miércoles, 6 de marzo de 2013

Oportunidad del Cambio QUE NADIE SE RAJE

        Impecable es la frase: "En México no hay intereses intocables. El único interés que protegeré es el interés nacional"; esto fue expresado por el Presidente Enrique Peña Nieto en la XXI Asamblea Nacional del PRI.
        Esto es válido para todo, o no es válido para nada. El rigor expresivo de esa frase debe quedar firme tanto para una aprehensión reciente de una lideresa sindical como para la política energética, para la reforma educativa o para la seguridad pública. Cuando un poderoso, mujer u hombre, cae en desgracia, inesperadamente, la población se sorprende, registrando ahora la sentencia de que en nuestro país no hay intereses intocables. Así que esperamos la congruencia lógica de las palabras, para que se den los siguientes pasos.
        El hecho simple de la aprehensión, y ahora con auto de vinculación a proceso, motiva cierta confianza después del asombro; empero, ¿qué vendrá después?
        La incógnita no se refiere al proceso penal en sí, ya que los pasos del derecho adjetivo están marcadas por la legislación penal, reguladora de las normas constitucionales al respecto. Habrá el periodo de pruebas, con toda la secuela del debido proceso, la sentencia de la primera instancia, la segunda, los recursos ordinarios, las incidencias, los amparos, la revisión en esta materia, y los demás etcéteras hasta la ejecutoria.
        El acto de autoridad referido tiene una carga política indiscutible, y a la vista de todos, por lo que no sólo es judicial.
        Otra vez: ¿cuál es el siguiente paso? Si este acto de autoridad no tiene planeación, programación ni proyecto, aún es tiempo de reflexionar, pues nunca es demasiado tarde cuando se trata de proteger el interés nacional.
        El proceso penal para una lideresa, supuestamente por disponer en forma ilícita, en su provecho o en beneficio de terceros, de las cuotas de sus agremiados, debe servir para reordenar la vida sindical de México, ya que la mayor parte de los trabajadores sindicalizados del país tiene que sufrir tanto la expoliación del patrón como la de su propio líder. Y este mal que nos corroe está a la vista de todos.
        El encarcelamiento de esa lideresa, por supuestamente actualizar las hipótesis jurídicas del crimen organizado, debe ser útil para superar el flagelo de ese grave delito que afecta actualmente a la vida del país.
        Un proceso penal de esa envergadura no puede ser un hecho aislado, sin consecuencia posterior consecuente con su magnitud.
        Una pésima organización social crea a ese tipo de líderes. El paso urgente es establecer un nuevo y superior sistema que termine de una vez por todas con esos productos nocivos.
        Estamos ante esa breva de cambio, a efecto de mejorar nuestras condiciones sindicales y educativas, para lo cual la sociedad y los obreros, y sobre todo los trabajadores de la educación, debemos sumarnos a la intención presidencial. Que nadie desprecie esa oportunidad de desarrollo. Le cae al que se raje.
        El Presidente de la República no debe fallar en ese propósito. El pueblo de México menos.