LOGOS
EPN: En sus marcas,
listos…
TARDÍO BANDERAZO
PRESIDENCIAL
"¡Qué tiempos aquéllos, señor Don
Simón!" fue una frase contagiosa y repetitiva, ahora ya olvidada, que
utilizó el gran actor mexicano Joaquín Pardave, en su papel de Don Susanito
Peñafiel y Somellera, para expresar la profunda nostalgia que le producía el
recuerdo del México de Don Porfirio.
La serie de imágenes y notas
periodísticas sobre el Presidente Enrique Peña Nieto, al clausurar los trabajos
de la XXII Asamblea del PRI, me evocó esa inspirada expresión que he
transcrito.
Qué tiempos aquéllos en que el
presidente del México postrevolucionario, en el siglo XX, daba el banderazo de
salida para la sucesión presidencial; épocas idas en donde la disciplina
imperaba, y todas las calenturas sucesorias de los partidos y los candidatos
obedecían a la ley política fotográfica: "el que se mueve no sale".
La realidad del hoy, es muy otra.
Andrés Manuel López Obrador, seguro
candidato de Morena, salvo que abdique, anda en campaña presidencial desde hace
más de doce años, y cada día que pasa levanta más polvareda, lo que aumenta el
nervioso disgusto de lo que él llama "la mafia del poder", la que al
parecer sí existe. Así que la reciente salida de arranque para la sucesión del
presidente Peña ni le va ni le viene.
Al PAN y a sus precandidatos les es
totalmente intrascendente la llamada presidencial al inicio sucesorio, ya que
desde hace un año andan en campaña franca y abierta tanto el dirigente Ricardo
Anaya Cortés, juez y parte en el enjuague, como Margarita Ester Zavala Gómez
del Campo de Calderón Hinojosa, al igual que Rafael Moreno Valle Rosas, y
varios más sin mucho futuro.
Con sus constantes y sentidos
desmembramientos, más de los de abajo que de los de arriba, el PRD y sus
prospectos internos están en apremiante y excitada labor sucesoria, también,
desde hace un año; sobresaliendo Miguel Ángel Mancera Espinosa, Silvano
Aureoles Conejo y Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, no necesariamente en este
orden, pero sí los tres, en descuido a sus responsabilidades gubernativas,
ansiosos de obtener al menos la candidatura presidencial y, claro, sin
importarles en ese empeño el anticipo sucesorio.
Hasta el PRI se le desbordó al
Presidente Peña Nieto, quien tuvo que adelantar, so pretexto de una asamblea
general partidista, esa urgente contraseña de "en sus marcas, listos,
¡fuera!", tan propia de actividades deportivas, pero significativa para
esta costosa y prematura sucesión presidencial que a todos se nos echó encima.
Desde luego que en esa asamblea
estuvieron presentes quienes también, desde hace más de un año, andan en
campaña buscando la candidatura presidencial de un PRI "invencible",
como lo calificó con mucho grito, pero sin gran convencimiento, su actual
dirigente formal.
Ahí estuvieron Miguel Ángel Osorio
Chong, José Antonio Meade Kuribreña, Aurelio Nuño Mayer, y José Ramón Narro
Robles, expectantes de un tardío banderazo presidencial.