sábado, 22 de mayo de 2010

TODOS SOMOS DELINCUENTES


Irresponsable Absurdo
TODOS SOMOS DELINCUENTES
                                                                                 
En recuerdo a mi gran amigo
Zarathustra  López  Mena, de
carácter    fuerte,    de      libre
pensamiento,   y   de   talento
humanista.

            Tipificar como delito a la inmigración es un error brutal, ya sea a través de una ley africana, europea, estadunidense, o mexicana.
            A ese respecto no debemos olvidar que el acto de la migración, como la moneda del movimiento de los humanos, en el territorio del planeta, tiene dos caras: la emigración y la inmigración. De México emigran compatriotas en busca de una mejor calidad de vida, y todos ellos tratan de realizar su inmigración a los Estados Unidos de América; de la misma manera y por similares causas tratan de inmigrar, a México, guatemaltecos y centroamericanos que emigran de su país.
            Ni México, ni menos Estados Unidos, deben penalizar la simple migración reciproca en sus respectivos territorios. El robo por la fuerza de las armas, del gobierno de los EU, de más de la mitad del territorio mexicano a finales de la primera mitad del siglo XIX, afectó, a la corta y a la larga, el desarrollo natural del crecimiento poblacional de nuestro país. Su responsabilidad histórica, por ende, es en el menor de los casos el recibir la fuerza de trabajo de nuestros connacionales, más cuando éstos no les hacen daño a su economía, sino que la convierten en productiva y de calidad.
            Claro que el problema actual no lo genera una ley federal estadunidense, sino la ley estatal de Arizona SB 1070, sobre la que el Presidente Barack Obama y el comediante Jay Leno ironizaron recientemente durante la cena anual de corresponsales ante la Casa Blanca, celebrada en un céntrico hotel de Washington. Leno expresó burlonamente: “Había una larga fila para entrar a este evento, debido a la seguridad. Me quedé atorado detrás de la delegación de Arizona. Por fortuna todos sus papeles estaban en orden… Y es que muchos estadunidenses contratan a ‘inmigrantes ilegales’ para hacer ejercicio por ellos, y hasta para venir a estas cenas”, dijo entre risas.
            Y eso inspiró al Presidente Barack Obama para burlarse de la ley antiinmigrante de Arizona, mofándose de pasada del senador republicano John McCain, otrora impulsor de dicha reforma: “Lamento que McCain no haya podido asistir a esta cena; recordarán que recientemente dijo que él no se podía identificar con la Asociación de Corresponsales de Prensa de la Casa Blanca, y todos sabemos lo que pasa en Arizona cuando uno no tiene identificación”, y finalizó la broma entre aplausos y risas, con claras palabras en español: “Adiós Amigos”.
            Y es que en verdad no existe un solo ser humano en el mundo que no provenga de la migración; incluyendo a los dos sarcásticos gringos de esa cena citada, y a todos los asistentes y a todos los no asistentes a ella. Y por más que maticen a esa ley antiinmigrante de Arizona, bajo la lógica descalificación de todo el mundo, ella será una norma jurídica absurda e irresponsable, en un país hecho por inmigrantes, con una estatua a la libertad que con el poema de Emma Lázarus llama a todos los pueblos de la Tierra: “Dadme vuestros cansados, vuestros pobres, vuestras compactas multitudes que anhelan libertad, el humano desecho de vuestras playas llenas, los que vagan sin amparo, los que azota la tempestad; en mis manos levanto la antorcha que alumbra los pórticos de oro por donde pasarán.