
actual secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, recientemente y sobre
que: "Se realizará el diálogo con la CNTE, siempre y cuando sea un
encuentro sustentado en el principio de la implementación de la reforma
educativa... Los maestros ya no deben estar sujetos a marchar para cobrar un
salario... los docentes ya no deben tener miedo de su sindicato, pues sus
derechos laborales están protegidos por los gobiernos estatal y federal... se
descontará el salario al maestro faltista".
A su vez, algunas secciones sindicales
del magisterio iniciaron movilizaciones, encaminadas a un futuro paro nacional.
Preocupa escuchar a los líderes de
sindicalismo magisterial, ya que en los monólogos que intercambian con el
gobierno, nos hacen recordar una conocida canción de Cri-Cri: "El comal le
dijo a la olla..."
Pero en el fondo de todo eso, y de algunos
grandes problemas nacionales, para bien o para mal, estamos sujetando todo a
examen, al haber perdido nuestras certezas.