lunes, 25 de marzo de 2013

Que se Desborde la Fe PRIMERO LA FE EN EL HOMBRE

        La fe en el Hombre incluye la confianza hacia las mejores cosas que él ha hecho.
        La Biblia está constituida por decenas de libros que, en un principio, sobrevivieron separados, siendo escritos en diferentes épocas e idiomas, por lo general anónimos, colectivos y, originalmente, fueron sólo textos fundamentales de la religión judía.
        Esa Biblia judía juntó en un solo libro los vaticinios de algunos de sus profetas, dentro de los que se encuentra el último de ellos: Malaquías, quien se supone vivió entre el año 500 y 420 antes de nuestra Era.
        No debemos desconocer que Malaquías en hebrero significa "mi heraldo", o sea, mi mensajero, poniéndole tal nombre el Dios de los Judíos, es decir, el Dios de Jesucristo, puesto que Cristo nunca fue cristiano, ya que vivió y murió, y resucitó, dentro de la religión judía.
        Pues bien, el profeta Malaquías querellándose en contra de los matrimonios mixtos, entre judíos y extranjeros, y en contra de los divorcios, como faltas culturales de los sacerdotes y del pueblo, anuncia la llegada de "el ángel de la alianza", el advenimiento de "el Mesías, y su venida será preparada por un mensajero o precursor".
        Y ahí hace "Conminación a los sacerdotes: "1.- Y ahora a vosotros ¡oh sacerdotes!, se dirige esta intimación: 2.- Si no escucháis ni proponéis decididamente en vuestro corazón el dar gloria a mi nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre vosotros la miseria, y maldeciré vuestras bendiciones, y ya eché sobre ellas la maldición; puesto que vosotros no hacéis caso de mí. 3.- Mirad que yo arrojaré la espaldilla y os tiraré al rostro estiércol, el estiércol de vuestras solemnidades, y seréis arrojados como él".
        Analizando después como está "El sacerdocio degradado", y augurando "El día del Señor... semejante a un horno encendido, y todos los soberbios, y todos los impíos serán como rastrojos; y aquel día que debe venir los abrasará, dice el Señor de los ejércitos, sin dejar de ellos raíz ni renuevo alguno".
        Y en su breve texto, Malaquías, diciendo que "es la palabra del Señor de Israel", genera dos oráculos que profetizan dos venidas de Cristo, en lo que algunos otros profetas judíos también coinciden.
        En realidad, los cuatro Evangelios, tanto el de Mateo, como el de Marcos, Lucas y Juan, no hacen más que confirmar la realización o cumplimiento de esas profecías, al constituirse como biografías de ese Cristo, hijo de Dios, e hijo del Hombre, que se sacrificó por salvar al mundo.
        Estos días de guardar, no son para guardar los secretos divinos, sino para darlos a conocer a todo el pueblo. Nadie debe ignorar lo que escribieron nuestros antepasados, y meditar sobre ello.
        Y valorar lo que es la fe, la que debe desbordarse, pero primero en el género humano, es decir, en el Hombre.