lunes, 30 de octubre de 2017

LOGOS
Recetas extranjeras
DULCIFICACIÓN VENENOSA DEL SALARIO
        Donald Trump y sus negociadores en el TLCAN, entre otras amañadas propuestas, nos presionan "para que los trabajadores mexicanos obtengan un aumento salarial" tendiente a nivelar sueldos entre los trabajadores mexicanos, canadienses y estadunidenses.
        Trump asegura que "los obreros de México ganan la cuarta parte de lo que obtienen sus pares en EU… y de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México es donde la mano de obra está peor pagada".
        Se quedó corto Trump, ya que en México el salario mínimo 2017 por ocho horas es de $80.04 pesos, mientras EU paga $10.20 dólares la hora.
        Para equipararse, a raja tabla y sin ninguna otra consideración, un trabajador mexicano al día debería obtener $1,600.00 pesos.
        Pero lo que desea Trump, al exhibir nuestra injusta distribución de lo producido, no es ayudar a nuestros obreros, sino a hacer a EU (patrón en el capitalismo mundial) más rico y más fuerte, a costa de la pobreza y explotación de México, y de muchos otros países similares al nuestro, vendedores de mano de obra barata y materias primas de ganga.
        Los demonios que Trump trae adentro de sí, al exigir a México una política de nivelación de salarios con ellos, saben que eso no es posible y que, para serlo, se requeriría que de una u otra manera ellos auxiliarán a transformar nuestra estructura económica, para pasar de un país obrero dentro del capitalismo, a un país capitalista en ese mismo sistema.  
        Y exactamente es lo que ellos no desean ni permitirán. Su miopía, mezquindad y poca visión de liderazgo, los ha llevado a quitarnos lo poco que estábamos ganando con el actual TLCAN.
        El primer ministro del Canadá Justin Trudeau rema para el mismo lado de EU: "Tomemos en cuenta las condiciones de trabajo y los sueldos en la renegociación del TLCAN para mejorar a los trabajadores mexicanos".
        Ese reclamo para nuestro país está muy lejos de ser ideológico y humanista, pues las razones de nuestros socios son pragmáticas para cuidar de su economía, no de la nuestra.
        El presidente Enrique Peña Nieto contestó retóricamente bien: "Esta renegociación es una oportunidad para mejorar las condiciones del trabajo en México. No queremos ser competitivos por tener bajos salarios, sino por tener trabajadores cualificados".
        Carlos Marx fue genial en su obra El capital, y en ella describe con toda precisión lo que es el salario como el valor o precio de la fuerza del trabajo; y como el trabajo organizado es el único que puede producir la riqueza, y los múltiples rejuegos que pueden darse entre todos los factores del fenómeno económico.
        Trump y Trudeau desean imponernos recetas extranjeras de tipo salarial; y sin comprometerse a auxiliarnos eficazmente para bien, nos endulzan un veneno de sueño salarial que podría costarnos muy caro.
        De que serviría ganar dos mil pesos al día, y tener que pagar tres mil pesos por un litro de leche.