domingo, 26 de marzo de 2017

LOGOS
No dejarnos pisotear
¡SALUD!, PRESIDENTE TRUMP
        El Presidente Obama llevó al sistema de salud de EU a un plan en donde, pagando más los ricos, se obtiene una cobertura mayor para los pobres.
        A ese modelo se le llamó Obamacare, y sin ser perfecto, pero sí necesario, concitó en su contra a millones de estadunidenses que, en la campaña presidencial reciente, fueron cooptados por las severas críticas electorales de Trump a esas normas jurídicas de salud "populistas".
        Recordemos que para Obama es un orgullo ser populista, conforme a la conceptualización que políticamente maneja; y Donald Trump, candidato y presidente atípico, prometió que cumplirá sus promesas de campaña, pero, desgraciadamente, formuló con vísceras la mayoría de esos compromisos.
        Puntual a sus desajustados ofrecimientos, pero con soberbia, el Presidente Trump envió al Congreso su iniciativa para la nueva política de salud, pensando que la mayoría republicana, encabezada por el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, iba a asegurar la votación suficiente para decirle good by al Obamacare, y darle gloriosa bienvenida a la Ley de Salud de Trump, pero, ¡oh sorpresa!, todo resultó un desastre.
        La idea del Presidente Trump es descargar a los ricos del impuesto a la salud que, a su parecer, no les regresa nada a esos contribuyentes, para mejor invertir esos recursos para la guerra, la que siempre ha dejado a los ricos estadunidenses pingües ganancias.
        Empero, sin entender Trump que sólo en 2018 se quedarían sin cobertura de salud 14 millones de estadunidenses, cifra que crecería azarosamente; y que se trata de restar a ese sector 150 mil millones de dólares, sin ahorrárselos realmente a los ricos, sino para derivarlos a la guerra, pero sin decir ni a cuál ni cuándo ni dónde ni en contra de quién, y sin ninguna garantía de que ese hecho bélico impreciso logre engrandecer más a los EU. ¡Vaya locura!
        Así, el modelo de Trump fue desechado, y no podrá volverse a presentar, aun reformada la iniciativa, en el lapso de un año, lo que resulta un rotundo fracaso que, presagia, tanto la conclusión de la luna de miel política que ese presidente gringo venía gozando, como el inicio de un acelerado desgaste, por la gran capacidad que tiene Trump de fabricar enemigos.
        Obsérvese que ese golpe a la administración Trump no afecta exclusivamente al sector salud, sino a la economía y a la política de EU.
        Desgraciadamente el gobierno de México se ha visto ante la administración de Trump, desde dentro y fuera de nuestro país, temeroso, errático, y hasta como un ofrecido complaciente.
         La administración del Presidente Enrique Peña Nieto ha provocado con su timidez obsequiosa, ante Trump, que extranjeros como Colin Powell, secretario de Estado con el republicano presidente George Bush Jr., nos aconseje: "No se dejen pisotear por el gobierno de Donald Trump en ninguna negociación… sin inmigrantes EU no sería rico ni podría seguir liderando al mundo libre".