lunes, 27 de noviembre de 2017

LOGOS
Adelantársele al jefe
SU SOBERBIA ES IRREPARABLE
        Actualmente la política en México es, entre muchas otras cosas, el lamentable resultado de una insensata o perversa improvisación de políticos deficientes.
        No siempre ha sido así, en otros tiempos fue peor; pero también hemos tenido épocas de trabajo práctico certero, prudencia inteligente, armonía de intereses mayoritarios, y de márgenes de honestidad aceptables.
        Para ilustrar lo malo de la acción política actual, vaya un botón de muestra.
        El político Luis Videgaray Caso, a la sazón secretario de Relaciones Exteriores y cercanísimo al Presidente Enrique Peña Nieto, utiliza un foro de la secretaría a su cargo para llenar de elogios a un miembro de la cuarteta que, el titular del Ejecutivo Federal y el PRI, integraron con precandidatos a la Presidencia de México.
        Si Luis lo hizo de mutuo propio, sin entender los tiempos que se viven, mostró una ingenuidad que lo descalifica para los cargos políticos que ha tenido, dañando a su superior.
        Y si comprendió la realidad política del momento, y lo expresado a favor de José Antonio Meade Kuribreña fue determinación personal, sólo exhibió una soberbia que lo muestra incapaz, pero menoscabando al Presidente Enrique Peña Nieto.
        Empero, suponiendo que hubiera actuado por instrucciones superiores, directas o indirectas, claras o imprecisas, aún así, Videgaray generó en el cumplimiento de tan delicado encargo una confusión insospechada y azarosa, a grado tal que el propio Presidente Peña Nieto tuvo que aclarar con rostro presionado y cortante frase de enmarque inexacto: “Yo creo que andan bien despistados todos, ¿eh? El PRI no ha de elegir a sus candidatos a partir de elogios o aplausos… Entonces, no se despisten”.
        Videgaray no es “todos”, “¿eh?”, ni el presidente es el PRI ni el PRI el presidente; y mal haría uno y otro confesando que se leen el pensamiento y que tienen simbiosis en sus decisiones.
        Así que los despistados tienen nombre y apellidos, porque “todos” es un pronombre indefinido mal aplicado al caso, aun siendo por decreto presidencial.
        Después de ahogada, en el pozo, la prudencia, Videgaray al estilo Trump twitió para explicar lo inexplicable, reculando de manera forzada.
        Echarse para atrás tiene sus consecuencias, las que afectan, a su vez al segundo pupilo de Luis: a Aurelio Nuño Mayer que despacha en la Secretaría de Educación Pública, enredado en la improvisación educativa con una reforma a la que se le caen las nuevas aulas, deja que las universidades vayan a la quiebra, y toda su retórica en nada cambia el fenómeno enseñanza aprendizaje de nuestro país.
        Otro de los precandidatos del PRI a la presidencia, José Narro Robles, convirtió a la cuarteta en trío, al auto descartarse por razones muy personales que merodean en la salud política.
        Ojalá y la decisión vertical que se espera de arriba hacia abajo, en el PRI, no lleve la mancha de una insensata o perversa improvisación de políticos deficientes.