LOGOS
Peligrosas
desigualdades
CREADORAS DEL
POPULISMO
Cosas poco apropiadas suelen pasarle al Presidente
Enrique Peña Nieto en foros internacionales, esos escenarios a los que él
parece apreciar en demasía.
Recientemente en la 70 Asamblea General
de la Organización de las Naciones Unidas, al pronunciar su mensaje, se le
trabó la lengua al tratar de pronunciar el término
"multilateralismo"; sin embargo, los enredos prosódicos son comunes,
y en el fondo irrelevantes.
Lo que es esencial, al menos para la
vida de nuestro país y el resto de las naciones integrantes de la ONU, es saber
si el tema de nuestro tiempo lo constituyen los "nuevos populismos",
sobre los que alertó Peña Nieto como la mundial "amenaza... de izquierdas
y derechas, pero riesgosos por igual".
El propio Presidente de México, en la
anatomía de su discurso, denunció como causas de esos nuevos populismos:
"las crecientes desigualdades, la crisis económica mundial que no cede, la
frustración social", y aún así, calificó de peligrosa amenaza el supuesto
efecto, y no las causas por él indicadas.
Quien le estructuró el mensaje lo hizo
cometer una aberración lógica, ya que siempre, la causa de la causa es causa de
lo causado, salvo las excepciones que no actualiza la especie.
Más aún cuando en el discurso subraya
que "el Siglo XX ya vivió y padeció las consecuencias de individuos que,
carentes de entendimiento, responsabilidad y sentido ético, optaron por dividir
a sus poblaciones"; cuando esos individuos son más efecto que causa en
toda sociedad enferma de populismo, cuyos integrantes son los que viven y
padecen esos males, y no los siglos como lo hace sentir en su metáfora poco
pertinente.
La realidad actual ha rebasado lo que el
filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955) nos explicó en El tema de
nuestro tiempo en el año 1923; ahora en el 2015 ya no hay "el tema",
sino infinidad de temas, y a cual más de importantes, o vitales, que ni
siquiera aceptan un eje como denominador común.
Y para no equivocarnos, en nuestro
tiempo, frente a quienes debemos estar más alertas, ya que son más peligrosos,
es ante los que, irresponsablemente y carentes de ética, provocan las
crecientes desigualdades económicas, educativas y sociales, las crisis
económicas mundiales y nacionales que no ceden, y la frustración social que nos
ahoga.
Ésos, son el verdadero peligro, los
auténtico sembradores del odio y del rencor entre la especie humana.
Los ambiciosos de poder, los demagogos,
sólo son sus compañeros de viaje, sus hechuras colaterales.
En este pícaro mundo no debemos de
equivocarnos de enemigo, o de sujetos peligrosos que frenan el progreso,
afectando el desarrollo de la vida social de México.
El populismo, por demagógico, va en
contra de la población, pero más contundentemente van en contra de ella los
provocadores de la brutal desigualdad económica mexicana, y los poderosos
beneficiarios de nuestras crisis.
Ambos son enemigos de México.