lunes, 31 de mayo de 2010

CORRUPCIÓN DE LOS SONSOS


Censos del 2010
CORRUPCIÓN DE LOS SONSOS
                                                          
            Mucha gente está preocupada por la visita que le harán, a su domicilio, los enviados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Los más de cien mil que contarán a más de 100 millones, según reza la publicidad al respecto.
            Más de algún miembro de cada familia mexicana sabe que hay tal corrupción en los gobiernos actuales, que venden las estadísticas, la información oficial, y los datos gubernativos, al mejor postor.
            Conocidos son los casos recientes en que la información personal y familiar de los mexicanos ha andado circulando como mercancía por doquier, incluyendo los mercados tradicionales de la Ciudad de México, y hasta el momento no ha habido culpables ni detenidos por esas ventas, por lo que la impunidad se sigue imponiendo.
            Así que le preocupa a un sector muy amplio de la población el que sus datos sean vendidos a simples y molestos mercaderes, o al hampa, al crimen organizado. Imagínense la primera pregunta: ¿cuántos viven en esta casa?, ¿qué edades tienen?, ¿sus sexos respectivos?, ¿sus ingresos?
            Ante tamaños riesgos, puede haber quienes no contesten, ni siquiera abran la puerta a los integrantes del INEGI, por más documentados, uniformados, y llenos de credenciales y oficios, que anden.
            Pero también puede haber quienes den informaciones falsas, y no por maldad, sino por el temor de que sepan que es de edad avanzada, y vive sola, sin parientes, pero con un ingreso económico elevado.
            Esta escama no la tenía antes el mexicano. El terror de ahora se genera por lo que ha provocado el gobierno: una gran desconfianza en él.
            Hace una semana que el propio Presidente Felipe Calderón Hinojosa se dejó llevar a una tribuna que tenía pintados unos puños cerrados, agresivos y tensos en sus extremos, y en el centro se leía “SEGURIDAD Y JUSTICIA”, Y ahí el Ejecutivo Federal reconoció que “de nada sirve que se cambie el sistema porque la justicia queda al mejor postor… en México existe en gravísimo problema de la impunidad; los delitos no se persiguen o persiguiéndose no se castigan.
            Antes, de todo eso nos quejábamos, en última instancia, con el Presidente de la República, y él dictaba medidas, o nos daba esperanzas de que iba a cambiar la situación, pero ahora el titular del Ejecutivo se queja públicamente, y no sabemos si lo está haciendo ante el Presidente estadunidense Barak Obama, o ante la nada, ya que él es el responsable directo de la procuración de la justicia y de la seguridad pública, y de manera indirecta también lo es, como líder y/o jefe de Estado y de Gobierno, de toda la justicia.
            Al no tener en quién creer, la desconfianza lleva a la gente a incomodarse con los Censos del 2010, ya que no confía ni en él ni en quien lo instrumenta. Y esto es malo para México, ya que se requiere de esa información. Los culpables son esos sonsos que, siendo funcionarios públicos, han sembrado con sus actos de autoridad la desconfianza en el pueblo.
            Vivimos enredados en contradicciones. Vamos a ver como se desenvuelve este operativo del 31 de mayo al 25 de junio próximo; observaremos, además, si los resultados son confiables.