lunes, 14 de agosto de 2017

LOGOS
EPN: En sus marcas, listos…
TARDÍO BANDERAZO PRESIDENCIAL
        "¡Qué tiempos aquéllos, señor Don Simón!" fue una frase contagiosa y repetitiva, ahora ya olvidada, que utilizó el gran actor mexicano Joaquín Pardave, en su papel de Don Susanito Peñafiel y Somellera, para expresar la profunda nostalgia que le producía el recuerdo del México de Don Porfirio.
        La serie de imágenes y notas periodísticas sobre el Presidente Enrique Peña Nieto, al clausurar los trabajos de la XXII Asamblea del PRI, me evocó esa inspirada expresión que he transcrito.
        Qué tiempos aquéllos en que el presidente del México postrevolucionario, en el siglo XX, daba el banderazo de salida para la sucesión presidencial; épocas idas en donde la disciplina imperaba, y todas las calenturas sucesorias de los partidos y los candidatos obedecían a la ley política fotográfica: "el que se mueve no sale".
        La realidad del hoy, es muy otra. 
        Andrés Manuel López Obrador, seguro candidato de Morena, salvo que abdique, anda en campaña presidencial desde hace más de doce años, y cada día que pasa levanta más polvareda, lo que aumenta el nervioso disgusto de lo que él llama "la mafia del poder", la que al parecer sí existe. Así que la reciente salida de arranque para la sucesión del presidente Peña ni le va ni le viene.
        Al PAN y a sus precandidatos les es totalmente intrascendente la llamada presidencial al inicio sucesorio, ya que desde hace un año andan en campaña franca y abierta tanto el dirigente Ricardo Anaya Cortés, juez y parte en el enjuague, como Margarita Ester Zavala Gómez del Campo de Calderón Hinojosa, al igual que Rafael Moreno Valle Rosas, y varios más sin mucho futuro.
        Con sus constantes y sentidos desmembramientos, más de los de abajo que de los de arriba, el PRD y sus prospectos internos están en apremiante y excitada labor sucesoria, también, desde hace un año; sobresaliendo Miguel Ángel Mancera Espinosa, Silvano Aureoles Conejo y Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, no necesariamente en este orden, pero sí los tres, en descuido a sus responsabilidades gubernativas, ansiosos de obtener al menos la candidatura presidencial y, claro, sin importarles en ese empeño el anticipo sucesorio.
        Hasta el PRI se le desbordó al Presidente Peña Nieto, quien tuvo que adelantar, so pretexto de una asamblea general partidista, esa urgente contraseña de "en sus marcas, listos, ¡fuera!", tan propia de actividades deportivas, pero significativa para esta costosa y prematura sucesión presidencial que a todos se nos echó encima.
        Desde luego que en esa asamblea estuvieron presentes quienes también, desde hace más de un año, andan en campaña buscando la candidatura presidencial de un PRI "invencible", como lo calificó con mucho grito, pero sin gran convencimiento, su actual dirigente formal.
        Ahí estuvieron Miguel Ángel Osorio Chong, José Antonio Meade Kuribreña, Aurelio Nuño Mayer, y José Ramón Narro Robles, expectantes de un tardío banderazo presidencial.