miércoles, 21 de marzo de 2012

Josefina Presidente DIOS NOS AGARRE CONFESADOS


            México se encuentra revuelto y, por ende, con altos grados de confusión.         
            Los sismos que sacuden al país han pegado no sólo en las placas geológicas, sino en la economía, la política, la religión, la educación, la justicia, y en todos los fenómenos de carácter social.
             El desconcierto llega hasta los más conspicuos hermeneutas del derecho, quienes en franco olvido de que viven en un estado laico, con sistema educativo científico, al margen de toda creencia religiosa, pregonan ante una boruca de temas convulsionada por un temblor de 7.8 grados: "Que Dios nos agarre confesados".
            Tal manifestó el ministro de la Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, cuando se levantó de su asiento para salir pronto del salón de sesiones, ante la oscilación telúrica reciente.
            Que Dios nos agarre confesados. Así decían algunos ante la posibilidad de que se aprobara el proyecto de sentencia de amparo a cargo del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. ¿Cómo se iba a dejar en plena libertad a una culpable, únicamente por ser francesa, y ser objeto de un escándalo internacional que ha puesto a nuestra justicia al desnudo?
            Si por razones de procedimiento se le violaron derechos humanos por parte de un gran violador oficial, que se le restituya en ellos, amparando para efectos en un nuevo proyecto a cargo de la ministra Olga Sánchez Cordero, castigando al violador sin más.
            Pero dentro de ese gran temblor generalizado se platicaba de las posibilidades de que, merced al auxilio del gobierno federal, Josefina Vázquez Mota fuera impuesta como Presidente, y para ello también cuadró la católica frase de que Dios nos agarre confesados.
            Ante esos agites, tenemos en puerta la visita del Papa Benedicto XVI, quien celebrará en el bajío una misa de Estado a los pies del Cristo Rey del Cerro del Cubilete, teniendo como asistentes, según confirmaciones, al Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y a los aspirantes de los partidos políticos mayoritarios a la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, y también frente a esto, o abajo de esto, vale expresar que Dios nos agarre confesados.
            Desde luego el caso del Papa y sus próximos feligreses, el de Florence Cassez y el de Josefina Vázquez Mota, la aseveración del ministro Mayagoitia y la tierra de sismos en la que nos ha tocado nacer y vivir, tienen conexión y ensamblaje, por lo que constituyen un rompecabezas nacional, en todos los sentidos posibles.
            Todos esos temas enredados, y más hilaza entrelazada en la explosiva vida de México, nos tienen al filo del peligro, con una anarquía atroz, de la que abusan los poderosos protegidos por el gobierno de los Estados Unidos de América para pescar sus enormes ganancias.
            E incluso Mario Vargas Llosa, peruano español, con Premio Nobel de Literatura a cuestas, llega a México a escenificar una novela: Josefina Presidente, que Dios nos agarre confesados.